Mancera,
reprobado/SARA
PANTOJA
Revista
Proceso # 1948, 1 de marzo de 2014;
El
pasado 17 de enero Miguel Ángel Mancera utilizó un helicóptero de la Secretaría
de Seguridad Pública –matrícula XC-GDF– para llegar puntual no a un compromiso
oficial sino a un acto social: el cumpleaños 82 del arzobispo ortodoxo Antonio
Chedraoui, en Huixquilucan. El gobernante capitalino fue uno de los 3 mil invitados
a la magna fiesta que todos los años concentra a los hombres del poder
económico, político y financiero del país.
Las
fotografías del descenso de Mancera de la aeronave circularon profusamente en
los diarios y en las revistas “del corazón”.
Aunque
ya desde que despachaba en el búnker de la Procuraduría General de Justicia del
DF había mostrado su gusto por hacerse notar –era común verlo llegar a las
reuniones de gabinete en su motocicleta, una Harley Davidson, con pantalón de
mezclilla, botas, chamarra de cuero y lentes oscuros–, Mancera ha
sobreexplotado su imagen ya como jefe de Gobierno: lo mismo juega beisbol con
Andrés Manuel López Obrador que futbol con los reporteros de la fuente, o bien
hace yoga o anda en bicicleta.
De
hecho, revistas como Quién, ¡Hola! y Caras lo tienen entre sus consentidos. En
septiembre de 2012 Quién tituló así su portada: “El Soltero de Oro, Mancera es
romántico, atlético, poderoso y sin novia oficial. ¿Quién se apunta?”.
En
el primer año de su gobierno esas revistas le han dedicado páginas de sobra
para hablar de su vida familiar, sus gustos por la música y el baile y de sus
parejas sentimentales.
Al
margen de sus actividades oficiales Mancera se da tiempo también para asistir a
cualquier tipo de actos sociales. Caras lo cazó, por ejemplo, en la premier de
las películas Nosotros los nobles y De panzazo, el aniversario de TV Azteca y
la alfombra roja de las obras de teatro Wicked, Cats y Mary Poppins.
También
lo captaron en la apertura del restaurante The Palm, el cumpleaños del
productor Pedro Torres, el coctel de Televisa Radio, el aniversario del
programa La entrevista con Sarmiento, la inauguración del Pepsi Center y de la
Arena Ciudad de México, los 125 años del Palacio de Hierro, entre otros. No es
gratuito que columnistas de la farándula le apoden “el ajonjolí de todos los
moles”.
A
Mancera también le gusta departir con estrellas de la pantalla chica: el 8 de
abril de 2013 la actriz Laura Zapata le pidió ayuda por Twitter, luego de que
una camioneta chocó el auto de su hijo en la delegación Venustiano Carranza y
se fugó. De inmediato y por la misma vía Mancera encargó el asunto al
procurador general de Justicia, Rodolfo Ríos, y le aseguró que estaría
“pendiente” para ayudarla.
La
pronta respuesta del gobernante a la actriz de Televisa desató molestia entre
los tuiteros, quienes lo acusaron de ser selectivo en la atención de las
demandas ciudadanas. De ahí se creó el hashtag: #ManceraHazmeUnParo.
Para
cerrar el año el equipo de Mancera se gastó 37 millones 557 mil 549 pesos para
la difusión de su primer informe de gobierno –que presentó el 17 de septiembre
en la Asamblea Legislativa del DF–, según el reporte oficial del Programa de
Comunicación Social 2013 del Presupuesto de Egresos, entregado a la Oficialía
Mayor a través de la Coordinación General de Comunicación Social.
Esos
37 millones gastados en spots de radio y televisión, así como en inserciones en
la prensa escrita, significaron poco más de 130 veces los 283 mil 897 pesos
destinados a la campaña contra el cáncer de niños y adolescentes, según datos
del mismo reporte, o hasta 279 veces más los 132 mil 437 pesos invertidos en la
difusión de la campaña “La Violencia contra las Mujeres es un delito”.
Calificación
ciudadana
Pero
esa millonaria inversión no evitó la caída en el nivel de aprobación de Mancera
frente a los capitalinos. El mismo día del mensaje, Reforma publicó una
encuesta que lo confirmó: en abril de 2013 tenía un nivel de aceptación de 53%,
en diciembre bajó a 42%. En una escala del 0 al 10, lo reprobaron con 5.7. Una
semana antes, el 26 de noviembre, El Universal publicó su propia encuesta en la
que 49% de los capitalinos desaprobó la gestión de Mancera y le dio apenas 6.18
de calificación a su desempeño como gobernante.
A
finales de enero de 2014 Mancera regresó de su viaje a Sudáfrica –donde
participó en la Cumbre Climática– y tuvo su primer tropiezo mediático del año.
Ante
los crecientes casos de influenza quiso poner el ejemplo a los capitalinos y se
vacunó contra el virus. Al desabrochar su camisa, el llamado “George Clooney
mexicano” descubrió parte de su pecho y su estómago, pero la imagen contradijo
su figura de atleta.
En
pocos minutos la foto se viralizó en las redes sociales, ocasionó mofas de los
tuiteros y fue presa de los “memes” que lo compararon con Janet Jackson, cuando
dejó al descubierto su seno en el show del medio tiempo del supertazón de 2004.
Dos
semanas después, el domingo 16, Mancera se presentó con atuendo deportivo y en
primera fila en la carrera Kardias y en la clase masiva de yoga en el Paseo de
la Reforma. Las imágenes aparecieron en la primera plana de algunos diarios de
circulación nacional.
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