La foto de la agencia AP es elocuente!
Atras la patrulla 14810..
¿Quiénes fueron?
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Diálogo ante todo / Jesús Martínez Alvarez, exgobernador de Oaxaca. Tomada de Facebook.
Atras la patrulla 14810..
¿Quiénes fueron?
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Diálogo ante todo / Jesús Martínez Alvarez, exgobernador de Oaxaca. Tomada de Facebook.
El
diálogo es instrumento de convivencia y garantía de paz social.
Hay que
insistir en ello.
La
fuerza se utiliza, o bien cuando no hay argumentos o voluntad de acuerdo, o
bien cuando se transgrede la ley. Pero antes de que ello ocurra, el diálogo
siempre será un recurso de primer orden tanto por su valor intrínseco como por
sus beneficios prácticos.
El
diálogo es más que un recurso: es una obligación, especialmente cuando se trata
del diálogo entre las autoridades y la sociedad o uno de sus sectores.
Cuando
las diferencias se convierten que afectan el entramado social se están poniendo
en riesgo valores que nos pertenecen a todos: orden, derechos, libertades,
imperio de la ley, paz pública, derechos humanos.
Los
hechos ocurridos este fin de semana en Oaxaca fueron verdaderamente lamentables
y preocupantes, requieren con urgencia encontrar una salida al conflicto.
La
violencia, como factor potencialmente generador de más violencia, representa
siempre un alto riesgo para la estabilidad y la paz pública.
Los
hechos tendrán que esclarecerse y los responsables deben recibir la sanción que
corresponda conforme a derecho.
Provocadores y vengadores deben ser castigados.
Tan
indignante es la violencia sobre el policía que, inerme, es víctima de extrema
violencia, como la actuación de algunos elementos de seguridad pública que, en
lugar de limitarse al cumplimiento de su obligación, convierten el operativo en
una venganza.
Muchas
veces se interpreta que dialogar es ceder o que realizar esta práctica puede
verse como un signo de “debilidad” de la autoridad, pero lo cierto es que, sin
diálogo, puede llegarse a la violencia, como lamentablemente lo estamos
constatando.
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