2 oct 2013

‘Mis andanzas con los Arellano Félix’/Juan Veledíaz


‘Mis andanzas con los Arellano Félix’/Juan Veledíaz
¿Qué pasó con el “testigo protegido” que se atrevió a contar en un blog sus vivencias con el cartel de Tijuana?
Publicado en La Silla Rota, 2 de octubre de 2013;
Ramón Arellano Félix tenía una mirada agresiva, fría, de esas que donde fijaba los ojos parecía como si clavara un par de navajas que congelaban al interlocutor. Su hermano Benjamín, con quien se podía platicar, era como “el negociador”. Él era más relajado, entrado en confianza tenía otra faceta, inteligente, de pocas palabras y con don de mando. Si se resume sería así: con Benjamín se hablaba y con Ramón se asesinaba. Con Francisco Javier, el más chico de los hermanos, se podía hacer amabas cosas, pero le tocó los últimos años de la ‘época dorada’, cuando el cartel de Tijuana fue la empresa de tráfico de droga más exitosa que le disputó a principios de los años 90, la hegemonía a su paisano sinaloense, el capo Amado Carrillo Fuentes.

 El último lunes de diciembre del 2008, el año en que Tijuana cambió de “dueño” tras meses de las disputas más sangrientas que haya vivido esa ciudad fronteriza, la red de Internet registró el primer post de un blog que se llamó “El Cartel desde adentro”. Quien lo escribió lo subtituló así: “Memorias de mis años dentro del Cartel de Tijuana, mi amistad con Ramón y los demás de lo que ahora llaman Cartel Arellano Félix”. Fueron 25 entradas que van de finales de aquel año hasta principios de febrero del 2009, poco más de un mes estuvo activo, desde entonces el sitio quedó en el abandono.
 El año 2008, había que estar en Tijuana. Los servicios de inteligencia militar tenían registrado cómo de aquellas balaceras, muertos por doquier, con imágenes de niños en escuelas saliendo en brazos de soldados en enfrentamientos a plena luz del día, eran el resultado de la “toma” de la ciudad por las huestes de Ismael “El Mayo” Zambada. De tiempo atrás junto a su socio Joaquín “El Chapo” Guzmán, anhelaba el control de aquella parte del país. El llamado cartel de Sinaloa tenía pocos años con el dominio del valle de Mexicali, el paso por Tecate, y en dirección al Este, el control de San Luis Río Colorado. En 2008 fueron por Tijuana.
 Fernando Sánchez Arellano, el heredero del clan, era hijo de Enedina, hermana de Ramón, Benjamín, Francisco, Eduardo y Francisco Javier, y sobre sus hombros recaía la defensa de la ciudad. No aguantó la presión, hubo versiones periodísticas nunca desmentidas, que hablaron de un “acuerdo” entre su familia con el “Mayo” Zambada para “bajarle” a la violencia a la ciudad. Con tres de sus tíos presos, Ramón muerto en 2002 en Mazatlán, Sánchez Arellano por “recomendación” de su madre “pactó”, se dijo por aquel tiempo. Las notas de prensa nunca refirieron, ni a la fecha se sabe, cuáles fueron los puntos de aquel posible convenio, pero desde entonces, de manera paulatina, los índices de violencia disminuyeron en Tijuana. A la par, vinieron una serie de capturas de los principales operadores del sobrino de los Arellano Félix.
 En ese contexto, “El Cartel desde adentro”, fue como una pequeña bitácora de los años en que la dupla de Ramón y Benjamín convirtieron a Tijuana en el set de una película donde todo pareció ir demasiado aprisa. El ruido de fondo eran las balaceras, con imágenes de asesinatos, constantes vuelos a Guadalajara y al ciudad de México. La escena del atentado que le costó la vida al arzobispo de la capital jalisciense, Juan Jesús Posadas Ocampo, en mayo de 1993, fue el cenit de su poder, desde entonces, su captura se convirtió en el trofeo de caza que todo policía quería. Y que sabía que la estructura de protección del cartel de los Arellano incluía a políticos y gobernadores. Era cuestión de tiempo, se dijo, para que cayeran.
 En los siguientes posts, en los que se respeta la ortografía original,se recoge parte del andar de uno de los integrantes del cartel, un anónimo que se identificó solo como “testigo protegido”. Por lo que narra, los episodios pudieron ocurrir en los primeros años de la década de los noventa. Las notas entre paréntesis son del autor de esta columna, se hicieron después de cotejar los nombres y cruzar los datos con lo que ocurrió en esos años.
