25 mar 2018

Columnas políticas, 25 de marzo de 2018....

Mario López Valdez, no emitía un tuit desde el 20 de septiembre de 2017

@malovamx
Felicito a mi Amigo José Calzada Rovirosa, por su protesta como sec. gral. del Movimiento Territorial priista, eje en la campaña de José Antonio Meade. Enhorabuena @ppcalzada, tu liderazgo será determinante. Un abrazo cariñoso y mi reconocimiento.
#Al micrófono, Meade agradeció la presencia de Mario López Valdez (Malova), ex Gobernador de Sinaloa y ex panista a quien se refirió como "el hijo pródigo”.  Malova acudió a la toma de protesta de sus amigo Pepe Calzada, como secretario general de Movimiento Territorial del PRI, en la sede nacional del partido. En fotografías y videos del evento, se puede observar a López Valdez en primera fila, saludando y felicitando a Calzada. No acudía a un evento priista desde el año 2010. Malova es amigo de Calzada...
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Al término de un recorrido por el Hospital Infantil Federico Gómez, el Arzobispo Primado de México se pronunció sobre el video “Niña Bien”.
En declaraciones a los medios Carlos Aguiar Retes dijo que “las autoridades correspondientes son las que tienen que intervenir”.
Los realizadores del video, continuó el Arzobispo, “hicieron ese engaño, con algo que no debieron hacer, y si influye o no, pues estamos en un proceso electoral y por eso son las autoridades electorales las que tendrán que intervenir, nosotros ya dimos todos los datos. Que ellos juzguen”.

Al ser preguntado sobre un posible castigo para los responsables del templo donde se grabó el video, el Cardenal respondió: “No, no habrá sanción” porque el video se hizo “a través de un engaño”.
El video fue grabado en Ciudad de México, en la Capilla de San Sebastián de la parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, en la delegación Benito Juárez.
El Cardenal manifestó que es “importantísimo” que la campaña electoral, que comienza el viernes 30 de marzo, sea de propuestas, “de conocer cómo (los candidatos) quieren resolver los problemas que tiene nuestra sociedad”.
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Columnas políticas, 25 de marzo de 2018....
Templo Mayor/Reforma...
AUNQUE la campaña electoral comienza el Viernes Santo, tal parece que para el gobierno federal inició desde hace varios meses.
Y ES QUE el programa "Amig@s", que incluye a beneficiarios de Prospera, Liconsa, Diconsa y otros programas sociales de la Sedesol y la Sedatu, ha estado trabajando a todo lo que da encabezado por Rosario Robles y el subsecretario de Desarrollo Rural de la Sagarpa, el mexiquense Jesús Alcántara.
CIENTOS de encuestadores recorren el país preguntando a los inscritos en esos padrones si saben que el presidente Enrique Peña Nieto les otorga esos diferentes beneficios y si están contentos. Si se quejan, les preguntan qué les hace falta y les tramitan los nuevos beneficios o se aseguran de que se corrijan fallas en las entregas.
Y DICEN que el "esfuerzo" no sólo es costeado por el gobierno federal, pues en las entidades con gobierno del PRI, las autoridades estatales corren con los costos de la encuesta. Así se las gastan, literal.
MUY INTERESANTE debe haber estado la reunión de Andrés Manuel López Obrador con los nueve aspirantes a las gubernaturas que estarán en juego el 1o. de julio de la coalición Morena-PT-PES.
PRIMERO, porque entre los elegidos hay de todo, como en botica: morenistas, ex perredistas y ex panistas que dejaron sus partidos cuando no les dieron la candidatura que querían, y hasta el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco.
Y SEGUNDO, porque la reunión sirvió para que se tomaran fotos e hicieran spots para sus campañas acompañados del candidato presidencial. Queda claro que todos ellos, sin importar origen, buscan reclinarse en la popularidad del líder morenista para jalar votos.
AUNQUE en el INE nadie duda de que la candidatura de Jaime Rodríguez "El Bronco" está frita tras la cantidad de irregularidades detectadas en su recolección de firmas, queda la duda sobre cómo resolverá el caso el Trife, que tiene la última palabra.
TODAVÍA está fresco el recuerdo de las salvadotas que una y otra vez le dio ese tribunal el año pasado al priista Miguel Riquelme en la cerrada elección por la gubernatura de Coahuila, que acabó ganando.
EL TEMOR que hay es que buscándole, buscándole, los magistrados electorales puedan ir, como acostumbran, contra el sentido común en el litigio del gobernador con licencia de Nuevo León.
NO VAYA a ser que salgan con que "El Bronco" merece un juicio justo para la protección de los derechos político-electorales y, en una de esas, hasta Armando Ríos Piter sale ganón. Ufff.
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Frentes Políticos/Excelsior...
I. De gala. La sede nacional del PRI volvió a mostrarse como en sus mejores tiempos. Ayer, con una enorme capacidad de convocatoria, José Calzada Rovirosa, el exgobernador de Querétaro y exsecretario de Agricultura, rindió protesta como secretario general del Movimiento Territorial priista,es decir, uno de los ejes en la campaña de José Antonio Meade. “En esta elección, lo que está en juego no es el futuro de un individuo, sino de toda la nación”, sostuvo. Pero lo más importante, ni la sorpresiva presencia de Mario López Valdéz, exgobernador de Sinaloa, opacó a José Narro Robles, titular de Salud. Todos
quisieron selfie con él.
