“Es
tiempo de que rinda cuentas”, dice su madre
PATRICIA
DÁVILA
Revista Proceso
# 1948, 1 de marzo de 2014;
Badiraguato
no llega a los 4 mil habitantes, pero es fundamental para entender la génesis
del narcotráfico en México. En ese municipio sinaloense no sólo nació Joaquín
Guzmán Loera, sino también Rafael Caro Quintero y los hermanos Beltrán Leyva,
entre otros capos. Sitio de barreras infranqueables y de enormes paradojas, la
localidad serrana vuelve a ofrecer claves del México actual. Hoy, el alcalde
está conmocionado por la detención del Chapo y pide que no se fragmente el
Cártel de Sinaloa, mientras que la mamá del capo se muestra resignada y
considera que es la hora de la ley.
BADIRAGUATO,
SIN.- Su salud decayó un poco, su mirada es triste. Se nota que ha llorado,
pero también se le ve resignada. Habla poco de Joaquín, su hijo: “A él ya lo
tiene la ley, ahora le toca rendir cuentas”, dice doña Consuelo Loera, y pide a
Dios por él.
Días
antes de la detención la señora participaba en los eventos y festejos de la
comunidad. Hoy sólo recibe algunas visitas en su casa. Las invita a comer.
El
sábado 22 de febrero una de sus nueras le dio la noticia: hacía unas horas
Joaquín había sido detenido por la Marina, en el condominio Miramar, de
Mazatlán, junto a las hijas que tuvo con Emma Coronel Aispuro (Proceso 1604).
Así acababan 13 años de clandestinidad.
Con
el paso de los días se fue enterando de que la Procuraduría General de la
República (PGR) había girado ocho órdenes de aprehensión contra su hijo; que
tiene 66 denuncias penales; que un juez lo absolvió de narcotráfico y que la
Procuraduría de Sinaloa no tiene antecedentes ni investigaciones penales contra
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera.
Robusta,
cara redonda, piel blanca y facciones suaves –que se llevan con su trato
cordial–, a doña Consuelo se le ve vigorosa a sus 85 años de edad. Para caminar
se ayuda de un bastón o una andadera. Tampoco se perciben mayores achaques por
la diabetes que la aqueja desde hace tiempo.
Vive
en el poblado La Tuna, municipio de Badiraguato, en donde el que no se apellida
Guzmán se apellida Loera. La localidad está ubicada en pleno Triángulo Dorado
del narcotráfico. Es difícil llegar. La carretera y las brechas que conectan la
cabecera municipal con La Tuna están protegidas por halcones en motocicleta.
Celosos de su deber, miran con recelo a los visitantes, los persiguen con los
ojos. Todos traen radio. Si llevan armas apenas se les nota, tal vez la cacha
de una escuadra que de pronto asoma bajo la camisa.
Doña
Consuelo es una líder en su comunidad. Donó el terreno para construir el
Colegio de Bachilleres. En el pueblo querían que la escuela llevara su nombre,
pero el gobierno estatal no aceptó. El alcalde, Mario Alfonso Valenzuela López,
cree que era una solicitud razonable.
También
se afirma que la mamá del Chapo donó el terreno de la Iglesia Apostólica de la
Fe en Cristo Jesús, el único templo de la villa.
Con
doña Consuelo viven dos o tres personas que le ayudan en las actividades
domésticas, además de un médico de cabecera. No tiene guardaespaldas. No los
necesita: el pueblo es una barrera impenetrable.
Pesos
pesados
A
sólo 30 minutos de La Tuna, del lado derecho del camino, hay una pista de
aterrizaje clandestina. Ahí llegan los narcotraficantes y de ahí salen los cargamentos
de mariguana y drogas sintéticas que se producen en el municipio. Por el
momento está bloqueada por el Ejército con un par de tambos llenos de tierra,
pero no importa, porque unos kilómetros más allá hay otra.
Antes
de llegar al pueblo donde nació Guzmán Loera se observa una finca entre las
montañas: Se llama La Herradura porque fue construida con esa forma. Se
encuentra en la ranchería La Palma, y aunque la construcción parece ostentosa
las habitaciones carecen de lujo. Sobre una cómoda que hace juego con un
sencillo comedor de madera se encuentra una foto de Alfredo Beltrán Leyva, El
Mochomo, dueño de la casa y actualmente preso. Era aliado del Chapo, pero ahora
lo odia. Dicen que Guzmán lo entregó.
Esta
vivienda es paso forzado para continuar el camino.
