Bajo Reserva/ El Universal
Beltrones, ¿se va o se queda?
Los ojos del priísmo nacional están puestos en la reunión de la Comisión Política Permanente del PRI que se lleva a cabo esta tarde. Nos señalan que a pesar de que el encuentro previsto para realizarse este lunes es para analizar las elecciones del pasado 5 de junio, en las que el PRI sólo ganó cinco gubernaturas, hay otro tema. Nos hacen ver que en el encuentro no se descarta que se aborde la permanencia o no del presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Con el análisis de las elecciones, nos dicen, podría venir también la definición de lo que sigue para el PRI y para su aún líder nacional.
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¿Será?/24 Horas
La Comisión Política Permanente del PRI se reunirá este lunes con sólo dos temas en su agenda: conocer el informe sobre las elecciones del 5 de junio y un mensaje de su dirigente nacional, Manlio Fabio Beltrones. Se espera que ahí el sonorense haga pública su intención de renuncia al cargo. Lo que no se sabe es si tal decisión está concertada con el primer círculo de poder en el Gobierno y el propio tricolor. Al encuentro asistirán los 47 integrantes de la Comisión Política, así como senadores y diputados. La gran interrogante es si aceptarán la dimisión de su presidente, y eventualmente quién sería el relevo. ¿Será?
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La revolución en el PRI/ Raymundo Riva Palacio
Columna Estrictamente Personal
El Finaciero,
Los tiempos han cambiado tanto, que las formas dentro de un partido vertical, institucional y disciplinado en sus cuadros, como el PRI, se rompieron. En las dos últimas semanas se han escuchado acusaciones de todos contra todos responsabilizándose de la derrota ante los ciudadanos en las elecciones para gobernador del 5 de junio. Dentro del gabinete, los mayores señalamientos son para el secretario de Gobernación, pero hacia fuera, recaen en el presidente del PRI. En el partido señalan a todos, pero se sienten lastimados por la forma como el presidente Enrique Peña Nieto ha conducido el país y decidido las candidaturas. Desde hace dos semanas se pide sangre, comenzando por la de Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI. Pero por ahora, cuando menos, eso no va a suceder.
La tensión en el PRI-gobierno es grande. En los pasillos del poder apareció la terna de los posibles relevos de Beltrones, con los secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Educación, Aurelio Nuño, y al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila. Aunque parece una lista ilógica –¿por qué mover al gobernador cuando tiene que trabajar para la elección del siglo que tendrá el Estado de México el próximo año?, o al secretario de Educación, que está en medio de una confrontación con la disidencia magisterial–, revela un sector más contra Beltrones: el equipo del presidente. Es tan fuerte el malestar que en dos momentos, la semana antepasada y la pasada, circuló que había presentado su renuncia a Peña Nieto, pero el resultado era diferente. Demasiada especulación y desinformación, que habla de la confusión en que se encuentran los priistas.
Este lunes se reúne la Comisión Política Permanente del PRI, que es el órgano de dirección colegiado en donde participan el presidente, el presidente y secretaria general del partido, el secretario técnico del Consejo Político Nacional, los gobernadores, los coordinadores de las fracciones parlamentarias, los presidentes de los comités directivos estatales y de la Ciudad de México, los dirigentes de los sectores –agrario, campesino, popular, territorial, mujeres y jóvenes–, los líderes de la Conferencia Nacional de Legisladores Priistas locales, y el presidente de la Federación Nacional de Municipios. Es decir, toda la clase dirigente de la República priista.
No habrá sacrificados de ningún tipo, de acuerdo con funcionarios del PRI, pero hay mucha expectativa, como dijo uno de los gobernadores convocados. “Queremos saber cuál es su diagnóstico. Lo que nos dijeron es que no habrá un temario y que la discusión será libre”. ¿Qué tan libre? Será difícil que eso suceda. El evento es público y será en el auditorio Plutarco Elías Calles del partido, por lo que quizá lo máximo que podría haber es alguna catarsis controlada. Además, el PRI no es un partido que se maneje bajo criterios democráticos, sino jerárquicos y verticales. Sin embargo, los señalamientos internos al presidente, a miembros de su gabinete o al líder del PRI como arquitectos inopinados de la derrota del 5 de junio, habla de que esa línea férrea se rompió y se vive una revolución interna, sin cabeza, dirección y, quizá, sin ni siquiera claridad de lo que pasó y por qué pasó. Las descalificaciones y señalamientos de omisiones o traiciones son diversas:
* Al presidente y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, los responsabilizan de que la reforma fiscal de 2013, que afectó sobre todo al norte del país, propició derrotas. Al presidente, además, lo culpan de que la iniciativa sobre matrimonios igualitarios afectó en Aguascalientes y Tamaulipas.
* Al secretario de Gobernación le echan en cara jugar con el PAN en Puebla, Tamaulipas y en Veracruz, con el propósito de descarrilar a dos aspirantes a la candidatura presidencial: Videgaray y Beltrones.
* A Beltrones de haber operado mal las elecciones, sobre todo en Quintana Roo, donde sus operadores políticos, dijeron sus críticos, lastimaron la estructura local.
Todos estos señalamientos contra las figuras del PRI-gobierno recuerdan mucho las entrevistas que concedió en julio del año pasado Francisco Labastida, quien perdió la elección presidencial en 2000 ante el panista Vicente Fox, y afirmó que la culpa era de una sola persona: el expresidente Ernesto Zedillo. Labastida dijo que Zedillo había creado divisiones internas muy fuertes y desgastó las finanzas del partido con una contienda interna que, le advirtieron, sería contraproducente. En las entrevistas dijo que recibió un trato frío de Zedillo quien, sostuvo, negoció la presidencia y la entregó al PAN. En pocas palabras, traicionó al partido que lo llevó al poder.