II. Por tu salud. Con agenda llena, el doctor Manuel Mondragón y Kalb, comisionado Nacional contra las Adicciones, no para. Y qué bueno. Hace unos días representó a México en un evento de la ONU, en Viena, Austria; el lunes pasado asistió al Congreso Internacional de Justicia Terapéutica, en Toluca; el miércoles recibió en San Lázaro el Premio Juárez, por su Civismo y Valores, y el viernes inauguró la temporada de primavera de beisbol, donde reconoció al estadio Fray Nano, de los Diablos Rojos de México, como un
espacio 100 por ciento libre de humo de tabaco. Para quienes se entregan a la patria hasta descansar es un lujo que no se permiten. No que otros…
III. Cartucho quemado. Ha sido tres veces alcalde de Morelia y quiere más. Javier Valdespino García, el dirigente del Partido Encuentro Social en Michoacán, confirmó que a nivel nacional, su dirigencia y la del Partido del Trabajo, han decidido ir en candidatura en común para la alcaldía de Morelia, y su candidato es el exgobernador Fausto Vallejo Figueroa. La alianza se consumó luego de que se solicitó formalmente y, a nivel nacional, ante la coalición Juntos Haremos Historia, la separación en este caso de Morena, partido que mostró su rechazo a Vallejo. Su prestigio no es el del pasado, pero lo sorprendente es que no haya otro nombre más que el suyo. ¿Tan mal anda Michoacán?
IV. El listo. En la política actual, los postulados y los principios pasan a segundo término. Lo importante es la capacidad de supervivencia. Y hay quienes no tienen empacho en vestirse de todos colores siempre y cuando su futuro se vea asegurado. Damián Sosa, dirigente del partido Movimiento Ciudadano, en Hidalgo, renunció a este instituto político para sumarse a Morena. Esta semana, Cornelio García, secretario general del PAN en Hidalgo, exigió a Dante Delgado que cesara al dirigente político, tras acusarlo de tener secuestrado al partido naranja. Damián Sosa fue del PRI, del PAN, de MC y ahora moreno. ¿Cuál sería su definición política? ¿Chapulín sin peligro de extinción?.
V. Alerta roja. Mientras Antonio Echevarría gobierna Nayarit basado en “el librito”, y tras presentar esta semana el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2021, donde ratificó su compromiso con el bienestar de las familias, “mediante la estructuración de este documento rector con visión a largo plazo, que garantiza, con acciones concretas, el mejor manejo de los recursos públicos, desarrollo, seguridad, educación, salud, justicia y paz social”, la realidad lo sobrepasó. Tan sólo la mañana de este sábado fueron localizados los cuerpos sin vida de cinco hombres en el centro de Tepic. Las huellas de tortura que presentaron le duelen a todo el estado. Y del mandatario, sólo palabras.
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 El cabrón cinismo
La estación/GERARDO GALARZA
El cabrón cinismo
Si a usted le gusta la política, la historia y la literatura debería leer a Leonardo Padura. 
“Era un país adolorido que pugnaba por sacudirse los lastres del pasado y las frustraciones del presente”. (1)
“…había sido el país de las consignas, y cada partido, cada tendencia, cada grupo desplegaba las suyas donde podía, en mítines y periódicos, en paredes, escaparates...” (2)
“…una república de señoritos y burgueses”. (3)
“Ante los hechos y las palabras” (…) “comprendió que había tenido el privilegio de asistir a la puesta en marcha de un juego político en el que se había derrochado una capacidad de previsión y una maestría tal para la explotación de las circunstancias que no dejaba de sorprenderlo. Pero también pensó que, como nunca antes, el destino de la república pendía de un hilo y resultaba difícil predecir el ganador de la partida”. (4)
“—¿Estás seguro? Aun así, si fuera mentira, de todas maneras lo convertiremos en verdad. Y eso es lo que importa: Lo que la gente cree.” (5)
“Y se sintió convencido de que estaba listo para cumplir con el mandato de la historia”. (6)
“La hipocresía de la política, pensó, puede desbordar los pozos más profundos”. (7)
“Mi odio nunca me permitirá trabajar para construir la nueva sociedad. Pero es la mejor arma para destruir esta otra sociedad, y por eso os he convertido a todos vosotros, mis hijos, en los que sois: Los hijos del odio”. (8)
“—¿Cuándo nos hemos preocupado por la inteligencia de la gente? Hay que decirles lo que nos interesa. De que lo crean se ocuparán otros”. (9)
“—Este es un país de ciegos…” (…) “y vamos a darles ahora lo que les gusta”. (10)
“Pero era evidente que estábamos hundidos en el fondo de una atrofiada escala social donde la inteligencia, decencia, conocimiento y capacidad de trabajo cedían el paso ante la habilidad, la cercanía al dólar, la ubicación política, el ser hijo, sobrino o primo de alguien, el arte de resolver, inventar. Medrar, escapar, fingir, robar todo lo que fuese robable. Y el cinismo, el cabrón cinismo”. (11)
“…éramos la generación de los crédulos, la de los que románticamente aceptamos y justificamos todo con la vista puesta en el futuro”. (12)
Pero “…el odio es una de las enfermedades más difíciles de curar, y ella se había hecho más adicta a la venganza…”. (13)
Si algún lector llegó hasta acá y cree, supone o duda que los 13 párrafos arriba enlistados corresponden a la situación que vive el México electoral de 2018, pues el escribidor tiene la obligación de decirle que está absolutamente equivocado.
