Movimiento
expansivo/SANTIAGO IGARTÚA
Revista
Proceso No 1929, 19 de octubre de 2013;
Lejos
de terminar, las protestas del magisterio disidente se extienden a lo largo de
la República, en tanto el Distrito Federal espera el regreso de profesores de
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que han
comenzado a cobrar sus pagos retenidos y que ayudarán a financiar su
movimiento.
La
mañana del viernes 4, previo a la Asamblea Estatal del Movimiento Democrático
de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO), un documento que decía
ser “orientador” comenzó a distribuirse en el plantón que la disidencia
magisterial mantiene en la Ciudad de México.
Elaborado
por la propia dirigencia de la Sección 22 de Oaxaca, controlada por la CNTE, el
texto reconocía que “las condiciones a nivel nacional no han sido favorables
para abrogar la reforma educativa” y sugería continuar la lucha en la capital
del país de manera representativa, levantando el paro de labores en las
escuelas de aquella entidad.
De
lo contrario, advertía, podría ahondarse el “desgaste físico y económico” del
movimiento y provocar una “desbandada” difícil de superar; también alertó que
permanecer de manera “masiva” en el Distrito Federal podría ser la
justificación del Estado para atentar contra la integridad física de sus
integrantes y las conquistas laborales que han obtenido.
En
ese contexto se realizó una tercera consulta a las bases, en un lapso de 14
días, para votar sobre el futuro del movimiento. A diferencia de las dos
primeras, en las que se decidió prolongar el plantón masivo, tras dos jornadas
de discusiones en el auditorio del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
62% de los 10 mil 701 maestros movilizados en la Ciudad de México decidieron
regresar a clases el lunes 14 y terminar con el paro de casi 40 días. Los
medios de comunicación anunciaron con bombo y platillos el “repliegue” de la
coordinadora.
Lejos
de admitir que con esa medida terminarán las protestas del magisterio en la
capital federal, las bases acordaron mantener el “plantón nacional” con 20% de
la membresía de la Sección 22 –que tiene aproximadamente 15 mil integrantes–,
con lo cual, según los cálculos, aumentaría casi 50% el promedio de las semanas
previas.
Para
garantizar la tarea, se refrendó el acuerdo de “retomar” las constancias de
participación sindical. Quien no cumpla con un mínimo de participación de 80%
en las actividades de “lucha”, no contará con los “beneficios logrados por el
MDTEO, tales como becas, préstamos, cambios, ascensos, contrataciones y
recontrataciones”. Cada delegación deberá cubrir la cuota presencial.
Pero
la realidad, en la semana del regreso a clases, fue otra. De acuerdo con las
cifras de la propia Sección 22, la participación osciló entre los 800 y mil 500
integrantes, aunados a los 2 mil docentes provenientes de Chiapas, Guerrero y
Veracruz.
Sin
embargo, en la última Asamblea Nacional Representativa celebrada en la sede de
la Sección 9 del sindicato magisterial en el Distrito Federal, se acordó hacer
un llamado a la “insurrección magisterial y a la desobediencia civil y
pacífica” en contra de las reformas impulsadas por el gobierno federal,
convocando a la construcción de la Huelga Nacional”.
En
ese encuentro también se aprobó la conformación de un amparo masivo en contra
de las leyes secundarias que emanaron de la reforma educativa (Ley General del
Servicio Profesional Docente, Ley del Instituto Nacional de Evaluación
Educativa y las reformas a la Ley General de Educación). Para la presentación
del documento, el lunes 21 en el Palacio de Justicia Federal, en la Ciudad de
México, la CNTE anunció una marcha masiva. Se espera el arribo de contingentes
de miles de maestros de distintos estados este domingo 20.
Negociaciones
truncas
La
falta de transparencia en las negociaciones entre la Secretaría de Gobernación
(Segob) y la dirigencia de la Sección 22, controlada por la CNTE –que desde
antes del desalojo del Zócalo ha promovido el regreso a Oaxaca–, determinaron
centrar en dos los puntos para que las bases del movimiento aprobaran el
regreso a las aulas en una tercera consulta: el “desgaste físico y económico”
de quienes se mantienen en plantón y la “toma” de escuelas por parte de la
Sección 59 del SNTE, de las que la disidencia ha exigido su “liberación
inmediata”.
