Revista
Proceso
2058, a 9 de abril de 2016..
Vía sus cercanos,
Peña Nieto queda tocado/
JORGE CARRASCO ARAIZAGA Y MATHIEU TOURLIERE
Aunque
no aparece en los #PanamaPapers, el presidente Enrique Peña Nieto está ligado a
numerosas personas cuyos nombres sí figuran en los documentos del despacho
Mossack Fonseca. Se trata de colaboradores, contratistas o familias mexiquenses
cercanas a la del mandatario. Están ahí Emilio Lozoya Austin, los Alcántara,
Carlos Hank Rhon y, en primer lugar, Juan Armando Hinojosa Cantú, el artífice
de la Casa Blanca.
El
presidente Enrique Peña Nieto resultó tocado por los #PanamaPapers. Sin estar
directamente mencionado, los nombres de allegados suyos que surgieron de entre
los archivos del despacho Mossack Fonseca lo colocaron en la lista de
dirigentes políticos referidos en la revelación más grande hasta ahora de
quienes esconden su dinero en paraísos fiscales.
El
Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas
en inglés), que coordinó la investigación periodística internacional en la que
participó la revista Proceso, realizó un interactivo sobre los líderes mundiales
que directa o indirectamente están relacionados con la creación de empresas
offshore por parte de la firma panameña.
Después
de 12 presidentes, primeros ministros en funciones o retirados, y reyes de los
países árabes que compraron empresas offshore a Mossack Fonseca, el presidente
de México aparece en una lista de 18 mandatarios cuyos familiares o cercanos
pidieron el apoyo de ese despacho para crear complejos esquemas financieros con
el propósito de esconder su identidad y la ruta del dinero.
El
presidente mexicano está en esa lista con el ruso, Vladimir Putin; la
exmandataria argentina Cristina Fernández; y el expresidente de Costa de
Marfil, Laurent Gbagbo. En esos casos identificados en la investigación global
se trata de personas cercanas a los mandatarios o exmandatarios que no forman
parte de su familia y que compraron empresas offshore.
Peña
Nieto fue enlistado gracias al contratista Juan Armando Hinojosa Cantú, el
hombre que se ha convertido en símbolo sexenal del enriquecimiento a partir de
la obra pública y su relación política. Las estimaciones que refiere el ICIJ a
partir de investigaciones periodísticas son de 750 millones de dólares
obtenidos en contratos con el gobierno.
Las
operaciones de Hinojosa Cantú fueron conocidas el pasado domingo 3, cuando los
más de 100 medios participantes en la investigación dieron a conocer de forma
simultánea los primeros resultados luego de casi un año de trabajo. Proceso lo
difundió en su portal al igual que Aristegui Noticias, el otro medio mexicano
que tuvo acceso a los archivos de Mossack Fonseca.
El
constructor de la llamada Casa Blanca para Peña Nieto en Las Lomas de
Chapultepec –inmueble cuyo valor se estima en 7 millones de dólares de acuerdo
con la investigación de Aristegui Noticias– buscó movilizar en julio del año
pasado 100 millones de dólares, producto de sus “ahorros” y apenas una parte de
su riqueza, según las referencias de los despachos que gestionaron la creación
de sociedades, empresas y fundaciones para esconder el dinero.
Con
ese manejo de dinero, Mossack Fonseca incluyó a Hinojosa Cantú en la categoría
de Individuo de Fortuna Neta Elevada (UHNWI, por sus siglas en inglés) por
tener activos que rebasan los 30 millones de dólares.
Esa
misma información, producto de la filtración de documentos de la firma panameña
al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, deja en claro las relaciones con Peña
Nieto y sus gobiernos en el Estado de México y la Presidencia de la República.
Un
documento presentado por sus asesores financieros para la creación de las empresas offshore señala como fuente
de ingresos de Hinojosa Cantú los contratos que ha tenido con las
administraciones de Peña Nieto.