Así que no se espante o, mejor, espántese, porque históricamente corresponden a la década de los años 30 del siglo XX, es decir, el siglo pasado. Son descripciones de hace, en números redondos, 80 años, principalmente de la España y de su Guerra Civil. Provienen de la novela histórica El hombre que amaba a los perros, de ese pedazo (cuarto bat o pitcher ganador de 20 juegos, en el argot beisbolero) de escritor que es el cubano Leonardo Padura. Y si usted las confundió con el México de hoy, pues entonces históricamente andamos atrasados ocho décadas.
La arbitraria (aviesa, si alguien la quiere llamar; no habrá reclamo) selección de los párrafos de esa novela histórica (que al pie se ubicarán exactamente) es responsabilidad absoluta del escribidor de esta columna. Padura nada tiene que ver en ella. ¡Dios lo libre. Faltaba más! Pero, sin duda, esta selección intenta prevenir. Sí, es interesada; ni le busque ni se mortifique más. También: Faltaba más.
Por cierto, más allá de las malas intenciones del escribidor, si a usted le gusta la política, la historia, la literatura (¡mejor!) y si no lo ha hecho, debería leer (no se arrepentirá) esa novela de Padura: La reconstrucción literaria, basada en la historia, del asesinato de León Trotski, de su biografía y la de su asesino, del stalinismo, de la vida en México (escena del crimen) y en España de esos años y de la Cuba revolucionaria.
CAMBIO DE VÍAS.- Uno de los mayores goces vitales es sentirse abrumado por el cariño de los amigos y los familiares. El escribidor sabe que ellos no necesitan agradecimientos, pero va para todos. También para el Club de Periodistas de México, que lo hizo posible con su premio. Cuarenta años son dos veces nada. Pero, como y con Joaquín Sabina, lo niego todo.
La edición de El hombre que amaba a los perros de Leonardo Padura aquí citada es la  de Tusquets Editores, México, marzo de 2011; y los párrafos corresponden a: (1) Pág. 111. (2) Págs. 111-112. (3) Pág. 112. (4) Pág. 229. (5) Pág. 231. (6) Pág. 453. (7) Pág. 518. (8) Pág. 580. (9) Pág. 616. (10) Pág. 617. (11) Pág. 649. (12) Págs. 649-650. (13) Pág. 62.
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 Malestar postlistas…
De naturaleza política/ENRIQUE ARANDA
Excelsior...
Dirigentes de Por México al Frente optaron por la autodesignación a un cargo por vía plurinominal, en lugar de apostar todo al triunfo por el que supuestamente trabajan . 
Algo no parece ir del todo bien al interior de la campaña de Por México al Frente cuando, a juzgar por la mal disimulada molestia y en opinión de no pocos de quienes rodean a su candidato, sus más cercanos, fueron dirigentes de las fuerzas que integran la antinatural alianza los que más presionaron u optaron por la autodesignación a un cargo, por vía plurinominal, al Legislativo —“con garantía de fuero, claro”— en lugar de apostar todo al triunfo por el que supuestamente trabajan y, en su caso, sumarse al futuro gobierno.
Casos como el de Damián Zepeda, presidente en funciones de Acción Nacional —“encargado de despacho en realidad”— y seguro senador a partir de septiembre que, dicen, gusta presentarse como el más anayista entre los anayistas, son los que mayor molestia generan entre una militancia que, huelga recordar, fue desplazada de la posibilidad de arribo a una curul en aras de beneficiar “a quienes aceptan sin chistar…” o a personajes ajenos al partido, pero “con quienes se hicieron acuerdos” no del todo claros.
Ello, claro, independientemente del cúmulo de versiones y/o rumores que tales designaciones alientan entre militantes o simpatizantes y que, en el caso citado, apuntan  igual a que “ante una eventual pesquisa existente en su contra, en Sonora, requería de fuero…” o, en el extremo, a que dada la composición de la lista plurinominal, por ejemplo, y en virtud de que en ella no existía  “gente de su total confianza”, el candidato (Ricardo Anaya) optó por incluir en ésta a quien, desde su coincidencia y coordinada actividad en San Lázaro, en la pasada Legislatura, se convirtió en su principal operador…
Ni qué decir, en el mismo sentido, del sentimiento “de rabia contenida” —y mal disimulada resignación, agregaríamos— que entre los más altos niveles de Movimiento Ciudadano provoca la nueva autodesignación del cuestionado Dante Delgado o la inclusión en su respectiva propuesta de la exsecretaria de gobierno en la Ciudad de México, Patricia Mercado, quien es asumida como cuota a pagar por aquél al Frente, a cambio de garantizar el contar con la mayor bancada naranja de la historia en San Lázaro o en la sede senatorial.
