–¿Le tiene confianza al comisionado Alfredo Castillo?
–No lo conozco. Sólo sé de él lo que dice la prensa. Quisiera tener la oportunidad de hablar con él a la brevedad, porque no quiero chocar con el gobierno. Nuestra guerra no es con el gobierno, no es mía, es del pueblo. Me faltan dos semanas de terapia intermedia, veré si las puedo hacer aquí. Sí necesito hablar con el señor Alfredo Castillo, necesito hablar con él y ojalá se dé cuenta y facilite las cosas. Yo no puedo andarlo siguiendo, pero si hay la oportunidad, podemos hablar aquí.
“Vamos
a Morelia… no tenemos prisa”/JOSÉ
GIL OLMOS
Revista
Proceso # 1948, 1 de marzo de 2014;
José
Manuel Mireles, líder de las autodefensas de la Tierra Caliente, volvió a
Michoacán la última semana de febrero luego de una larga convalecencia en la
capital del país. Pese a la campaña mediática en su contra fue bien recibido
por su gente, y reinstalado en sus funciones. En entrevista con Proceso el
michoacano detalla la estructura gracias a la cual Los Templarios absorben un
gran porcentaje de los recursos federales destinados a la entidad y aclara que
su movimiento no sólo no se desarmará, sino que planea llegar a Morelia,
limpiando al estado de criminales.
TEPALCATEPEC,
MICH.- La tarde del 24 de febrero, ante varios miles de personas que festejaban
el primer aniversario del surgimiento de los grupos de autodefensa ciudadana,
José Manuel Mireles reapareció tras casi dos meses de ausencia, luego del
accidente aéreo que tuvo.
El
Doctor o Cruz Roja, como le dicen, pensaba que sería rechazado tras el
escándalo mediático del video trasmitido por Televisa, donde aparentemente
ordenaba el desarme del movimiento. No fue así. Recibió aplausos, vivas y
abrazos y fue restituido como vocero de las autodefensas de su pueblo, aunque
en los hechos volvió a ocupar su lugar como líder indiscutible del movimiento
contra el crimen organizado en Michoacán.
Con
la autoridad recuperada, Mireles se manifiesta dispuesto a entrevistarse con el
comisionado del gobierno federal, Alfredo Castillo, para aclarar los puntos del
desarme, los objetivos del movimiento de seguir avanzando hasta tomar Morelia y
sobre todo, del fracaso en que podría caer el plan de combate a Los Caballeros
Templarios “si no se limpian las cañerías” de la administración de Fausto
Vallejo, a quien el gobierno está enviando los 45 mil 500 millones de pesos de
ayuda al estado.
Para
Mireles, buena parte de ese dinero acabará en manos del crimen organizado.
A
un año de su creación las autodefensas han logrado más de lo que los gobiernos
estatal y federal hicieron contra el crimen organizado: limpiar de delincuentes
35% del territorio michoacano. El 26 de febrero instalaron retenes en la
entrada de Pátzcuaro y hacia el día 28 otros más en la carretera libre a Uruapan.
En tanto, en su último reporte el gobierno de Enrique Peña Nieto informó de la
detención de 675 presuntos delincuentes y la muerte de Francisco Galeana Núñez,
El Pantera, jefe de la plaza de Arteaga de Los Caballeros Templarios.
El
fundador de las autodefensas de la región de Tierra Caliente advierte en
entrevista que “no bajarán la guardia y seguirán avanzando” hasta limpiar los
113 municipios de Michoacán de cualquier organización criminal y también las
cañerías en las que cohabitan funcionarios de los municipios, del gobierno
estatal y hasta del federal.
Desazolvar
las cañerías
Mireles
recibe a los enviados de Proceso en su casa el 25 de febrero, un día después de
la celebración del primer aniversario de las autodefensas. Tiene dolor de cabeza
y en momentos se siente mareado. Explica que fue intervenido quirúrgicamente en
la cabeza dos veces por la fractura de cráneo que padeció y otra más en la
quijada, la cual tenía rota. A veces arrastra las palabras: aún tiene algunos
tornillos para fijarle la mandíbula. El lado derecho de su cara está
semiparalizado, su ojo apenas empieza a recuperar la movilidad.
Estuvo
resguardado un mes por el gobierno federal. Fue interrogado por agentes del
Centro de Investigación y Seguridad Nacional primero en el hospital donde lo
atendieron y luego en una casa de seguridad en la Ciudad de México.
El
5 de febrero dio dos entrevistas, una a Carmen Aristegui y otra al diario
español El País, donde aclaraba que no había ordenado el desarme, que el
gobierno se había adelantado a lo pactado y el plan de recuperación de
Michoacán podría caer en una simulación. A partir de ahí, dice, le retiraron el
apoyo y la protección, por lo cual decidió volver a Tepalcatepec.
–¿Es
usted un estorbo para el gobierno federal por haber organizado las
autodefensas?
–No.
Lo que siempre he declarado es que nuestra guerra no es contra el gobierno
federal y mucho menos contra el gobierno del estado. Nuestra guerra es única y
exclusivamente contra el crimen organizado. El 5 de febrero hice algunas
declaraciones que molestaron a alguna gente.
