Turismo
médico/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
Traducción: José María Puig de la Bellacasa
La
Vanguardia |3 de febrero de 2014;
El
tema político más importante en EE.UU. durante el año pasado no ha sido la
situación de la economía ni el arma nuclear iraní, sino la cuestión de la
sanidad. Es muy posible que sea una cuestión decisiva en las próximas
elecciones y que en un futuro muy cercano la atención sanitaria se convierta en
el tema político más importante en muchos otros países.
Los
hechos esenciales son estos. Hasta Alemania bajo el ultraconservador Bismarck
(las leyes de 1883 a 1889) no hubo un sistema de salud pública importante en
Europa, y mucho menos en otros lugares. Se estableció únicamente después de la
Segunda Guerra Mundial. Hasta entonces la gente o bien contrataba un seguro
privado (fenómeno asimismo moderno) o no tenía ninguno. Había muchos sistemas
diferentes de atención sanitaria, pero la cuestión es que el asunto recibió un
abrumador respaldo desde el principio. El coste de la medicina era todavía barato
en 1890 y relativamente barato en 1950 porque la alta tecnología todavía no
había aparecido. Desde entonces la medicina se ha vuelto infinitamente más cara
y las personas viven más tiempo, así que con tanta gente mayor que sigue
viviendo, la necesidad de atención médica ha crecido enormemente. Incluso
durante los últimos veinte años la duración media de la vida en Europa y EE.UU.
(además de Japón y algunos otros países) ha aumentado unos 10 a 15 años.
La
atención sanitaria se convirtió en un tema político por primera vez en Estados
Unidos porque este país gasta más en ella que cualquier otro país, 2,7 billones
de dólares al año, un 18% del total del PIB, más de 8.000 dólares por persona.
Es más barata en Europa y en Japón (se gasta de un 9% a un 11% del PIB en
atención sanitaria), mientras que en España el gasto es de un 9,5% del PIB.
En
EE.UU. se convirtió en un tema político por dos razones. En primer lugar,
porque era evidente que el elevado gasto (y en alza) sobrepasaba la capacidad
de la economía para soportarlo y, en segundo lugar, porque no estaba claro que
el aumento del gasto resultara en una mejor salud y una vida más larga. Aunque
en algunos aspectos los estadounidenses se han beneficiado; por ejemplo, el
índice de supervivencia en casos de cáncer de mama es mayor en EE.UU. que en
Europa. Pero, en general, por término medio, los estadounidenses no viven más
que los europeos.
Un
reemplazo de cadera en EE.UU. cuesta cinco o seis veces más que en España
(7.700 dólares); Suiza es un país caro, pero una colonoscopia cuesta sólo la
mitad que en EE.UU. La mayoría de los hospitales en EE.UU. son más caros que en
el resto del mundo, ya se trate de una cirugía cardiaca (by-pass), el reemplazo
de articulaciones o el precio de los medicamentos. Un hospital indio o coreano
de alta calidad cuesta alrededor del 30% del coste de un reemplazo de rodilla
en EE.UU. Y para hacer la situación más confusa, un pormenorizado estudio
concluirá que hay hospitales estadounidenses mucho más baratos que el resto:
por una cirugía de tobillo por la que un hospital de Nueva York cobró 120.000
dólares, un centro en Nuevo Hampshire cobró 40.000 dólares. Por una cirugía
cardiaca por la que un hospital de Nueva York cobró 120.000 dólares, un
hospital especializado en Kansas facturó sólo un tercio de este precio.
Cualesquiera
que sean las razones, hay consecuencias; sobre todo, el turismo médico en todo
el mundo. Cada vez más estadounidenses viajan a ciudades fronterizas con México
para cirugía dental importante. La importación de medicamentos de Canadá a
EE.UU. aumenta continuamente. La industria farmacéutica sostiene que las leyes
estrictas de control respecto a los nuevos medicamentos en EE.UU. son la razón
de los elevados precios, pero esto es cierto sólo en parte. Porque los altos
precios se aplican también a los medicamentos legalizados desde hace mucho
tiempo y en uso durante mucho tiempo. Pero el turismo médico se extiende
también en Europa; cada vez más alemanes viajan a Polonia y Hungría para el
cuidado dental y también para tratamiento médico en general. Los principales
hospitales de India informan de la llegada diaria de extranjeros normalmente a
través de Kuwait y de otros países del golfo Pérsico.
Naturalmente,
la gente prefiere someterse a un tratamiento médico importante en su ciudad
natal o su país de origen, cerca de sus familias y amigos; experimenta también
mayor confianza por la calidad del tratamiento en casa y le gusta estar rodeada
de gente que habla su propio idioma. Pero una vez instalados en la era de la
medicina de alta tecnología, los precios se vuelven precios prohibitivos y el
turismo médico se extiende. Hubo un tiempo en que el diagnóstico médico y el
tratamiento eran simples y fáciles. En Alemania, se juzgaba que las amígdalas
eran causantes de la mayoría de las enfermedades, en Francia era casi siempre
el hígado, en España (me dicen) más gente pensaba padecer bronquitis que en
cualquier otro país y en muchos países asiáticos los médicos pensaban que las
enfermedades mentales no surgían en su país. Pero ahora, la alta tecnología ha
modificado notablemente el diagnóstico y el tratamiento médico ya no es lo que
era. Han de adoptarse difíciles decisiones sobre cuánto puede permitirse gastar
en medicina un país. Hay varias maneras de hacerlo y todas tendrán un carácter
penoso… Medicina y política fueron un día dos mundos aparte, pero ya no es así.
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