La controversial y, según algunos, hasta ilegal inclusión de Miguel Ángel Mancera en las listas pluri del PAN es otro de estos casos que, más que satisfacción o reconocimiento hacia quienes los construyeron, tienden a convertirse, lo es ya según no pocas voces panistas y hasta algunas del sol azteca, en problema, dada su tipificación como posiciones entregadas a cambio de beneficios específicos (para el candidato en este caso) y/o de naturaleza poco transparente.
Es verdad, y hay que decirlo claro, que el fenómeno no se presenta sólo al interior de la alianza electoral suscritas por Acción Nacional con el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano; aunque, también es obvio, es en éstas latitudes donde más ruido y consecuencias está teniendo, sobre todo en el ámbito blanquiazul pues, se afirma, “no es algo a lo que estuviéramos acostumbrados u obligados a aceptar y a aplaudir… como ocurre ahora”.
ASTERISCOS 
* ¡Vaya reveladora (del ánimo prevaleciente) y sin duda justa defensa!, la que de sí mismos, de soldados, pilotos y marinos hicieron los secretarios de Defensa y Marina, Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón, al rechazar que se les acuse de criminales, represores, cobardes, desleales o traidores. Ello, luego de que el presidente Enrique Peña Nieto reiterara lo ya dicho: Que las Fuerzas Armadas “no pidieron salir a las calles a combatir…”.
* Digna de mención, a decir verdad, la más reciente campaña de la Coparmex de Gustavo de Hoyos Walther, en aras de tipificar el fortalecimiento del Estado de derecho como la verdadera prioridad nacional: Requerimos de mejores leyes, mejores instituciones y mejores funcionarios públicos, asegura… ¡y no le falta razón! 
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.
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El pueblo soy yo//Enrique Krauze
Reforma, 25 Mar. 2018
Circulará en próximos días mi libro El pueblo soy yo. Su portada es una variación del famoso Leviatán de Hobbes. Su tema central es una anatomía del poder en América Latina. Echando mano de la historia, la filosofía y la literatura, intento responder a estas preguntas: ¿Por qué nuestra América ha sido tierra de caudillos y líderes carismáticos? ¿Cuál es nuestro concepto de Estado y por qué, en muchos casos, es tan preponderante sobre los individuos? ¿Cuál es la genética de nuestras revoluciones? ¿Por qué pende siempre sobre nosotros la sombra del poder absoluto concentrado en una persona? ¿Por qué -a diferencia de Estados Unidos- ha sido tan difícil arraigar las instituciones, leyes, valores y costumbres de la democracia liberal?
Hay muchas respuestas a estas preguntas. Inspirado en la obra de Richard M. Morse, debatiendo con ella, enfoco la cuestión a través de la cultura política: la doble herencia autoritaria de la monarquía absoluta de los siglos XVI al XVIII y del caudillismo de los siglos XIX y XX. La primera tuvo como sustento una poderosa filosofía política, el neotomismo español. La segunda está reflejada en toda nuestra literatura. Entre esas dos vertientes, la democracia liberal tuvo poco espacio para desarrollarse. Y sin embargo, desde el siglo XIX, se ha abierto camino.
La segunda parte, "Populismo y dictadura", incluye el ensayo "La profecía y la realidad". Se trata de un balance histórico de la Revolución cubana a partir de dos autores estadounidenses: el gran latinoamericanista Waldo Frank -que escribió la elegía de ese movimiento- y su nieto Marc Frank, periodista avecindado en la isla, que atestigua con dolor y reticencia el fracaso de aquella promesa.
En 2009 publiqué El poder y el delirio, mi historia del chavismo. En mis viajes e investigaciones reconocí la vocación social de Chávez, pero ante los chavistas sostuve que, para ponerla en práctica, no se requería instaurar una dictadura. El daño más serio que Chávez infligía a Venezuela era la confiscación de la palabra pública, la distorsión de la verdad histórica, y sobre todo el discurso de odio que practicaban él mismo y sus voceros. Siempre creí que Chávez llevaría a su país al abismo económico, social, político y humanitario en que ahora, por desgracia, se encuentra. El pueblo soy yo incluye un nuevo ensayo sobre el tema. Es un epitafio. Lo he titulado, sin la menor hipérbole, "La destrucción de Venezuela".
Los ensayos siguientes son una advertencia. La menor es para España, pues al parecer no prendió el injerto del populismo cuyos rasgos señalé en "El narcisismo de Podemos". Con todos sus defectos, vicios y limitaciones, el pacto fundacional de la democracia española se sostiene.
Pero para México, donde se perfila el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones, la inclusión del ensayo "El mesías tropical" es un llamado contra el poder absoluto concentrado en una persona. Lo publiqué en 2006 y lo incluyo ahora porque él mismo se ha definido como el "salvador" de México. Siempre he reconocido su vocación social pero creo que, de triunfar, usará su carisma para intentar la vuelta de un orden arcádico (o el advenimiento de un orden utópico) y, con ese poder acumulado, habiendo llegado gracias a la democracia, buscará minar las libertades. Deseo fervientemente equivocarme.
