Revista
Proceso
2058, a 9 de abril de 2016..
Mossack Fonseca
al servicio de Los Cuinis/ Patricia Dávila
Entre
los clientes del bufete Mossack Fonseca figura la “élite” del narcotráfico en
el occidente de México, a través de Gerardo González Valencia. Señalado por los
gobiernos estadunidense y mexicano como parte de los negocios ilícitos de su
clan, ese inversionista es pariente y socio de tres importantes cárteles: Los
Valencia, Los Cuinis y el CJNG, que se formaron en Michoacán y Jalisco pero
despliegan millonarias actividades internacionales.
En
los registros de #PanamaPapers, la relación del matrimonio González
Valencia-Amaral Arévalo con Mossack Fonseca se documenta a partir del 17 de
enero de 2012, cuando Verónica Corbo, de la empresa Asconsur, vía correo
electrónico solicita nombres de sociedades disponibles para ser adquiridas y
los costos de la transacción.
El
mismo día, entre una lista de 10 eligen a Montella Global, y el 26 de enero
Gianella Guarino presiona a Mossack Fonseca: “Esta sociedad va a comprar un inmueble
en Punta del Este (Uruguay) y tenemos que tener legalizado el pacto social y el
poder antes del 10 febrero por parte del consulado uruguayo”.
Ante
la tardanza de Mossack Fonseca, el 6 de febrero insiste: “Tengo una
concatenación de acontecimientos que inician con este poder, please (sic) dame
una fecha lo antes posible”. El consulado uruguayo oficializó el trámite al día
siguiente.
Y
el 7 de febrero Gerardo González Valencia obtuvo en México el pasaporte con el
que justificaría en Uruguay su participación en ambas empresas.
Para
diciembre, el matrimonio ya tenía planes de expandirse a Panamá. A través de
Gianella Guarino preguntan si Montella Global está habilitada para actuar en
Panamá y comprar bienes en ese país, como lo hace en Uruguay, en donde la
empresa es propietaria de inmuebles y realiza inversiones en ese ramo.
De
acuerdo con los archivos, la comunicación se reinició el 3 de julio de 2013,
cuando Mossack Fonseca le envía a Asconsur siete nombres de empresas
disponibles: Seaside Company, Clarisse Company, Amanecer Enterprises, Deltodo
Enterprises, Delirio Business, Vani Business y Tarima Holding.
Hasta
el 10 de septiembre siguiente, Valeria Martino, encargada del servicio exterior
de Asconsur, comunicó a Mossack Fonseca: “Procederemos a comprar la sociedad
Deltodo Enterprises, S.A., jurisdicción Panamá, de la siguiente forma: con
pacto apostillado, directorio contratado panameño (designado por Mossack
Fonseca) y otorgamiento de poder (a favor de Wendy Amaral Arévalo y de Gerardo
González Valencia), el que necesitamos que venga apostillado”.
En
los documentos no existe referencia de las operaciones que estas empresas
realizaron durante más de un año. Fue hasta el 16 de diciembre de 2014 cuando
Cecilia Bonino, de Asconsur, sin más explicación notificó a Mossack Fonseca la
decisión del matrimonio González-Amaral de terminar la sociedad de Deltodo
Enterprises.
Sin
embargo, dos días después la pareja cambió de opinión y condicionó la vigencia
de la empresa a la posibilidad de que Deltodo Enterprises fuera titular de la
marca internacional de una bebida alcohólica que se registraría en Estados
Unidos, China, Rusia y México, entre otros. La empresa siguió operando.
Hasta
el 26 de octubre de 2015, los propietarios de Deltodo Enterprises y Montella
Global solicitaron que las acciones al portador cambiaran a nominativas, todas
a nombre de Héctor Amaral Padilla, originario de Sinaloa, según la copia de su
pasaporte mexicano contenida en el expediente.
En
la declaración “jurada” del supuesto nuevo dueño, Amaral Padilla señala que es
casado y que su domicilio principal es en calle Circunvalación al Golf s/n,
Chalet Quincho Grande, Ciudad Punta del Este, departamento de Maldonado,
Uruguay.
Los
Cuinis y el CJNG
De
ser comerciantes de aguacates, a finales de los noventa, los hermanos se
transformaron en una poderosa organización de narcotraficantes denominada
precisamente Los Valencia.
Por
aquellos años los jefes del Cártel del Milenio, Luis y Armando Valencia
Cornelio, comenzaron a crecer en el negocio de las drogas y eran considerados
los amos y señores del Pacífico mexicano: a través de barcos atuneros
transportaban cientos de toneladas de cocaína a Estados Unidos. Un informe de
inteligencia del gobierno mexicano consigna que José María González Valencia,
El Chema, formaba parte de esta organización.