 De aquellos años
 Lo que voy a contar es solamente lo que yo viví en hechos y dichos en aquellos años. Como les dije a los policías gringos aquel 2004, de pronto ya estaba yo dentro del Cartel sin saber por que. Conocí a Ramón (Arellano Félix) en el cumpleaños de la Lily. Federico (Sánchez Valdés) me lo presento cuando me llamo al pasillo que unía el patio del frente con el patio trasero en la casa de la Lily allá en Lomas. Allí había poca luz y a todos nos invitaron un "perico”. Entonces fue allí donde Federico me presento a Ramón. Que curiosa es la vida, años después Ramón me encargaría matar a Federico por traidor. Federico se andaba escondiendo porque sabía que Ramón estaba muy enojado. Entonces Ramón me encargo encontrarlo, yo sabia que estaba en Tijuana porque me habían dicho que andaba saliendo con una morra que era modelo y que había estado con nosotros en el Mexico. El Fidel era su vecino y me dijo que Federico iba por la morra pero que no se bajaba del carro porque la morra salía de volada y se iban. Entonces yo saque 300 dólares que traía y le dije al Fidel, ten, cuando lo vuelvas a ver lo sigues hasta donde vaya y me llamas y te voy a multiplicar por tres la feria que te estoy dando ahorita. La estrategia funciono. Al otro día Fidel me llamo.
 La pandilla
 Esa misma noche en la casa de la Lily estábamos en la bolita Federico, Fabián (Martínez González), el otro Fabián, Gustavo (Rivera Martínez), Carlos, Ramón y yo. Desde esa vez Ramón y los Fabianes ya cargaban pistolas escuadras. Luego en la semana me los encontré en unos tacos de la Hipódromo. Ramón pago todo y me pregunto que si tenia algo que hacer y yo le dije que no y me invito a que me fuera con ellos a dar la vuelta. Desde esa vez comencé a juntarme con ellos. Fuimos a una casa que estaba yendo para la presa. Allí comenzaron a practicar tiro al blanco luego Ramón me dijo que si quería tirar y pues le dije que si y me presto su escuadra pero como me temblaba el pulso todos se burlaban. Me acuerdo que eso me dio mucho coraje y apreté fuerte el gatillo y le empecé atinar todos los tiros al centro. Eso le debió agradar mucho a Ramón porque tres días después me regalo una escuadra 9mm. Y así ya andábamos todos armados cuando salíamos a dar la vuelta. Era cuando todavía Ramón no formaba su grupo especial del que yo fui parte porque aprendí mucho de el y también de Fabián. Para Ramón mis respetos porque era un excelente tirador con pistola pero la verdad es que Fabián lo llego a superar por eso llego a ser de toda su confianza. Eso era mucho antes de que se hiciera todo el desmadre con el cardenal. Éramos muy unidos y los 14 que formamos el grupo especial todos éramos muy ordenados, podría decir que éramos de la misma escuela.
 La primera muerte que vi
 Pasaron por mi temprano, súbete vamos a un "bisnes" me dijeron, tráete tu pistola. Ya para entonces me había quedado yo solo en la casa. Mi mama se había ido a vivir al otro lado con su amante gringo mientras que mi papa se fue a vivir a su centro de rehabilitación que acababa de abrir. Así que yo no tenia problema con guardar la pistola en la casa y a veces hasta nos juntábamos allí todos. Yo iba en la parte trasera del Cougar junto con Edwin, en frente iban Fabián y Ramón. Dimos varias vueltas, nos paramos por unas sodas luego en la calle Oaxtepec a platicar un rato arriba del carro. Fabián se puso a revisar su escuadra le saco los tiros luego se los puso y cargo. Mas tarde arranco y otra vez llegamos a una calle que no me acuerdo cual era y ahí encontró al Erick en su carro, se le emparejo y le dijo: que onda guey que traes con mi carnalito. El Erick le dijo: somos compas. Entonces Fabián le dijo: no quiero que te le acerques. Entonces el Erick le respondió otra vez que eran compas pero en un tono medio felón. Fabián levanto su arma y le metió un tiro. Luego se bajo para rematarlo pero el Erick arranco así como estaba herido. Fabián corrió a subirse para seguirlo y como Erick iba malherido como que ya no podía seguir y muy cerca del bulevar lo alcanzamos y Fabián le vacio su escuadra. Las balas también le tocaron al amigo del Erick que no recuerdo como se llamaba. De esa forma Fabián se cobro que Erick anduviera molestando a su hermano menor.
 El grupo especial
 Un día Ramón nos dijo a todos que nos quería ver para algo muy importante. Cuando llegamos allí también estaba su hermano Benjamín. Ramón nos dijo que nosotros nos íbamos hacer cargo de cuidar la plaza y tener el control de toda la ciudad. Por eso era necesario que tuviéramos mucha disciplina y para empezar nos dijo que todos teníamos que usar las mismas armas. Y nos dio a cada uno un fusil Ak47 y una pistola beretta 9mm. Nadie podía cargar otro tipo de arma y Ramón era el único que además cargaba un Galil. Tampoco podías tener un Ak47 de imitación chino o turco porque tenia que ser original ruso. Los 14 que nos juntamos ese día hicimos muchas hazañas y muchas cosas porque era un grupo muy temido por todo mundo, por policías y enemigos de Ramón. No digo que éramos los únicos pistoleros del Cartel porque fácil eran mas de 500 contando a muchos policías que también hacían trabajos, lo que si puedo decir es que éramos el grupo mas entrenado y el de elite. Por poner un ejemplo para matar al Rigo y su gente, Ramón convoco a 50, además de nosotros. Nuestro grupo se encargo de todo, los otros 50 estaban ahí nada más para evitar sorpresas.