Fechado
el 30 de junio de 2015, el documento enlista 11 de “los proyectos más
significativos” del Grupo Higa, propiedad de Juan Armado Hinojosa en los
últimos años. Casi todos están relacionados con los gobiernos de Peña Nieto.
Sin mencionar un monto total, destacan el proyecto carretero Aeropuerto
Toluca-Naucalpan y el contrato por 945.5 millones de pesos para remodelar el
hangar presidencial.
También
el Aeropuerto Internacional de Toluca y el libramiento Acambay, y numerosas
obras carreteras en el Estado de México. Además dice que para junio pasado
competía para ganar la construcción de una parte (17%) del nuevo aeropuerto de
la Ciudad de México, que dicen será el más grande del mundo.
El
documento también menciona las diferentes empresas de Hinojosa: la compañía
aeronáutica Eolo, Constructora Teya, Mezcla Asfáltica de Calidad, Impresión
Publicitaria, Consorcio IGSA Medical del Perú y Bienes Raíces H&G S. A. de
C. V.
Esta
última fue la que le vendió su casa de descanso al secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, en Malinalco, Estado de México, según reveló el diario The Wall
Street Journal. Primer responsable de la recaudación de impuestos en el país,
Videgaray se negó a hacer comentarios sobre la presencia de Hinojosa Cantú en
#PanamaPapers.
Proceso
buscó al departamento de Comunicación del Grupo Higa para la investigación, con
el propósito de conocer sobre sus ingresos y lo que ha reportado al fisco, sin
obtener respuesta. Una semana después de que se dieron a conocer los
#PanamaPapers seguía sin responder.
La
Presidencia de la República también se negó a comentar el tema. Consultada en
los días previos a la publicación, aseguró que se trataba de “un asunto un poco
añejo” y remitió a la investigación de la Secretaría de la Función Pública que
en agosto pasado negó la existencia de conflicto de interés, justo cuando
Hinojosa ya tenía un esquema financiero para mover esos 100 millones de
dólares.
Los
demás
La
referencia al presidente de México en la investigación global se debió también
a que Emilio Lozoya Austin fue otro de sus allegados que apareció en los
#PanamaPapers. Lozoya, quien fue el primer director de Pemex en el gobierno de
Peña Nieto, hasta febrero pasado, está en los archivos de Mossack Fonseca.
La
información disponible hasta ahora no demuestra que en efecto haya creado una
empresa offshore. Al día siguiente de que proceso.com.mx dio a conocer que en
los datos filtrados estaba una copia de su pasaporte, el exdirector de Pemex
usó su cuenta de Twitter para emitir un supuesto desmentido.
“Es
posible que en alguna transacción, antes de ser funcionario público, cierta
contraparte empresarial con la que haya tratado a nivel internacional, intentó
crear esta estructura. Lo cual, de ser el caso, nunca se concretó”, escribió
Lozoya en su cuenta de Twitter @EmilioLozoyaAus.
“Nunca
he tenido trato, de ninguna índole, con el despacho Mossack Fonseca”, escribió
el exfuncionario en la misma cuenta en la que Proceso lo había buscado para
consultarlo, antes de la publicación de #PanamaPapers, sobre su relación con la
firma panameña.
En
lo que presentó como un desmentido, que en realidad era un deslinde del
escándalo, señaló: “Niego categóricamente haber registrado o creado empresa
alguna en Panamá, o que haya tenido o tenga cuentas bancarias en ese país”.
Aseguró que siempre ha cumplido con el pago de impuestos “en todas las
jurisdicciones en que he debido hacerlo”.
El
entorno de Peña Nieto también fue alcanzado con la revelación de que Mossack
Fonseca tiene como sus clientes a integrantes de una familia que durante
décadas ha sido cercana al presidente de la República: los Alcántara Rojas.
De
acuerdo con los documentos de Mossack Fonseca revisados por Proceso, Aurora
Rojas Alcántara y su hija Melissa Flores Alcántara son beneficiarias de
fideicomisos creados en Nueva Zelanda y Hong Kong para realizar inversiones y
operaciones empresariales en distintas partes del mundo.
