Revista
Proceso # 2064, 22 de mayo de 2016.. Pag 79
Palabra de lector…Misiva de Televisa y respuesta del reportero.
Que
“Proceso” falsea información sobre Televisa
PALABRA
DE LECTOR
Señor
director:
La
nota publicada en la edición 2062 de la revista Proceso, que salió a la venta
el domingo 8 de mayo del año en curso, contiene varios errores, imprecisiones,
inexactitudes pero sobre todo basa su “reportaje” en información falsa, por lo
siguiente:
1.-
Proceso y Jenaro Villamil emiten
información falsa al señalar en el título de la revista que está “Televisa bajo
la lupa de EU” y en el texto de su nota “EU: Investiga las cuentas oscuras del
consorcio”. No hay ninguna fuente oficial que haya señalado una investigación
en los Estados Unidos. Incluso, una nota del diario The Wall Street Journal
(WSJ) publicada en pasado 5 de mayo y que titula “Grupo Televisa ordena una
investigación derivada de dichos en carta anónima”, en ningún momento señala
que exista una investigación de autoridades norteamericanas hacia la empresa.
Por el contrario, el WSJ señala que fueron los abogados de Televisa quienes
buscaron al Departamento de Justicia de los Estados Unidos para informarles que
les había llegado una carta anónima con información falsa, que aun y cuando
carecía de elementos verídicos, se emprenderían investigaciones por un despacho
independiente con el fin de soportar que los hechos no tienen sustento.
2.-
La revista y el señor Villamil erran al señalar que el WSJ soltó una “bomba
informativa” sobre Televisa. Fueron los directivos del Grupo quienes
compartieron la carta anónima con el WSJ. Este diario señala que la carta
anónima tiene varios errores y que el correo electrónico desde el cual se envió
nunca respondió a las consultas de sus periodistas. Pero la revista y el señor
Villamil decidieron no consultar a ninguna de las personas físicas y morales
que aluden en su nota, centralmente ni a Televisa ni al WSJ.
3.-
El semanario Proceso miente al señalar que Televisa ha hecho “escamoteos
financieros”. Esto también es falso y es una información sin sustento alguno.
Todo lo contrario, Televisa es una empresa pública que cotiza en los mercados
de valores y cuyos estados financieros e informes son publicados
trimestralmente. En este sentido la nota del WSJ señala, luego de consultar a
los auditores independientes que están revisando el contenido de la carta
anónima –la prestigiada firma de abogados norteamericana Wachtell, Lipton,
Rosen & Katz–, que “hasta el momento las acusaciones han resultado
ficticias e infundadas”. Algo que Proceso omite en su nota.
4.-
Para echar mano de más falsedades en el reportaje, Proceso y Jenaro Villamil
retoman una vieja e infundada historia respecto a la “venta y promoción de
espacios informativos (por Televisa) al entonces gobernador del Estado de
México…” Dicen, este plan “era para publicitar a Peña Nieto en las pantallas
del consorcio (Televisa) y convertirlo en el candidato priista a la Presidencia
de la República”. Esta información es sencillamente falsa y fue investigada por
el Consejo General del Instituto Federal Electoral, mediante el número de
resolución CG573/2012, luego de que el PRD presentara los argumentos de Jenaro
Villamil del semanario Proceso 1512 como parte de una queja en materia
electoral. En este expediente la autoridad electoral resolvió que: “Por lo que
hace al Proceso Electoral Federal en curso, queda acreditado que la cobertura
otorgada por dichas empresas al C. Enrique Peña Nieto atendió a fines
periodísticos, además de que fue equitativo y proporcional respecto a la
cobertura que se dio a otros actores políticos, lo cual se desprende
fehacientemente del monitoreo ordenado por esta autoridad, por lo cual, como ya
se dijo, el presente procedimiento sancionador deberá declararse infundado por
lo que hace a dichas personas jurídicas”.
5.-
Por si lo anterior no fuese suficiente, el mismo expediente causó estado ante
el Poder Judicial Federal, en donde por unanimidad el Pleno del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, al emitir la sentencia
SUP-RAP-427/2012, ratificó la decisión del IFE de desechar la queja del PRD y,
con ello desestimó los argumentos que dio Villamil en 2005. Argumentos falaces
que ahora vuelve a exponer en su artículo, pero no señala que estos ya fueron
analizados y desechados al no tener fundamento alguno más que su imaginario.
6.-
Ahora Proceso y Villamil, además de retomar falacias del 2005, se aventuran a
señalar, sin confirmación alguna, que los montos de efectivo mencionados en la
carta anónima –sin firmas ni membretes– fueron entregados a Televisa. Esta
información de pagos de cientos de millones de pesos es absurda. No se nos
consultó al respecto, pero tampoco se hizo lo propio con las entidades o
partidos señalados en la nota de la revista. Televisa ya había señalado al WSJ
que esta información era falsa y, posteriormente, lo hicieron varios de los
aludidos (gobiernos de Estado de México, Puebla y el PAN).