 Las victimas
 Nunca volveré a Tijuana fue lo que dije en el 2004 cuando cruce por Otay. Porque la verdad desde hacia años que ya no me sentía a gusto ni protegido como en aquellos años cuando formamos el primer grupo de Ramón, tampoco iba a cometer el mismo error que otros que se fueron y luego volvieron pensando que nadie se daría cuenta y ahorita ya no están o no aparecen. Antes era estar siempre a disposición de lo que ordenara Ramón porque el era el de las ideas. Tengo aun sus palabras en la memoria, "chingue su madre vamos a matarlo" le dijo una vez al Fabián porque este nos había contado que en la primaria y en la secundaria había gueyes que lo agarraron a carrilla. Entonces era algo así como tomar venganza de los agravios contra los que habían abusado de Fabián o de cualquiera de nosotros del grupo que tuviera broncas por algún motivo. Así se quebraron a dos que tres pero en esas yo no intervine nada mas fui testigo porque en realidad yo no tenia bronca con nadie y nomas andaba por andar. Porque luego de que formamos el grupo aunque teníamos que estar más a las ordenes de Ramón también era cierto que la pasábamos mejor y teníamos más dinero y los policías se cuadraban, hasta los judiciales. Al principio no teníamos mucho trabajo pero conforme aprendimos mas nos encargamos de los trabajos mas pesados, incluso yo tome dos cursos en Arizona y Texas con instructores que decían que eran mercenarios del medio oriente por lo menos si parecían y además me enseñaron mucho.
 El encuentro
 A ver guey a donde vas, me dijo el Edgardo el hermano del gobernador. Y le dije: que pendejo soy gente de tu puta madre y le puse el cuete en la frente y luego el Paco y el Alfredo azorrillaron a los que venían con el y les dijimos que pedo putos son judiciales o que. Y el Edgardo dijo: ah son gente de Ramón no hay pedo. Y yo le dije claro que si hay pedo a ver cuanta feria traes y lo comencé a esculcar y todos los otros gueyes nomas se quedaron viendo y les grite que donde estaba esa madre y me enseñaron tres bloques de mota y le grite al Edgardo: ya te dijo Ramón guey que te abras y que no te vamos a pagar ni madres. Porque la verdad a nosotros no nos costo casi nada tener el control de lo que se dice plaza porque cuando movieron al gobernador solitos entramos y ya todo mundo respetaba por así decirlo a Ramón, los judiciales y toda la gente del gobierno y los federales ya estaban comprados fue como un regalo la verdad. Pero en esos años era otra cosa no es como ahora que dicen que se pelean a sangre y fuego la plaza o que tantas ejecuciones y todo eso. Cuando en aquellos años éramos el grupo de Ramón nada que ver con los polleros o los lenones y cada quien hacia su trabajo y nomas era cosa de reportarse con el gobierno con un putero de dólares y ya, era todo. Es mas no solo era feria y los lenones le daban regalitos al gobierno con putas, y también nosotros a cada rato le dábamos coca a la gente del presidente municipal y a la del gobernador y todo mundo sabia que hasta esos gueyes eran bien locos y pedotes. Edgardo me dijo: la vas a pagar morro y no mames estábamos en la Aquiles Serdán allá en la Libertad y le dije: cabron ve como te tengo la neta si fuera Ramón ya te hubiera quebrado nomas porque no tengo permiso pero dime otra cosa y voy apretar el gatillo. Ya para eso llego el Walo con una escopeta automática y me apunto y me dijo: no mames guey ya estuvo y yo le dije no mames tu guey yo tengo ordenes de no bajar las armas a menos que tu las bajes que pedo. Ya entonces el Walo bajo su escopeta y el Alfredo pum le puso un culatazo como nos habían enseñado allá en Tucson. Me pasaron el radio y era Ramón y ya me dijo déjalos guey ya saben ellos que pedo. Y ya los dejamos ir y todavía les devolvimos sus armas no, no, eran otros tiempos. Luego me dijeron que me andaba buscando la gente del gobernador y el presidente municipal y Fabián me dijo no te preocupes cuando tu te le pusiste al pedo al Edgardo ya el gobernador se había ido a la chingada.
 Fosa Común
 Aquel anónimo redactor, dejó escrito en su perfil esta leyenda que al paso del tiempo, pareciera ser el epitafio de su blog: “Antes creía que era alguien, ahora solo sé que no soy nadie más que un ‘testigo protegido’”.
 Twitter: @velediaz424

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