Las afirmaciones de Labastida son el ADN priista. No son las causas las responsables de los tropiezos, sino las personas. En estos días se ha repetido el mismo guión: no fueron todos, sino unos cuantos. En 2000, por los dichos de Labastida, los votantes no importaron porque fueron manipulados. En 2016, igual. Los líderes del PRI-gobierno fracasaron porque no manipularon a los votantes. Tan absurdo análisis del 2000 como las sugerencias en 2016. ¿Qué tanto contribuyeron los priistas con poder en la derrota del 5 de junio? No hay duda de que con sus decisiones y acciones tienen una parte importante de la responsabilidad. Pero qué tanto fueron las causas, como la corrupción, lo que impulsó el voto antiPRI, podría ser una mejor forma de analizar lo que sucedió hace tres domingos. El problema es que los priistas, ante ese tipo de causas, tuvieron un silencio cómplice. Es decir, todos son responsables de la derrota, aunque no quieran verlo ni admitirlo.
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MANLIO, PEÑA Y EL PRI: HORA DE DEFINICIONES | Salvador García Soto
El Universal
Fueron dos encuentros entre el presidente Enrique Peña Nieto y el dirigente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, el primero el martes pasado y el segundo el sábado por la tarde. Ninguno de los dos fue precisamente terso, por lo fuerte que se habló sobre las derrotas del PRI del 5 de junio, sus causas y sus consecuencias. Desde el martes, el dirigente priísta puso sobre la mesa su renuncia si no se le daban condiciones para proceder y realizar “ajustes profundos”, entre los que se habló de enjuiciar a gobernadores corruptos que contribuyeron a la derrota. Ante la petición del Presidente de que lo apoyara, el sábado se reunieron de nuevo y se habría tomado una decisión en uno u otro sentido: o se queda Manlio con todo el apoyo del Presidente para actuar o se va en un acto de dignidad. Cualquiera de las dos se sabrá hoy por la tarde en la Comisión Política Permanente del PRI.
En la primera comida, el martes pasado en Los Pinos, Beltrones habló fuerte sobre lo que causó una de las peores debacles del priísmo: traiciones internas desde el gabinete, lo mismo en áreas políticas que económicas (aumento a gasolina una semana antes, despidos masivos en Pemex, estructuras de Sedesol apoyando al PAN en estados como Veracruz, iniciativa de matrimonios gays y activismo político de la Iglesia en contra del PRI). También mencionó el caso de tres gobernadores, cuyo desprestigio, caprichos y rechazo de la población, arrastraron al PRI y a sus candidatos a perder sus estados, a saber Javier Duarte, César Duarte y Roberto Borge. Contra ninguno de ellos y sus excesos se actuó en su momento y el costo político fue para el priísmo.
Versiones que surgen de Los Pinos señalan que el Presidente escuchó el duro diagnóstico del dirigente y tomó nota de los fuertes señalamientos que alcanzan a sus hombres más cercanos y de confianza. Incluso, hace unos días surgieron rumores fuertes de cambios inminentes en el gabinete, entre los que se mencionó la posible salida de José Antonio Meade de la Sedesol para ocupar la Secretaría de Hacienda. También circularon versiones que hablaban del acelerado secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, como uno de los posibles sustitutos en el PRI, en caso de que se diera la renuncia de Beltrones, aunque a esa posición también aspira el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien le urge un cambio que favorezca sus desatadas aspiraciones al 2018.
Por lo demás, no le falta razón a Beltrones. Se sabe de buena fuente que, tras la debacle histórica que sufrió el PRI en los estados, hubo secretarios del gabinete peñista, especialmente del área económica, que festejaban la derrota —a la que contribuyeron con extrañas decisiones como aumentar la gasolina, despedir a trabajadores o perseguir a maestros— porque creían que de ese modo eliminaban del camino a un adversario al que le temen.
Todo eso ha generado malestar dentro del PRI, que llega incluso a los gobernadores, que no se explican cómo secretarios y asesores presidenciales tomaron decisiones tan costosas políticamente semanas antes de las elecciones. Una de ellas fue la que desató un activismo abierto de la Iglesia católica en contra del Presidente y su partido por impulsar los matrimonios gays. Hay documentados al menos tres casos de obispos que abiertamente llamaron a votar contra el PRI. El de Aguascalientes, José María Martí, que incluso asistió al acto en el que el candidato panista Martín Orozco recibió su constancia de ganador de la elección; el de Culiacán, Jonás Guerrero, que hasta se mofó del Presidente diciendo que buscaba gavioto, y el de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres, que después de ser quien casó a Peña Nieto por la Iglesia en sus segundas nupcias y le ayudó a “arreglar” sus trámites religiosos, llamó abiertamente a votar contra el PRI y a favor del independiente ganador, Armando Cabada. ¿Así o más claro?
Hoy se sabrá la decisión tomada el sábado por Peña Nieto y Beltrones, y de qué manera eso impacta no sólo el futuro del PRI, sino del gobierno peñista que, secuestrado por sus cercanos y tecnócratas colaboradores y cada vez más solo y extraviado, parece enfilarse al precipicio en 2018.
NOTAS INDISCRETAS… Antes de que le pregunten oficialmente, Josefina Vázquez Mota ya tiene respuesta contundente sobre ser candidata a la gubernatura del Estado de México. “No me interesa. No voy a aceptar ninguna postulación y menos en el estado donde está el PAN más corrupto”, ha dicho la ex candidata presidencial a sus amigos. ¿Les queda el saco a los panistas mexiquenses?… Se lanzan los dados. Doble Serpiente.
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