La tercera sección se titula "Fascista americano". Nunca tuve duda de llamar así a Donald Trump, no como un insulto sino como una descripción. Su profeta fue Samuel Huntington. En 2004 publiqué en Estados Unidos una refutación de sus teorías racistas y nativistas (orientadas directamente contra los inmigrantes mexicanos) que recojo ahora como preámbulo a una cadena de textos -una bitácora, de hecho- que dediqué a advertir, analizar, lamentar y repudiar el arribo de Trump a la presidencia de Estados Unidos. No extraigo ninguna satisfacción en haber acertado.
El último apartado aborda el efecto de la demagogia sobre la república y la democracia en el mundo clásico. Una lectura del Coriolano de Shakespeare como un antipopulista trágico y un recorrido de la figura del demagogo en la literatura, la historia, la tragedia y la comedia griegas.
"Este libro -escribí en el prólogo- es un pequeño viaje histórico, un testimonio personal, una acumulación de lo visto, oído, leído, conversado y aprendido sobre el poder personal absoluto. Y es también una argumentación crítica contra quienes, en nuestro tiempo, sienten encarnar cuatro palabras que, juntas, deberían ser impronunciables: el pueblo soy yo".
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El fiasco/Jorge Volpi...
Reforma, 24 de marzo
Algo tiene que estar muy mal en nuestro diseño legal para llegar a la vergonzosa situación en la que nos hallamos sumidos ahora.
La idea parecía no sólo atractiva y bienintencionada, sino un acto de justicia imprescindible y un ensanchamiento necesario de nuestra renqueante vida democrática: sentar las condiciones para que cualquier ciudadano -o al menos cualquiera capaz de reunir los requisitos legales- pudiese convertirse en presidente de la República u ocupar algún otro cargo de elección popular. En un país que, desde nuestra atropellada alternancia en el 2000, pasó de estar en manos de un partido hegemónico a postrarse ante una partidocracia, la idea de que figuras ajenas a estas organizaciones políticas tuviesen la oportunidad de presentarse en distintos comicios se volvió no sólo un anhelo urgente, sino indispensable.
Desde que abandonó el gobierno de Vicente Fox en 2003, Jorge Castañeda, al lado de numerosos políticos y académicos, impulsó la discusión pública para que la demanda de abrir los candados electorales a candidatos independientes fuese ampliamente discutida hasta convertirse -pese a las resistencias de los propios partidos y otros actores- en una realidad legal. Pero en una realidad legal que, como tantas cosas en México, ocultaba el secreto anhelo de que jamás llegase a cumplirse.
Hoy constatamos que aquella generosa idea devino en un colosal fracaso. Peor aún: en una burla para quienes se batieron por lograr las reformas que admitieron a los candidatos independientes y para los ciudadanos que de buena fe apoyaron a muchos de ellos en el largo y engorroso proceso de sumar firmas para apoyarlos. Algo tiene que estar en verdad muy mal en nuestro diseño legal e institucional para llegar a la vergonzosa situación en la que nos hallamos sumidos ahora.
Me centro sólo en los candidatos a la Presidencia: Pedro Ferriz de Con, María de Jesús Patricio, Margarita Zavala, Jaime Rodríguez Calderón y Armando Ríos Piter. Poco importa que, de ellos, los punteros sean un expriista, una expanista y un experredista. El fiasco es otro: que, o bien no consiguieron las firmas necesarias para su registro, o bien las consiguieron haciendo trampa.
Que una conocida personalidad mediática y una respetada activista indígena que despertó la simpatía de amplios sectores no lograsen siquiera acercarse un poco al número de firmas impuestas para su registro (y mu- cho menos a su distribución territorial) es la prueba indiscutible de que quienes modelaron esos requisitos en realidad no querían permitir las candidaturas independientes -al menos a la Presidencia- al someterlas a un proceso a todas luces imposible y mucho más arduo que el de cualquier candidato con partido. Y precisamente porque el proceso se revelaba imposible, los otros tres candidatos en liza, antiguos miembros de nuestros des- prestigiados partidos tradicionales y beneficiarios por ello mismo de incontables recursos financieros, materiales y humanos, optaron conscientemente por una medida radical: permitir todas las argucias posibles -y eso que aun no se ha documentado el mercado de firmas surgido por su culpa-, burlando intencionalmente el sistema y esperando, como tantos delincuentes en México, no ser descubiertos o, aun siéndolo, encontrar las escapatorias jurídicas que garantizasen su impunidad.
Esto último es lo que ha ocurrido con Margarita Zavala: pese a haber torcido las reglas igual que el Bronco y el Jaguar, quedará registrada porque alcanzó in extremis el número mágico previsto por nuestra escabrosa legislación electoral. Pero no nos engañemos: su presencia en la boleta es una afrenta a la transparencia electoral y a las instituciones democráticas.
El fiasco es, pues, monumental, pues pone en evidencia la falta de voluntad de nuestros partidos -y sus dóciles legisladores- de abrir la competencia a auténticos ciudadanos independientes -como Marichuy-, así como la corrupción de nuestra clase política que, disfrazada de independencia, no deja de valerse de toda suerte de triquiñuelas y fraudes para conseguir sus objetivos a cualquier costo.
