EDITORIAL
Contraataque
global/Editoria, El País, 9 de abril de 2016 …
Europa
y EE UU quieren limitar la evasión fiscal y reducir el dinero negro
La
difusión de la lista de sociedades opacas del despacho panameño Mossack-Fonseca
ha causado una intensa conmoción en los Gobiernos mundiales. Parece que por
fin, después de años de retórica vacía sobre la urgencia de limitar los
paraísos fiscales y restringir con medidas legales la elusión fiscal de las
transnacionales, Estados Unidos y la Unión Europea están dispuestos a dar un
paso eficaz contra el dinero oculto. Barack Obama lanzó un severo discurso
—apoyado por los republicanos— contra las firmas estadounidenses que se
trasladan a zonas de baja intensidad fiscal y “dimiten de la ciudadanía”. Pero
lo importante es que el Tesoro estadounidense ha endurecido la regulación sobre
la fusión con empresas de otros países para acogerse a legislaciones fiscales
más favorables. De momento, la nueva regulación ha frustrado la fusión del
siglo entre las farmacéuticas Pfizer y Allergan, diseñada para situar a Pfizer
en la relajada fiscalidad irlandesa.
EE
UU no quiere perder más ingresos públicos porque en otros países la tributación
por sociedades sea notablemente inferior. Y ha actuado en consecuencia. La
Comisión Europea también parece dispuesta a limitar la evasión. Anuncia nuevos
planes legales para obligar a las multinacionales a que entreguen a los
Gobiernos toda la información fiscal disponible y someter a las empresas a
condiciones de información similares a las de la banca. Si la propuesta se
aplica con rigor, estaríamos ante un primer paso importante para acabar con la
distracción de algunas multinacionales.
El
comisario Moscovici afirmó recientemente que Europa debe aprobar “una lista
negra común de paraísos fiscales”; efectivamente, es un paso necesario que
nadie explica por qué no se ha dado antes. El balance global del daño que causa
la ocultación fiscal, a través de las sociedades offshore o mediante la fuga
hacia fiscalidades complacientes, es devastador. El Fondo Monetario
Internacional (FMI) calcula que las regiones en desarrollo pierden unos
ingresos anuales de 200.000 millones de dólares, con los que podrían mejorar su
situación en crecimiento y empleo; estudios privados aseguran que el 20% de la
renta mundial está agazapada en cuentas opacas protegidas por sociedades como
las destapadas en Panamá. Esta distorsión fiscal es legal ahora, pero debe
dejar de serlo; tal propósito requiere la acción coordinada de todos los
Gobiernos contra las economías que viven de la ocultación del dinero. La
evasión fiscal debilita la posición de los Estados frente a las multinacionales
e impide que se consolide la recuperación mundial.
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EDITORIAL/La lista de Panamá, El País, 4 de abril de 16…
La filtración de datos societarios y fiscales del despacho panameño Mossack Fonseca confirma la vacuidad de las promesas enfáticamente realizadas en las cumbres mundiales y europeas celebradas en los inicios de la crisis para acabar, limitar o regular el papel de los paraísos fiscales.
Frente a la retórica sobre la igualdad fiscal y la persecución del fraude se alza la realidad incuestionable de que existen refugios seguros para quienes quieren ocultar el dinero a las haciendas respectivas mediante el recurso de crear una sociedad offshore (sin actividad empresarial) como depositaria de capitales sujetos a una mínima carga fiscal.
Los nombres más conocidos de la lista de Panamá dan pie al morbo. Naturalmente, cada uno de estos nombres deberá ser investigado y su relación exacta con la evasión fiscal tiene que ser confirmada. En el caso de España, Hacienda ha anunciado la apertura de una investigación para determinar en cada caso si existe delito fiscal (crear sociedades offshore no es ilegal). La comprobación tiene que partir forzosamente del análisis de las declaraciones de bienes en el extranjero (el famoso modelo 720) de los nombres implicados.
Con esa revisión probablemente no basta. Es necesario además conocer las cantidades de dinero tramitadas por las sociedades offshore asociadas a los nombres conocidos. Y aquí es posible que surjan algunas dificultades, porque a la solicitud de información las autoridades panameñas pueden responder que la filtración de datos societarios y fiscales no ha sido legal o que los titulares de las sociedades tienen derecho, según la legislación panameña (casi un paraíso fiscal) al secreto financiero.
Hasta donde lo permita la ley, hay que actuar con la contundencia debida en el caso de la lista de Panamá; lo cual incluye no sólo anunciar que se abre una investigación, como se ha hecho, sino dar cuenta de sus resultados. Pero lo esencial es cerrar el cerco a los paraísos fiscales mediante convenios que obliguen a facilitar la información societaria y fiscal que requieran los gobiernos.
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