Faltando
un par de kilómetros para llegar a La Tuna, sobresalen dos casas: una, de color
rojo, pertenece a Joaquín Guzmán. Al lado, una de color rosa, que el capo
construyó para su madre. Son construcciones ostentosas en medio de la serranía,
pero al menos en la rosa hay muebles sencillos. Incluso la vestimenta de doña
Consuelo sólo destaca de la del resto de mujeres del pueblo en la pulcritud con
que la porta.
En
uno de los cerros que rodean la población despuntan altos y delgados pinos del
rancho El Cielo, propiedad del capo. Tiene árboles frutales de todo tipo. No
hay camino para vehículos, sólo para motocicletas. Quien lo cuida se llama
Miguel Ángel Loera, juez de la comunidad.
En
la zona no se habla de otra cosa: la detención de “el señor” sorprendió a los
lugareños. Hay expectación por saber quién será su sucesor y por la posibilidad
de que Los Zetas, los Beltrán Leyva y el Cártel de Juárez intenten disputar la
plaza.
–¿La
sucesión, quién se queda? –se le pregunta al priista Valenzuela López, el
alcalde de Badiraguato.
–No
conozco el organigrama de ellos, pero me imagino que Ismael El Mayo Zambada. La
plaza de Sinaloa la comparten dos, en el mismo negocio. El Chapo tiene a su
hermano, Aureliano El Guano, pero trabaja en un nivel más bajo. En ausencia de
El Chapo, en Sinaloa los fuertes son Ismael Zambada, Juan José Esparragoza El
Azul y ahora Rafael Caro Quintero.
Tras
la detención de Guzmán Loera, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por
sus siglas en inglés) señaló como el probable sucesor del Chapo a Dámaso López
Jr. El Mini Lic, líder del grupo de sicarios Los Ántrax. Sólo que acá la gente
no coincide con la DEA y cree que el relevo podría ser, más bien, el papá del
Mini Lic: Dámaso López, El Licenciado, quien en 2001 renunció a su cargo como
jefe de seguridad del penal de Puente Grande, dejando las condiciones idóneas
para la fuga del Chapo. Dámaso padre terminó convirtiéndose en operador y
compadre de Guzmán Loera.
En
Badiraguato, ya se ve, las relaciones familiares y de amistad son centrales.
Ahí han nacido los narcos más importantes de las últimas décadas: A finales de
los setenta despuntó Rafael Caro Quintero, de La Noria, quien traía la escuela
de Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara. Y ambos empezaron a formar
discípulos: Juan José Esparragoza El Azul, El Chapo Guzmán, Emilio Quintero,
Balta Díaz, Ernesto Fonseca Don Neto, José Gil Caro, Emilio Cazares, Ovidio
Limón, Amado Carrillo Fuentes, Pedro Avilés, Mario Aguirre, los hermanos
Beltrán Leyva… En estas tierras ya se habla del regreso de Caro Quintero como
“líder moral” del Cártel de Sinaloa.
Acerca
de los mensajes de venganza que supuestamente enviaron los hijos de Guzmán
Loera a través de redes sociales, el presidente municipal señala: “Dudo que
sean ciertos. Al interior (del cártel) no se ha visto desunión, desbandada;
esperemos que tampoco en los días que vienen. Su detención fue un mensaje de
paz, la marcha del 26 de febrero también. ¿A poco cree que (El Chapo) no puede
desestabilizar el estado? La marcha pacífica es una muestra de que puede
manifestarse pacíficamente. Si tiene seguidores sociales, ¿no cree que pueda
haber un movimiento armado?”.
–¿Entrarán
Beltrán Leyva, Los Zetas o el Cártel de Juárez a disputar la plaza? –se le
pregunta a Valenzuela López.
–Si
lo intentan y el gobierno no lo prevé habrá un brote de violencia enorme.
Corresponde al gobierno prevenir eso. Mis mejores deseos como ciudadano y
autoridad es que no vivamos la crisis de inseguridad de 2008, cuando detuvieron
al Mochomo.
El
alcalde se queja: “Badiraguato es la tierra en la que nacieron los
narcotraficantes famosos. No dudo que generaran riqueza para su círculo
cercano, pero no obras de beneficio social: No hay una mueblería, una forrajera
que hayan instalado en sus comunidades. Sólo tenemos el estigma de que aquí
nacieron, pero no el desarrollo económico. No hicieron obras comunitarias; del
único que se menciona que llevó la red de energía eléctrica a su finca de La
Noria es Rafael Caro Quintero, y a partir de allí el gobierno pudo extender la
electrificación.
“Tómenlo
como lo quieran tomar, pero los grandes narcotraficantes llevaron sus fortunas
a otras partes del estado, del país o del mundo y no al lugar en que nacieron.