“Dije
que todo lo que se ha hecho sí lo habíamos acordado con el gobierno federal,
pero en primer lugar teníamos el compromiso de limpiar el estado de Michoacán
para restablecer el estado de derecho y después de eso vendría enlistarnos en
alguna policía o en las defensas rurales. Ese fue el compromiso y se iba a
hacer después de limpiar el estado.”
El
fundador de los grupos de autodefensa sospecha que el gobierno de Peña Nieto
aceleró los planes por compromisos o presiones internacionales y también porque
las autodefensas se han replicado en otros estados, donde algunas comunidades
les han pedido ayuda para formar sus grupos.
“¡Qué
bueno que están actuando! Lo hicieron para darle a la gente confianza porque
durante 12 años todo aquel que confió en una representación de gobierno era
siempre traicionado. Por eso la gente ya no creía en nada y se metió al
movimiento. Ahora se presenta todo eso pero muy rápido, se meten mil personas a
registrar sus armas para la estructura de las defensas rurales de la Secretaría
de la Defensa Nacional, es una posición muy buena. Luego viene una inyección de
capitales muy grande”, apunta.
Pero
advierte nuevamente que todo este plan puede fracasar si no se limpia
Michoacán. Explica: “De todo ese capital un gran porcentaje iría a parar a
manos del crimen organizado, porque la estructura administrativa vigente en el
estado está hecha de ese modo: de cada peso que llega a Michoacán un gran
porcentaje se va directo a manos del crimen organizado”.
–¿Cómo
lo programan para que se vaya al crimen organizado?
–Si
quieres ser gobernador de Michoacán te dicen: “Está bien, te ayudo, te doy 3
mil millones de pesos para tu campaña. Gástalos. Pero de cada peso que caiga
del presupuesto, 30% va derechito a nosotros”.
“Cuando
van los presidentes municipales a recibir los recursos del ramo 33, por cada
peso que entra al municipio le dan 15% (al crimen organizado). Eso en los
pueblos, pero en Morelia dijeron que tenían que dar 30%. Ya lo declararon
algunos presidentes municipales. Todo eso está escrito y arreglado. Sigue
operando. Por eso digo que primero limpien, que no manden los recursos por el
drenaje.
“Digo
que si no se corrige eso, las cosas no van a cambiar. Esto lo secundó mi amigo
el padre Goyo cuando dijo que no es posible que vengan a ofrecernos agua
potable y nos la quieran enviar por los tubos de las cañerías. Es exactamente
lo mismo”, señala.
Advierte
que esto ya ocurrió el pasado 21 de enero, cuando el gobierno estatal mandó 4 millones
y medio de pesos al municipio de Apatzingán por una petición que hizo la Cámara
de Comercio. “Pero resulta que cuando ese dinero llego a la Presidencia
Municipal se lo repartieron tres personas: el presidente municipal, el tesorero
y el oficial mayor. A final de cuentas no le dieron un quinto a la Cámara de
Comercio. Es lo que yo comentaba el 5 de febrero: no se puede inyectar un
capital tan grande si no se limpia primero la estructura administrativa”.
El
sacerdote Gregorio López acusó al edil de Apatzingán, Uriel Chávez, de ser
sobrino de Nazario Moreno, El Chayo, fundador de Los Caballeros Templarios.
Desde mediados de febrero ya no se presentó en la Presidencia Municipal, donde
el 23 de enero se había fotografiado con el gobernador michoacano Fausto
Vallejo, el comisionado Castillo y la titular de la Secretaría de Desarrollo
Social, Rosario Robles, quien anunció un programa de desarrollo para Michoacán
por 3 mil millones de pesos.
–¿Las
cañerías siguen sucias? –se le pregunta a Mireles.
–Siguen
sucias a pesar de que todo se reestructuró en el sistema de procuración de
justicia de Michoacán. Para nosotros es pura gente desconocida, porque antes
ponían a puros políticos como responsables del área; ahorita parece que están
metiendo pura gente de escuela y ojalá funcione, que no pase lo de antes, que
cuando entregábamos a alguien, al día siguiente salía libre por falta de
pruebas.
Mireles
advierte que ya habló de esto con sus compañeros y les pidió dar un voto de
confianza al gobierno, porque para ellos fue muy difícil lograr que el Estado
participara en la lucha por restablecer el estado de derecho en Michoacán.
Pero
aclara una vez más que él no ordenó el desarme de las autodefensas, como se
difundió en el video de Televisa.
“Cuando
lo anuncian el 13 de enero yo dije: ‘Señores, nos vamos a desarmar, ya llegó la
gente del gobierno a hacer nuestro trabajo’. Pero no pusieron todo lo que dije.
Sólo publicaron que Mireles está ordenando el desarme de las autodefensas. ¡Ah,
chingá! ¿Cuándo dije eso? ¡Nunca! Entonces vino el pleito mediático. A nosotros
no nos gusta eso, somos gente de trabajo, de casa, de campo, aquí ni siquiera
llegan esos periódicos, con trabajo algunos, como La Voz de Michoacán y el
Diario de Apatzingán, pero son de esos cabrones”.