@jvolpi
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Especulaciones electorales/Luis Rubio
Reforma 25 Mar. 2018
Con la alianza de Morena y el Partido Encuentro Social el proceso electoral adquirió una nueva faceta. Sea por convicción o por decisión estratégica, la suma de un partido ostensiblemente de izquierda con uno claramente conservador desató una gran controversia: ¿se trata de un matrimonio de conveniencia o una asociación de dos entidades ideológicamente afines? Cualquiera que sea el caso, de lo que no hay duda es que la religión será parte de esta elección.
En los últimos años, un proceso electoral tras otro -de Brexit a Trump, e incluyendo varias gubernaturas aquí- han evidenciado un desfase entre la política y el desarrollo. Algunos atribuyen este fenómeno a un elemento emotivo, otros a la falta de resultados por parte de los políticos tradicionales, pero el hecho relevante es que estamos viviendo tiempos distintos: los vectores que antes servían para comprender la forma de actuar de los votantes han dejado de ser válidos, como ilustran las fallidas encuestas en casi todas las instancias recientes alrededor del mundo. Los votantes han dejado de ser predecibles o, al menos, los instrumentos que permitían vaticinar un determinado resultado ya no son igualmente útiles.
Desde luego, todos los políticos procuran explotar las emociones del electorado, pues esa es la forma en que entusiasman al votante y generan seguidores en la persona o proyecto que promueve un determinado candidato. La religión, al menos en un sentido político, no es más que otra emoción y, desde esta perspectiva, no tiene nada de extraño que se convierta en un factor novedoso en el espectro nacional. Sin embargo, no es lo mismo un seguidor, por fiel que sea, que un creyente: lo primero supone una decisión consciente, lo segundo una convicción producto de una creencia; ambos son respetables, pero entrañan consecuencias políticas muy distintas.
Un documental sobre César Chávez, el líder de los agricultores mexicanos en EUA, me hizo reflexionar sobre el componente religioso. Chávez inició su movimiento contra la corriente no sólo porque se trataba de trabajadores extranjeros, sino porque no había un solo sindicato rural reconocido en ese país. No era algo sencillo movilizar a los trabajadores que de por sí se sentían vulnerables ante el riesgo de ser deportados y contra la oposición de los empleadores. Sin embargo, Chávez no sólo logró el reconocimiento, sino que esto ocurrió de una manera peculiar: un viernes santo le ofrecieron la posibilidad de una entrevista en Washington y la confirmación del reconocimiento se dio en un domingo de resurrección. Para los sindicalizados, estos dos factores resultaron ser señales providenciales.
Chávez no era un líder religioso en sentido alguno, como tampoco lo es Andrés Manuel López Obrador. Cualesquiera que sean o hayan sido las convicciones religiosas de cada uno de ellos, se trata de políticos natos que buscan un objetivo y emplean todos los medios disponibles para lograrlo. Visto de esta manera, toda la concepción de Morena y la asociación con el PES responden a un intento por infundir un fervor religioso que rebase cualquier otra argumentación en la decisión sobre por quién votar. Es decir, se buscan creyentes, no ciudadanos.
En un sentido estrictamente pragmático, no hay nada intrínsecamente malo en el empleo de símbolos religiosos para la consecución de un objetivo político; a final de cuentas, pocas facetas de la competencia política ignoran tan flagrantemente cualquier consideración ética respecto a los medios y los fines: hemos llegado al punto en que todo se vale con tal de lograr el objetivo, uno gana y todos los demás pierden. Unos lo hacen con la religión, otros con dádivas o denuncias penales, y unos más con la compra de votos.
Lo crucial de las elecciones -en cualquier momento, en cualquier país- es elegir para que gobierne: no se trata de un concurso de belleza sino de una decisión política que entraña consecuencias para los propios votantes. Cuando la mecánica electoral se aboca a remover las capacidades ciudadanas en aras de generar creyentes -y, por lo tanto, personas que se movilizan por factores distintos a los de una decisión racional- el gobierno resultante acaba teniendo atribuciones que son contrarias a la esencia de la democracia porque carece de pesos y contrapesos, convirtiéndose en una potencial fuente de impunidad y, por lo tanto, de un gobierno autoritario con capacidad de imponer sus proyectos sin que medien contrapesos. O sea, como en el pasado pero más extremo.
Cada candidato emplea los símbolos -religiosos o ideológicos (como el nacionalismo)- como estrategia para avanzar su causa; el viejo sistema político logró una hegemonía ideológica por décadas. Lo novedoso, y preocupante, de Andrés Manuel López Obrador es la búsqueda de creyentes que lo sigan al cadalso si eso es lo que el líder demanda. Esto es lo que explica su renuencia a explicar su proyecto o a responder a interrogantes absolutamente legítimas y lógicas.
La pregunta clave acaba siendo si la ciudadanía tiene la capacidad y disposición para defender sus derechos y logros con el candidato de su preferencia sin abrirle la puerta a una plena impunidad, implícita y connatural, al ser creyente que acepta sin más.