7.-
Pero Proceso y el señor Villamil además de no consultar a los aludidos, no
revisaron los registros públicos respectivos. Tampoco corroboró que los
monitoreos permanentes del INE, en materia de radio y TV, arrogasen algún tipo
de cobertura indebida. Sencillamente no corroboraron información alguna y nos
atacan con un libelo anónimo que ellos pudieron haber escrito. Dieron por bueno
un anónimo, lleno de falsedades, pues decidieron dañar la imagen de Televisa,
sus inversionistas, directivos y empleados.
8.-Tambien,
la revista y Villamil narran con gran inexactitud lo acontecido entre Televisa
y The Guardian en el 2012. Hablan de “acciones legales”, pero no señalan que
The Guardian aceptó firmar un comunicado conjunto el que se aclara: i) que no
hay base para acusar a Televisa de haber realizado coberturas televisivas
irregulares en materia política-electoral, del 2005 al 2012; ii) que Televisa y sus periodistas buscan
mantener los más altos estándares editoriales ; y, iii) que las autoridades
electorales mexicanas resolvieron que la cobertura de Televisa cumplió con las
estrictas normas electorales mexicanas y de neutralidad política.
9.-
Pero las inexactitudes no paran ahí, la revista erróneamente hace referencia a
supuestas investigaciones del “Departamento de Estado” lo cual no ha sido
mencionado por nadie: ni por la nota de WSJ y ni siquiera por el anónimo.
Sencillamente esto es otro invento.
Por
todo lo anterior resultan en extremo gravosas las falsas e inexactas
imputaciones que la revista hace sobre Televisa. Todas ellas sin fundamento
alguno. Además resulta delicado que en ningún momento se consultó a Televisa a
pesar de que escribió un reportaje de cuatro cuartillas sobre ella y sus
directivos. Sencillamente Proceso y el señor Villamil inventaron una nota y lo
que escribieron no tienen sustento alguno.
Atentamente,
Jorge
Rubén Vilchis Hernández, representante legal de Televisa, y
Alejandro
Olmos, director de Información de Televisa
#
Respuesta
de Jenaro Villamil
Señor
director:
1.-Hay
suficientes elementos para sustentar que en Estados Unidos se está realizando
una investigación sobre las cuentas de Grupo Televisa.
Este
reportero recibió el miércoles 4 de mayo de 2016, vía correo electrónico, de
una fuente confidencial, una serie de archivos que contenían lo siguiente:
a)
Tres documentos idénticos, de 15 cuartillas, con fecha 20 de abril de 2016
dirigidos a las siguientes oficinas: Daniel Kahn, Criminal Division Fraud
Section/FCPA Coordinator; Andrew Weissman, Fraud Section, Criminal Division
U.S. Department of Justice; y Office of the Whistleblower, US Securities and
Exchange Commission.
b)
Junto con estos tres documentos, copia de la denuncia formal del autor del
anónimo, ante las autoridades de la SEC, con fecha el 24 de abril de 2016.
c)
En otro correo electrónico, 40 archivos relacionados con los elementos que se
presentaban en el escrito de 15 cuartillas.
2.-
A raíz de la publicación de la nota en The Wall Street Journal, este reportero
corroboró el 6 de mayo el hecho de que había en curso una investigación con una
fuente confidencial cuya identidad no será revelada, como parte del secreto
profesional del periodista.
3.-Televisa
alega que “fueron los directivos del Grupo quienes compartieron la carta
anónima con WSJ”. Esta afirmación no se desprende de la nota del rotativo
estadunidense, puesto que en ningún momento se admite que el anónimo haya sido
entregado por Grupo Televisa.
En
el último párrafo de esa nota señala que Televisa especula que el e-mail del
anónimo también pudo haber sido enviado al Departamento de Justicia. Los
abogados de Televisa afirmaron que ellos han contactado con el Departamento de
Justicia. “El Departamento de Justicia declinó hacer algún comentario”, remató
la nota de WJS.
La
frase es inequívoca. El periódico no rechaza que se esté realizando una
investigación. Simplemente señala que el Departamento de Justicia guardó
silencio.
4.-Efectivamente,
WSJ soltó una “bomba informativa” porque fue el periódico norteamericano el que
se adelantó a otros medios, incluyendo a Proceso, al informar la existencia del
anónimo, al acreditar que Grupo Televisa contrató a una compañía en Nueva York
para autoinvestigarse y revelar parte del contenido de este documento.
