25 nov 2017

Corleone busca el tesoro escondido del 'padrino' Totò Riina

Corleone busca el tesoro escondido del 'padrino' Totò Riina
Nota de SORAYA MELGUIZO
 Corleone
El. un do, 26 NOV. 2017...;

Dos turistas, en un restaurante de la ciudad siciliana de Corleone. Agostino PaccianiGetty
La policía cree que la familia del fallecido 'Totò' Riina oculta un inmenso patrimonio, invertido en diamantes y en la construcción
El día después de la detención de Salvatore 'Totò' Riina en Palermo, tras más de dos décadas huido de la justicia, los alumnos del instituto de Corleone no fueron clase. "Improvisaron una manifestación que terminó delante del Ayuntamiento", cuenta Pippo Cipriani, alcalde de la localidad durante casi una década. "Fue una alegría colectiva". Algo muy diferente a la noticia de su desaparición, que todo el mundo esperaba por la avanzada edad del criminal y su precario estado de salud. "La muerte no suscita nunca alegría pero por dentro, cada uno de los vecinos de este pueblo sabemos que se ha cerrado un capítulo terrible. El de la mafia más ortodoxa que no se ha rendido al Estado y ni siquiera ha tenido una mínima concesión en el reconocimiento de las víctimas". Ese mismo día, hace casi 25 años, la mujer de Riina, Ninetta Bagarella, y sus hijos Maria Concetta, Giuseppe, Salvo y Lucia, volvieron a Corleone. Los cuatro nacieron en la mejor clínica privada de Palermo y crecieron en clandestinidad. Ahora en el pueblo sólo vive la matriarca del clan y la benjamina, que hace unos meses solicitó el 'cheque bebé', una ayuda para familias con problemas económicos que el Ayuntamiento de Corleone rechazó concederle.

