Revista
Proceso
2058, a 9 de abril de 2016..
Las
investigaciones serán secretas/CARLOS ACOSTA CÓRDOVA Y JUAN CARLOS CRUZ VARGAS
El
titular del Servicio de Administración Tributaria, Aristóteles Núñez, es la
figura que el gobierno mexicano ha elegido para encabezar la investigación por
los #PanamaPapers. Y ha sido sumamente criticado: un día después de la
revelación salió a decir que la autoridad ya realizaba auditorías, y la versión
sonó a deslinde. En entrevista, argumenta su dicho e informa que la indagatoria
oficial se realizará en secrecía, los resultados no se harán públicos y el
material develado, zanja, “no puede ser utilizado para efectos de sustanciar un
procedimiento”.
Y
explica: “La ley protege a los contribuyentes y ciudadanos en México, en su
derecho a la privacidad, para que no se puedan revelar actos de la autoridad
sobre ellos. Si alguien del SAT se atreviera a revelar información relacionada
con un contribuyente, tiene sanción penal, inclusive la privación de la
libertad. Eso dice el Código Fiscal de la Federación.
“Cuando
tú detectas a un personaje que está haciendo cosas malas y lo auditas y lo
haces que pague, pues no lo haces público; la autoridad no hace públicas esas
cosas. Pero hemos hecho que grandes contribuyentes, grandes empresas y
empresarios, paguen impuestos en México; que paguen aquí lo que no habían
pagado antes.
“Y
eso –dice– naturalmente genera molestia en esas personas. Hoy esas empresas y
personajes hablan mal del gobierno. Yo no puedo hacer público a quién hemos
auditado de los grandes personajes porque la ley los protege. Pero lo hemos
hecho y han tenido que pagar.”
Trabajo
previo
En
entrevista, Aristóteles Núñez –licenciado en Administración Industrial, con
especialidad en Finanzas, por el Instituto Politécnico Nacional– actualiza que,
de los 33 casos detectados hasta ahora en la información de los #PanamaPapers,
que son susceptibles de que la autoridad les haga una revisión interna, en 14
ya se estaban haciendo auditorías –que suman más de 30, porque a esos
contribuyentes se les ha revisado en más de un ejercicio fiscal.
“Y
hay 11 casos en los que el SAT, dependiendo de la información que tenía,
también realizó un acto de autoridad, pero no una auditoría, sino un
requerimiento de información. Sí hay actos de autoridad respecto de los 33,
pero son asociados a otros hechos, no a lo que se ha venido publicando desde el
domingo”, señala.
–Entonces,
¿no fue una reacción inmediata del SAT? Porque así se interpretó. Y no se
creyó, porque parecía imposible que la información saliera el domingo y usted
dijera al otro día que ya hasta había auditorías.
–No,
ya se habían abierto expedientes por motivos distintos. Ya había un
procedimiento abierto que no se derivó –y eso lo tengo que aclarar– de las
revelaciones del domingo, sino de datos, omisiones, hechos o antecedentes que
nosotros tenemos de otro tipo de ingresos, no necesariamente asociados al caso
de Panamá.
“Pero
una vez abierto el procedimiento, la información nueva te da para que puedas
ampliar el alcance: de qué se trata, qué tipo de operación se está revelando,
de qué ejercicio, cruzar datos, y así nos empezamos a dar cuenta de cosas.
“Hay
quien tiene operaciones en 2015. Entonces, debo saber qué datos tengo que
cruzar. Debo esperar la declaración anual de 2015, que se entrega, para
personas físicas, en abril, y personas morales en marzo. El cruce tiene que
esperar para ver, una vez satisfecho el plazo del cumplimiento de obligaciones,
quiénes pagaron y quiénes no, quiénes presentaron a tiempo su declaración anual
de impuestos y quiénes no lo hicieron.”
Justamente
en 2015, Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño de Higa –el que construyó y
financió la Casa Blanca de Peña Nieto y Angélica Rivera y la residencia de
descanso del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en Malinalco, Estado de
México– sacó 100 millones de dólares del país a través de empresas offshore, y
los depositó en paraísos fiscales, es decir, países de baja o nula tributación.
–¿Para
qué querría sacar Hinojosa Cantú esa cantidad, si no es para evadir impuestos,
esconder recursos de la autoridad fiscal? –se le pregunta al jefe del SAT.
–Pregúntenle
a él. Yo no hago juicios de valor ni actúo por suspicacias.
–El
caso está debidamente documentado. Se conoció desde el domingo todo el
entramado internacional que armó el despacho panameño Mossack Fonseca, con
empresas y fideicomisos fantasma en diversos países…
–En
lo personal puedo creerles o no, pero como autoridad debo conducirme de otra
forma. Nosotros no tenemos más información que lo que se ha hecho público. Si
ustedes tienen más información deben ser muy respetuosos de que nosotros aún no
la tenemos. En nuestra revisión tenemos que conocer con mucho más detalle, con
objetividad y veracidad, qué es útil para ir encuadrando conductas y actos, que
hasta ahorita no se tienen.
–Es
decir, ¿no les es suficiente lo que se ha publicado? Si tuvieran los archivos,
¿ayudaría?