@lrubiof 
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Chapulinato/Gabriel Zaid
Reforma, 25 Mar. 2018
Juan Sánchez Azcona usó la palabra porfiriato para referirse al régimen de Porfirio Díaz en su periódico México Nuevo (1909-1910), que acabó clausurado. Secundó el movimiento de Francisco I. Madero, del cual después fue secretario particular. Pero Madero no usa porfiriato en su libro de 1908 La sucesión presidencial en 1910. Sánchez Azcona (o quien haya sido el inventor) pudo haberse inspirado en la palabra virreinato.
Alfonso Reyes (XXII, 437-439) dice que porfiriato era un neologismo de uso ocasional hasta que Daniel Cosío Villegas lo popularizó. Sugiere otro modelo: triunvirato. Tanto triunvirato como virreinato y porfiriato se usan como nombre del período histórico correspondiente a un régimen político.
En 1911, el porfiriato terminó con la renuncia del presidente Díaz ante la revolución. En 1928, cuando Plutarco Elías Calles terminó su presidencia, y el sucesor electo (Álvaro Obregón) fue asesinado, decidió retirarse a una posición por encima de los presidentes, y se llamó a sí mismo Jefe Máximo de la Revolución. Se habló entonces de un maximato, que duró hasta 1936, cuando el presidente Cárdenas lo expulsó del país. Muchos años después, hubo un presunto salinato de Carlos Salinas de Gortari, pero terminó antes de empezar, porque su candidato a sucederlo (Luis Donaldo Colosio) fue asesinado en 1994.
Los gabinetes presidenciales en México siempre han sido inestables, pero en el siglo XX los cambios se hacían desde arriba. El presidencialismo no toleraba que los aspirantes se movieran por su cuenta. Había reglas no escritas, pero imperiosas: "Nadie le dice No al Señor Presidente", "Nadie le renuncia al Señor Presidente", "Todo se perdona, menos la traición". En particular, para los aspirantes a subir: "El que se mueve, no sale". La autopromoción era discretísima y peligrosa. Se consideraba insubordinación.
Hace unos años, cuando empezó la autopromoción descarada y el salto de unos puestos a otros por iniciativa propia, la nueva realidad no tenía nombre. Para señalarla, se habló de chapulines, quizá porque el chapulín de milpa (Sphenarium purpurascens) da saltos descomunales para su pequeñez. La metáfora contrasta con la tradición sumisa del presidencialismo, en el cual los ascensos se esperaban mansamente de un sexenio a otro; aunque también se daban en el mismo sexenio, por necesidades del Señor Presidente, que movía sus piezas.
¡En el chapulinato hay seis elementos. La indisciplina: Los cambios no sumisos, sino buscados por iniciativa propia. La impaciencia: No esperar al término del período correspondiente al puesto que se ocupa. La deslealtad: Pasar de una lealtad a otra, igualmente relativa, transitoria o nula. El oportunismo: No tener inconveniente en cambiar de ramo, especialidad, facción o partido. El éxito: El ascenso como botín logrado, no como premio recibido. La impunidad: ¿Qué se le puede exigir al que estuvo de paso?
La acelerada rotación de funcionarios (desde arriba o por iniciativa propia) hace inestable la administración. En el sexenio de Enrique Peña Nieto, de los 29 puestos del gabinete ampliado, únicamente seis han tenido un solo titular. Los otros 23 han tenido dos, tres y hasta cuatro.
Con procuradores que duran año y medio, ¿cómo puede haber procuración de justicia? Las fuerzas armadas (ésas sí con un solo titular) no pueden volver a sus cuarteles, a pesar de las críticas peñistas a la "guerra de Calderón" y la promesa de un cambio de enfoque, que nunca se vio. Con secretarios de Hacienda que duran dos años, ¿cómo puede haber impulso al crecimiento?
Cabe decir algo semejante de las secretarías de Relaciones Exteriores, Educación Pública, Función Pública y Sedatu; de Pemex, la CFE, el IMSS, el ISSSTE o la Comisión Nacional de Seguridad. Han tenido tres titulares, con una duración promedio inferior a dos años. Ya no se diga Sedesol, que ha tenido cuatro. La inestabilidad puede observarse en José Antonio Meade, que ha sido titular de tres secretarías sucesivas en menos de cinco años y ahora tiene una cuarta posición: candidato a la presidencia.
En el virreinato había un rey al que se le rendían cuentas. En el porfiriato y el maximato, un general. En el chapulinato hay un vacío de autoridad. En torno al vacío, zumban y giran los enjambres de chapulines aspirantes a más. Para los chapulines, no se trata de gobernar y hacerlo bien, atendiendo las oportunidades y problemas del país. Se trata de saltar a otra posición con más poder y presupuesto.
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Juárez, Madero y AMLO/Juan E. Pardinas
Reforma, 25 Mar. 2018
Con la modestia muy aparte, esta semana Andrés Manuel López Obrador tuvo el arrojo de canonizarse a sí mismo. En la entrevista con Milenio TV se encumbró en el altar de la patria para colocarse en la compañía de los próceres que han forjado a la nación mexicana: "Quiero pasar a la historia como Juárez, como el apóstol de la democracia, Francisco I. Madero, y como el general Lázaro Cárdenas del Río. Y no es ego, es buscar ser ni siquiera hombre de Estado, quiero ser hombre de nación". AMLO tiene todo para ser un Benito Juárez o un Francisco I. Madero. Sin embargo, estos elementos en común no tienen que ver con los héroes del mausoleo, sino con las debilidades y defectos de esos personajes que vivieron y murieron en los huracanes de la Reforma y la Revolución.