En
esa época también Abigael González Valencia, El Cuini, pertenecía al círculo
del Cártel del Milenio. Fue capturado en mayo de 1996 en California, Estados
Unidos. Pagó una fianza de 80 mil dólares y en noviembre de ese año obtuvo
libertad condicional.
De
acuerdo con documentos de la Corte Federal del Distrito Este de California, fue
acusado de manufacturar, poseer y distribuir metanfetaminas en las ciudades de
Fresno y Madera. Al parecer llegó a un acuerdo con la fiscalía y se declaró
culpable. Nueve años después, el 28 de abril de 2005, debía presentarse ante la
Corte para recibir sentencia, pero no asistió porque ya se encontraba en
México.
Según
el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en 1994 Abigael González Valencia
coincidió en ese país con su cuñado Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho,
también implicado en el narcotráfico. El Mencho fue sentenciado en la Corte
Federal del Distrito Norte de California por conspiración para distribuir
heroína. Permaneció cerca de tres años en prisión y al quedar en libertad
volvió a México para formar el CJNG. Actualmente está prófugo en México.
El
27 de enero de 1998 El Chema fue detenido por la Procuraduría General de la
República (PGR) en Apatzingán, Michoacán, en un laboratorio acondicionado en el
sótano de una casa, donde se fabricaba heroína.
En
10 años la organización de Los Valencia sufrió severos golpes. En 2003 se pensó
que con las detenciones de sus principales jefes –entre ellos Armando Valencia,
El Maradona– el grupo estaría exterminado, pero fue al contrario.
Cuando
Abigael González Valencia obtuvo a su vez la libertad bajo fianza, regresó a
México y creó el grupo delictivo Los Cuinis junto con sus 17 hermanos.
El
Cuini se asoció con su cuñado, El Mencho. El expediente de la Corte
estadunidense dice que el CJNG “es una fuerza dominante en el tráfico de
narcóticos en los estados de Jalisco, Colima, Veracruz y otros”. Detalla que
comparte el comercio ilegal de drogas con Los Cuinis.
El
1 de noviembre de 2013, el gobierno de Estados Unidos interpuso una denuncia en
la Corte Federal del Distrito de Columbia contra Oseguera Cervantes y González
Valencia, ante la peligrosidad de sus respectivos cárteles. En marzo del año
pasado fueron imputados en dicha Corte por “conspiración para distribuir
cocaína y metanfetaminas con el fin de importarlas” a ese país.
Entre
los cargos contra El Cuini y Oseguera Cervantes están el haber obtenido más de
10 millones de dólares en un año por la manufactura, importación y distribución
de cocaína, mariguana y metanfetaminas en Estados Unidos, México, Guatemala,
Ecuador, Australia y Colombia.
La
acusación engloba actividades ilícitas que cometieron durante 2000, 2005, 2007,
2009, 2013 y 2014: se les atribuye una conspiración internacional para
distribuir cocaína y metanfetaminas desde 2000; en 2005, por portar armas para
realizar actividades de tráfico de drogas; en 2007, por transportar cocaína en
Colombia, Guatemala, México y Estados Unidos; en junio de 2013 son señalados
por transportar metanfetaminas entre México y Estados Unidos y en noviembre del
mismo año se les imputa tráfico de cocaína de México hacia Estados Unidos.
En
enero de 2014 se les adjudica distribución de metanfetaminas entre Australia,
México y Estados Unidos; entre enero de 2000 y 2014, según la denuncia,
conspiraron para realizar asesinatos en los que murieron “una o más personas”.
Abigael
González Valencia fue arrestado en México en febrero de 2015. Desde entonces
sus 17 hermanos, principalmente El Chema, se convirtieron en el blanco
prioritario de Estados Unidos.
El
26 de agosto de 2015 el clan de Los Cuinis recibió otro fuerte golpe: como
parte de una red de 30 empresas en varios países, señaladas como parte del
circuito de lavado de dinero del narco, el gobierno estadunidense solicitó a la
PGR la incautación del Hotelito Desconocido, un exclusivo hotel-boutique
ecoturístico que cobraba mil dólares por noche. Los Cuinis y el CJNG lo
abrieron en el municipio jalisciense de Tomatlán desde 2007.
Los
gobiernos de México y de Estados Unidos identificaron a Abigael como el
propietario del Hotelito Desconocido y como la administradora a Wendy Amaral
Arévalo. A pesar de ello, dos meses después, el 26 de octubre, Asconsur y
Mossack Fonseca pusieron a salvo a las empresas Deltodo Enterprises y Montella
Global a solicitud del matrimonio, y pasaron todas las acciones a nombre de
Héctor Amaral Padilla. l
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