Con
la “reorganización”, el MDTEO hizo efectiva la propuesta del gobierno de pagar
bonos y salarios caídos del magisterio durante el paro, con lo que se apoyará
financieramente el plantón del Monumento a la Revolución, que se mantendrá con
rotaciones semanales.
Entre
los agremiados al movimiento hay poca claridad en torno al acuerdo firmado con
las autoridades federales, en particular por el pago de 100 millones de pesos
destinados a la infraestructura de las escuelas normales de Oaxaca y la
negociación de una partida de 15 millones más para el Plan para la
Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO), modelo educativo que los
maestros de la entidad implementarán para el ciclo escolar en curso.
Delegados
regionales entrevistados por Proceso aseguran que esa negociación no ha sido
concretada, si bien de la última Asamblea Estatal realizada en la Ciudad de
México emanó el acuerdo de exigir el “otorgamiento de recursos federales y
estatales para la puesta en práctica del PTEO”.
De
la última reunión del titular de la Segob, Miguel Ángel Osorio Chong, con la
Comisión Nacional Única de Negociación de la CNTE (CNUN), el miércoles 2, se
desprendió una minuta en la que sólo se les ofreció una mediación para instalar
mesas de diálogo con las autoridades estatales, según los delegados
consultados.
Sin
embargo, la dependencia otorgó ese día el reconocimiento de interlocutor a la
CNTE en los 26 estados donde ha logrado expandir sus propuestas. Ello le
permitió aumentar su poder en 20 entidades, lo cual causó la molestia del SNTE,
dirigido por Juan Díaz de la Torre, el más cercano a Elba Esther Gordillo hasta
que ésta fue detenida el 26 de febrero último.
Diferencias
“Regresar
a clases no significa que nos demos por vencidos”, dice Pedro de Dios Gallegos,
quien permaneció en el plantón de la Ciudad de México como representante de la
región de la Sierra, en defensa de la lucha de su movimiento.
Los
vacíos en el campamento, explica el profesor, se explican porque “se tuvieron
que ir casi todos los maestros para poder tramitar sus pagos y para reunir el
papeleo necesario para conformar los amparos. La movilización en el Distrito
Federal es sólo un episodio de una larga batalla. Esta es la semana más baja
(de participación). Va a crecer la presencia de maestros de otros estados”.
E
insiste: Con el reconocimiento federal a la CNTE como interlocutora, el
movimiento ha ganado políticamente.
Sin
embargo, al interior del plantón en la Ciudad de México y para un amplio
sector, el hecho de mantenerse de manera “representativa” ha sido interpretado
como un golpe contra el movimiento. Según uno de los integrantes de la Comisión
de Comunicación de la Sección 22, era una medida de “presión” al Estado
mexicano, pero se perdió.
“Hay
muchos intereses encontrados acá. Notamos entre nosotros mismos la falta de
contundencia. Los 100 millones para las normales y sólo 15 para el PTEO no
gustaron, porque Rubén (Núñez, secretario general de la Sección 22 de Oaxaca)
pertenece precisamente a las normales”, comenta.
Una
delegada de la región mixteca, presente en las asambleas estatales, pide que
las negociaciones entre gobierno y magisterio “sean abiertas –con prensa– y que
se nos dé información muy clara a las bases”.
Al
regresar a Oaxaca, puntualiza, será muy difícil volver a las movilizaciones.
Aunque “en teoría” mantenerse con un 20% de la membresía significa crecer el
plantón actual, ella se mantiene escéptica: “Nosotros pensamos que un regreso a
clases significa la derrota del movimiento. No es un secreto que cuando era
masivo, de los 76 mil no había más de 10 mil en el plantón. Ahora que se diga
representativo, cuántos van a quedar”, se pregunta.