Los investigadores están convencidos que los Riina mantienen propiedades y recursos económicos, probablemente fuera de Sicilia, con inversiones en el campo de los diamantes y la construcción. "Si recupero un tercio de lo que tengo, soy rico", dijo durante una conversación con su mujer interceptada por la policía durante una visita en la cárcel. En julio la policía confiscó bienes a la familia Riina por valor de 1,5 millones de euros. Y en 2013 fue arrestado en Sudáfrica Vito Roberto Palazzolo, considerado el cajero de Riina y Bernardo Provenzano, su mano derecha. El tesoro escondido del 'capo dei capi' continúa siendo un misterio tras su muerte. Nadie sospecharía que la familia es inmensamente rica a juzgar por la humilde casa en la que vive a las afueras de Corleone Ninetta Bagarella, donde, desde hace días, las persianas permanecen cerradas a cal y canto para huir de las miradas indiscretas. En la Plaza Falcone y Borsellino, a la entrada del pueblo, algunos hombres que podrían ser coetáneos de Riina se reúnen al sol de una mañana de otoño. Cuchichean en dialecto siciliano y miran con desconfianza a los forasteros, mucho más si son periodistas. Algunos no esconden su admiración por el anciano criminal. "Sólo ha hecho cosas buenas para el pueblo", dice uno de ellos. En los últimos días Corleone ha sido literalmente invadido por las cámaras de televisión. Y los vecinos no disimulan su hartazgo. Incluso los que forran sus bares -y sus bolsillos- con fotografías de El Padrino para atraer a los turistas. El día anterior Riina hizo su último viaje de vuelta a Corleone, una localidad con poco más de 11.000 habitantes rodeada de montañas, que tiene el dudoso honor de ser la patria de los jefes más sanguinarios de Cosa Nostra. A pesar de los intentos de la familia para que le fuera concedido el arresto domiciliario y poder morir en su pueblo, Riina terminó sus días en prisión, donde pasó los últimos 24 años, enfermo y alejado de los suyos. "Las familias relacionadas con la mafia siguen viviendo aquí, tienen amigos, mantienen su influencia", señala el ex alcalde Cipriani. "Aquí encuentran refugio y protección". Este verano salió de la cárcel Giovanni Grizzaffi, un sobrino de Riina de 70 años que también volvió al pueblo y que, según Cipriani, "ha dado en cierto modo un 'capo' a esta familia". "Aquí pueden ostentar su prestigio, fuera un poco menos", sostiene el arquitecto Dario Triolo, hijo de Ugo Triolo, un abogado asesinado por los hombres de Riina en 1978. "Entonces no se pudo demostrar. Las familias no estábamos protegidas y casi era mejor no removerlo", cuenta. Justo un año después, el mismo día, Mario Francese, un periodista del Giornale di Sicilia que investigó el asesinato, fue acribillado a balazos delante de su casa. Desde entonces las cosas han cambiado, en parte, gracias al empeño del ex alcalde. Cipriani fue elegido para gobernar Corleone sólo unos meses después del arresto de Riina en 1993. Italia vivía entonces un momento de revolución. Los atentados de Cosa Nostra que acabaron con la vida de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino el año anterior provocaron una ola de indignación y ganas de pasar página, pero liderar ese cambio no fue fácil. Cipriani vivió amenazado y bajo protección oficial durante años, incluso después de dejar el cargo, un detalle de su biografía por el que prefiere pasar de puntillas. Su delito fue ser el primer alcalde en confiscar los bienes de la mafia y utilizarlos para fines sociales. En las tierras que un día pertenecieron a la familia Riina trabajan asociaciones como Lavoro e non solo (No solo trabajo) donde Ibrahim, senegalés de 23 años que llegó hace cuatro a Sicilia, cultiva tomates y legumbres que después se venden en el resto de Italia. Uno de los bienes confiscados más simbólicos fue la casa que Totò Riina ordenó construir para reunir a su familia. Durante siete años fue la escuela y hoy es un cuartel de la policía finaciera. "Corleone pasaba un momento difícil", recuerda sentado en un banco de la plaza que lleva el nombre de Falcone y Borsellino. "No había nada. Nosotros restauramos los servicios sociales y empezamos a trabajar para dar a conocer la parte mejor de este pueblo que no es sólo Riina y Provenzano, sino una ciudad donde la lucha contra la mafia es tan antigua como la mafia misma". Como el nombre de esta plaza, que en origen se llamaba Vittorio Emanuele, y que no fue fácil cambiar porque para muchos habitantes de esta ciudad era "una especie de agravio".En esa escuela confiscada a la mafia estudió Walter Bonanno. Este profesor de español de 32 años es uno de los voluntarios del Centro de documentación internacional de la mafia y la antimafia (CIDMA). Inaugurado en el 2000 por el entonces presidente de la República, Carlo Ciampi, custodia los documentos originales del histórico macrojuicio contra Cosa Nostra con el que Falcone y Borsellino consiguieron sentar en el banquillo a más 400 mafiosos y que fue su sentencia de muerte. Recibe cada año cientos de turistas que llegan en busca de El Padrino de Coppola y Mario Puzo, y se encuentran con una historia más terrible pero menos cinematográfica. La semana pasada, la mañana después de la muerte de Riina, el cartel que da la bienvenida al centro fue roto a pedazos. Bonanno reconoce que el Corleone de hoy no tiene nada que ver con los años en los que Cosa Nostra gobernaban Sicilia a golpe de pistola. "Nadie teme ya a los Riina", asegura. En el pueblo la mayoría de la gente no quiere hablar de mafia porque están cansados de ser etiquetados y porque tienen otros problemas. La falta de oportunidades obliga a la mayoría de los jóvenes a emigrar al norte de Italia para estudiar y encontrar un empleo. Corleone está aislada geográficamente porque la familia Riina impidió que se construyera una autopista. Hacen falta casi dos horas para recorrer los 60 kilómetros