Si El Chapo, como lo publica la revista Forbes –lo cual creo que es un mito–,
tiene mil millones de dólares, debió invertir en Badiraguato, donde tenemos
mucha pobreza. No es posible que tengamos una sola retroexcavadora, una
conformadora y tres góndolas para arreglar caminos, y 100 pueblos sin electrificar…”
El
cronista José Caro Medina coincide con el alcalde: “El municipio tiene todos
los recursos naturales para ser rico. Es el segundo más grande en Sinaloa,
tiene 30 mil habitantes, 15 sindicaturas y 480 comunidades. Mide 5 mil 840
kilómetros cuadrados. Y falta mejorar en vivienda, sistema de drenaje y
alcantarillado de agua potable, y tenemos el mayor rezago educativo del estado,
con 2 mil 200 analfabetos registrados en el último censo del INEGI, en 2010”.
Las
actividades predominantes en Badiraguato son la ganadería, la agricultura, el
comercio y la producción de enervantes, acepta el edil.
Esa
es una de las razones por las que gente de la región quiere evitar la
extradición del Chapo: Si lo mandan a Estados Unidos temen que se detenga el
motor económico de la zona, explica la historiadora Miriam Soto.
Por
separado, el alcalde conviene: “Las marchas del 26 de febrero fueron en
Guamúchil, después en Jesús María y Culiacán, en apoyo al Chapo. Son un reflejo
del tamaño del negocio. Hay también un reflejo de lo que es El Chapo: un ídolo
para cierto perfil de jóvenes de Sinaloa. Muchos de los que salieron a
manifestarse son familiares de quienes se dedican a eso. Otros son jóvenes
inquietos que se enamoran de los corridos del Chapo.
“Esto
habla del cariño que la gente le tiene. Yo coincido con ellos, no debe haber
extradición. Si fue detenido aquí, que se le juzgue aquí”, señala el munícipe.
Agrega
que los organizadores de la manifestación entregaron camisetas blancas a los
asistentes con el número 701 impreso, en referencia a la posición que ocupó El
Chapo en la lista de multimillonarios de Forbes.
El
gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez (PAN), aseguró el mismo día de la
marcha que la policía había detenido de “10 a 20” manifestantes por realizar
disturbios. Y al día siguiente dijo que investigaría a los inconformes, con el
fin que determinar si están relacionados con actividades delictivas.
Esa
misma jornada, sin embargo, su cruzada sufrió un duro revés: El Departamento
del Tesoro de Estados Unidos dio a conocer que Gabriela Amarillas López, hija
del subsecretario de Administración del gobierno de Sinaloa, Gildardo Amarillas
López, y cinco personas más “quedaron sujetas a acciones de decomisos y
aseguramientos” por parte de las autoridades estadunidenses debido a presuntos
nexos con el Cártel de Sinaloa.
El
mandatario ya no abordó el tema, a pesar de que la PGR declaró que el gobierno
sinaloense debía investigar si algún funcionario público estuvo involucrado en
la construcción de la compleja red de túneles –conectados al sistema de drenaje
de la ciudad– que facilitaba los movimientos y huidas del Chapo.
El
alcalde priista, por su parte, abona el terreno de la incertidumbre: “La forma
en que fue detenido generó la duda de una entrega pactada. ¿Qué pasó con su
anillo de seguridad? ¿Por qué cuando logra escapar, en lugar de irse a
Badiraguato, se fue a Mazatlán? No es creíble la versión de que optó por el
puerto para ver a sus gemelas, ya que tanto sus mujeres como sus hijos se
desplazan fácilmente hacia cualquier punto de la Sierra Madre Occidental en que
él se encuentre. Hemos monitoreado entre la gente y la mayoría declara que
ellos hubieran ayudado a escapar al Chapo de haberlo él requerido”.
Miriam
Soto abunda, por su parte: “Nuestro desconcierto se acrecienta cuando
analizamos y encontramos que todos los golpes que el Ejército y la Marina
habían asestado al Cártel de Sinaloa eran en contra de la gente del Mayo
Zambada, ¡pero finalmente culminan con la detención del Chapo!”.
Por
lo pronto, se ha multiplicado el decomiso de casas de seguridad en Sinaloa
(igual que sucedió entre 2008 y 2009, cuando la violencia entre los cárteles).
Y, contrario a lo esperado, otro fenómeno que aumentó fue el “narcoturismo” en
Mazatlán. Francisco Córdova, secretario de Turismo estatal, anunció que la
ocupación hotelera estaba a 100%. De hecho, planteó aprovechar la red de
túneles para aumentar el número de visitantes.
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