Más
maestros hacia el DF
Las
protestas de la CNTE se han extendido por todo el país. En Michoacán, el
miércoles 16 la Sección 18 estalló un segundo paro de labores, luego de
suspender clases a cerca 800 mil estudiantes de nivel básico desde el inicio
del curso escolar, el 19 de agosto, hasta el 10 de septiembre. Con respaldo de
normalistas y un grupo inconforme del SNTE, tomaron las instalaciones de la
Secretaría de Educación en el estado; el jueves 17 se apoderaron de la
presidencia municipal de Quiroga.
Proceso
averiguó que se giraron órdenes de aprehensión contra la dirección política de
la sección, incluido su dirigente, Juan José Ortega Madrigal. Este líder
anunció que, mientras mantengan el paro, los docentes michoacanos reforzarán el
plantón del Monumento a la Revolución con un contingente estimado de 8 mil
integrantes.
En
Chiapas, maestros de las secciones 7 y 40 del SNTE rebasaron los 50 días en
paro de labores, tomando edificios de gobierno, bloqueando carreteras federales y cercando centros
comerciales con la exigencia de que el gobierno federal reinstale una mesa de
diálogo con carácter resolutivo para la derogación de “la mal llamada reforma
educativa”.
En
un lapso de dos semanas, el 28 de septiembre y 13 de octubre, los maestros
paristas de Chiapas Rodolfo López Toledo y Tirso Cruz Yuca aparecieron muertos
en el estado. En el caso del primero, de 34 años, la Procuraduría General de
Justicia del Estado (PGJE) determinó que había sido asesinado y detuvo a Hugo
Eduardo Vázquez Jiménez como presunto culpable. No dio más información sobre el
detenido ni el móvil.
En
cuanto al segundo, de 46 años, inicialmente se reportó que había sido
acuchillado; después, que había muerto por estrangulamiento. La versión oficial
fue que falleció a raíz de una asfixia provocada por su propio vómito, causado
a su vez por la ingesta de alcohol.
Pedro
Gómez Bámaca, vocero de la CNTE en Chiapas, exigió a la procuraduría estatal
esclarecer si los fallecimientos están relacionados con el movimiento
magisterial.
En
Quintana Roo, la protesta contra la reforma educativa ha derivado en 800
planteles cerrados.
El
lunes 14 el gobierno del municipio de Benito Juárez (Cancún), encabezado por el
priista Paul Carrillo, reprimió la protesta de los maestros que pretendían instalar
un plantón en la Plaza de la Reforma, a un costado del palacio municipal.
Granaderos
de la Policía Preventiva Municipal dispararon gases lacrimógenos y golpearon a
los profesores que realizaban gestiones en el ayuntamiento. El saldo: 58
detenidos y una veintena de maestros heridos.
El
gobernador Roberto Borge respaldó la medida con el argumento “primordial” de
preservar la “buena imagen” de los destinos turísticos. En respuesta, el
magisterio tomó la carretera que une la capital del estado con Cancún, Mérida y
Campeche.
El
jueves 17, los secretarios generales de la CNTE en Oaxaca, Michoacán, Guerrero
y Chiapas, se movilizaron hacia el puerto de Veracruz para encabezar una
protesta multitudinaria en la que la disidencia magisterial del estado anunció
que mantendría un paro indefinido de labores y el bloqueo de presas y centros
comerciales, ignorando las amenazas de la secretaría de educación local de
descontarles el sueldo y contratar docentes sustitutos.
En
Zacatecas, 16 mil profesores disidentes iniciaron un paro de labores en 600
escuelas desde el martes 15. Se prevé la suma de más contingentes al plantón
capitalino. El gobierno estatal decidió retener sus pagos como represalia y
aseguró que las escuelas cerradas son 280.
En
Guanajuato, centenares de profesores han expresado sus demandas de manera
pública en el marco del Festival Internacional Cervantino.
Con
los días se multiplican los bloqueos de carreteras en Campeche por maestros
disidentes del SNTE y padres de familia.
Gonzalo
Juárez Ocampo, secretario general de la Sección 14, de Guerrero, advirtió esta
semana que la coordinadora “incrementará” el tono de las movilizaciones “de
todo tipo”.
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