–En
principio, el propio Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ha
dicho que a ningún gobierno dará la información. Nosotros, como lo hicimos en
el caso de Swissleaks, que reveló una gran cantidad de nombres de mexicanos que
tenían dinero en instituciones bancarias de Suiza, vamos a pedir la
información. En aquella ocasión fue una autoridad tributaria las que nos la
dio.
“Pero
incluso si nos dieran la información que ustedes tienen, eso sólo nos puede
ayudar a entender cuál es su mecánica, cómo y por qué lo hicieron así. Pero
después nosotros tenemos que ir a confirmarlo.
“El
origen y la fuente de información que traen ustedes no puede ser utilizada para
efectos de sustanciar un procedimiento; tenemos que sacarlo de manera oficial.
Si ustedes o el consorcio nos dieran la información, nos ayudarían a entender
cómo fueron las cosas, y nos ahorraría mucho trabajo para ir identificando en
quién debemos enfocarnos y a qué país y autoridad tenemos que pedirle
información para ir sustanciando cosas.
“No
podríamos guiarnos sin información que permita sustanciar un procedimiento.
Otra vez: no hacemos juicios ni nos conducimos por prejuicios. Hay elementos
donde se tipifican ciertas conductas, ¿hubo omisión o no hubo? De la omisión,
¿se configura un delito fiscal? Entonces preparas una querella y hay instancias
que te ayudan a eso.”
Hace
un alto el entrevistado y señala con énfasis: “Yo entiendo que hay un interés
de que esto tuviera un resultado sumario, muy rápido. Pero hay que entender y
respetar que hay instancias distintas, con competencia en el asunto, que deben
hacer las cosas en tiempos y con formalidades legales”.
–El
asunto es que hay casos que son un escándalo, como el de Hinojosa Cantú o el de
las farmacéuticas, en el que hubo de por medio recursos públicos y la creación
de empresas fantasma a través de fondos de inversión para sacar dinero del
país.
–Insisto:
entre más detalle se tengan y se conozcan, con independencia de que todavía se
trate de una investigación periodística y no sean fuentes oficiales que podamos
utilizar como prueba, de todos modos nos dan elementos y nos ayudan a entender
cómo pudo haber sido la operación.
“Pero
cuando uno quiera llevar a cabo la integración de un expediente para efectos de
una querella, consignación, un pliego petitorio ante un juez para determinar un
crédito fiscal, para fundarlo o motivarlo, necesitas tener una fuente oficial,
obtenida de manera oficial, para cualquiera de estos procedimientos.
“Porque
si no lo hacemos así, lo que se está provocando es viciar de origen la
legalidad de un proceso de autoridad, y todo acto de autoridad requiere cumplir
con una formalidad legal. En materia fiscal hay un procedimiento muy claro
establecido en el Código Fiscal de la Federación, que me dice que tengo que
iniciar un procedimiento de auditoría y tengo que notificar, requerir
información, decirte las observaciones.
“Yo
entiendo la suspicacia, pero no puedo hacer juicios de valor. Tengo que ser muy
objetivo como representante de la autoridad: debes tener elementos
institucionales, evidencia documental, y de lo que tienes puedes fundar o
motivar ciertos actos de autoridad, como un crédito fiscal, una querella, un
requerimiento… porque para cualquier acto de autoridad tienes que tener algo
fundado y motivado. Es un principio natural que está en el artículo 16
constitucional.
“Por
qué digo eso: porque cualquier otra cosa que tú quieras hacer, si no está
fundada y motivada, te la tiran en un tribunal. A la primera te la tiran. No
puede uno actuar con juicios de valor, prejuicios o suspicacias. Tenemos que
tener la información y la evidencia documental institucional –obtenidos
mediante procedimientos legales, formales– para poder sustanciar un acto de
autoridad fundado y motivado ante una instancia que pueda resolver si hay o no
una ilegalidad aquí.”
Además,
explica Aristóteles Núñez, “se puede abrir y solicitar información a otras
jurisdicciones; lo tenemos que sustanciar y motivar y tiene que seguir ese
curso según el convenio con el país con que se trate. Solicitar información de
manera oficial implica mecanismos para que las instancias diplomáticas de
nosotros con esos países puedan hacer la solicitud y esos países con las
instancias de administración tributaria local soliciten a las personas
indicadas, confirmen, entreguen información respecto de lo que ha sido
publicado.
“Y
la respuesta de la autoridad tributaria de ese país puede ser desde un ‘no es
cierto’, hasta un ‘no te doy nada’; todo puede suceder.”
–¿No
se sorprendió por la información de los #PanamaPapers? ¿No sintió que el SAT
fue rebasado, como todas las autoridades fiscales de los países mencionados en
la investigación?
–Rebasados,
no. Información como ésa no es algo nuevo. Desde mediados de los noventa hemos
trabajado, siguiendo los acuerdos firmados con la OCDE, el G-20 y antes con el
G-8, en el tema de los paraísos fiscales, los países de baja tributación.
Concluye
el jefe del SAT: “No puedo decir que no hubo sorpresa. Sí la hubo. Pero también
quiero decir que la información que tiene la institución nos permite saber cómo
son las cosas. No las podemos hacer públicas. No podemos, por ley, dar detalles
ni dar nombres. Pero de que hemos hecho pagar a quienes no hacen bien las
cosas, lo hemos hecho. Y lo vamos a seguir haciendo”. l
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