Todo
esto configura lo que en periodismo se llama exclusiva informativa. A partir de
esta exclusiva, este reportero propuso la oportunidad de abundar sobre el
contenido del documento y el contexto de las denuncias ahí expresadas, sin
hacer valoración alguna de si son “ficticias o infundadas”, ya que esa es la
versión de Grupo Televisa.
5.-En
el párrafo de presentación del reportaje de Proceso se menciona lo siguiente:
“Sin embargo, los datos sobre los escamoteos financieros de Televisa están
documentados”.
Esta
frase se basa justamente en la información derivada del documento anónimo,
enviado a tres autoridades de Estados Unidos, y que Televisa considera de suma
importancia para su prestigio ya que afirma que lo “compartió” con WJS y que
ordenó una investigación a la firma de abogados Watchell, Lipton, Rosen &
Katz para desmentir esa documentación.
Proceso
y este reportero no mienten porque simplemente se basan en el contenido del
documento, haciendo referencia a él y citándolo a lo largo de la nota
publicada, al igual que la versión de Televisa sobre el mismo. Al respecto,
vale la pena enfatizar en que quienes afirman que hasta el momento las
acusaciones han resultado ficticias e infundadas, son Televisa y la firma
jurídica que contrató.
6.-Reprocha
Televisa que no se le hubiera consultado antes de publicar parte del contenido
del documento anónimo.
La
reacción de Televisa ante el documento está expresada en la propia información
del WSJ y en una nota de “evento relevante” ante la Bolsa Mexicana de Valores,
enviada el mismo viernes 6 de mayo.
Miente
Televisa cuando señala que el reportaje no incluye su versión, porque sí está
expresada en los cuatro primeros y en los dos últimos párrafos del texto, donde
se cita el comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
La
versión de Televisa está expresada en la nota que ellos mismos gestionaron con
el WJS –tal como admiten en su carta de derecho de réplica– y en el documento
enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.
En
reiteradas ocasiones, este reportero ha buscado al vocero oficial de Grupo Televisa,
Alejandro Olmos, a través de comunicación por medios digitales y vía
telefónica. Invariablemente, ante Proceso y ante este reportero, Grupo Televisa
no da una respuesta, tal como ocurrió a principios de abril de este año cuando
se le consultó sobre la empresa offshore del señor Alfonso de Angoitia,
revelada en los #PanamaPapers.
7.-Televisa
confunde el periodismo con el litigio en tribunales electorales o con las
resoluciones de las autoridades en la materia (IFE y ahora INE). Señala que
como la información sobre los convenios de Grupo Televisa con Enrique Peña
Nieto “es sencillamente falsa” no se debe volver a mencionar ni a publicar.
Esa
es su versión. En efecto, Proceso también le ha dado cobertura a las
exoneraciones del IFE y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación.
Dice
Televisa, que “para echar mano de más falsedades en el reportaje”, Proceso y
este reportero retoman una “vieja e infundada historia” respecto a la
promoción del entonces gobernador del
Estado de México.
Para
ellos será “vieja e infundada”, pero no ha dejado de tener interés público y de
seguir ventilándose en los medios internacionales.
Uno
de los cables del Departamento de Estado norteamericano, filtrado por WikiLeaks
desde 2010 y fechado el 24 de septiembre de 2009, escrito por funcionarios de
la embajada de Estados Unidos afirmó lo siguiente:
“Es
un hecho ampliamente aceptado, por ejemplo, que el monopolio de la televisión
Televisa respalda al gobernador (Peña Nieto) y le proporciona una
extraordinaria cantidad de tiempo aire en emisión y otros tipos de cobertura.”
Peña
Nieto “ha puesto en marcha un importante proyecto de obras públicas en las
zonas seleccionadas por los votos, y los analistas y dirigentes priistas por
igual han expresado en repetidas ocasiones a los funcionarios públicos de
Estados Unidos su creencia de que él está pagando a los medios de comunicación
el segmento de noticias favorables, así como potencialmente el financiamiento
de los encuestadores para influir en los resultados de las mismas”. (Cable
09MEXICO2778_a).
En
2009, año de elecciones federales, un monitoreo de medios informativos
difundido por el Senado, cuya copia tiene este reportero, señaló que entre el 1
de septiembre y el 15 de diciembre de 2007, Peña Nieto acaparó en Televisa y en
TV Azteca hasta ochos notas diarias y sumó 700. En segundo lugar, apareció el
entonces jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, con 449 notas en total,
cinco al día.
El
mismo monitoreo expuso que entre agosto y diciembre de 2008, en el principal
noticiario de Canal 2, a Peña Nieto se le destinaron 23 horas y 21 segundos, de
los cuales, 43% fueron clasificados como “infomerciales” y 57% como “notas
informativas” relacionadas con el entonces gobernador mexiquense.