El
creador de estas estructuras es el abogado Luis Doporto Alejandre, esposo de
Melissa Flores Alcántara. En los archivos de Mossack Fonseca, Doporto es uno de
los mexicanos con más presencia. Su nombre aparece en la creación de numerosas
empresas, incluidas las suyas.
Su
participación ha sido clave para la reestructuración del mercado de
distribución de medicamentos en México a través de presuntas prácticas de
connivencia entre competidores y que pone a prueba al gobierno de Peña Nieto para
evitar las prácticas monopólicas en ese sensible mercado.
Los
Alcántara Rojas son originarios de Acambay, un poblado de 56 mil habitantes en
el Estado de México, vecino de Atlacomulco y de donde también proviene la
familia de Peña Nieto, cuyo abuelo fue alcalde en cuatro ocasiones.
El
jefe del clan es Roberto Alcántara Rojas. Nacido en Acambay, Estado de México,
el 19 de abril de 1949, es hijo de Jesús Alcántara Miranda, quien fue
presidente municipal de Acambay, dos veces diputado federal y senador (1988-1991),
siempre por el PRI, en el que Roberto Alcántara ha participado como recaudador
de fondos en campañas presidenciales.
Desde
hace medio siglo los Alcántara se dedican al transporte. A la cabeza de los
negocios está Roberto Alcántara, quien es dueño de VivaAerobús en México y
director general del Grupo Toluca, que posee empresas de transporte terrestre.
Con
la llegada de Peña Nieto a la Presidencia los Alcántara diversificaron sus
negocios. Apenas había comenzado el sexenio, en 2013, Roberto obtuvo tres
contratos por 4 mil millones de pesos para administrar la gestión del cobro
electrónico de 49% de las casetas de México bajo el control de Caminos y
Puentes Federales, a pesar de que se denunciaron irregularidades (Proceso 1974
y 1975).
Ese
mismo año se convirtió en el mayor accionista minoritario de la española Prisa,
editora del periódico El País, con una aportación de 100 millones de euros.
Su
hermana Aurora Alcántara, quien aparece en los archivos de Mossack Fonseca, es
esposa del exgobernador de Oaxaca, José Murat, quien a su vez es padre del
actual candidato a gobernador de ese estado por el PRI, Alejando Murat, otro
cercano a Peña Nieto.
Integrante
del equipo de transición, Peña lo hizo director del Instituto del Fondo
Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, desde donde trabajó su
candidatura al gobierno de Oaxaca, entidad que ya estuvo gobernada por su
padre.
José
Murat, además, fue el encargado por Peña Nieto para operar el Pacto por México.
Con ese acuerdo, Peña Nieto logró generar un consenso entre los principales
partidos políticos del país para adoptar las reformas hacendaria, laboral,
educativa y energética.
Aunque
no logró su propósito de crear empresas offshore con Mossack Fonseca, otro
empresario cercano a Peña Nieto es mencionado en los #PanamaPapers.
Carlos
Hank Rhon, accionista mayoritario del Grupo Financiero Interacciones, pretendió
abrir una cuenta de 10.7 millones de dólares en un banco suizo a través del
despacho panameño. La negativa de Mossack Fonseca a Hank se debió al
desprestigio de su familia luego del escándalo internacional en el que estuvo
involucrada cuando el gobierno de Estados Unidos emprendió a mediados de los
noventa la llamada Operación Tigre Blanco.
Sin
embargo, Interacciones Casa de Bolsa, propiedad de Hank Rhon, aparecía en los
archivos de Mossack Fonseca como un “prospecto de cliente” en 1996, cuando ya
estaba en marcha la investigación estadunidense contra la familia de Carlos
Hank González, fundador del grupo político Atlacomulco, en el Estado de
México, del que surgió el presidente Peña Nieto. l
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