que separan el pueblo de Palermo. "La mafia es el resultado del subdesarrollo, de la falta de alternativas", apunta Bonanno. "Yo sí hablo de la mafia para que mis hijos en el futuro no tengan que hacerlo". La sombra de la mafia volvió a caer sobre Corleone el año pasado cuando el Ayuntamiento fue disuelto por infiltración mafiosa. Nunca antes había sucedido. Cuando Giovanna Termini, presidente de la comisión encargada de gobernar en este tiempo de transición, llegó a Corleone se encontró que muchos vecinos no pagaba impuestos pero no se les sancionaba, los contratos públicos se decidían a dedo y el consistorio "era gestionado como si fuera una gran familia sin tener los recursos necesarios", explica. "La historia de Corleone ha sido siempre la historia de esta guerra entre el bien y el mal", señala Cipriani. Pero hay que elegir. "Es necesario liberarse de este peso que continua presente y arrancar a la mafia las nuevas generaciones".
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Los herederos del "capo dei capi"
SORAYA MELGUIZO Corleone (Sicilia)
El Mundo, 26 NOV. 2017 03:03
La muerte de Salvatore 'Totò' Riina en la cárcel de Parma con 87 años recién cumplidos pone un punto y final a la época más oscura de la Mafia, la de los asesinatos a plena luz del día y la guerra al Estado que lideró el 'capo dei capi' y su mano derecha, el también desaparecido Bernardo Provenzano. Pero no significa ni mucho menos el fin de Cosa Nostra. En Italia suelen decir que cuando se muere un Papa se 'hace' otro. Pero Riina llevaba muchos años enterrado en vida. Estaba encarcelado desde 1993 en un régimen considerado extremadamente duro. Vivía aislado 22 horas al día y sólo podía recibir la visita de un familiar una vez al mes, durante una hora, y a través de un cristal. Para los investigadores sin embargo el anciano criminal, que llegó a ordenar la muerte de más de un centenar de personas y a acabar con la vida de otras 40 con sus propias manos, fue hasta su último día el jefe absoluto de la Mafia siciliana. Salvatore Lupo, profesor de Historia en la Universidad de Palermo, cree que la influencia del histórico jefe de los corleoneses era sin embargo mucho menor. "Riina estaba en la cárcel desde hace 25 años y no creo que tuviera ningún papel relevante desde hacía tiempo", asegura. "Es una muerte simbólica y entiendo que digan que ha sido el jefe hasta el final pero me parece algo inverosímil".
Las hipótesis de los investigadores no son infundadas. Desde su encierro, Riina llegó a amenazar a altos cargos del Estado, entre ellos al fiscal antimafia de Palermo, Nino Di Matteo, que investiga junto a otros magistrados el presunto pacto entre el Estado italiano y Cosa Nostra para poner fin a los atentados llevados a cabo por la Mafia en la década de 1990 a cambio de beneficios penitenciarios para los mafiosos encarcelados. "Este Di Matteo no se va. Si fuera posible matarlo... una ejecución como las de aquellos tiempos en Palermo con los militares", confesó a un ex jefe de la Sacra Corona Unita, la mafia de Apulia, con el que compartía la hora de recreo en el patio de la cárcel. Unas amenazas que fueron interpretadas como órdenes que debían ser ejecutadas ya que Riina sabía que sus conversaciones eran siempre grabadas. Los sucesores de Riina Riina fue detenido en 1993 mientras conducía por las calles de Palermo después de más de 20 años huido de la justicia. Tres años después cayó Provenzano. Desde entonces, la cúpula, la comisión de Cosa Nostra que lo eligió como jefe absoluto de la organización en 1982, no ha conseguido volver a reunirse. La ausencia de una cabeza visible en libertad no ha impedido a la organización mantener su hegemonía en Sicilia, aunque de una manera mucho menos violenta que en la época de Riina, por lo que la policía cree que la elección de un heredero no será automática ni inminente. Entre los posibles sucesores del 'padrino' existen varios nombres, aunque ninguno goza a priori de la autoridad y el carisma suficiente para sustituir al viejo 'capo'. En los últimos años han abandonado la cárcel más de 300 mafiosos. Uno de ellos es Giovanni Grizzaffi, de 70 años, sobrino de Riina, que volvió a Corleone este verano. En el pueblo algunos le esperaban con los brazos abiertos pero otros muchos lo consideran "el nadie mezclado con la nada", es decir, un nombre menor. Riina tiene dos hijos. El mayor, Giovanni, lleva más de 20 años en prisión y está condenado a cadena perpetua, y el pequeño, Salvo, que pasó varios años en la cárcel, está obligado a residir en Padua, en el norte de Italia, y no podrá volver a Sicilia hasta finales de 2019. Pero según apunta Lupo, en la mafia no existe este tipo de sucesiones familiares. En lo que los expertos si coinciden es en descartar a Matteo Messina Denaro, en busca y captura desde hace más de 20 años, como el próximo 'capo dei capi'. Su origen -es de la provincia de Trapani y no de Palermo como todos los jefes históricos de Cosa Nostra- y la necesidad de garantizar su propia supervivencia le alejan de la cúpula. "No hay que pensar en el jefe de Cosa Nostra como si fuera un monarca y muerto un Rey se elige otro con la misma autoridad. Cosa Nostra no necesita un jefe supremo, necesita reorganizarse", asegura John Dickie, profesor de la University College de Londres y autor de numerosos ensayos sobre la mafia. Dickie advierte que los enemigos de Riina no han desaparecido. "Muchos huyeron a Estados Unidos y ahora están volviendo para cobrarse su venganza". Y ese es el principal reto al que se enfrenta hoy la organización. Los arrestos, toda una generación de jefes sepultados en prisión y una sociedad civil que poco a poco despierta, han menguado su poder pero no han acabado con ella. "Cosa Nostra ha perdido batallas importantes pero creo que la guerra no ha terminado", concluye Lupo.

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