El
médico se refiere a una parte que grabó y que Televisa no incluyó en el video
que difundió en el noticiero de Joaquín López Dóriga el 13 de enero.
“Reiteramos el Consejo General (de Autodefensas) que la única intención de
nuestra lucha es que se restablezca el estado de derecho en nuestras
comunidades para que se puedan guardar las armas… Exigimos la aprehensión y
encarcelamiento de los principales líderes criminales que tiene el estado de
Michoacán: Servando Gómez Martínez, La Tuta; Nazario Moreno González, El Chayo;
Enrique Plancarte Solís, El Quique y Dionisio Lozoya Plancarte, El Tío.
Se
le señala a Mireles que falta también la limpieza en el sector político
implicado con el crimen organizado y contesta retomando de nuevo lo dicho por
Gregorio López, vicario de la catedral de Apatzingán y quien colabora con las
autodefensas recogiendo todas las denuncias para presentarlas ante el
Ministerio Público federal.
“Ya
lo dijo el padre Goyo: puerco que se acostumbró a comer huevos, se los va a
seguir tragando. Entonces, cuando hablo de que el objetivo es limpiar de
delincuentes todo el estado de Michoacán, en el nivel que se encuentren, me
estoy refiriendo a los niveles municipal, estatal y federal. Tenemos que
procurar que sea realidad porque si no, todo va a caer en una simulación y a mí
no me gustan los teatros”.
La
desconfianza
Mireles
camina con dificultad. Uno de sus hombros se ve más bajo que el otro y al andar
se va de lado. Su ojo derecho apenas se mueve y en la frente se nota una
hendidura. Le pusieron un injerto en el hueso frontal. Y la quijada superior no
ajusta con la inferior.
Comenta
que aunque la gente quiere creer de nuevo en el gobierno federal, registrando
sus armas o presentando proyectos productivos, cada vez que ven las noticias
les vuelve la desconfianza. Aunque no da nombres dice que hace poco las
autoridades liberaron al cobrador de Los Templarios en Uruapan, tres días
después de su detención.
“Eso
hace que nos hierva la sangre del coraje, porque lo mismo pasó durante 12 años.
No es justo que si la gente ya identifico a un criminal y la policía lo detuvo,
al rato resulta que como hicieron el procedimiento mal lo tienen que dejar
libre. Si el procedimiento de la detención no fue el adecuado, pues quién lo
detuvo, no fuimos nosotros, fue el gobierno federal y si ellos ya saben el
mecanismo no tienen por qué hacer las cosas mal, a menos que las quieran hacer
mal con toda intención.”
–¿Le
tiene confianza al comisionado Alfredo Castillo?
–No
lo conozco. Sólo sé de él lo que dice la prensa. Quisiera tener la oportunidad
de hablar con él a la brevedad, porque no quiero chocar con el gobierno.
Nuestra guerra no es con el gobierno, no es mía, es del pueblo. Me faltan dos
semanas de terapia intermedia, veré si las puedo hacer aquí. Sí necesito hablar
con el señor Alfredo Castillo, necesito hablar con él y ojalá se dé cuenta y
facilite las cosas. Yo no puedo andarlo siguiendo, pero si hay la oportunidad,
podemos hablar aquí.
El
jefe de las autodefensas de Tepalcatepec asegura que el gobierno federal ya
sabe dónde están los cabecillas de Los Templarios, pero no han actuado por
temor a los daños colaterales y por miedo a la opinión pública nacional y
extranjera.
“Yo
sé que nuestra gente les ha dado un informe de dónde se encuentran El Chayo, La
Tuta, Plancarte… un alto funcionario me dijo: ‘Comprende que cada vez que tu
gente nos dice que están en tal lado, nosotros mandamos a verificar y sí,
efectivamente ahí están, los hemos ubicado, no en el cien por ciento que nos
dicen porque muchas veces son rumores. Pero cada vez que los ubicamos tenemos
que hacer una valoración. Si en la zona el daño colateral es mayor, eso
minimiza el triunfo de la acción, porque aunque sí lo agarremos habrá más de
cien muertos. Esos cien muertos por buscar a un cabrón nos voltea a derechos
humanos nacional e internacionalmente, por eso no lo hacemos’”.
Según
Mireles el funcionario le dijo que era más fácil para ellos ofrecer una
recompensa de millones para que la gente les facilite el trabajo y así preparan
algún lugar donde lo puedan agarrar con menos gente para minimizar los daños
colaterales y el golpe de la opinión pública.
A
un año de la creación de las autodefensas Mireles reitera que su lucha no es
por el dinero, es por su dignidad, defendiendo a su familia: “Ya lo dijo el
padre Goyo en un sermón: ‘Perro que no defiende su hueso no es perro’. Para
poder defender el honor de tu familia, de tus mujeres y tus hijas, hay que
tener dignidad”.
–¿Van
a seguir hasta el final?
–Quisiera
que dentro de un año, el 24 de febrero de 2015, estemos celebrando en Morelia
lo mismo, pero ya liberando a todo el estado. Para allá vamos, no tenemos
prisa.
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