Estos
monitoreos no coinciden, por supuesto, con el presentado por Grupo Televisa
ante el TEPJF y elaborado por la empresa Medialog-Intélite, o el estudio
realizado por el IFE-IBOPE-UNAM para comparar las coberturas en las elecciones
presidenciales entre 2006 y 2012.
Estos
monitoreos no incluyen las notas en
secciones de espectáculos sobre el romance de la actriz Angélica Rivera y el
entonces gobernador o el triunfo del equipo de futbol Toluca, en 2008, que
sirvió de pretexto para que Peña Nieto apareciera o fuera mencionado en los programas
deportivos de Televisa.
De
eso se trata el secreto entre Televisa y Peña Nieto que no se quiere documentar
y que todos los mexicanos vieron en la pantalla televisiva: realizar una
intensa promoción que no se circunscriba sólo al terreno de los programas
informativos o de análisis, sino que incorpore los ingredientes del
advertainment (publicidad encubierta en los programas de entretenimiento) o
product placement, como describe el documento de 15 cuartillas cuya copia tiene
Proceso.
8.-La
compra de “tiempo-aire” para tener una cobertura informativa favorable a
gobernadores o dirigentes políticos está prohibida por la ley electoral
mexicana y por la Constitución, pero no incluye otro tipo de contenidos que no
sean los noticieros.
El
hecho de que esté prohibida no significa que no se realice. Ahí radica el
interés informativo del documento del que trata la nota publicada: una vez más
se expone un sistema ilegal, de doble contabilidad, no reportado oficialmente
ni tampoco ante las autoridades bursátiles de Estados Unidos, para recibir
dinero en efectivo de los gobernadores. El “modelo Peña Nieto” se ha expandido
a otros mandatarios estatales.
Por
supuesto, las cuentas oficiales no coinciden con los montos expresados en el
documento anónimo porque se trata precisamente de eso: de dinero que llega de
una forma directa, dándole la vuelta a la ley.
Este
debate sobre el monto verdadero de lo que destinan los gobernadores y políticos
a su promoción en medios electrónicos, particularmente en Televisa, terminaría
en el momento que se den a conocer las pautas originales y los contratos
completos y originales entre los gobiernos estatales y la televisora.
Televisa
ha argumentado que este tipo de información es confidencial y podría beneficiar
a sus competidores. Los gobernadores se han atenido a esta regla, ignorando que
se trata de dinero público y, por tanto, sujeto a las reglas de la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública.
En
cualquier caso, el objeto de la nota publicada es dar cuenta de las
denuncias contenidas en la carta anónima
enviada a las autoridades de EU, incluyendo la versión de Televisa sobre éste.
El reportaje trata sobre la existencia de ese documento, que Proceso no
escribió, por cierto.
9.-A
Televisa le molesta que un reportaje tenga el contexto de los antecedentes de
este debate; en particular revivir las tres notas publicadas en junio de 2012
por el periódico británico The Guardian. Televisa afirma en su réplica que es
inexacto hablar de “acciones legales” en contra del rotativo inglés.
En
el comunicado conjunto, del 5 de febrero de 2013, que ellos mismos citan, se
afirmó en un párrafo lo siguiente: “Bajo estas acusaciones, Televisa definió
que no tenía más opción que presentar formalmente una demanda legal contra The
Guardian”.
The
Guardian aceptó firmar una carta conjunta con Grupo Televisa en donde reconoció
que “la cobertura de noticias” en el proceso electoral de 2012 “ha sido
resuelta por el TEPJF” y que “no fue posible confirmar la autenticidad de los
documentos recibidos”.
En
el mismo documento firmado conjuntamente por Grupo Televisa y The Guardian,
citan como parte del contexto, lo publicado también por Proceso y este
reportero:
“Uno
de esos documentos ya había sido publicado en 2005 por un periodista mexicano.
La autenticidad de dicho documento fue cuestionada por algunos sectores de la
prensa mexicana y desmentido por Televisa.
“No
obstante, The Guardian pensó que sus artículos planteaban una cuestión de
interés periodístico sobre la relación entre Televisa (como la principal
empresa radiodifusora de México) y algunos candidatos a puestos de elección.
The Guardian publicó los artículos de buena fe, en base al material
proporcionado por su fuente confidencial.”
10.-Televisa
señala que otra inexactitud es referirse a “supuestas investigaciones del
Departamento de Estado, lo cual no ha sido mencionado por nadie: ni por la nota
del WSJ y ni siquiera por el anónimo. Sencillamente es otro invento”.
Aquí
acepto que hay una inexactitud, pero no referente a las investigaciones.
Simplemente debió señalarse Departamento de Justicia, tal como fue mencionado
por la fuente confidencial.
Atentamente,
Jenaro
Villamil Rodríguez
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