La historia oficial pinta a los héroes nacionales como estatuas de mármol que invocan un temple infalible, ajeno a la condición humana. La verdad de las cosas se encuentra en los pies de página y los hechos disimulados, que traen las dosis de realidad sobre el carácter de los hombres eminentes que escribieron la narrativa de los siglos XIX y XX.
Benito Juárez libró la segunda guerra de Independencia de México, forjó las bases del Estado nacional y le puso un freno legal al poder de las corporaciones eclesiásticas. Sin embargo, en medio de su epopeya, el héroe zapoteco le agarró un gusto insaciable al poder presidencial. En los 14 años que duró su Presidencia, su misión histórica acabó confundida con sus ambiciones personales. El "dictador democrático", le llamó Enrique Krauze a los últimos años de la Presidencia de Juárez. Sus críticos contemporáneos lo llamaban "su majestad Benito I". Sólo la muerte, en 1872, le pudo poner fin a su permanencia en el poder.
En la misma entrevista, AMLO sostiene que hay dos tipos de democracia, la representativa en el Congreso y la participativa, que no se agota con el trabajo de los diputados y senadores. El candidato de Morena también sostiene que: "Se equivocan menos los ciudadanos que los políticos. El pueblo tiene un instinto certero, el pueblo es sabio... La democracia es el poder del pueblo... consulta ciudadana y que el pueblo diga, 'quiero esto', 'no quiero esto'. En la democracia es el pueblo el que manda, es el pueblo el que decide". ¿Qué ocurrirá si el Congreso dice una cosa y el pueblo otra? ¿Qué pesaría más, la voluntad popular de un Zócalo lleno o los límites al poder presidencial que establece la Constitución? ¿Qué sucederá si a López Obrador le ocurre como a Juárez y, en el 2024, el pueblo le pide que se quede un sexenio más?
El candidato de Morena también parece retomar un rasgo preocupante de la personalidad de Francisco I. Madero: el voluntarismo de la ingenuidad. El apóstol de la democracia asumió que con su llegada a Palacio Nacional se podían dar por terminados los instintos autoritarios de la época porfirista. Madero creyó que terciarse la banda presidencial en el pecho le investiría de un poder suficiente para resolver los vicios políticos y los problemas heredados del pasado inmediato. AMLO asume que su llegada a la Presidencia será un bálsamo mágico para encarar los legados de corrupción y violencia que recibiría de su predecesor. Madero ofreció indulgencias a varios emisarios del porfirismo, que después volvieron para cobrarle las facturas de un tiempo que no se había ido. AMLO dispensa amnistías para criminales y corruptos como parte de su campaña presidencial. Ambos personajes, el apóstol y el mesías, tenían toda la confianza en la "serenidad y sabiduría" del pueblo para gobernarse a sí mismo. La vena autocrática de Juárez y la candidez idealista de Madero ya encontraron una encarnación contemporánea.
@jepardinas
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Revista Proceso #2160, a 25 de marzo de 2018
Los grandes contratos de obra pública, para los consentidos de Peña Nieto/
MATHIEU TOURLIERE
No obstante la falta de transparencia del gobierno federal, es posible determinar que fueron unas cuantas empresas mexicanas y extranjeras, solas o agrupadas en consorcios, las favorecidas durante el sexenio de Enrique Peña Nieto con el otorgamiento de los multimillonarios contratos de obra pública. De acuerdo con un análisis minucioso de Compranet y otras plataformas, así como de un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad, los consentidos del todavía presidente están encabezados por Grupo Higa, pero no faltan ahí apellidos como Hank Rhon, Azcárraga, Slim, Ruiz Sacristán, Servitje… y empresas como OHL, Odebrecht y Mota-Engil. Son los beneficiarios de las pomposas reformas estructurales que defiende a muerte el gobierno actual.

A veces solas y otras en consorcio, un puñado de empresas se repartió el pastel multimillonario de los contratos de obra pública durante el sexenio de Enrique Peña Nieto: recibieron más de 1 billón 184 mil millones de pesos durante los primeros cinco años de la administración actual, la mitad del monto total otorgado a actores del sector privado.
Los dueños y presidentes de los consejos de administración de estos grupos, llámense Carlos Hank Rhon, Olegario Vázquez Raña, Juan Armando Hinojosa Cantú, Hipólito Gerard Rivero, Carlos Ruiz Sacristán, Juan Miguel Villar Mir, Emilio Azcárraga Jean, Carlos Slim Helú o Nicolás Mariscal Servitje, entre otros, tienen víncu­los de larga data con el PRI, y en especial con el gobierno de Peña Nieto.
Las empresas se repartieron las obras del sector energético, de la infraestructura, la venta de medicinas, las telecomunicaciones, seguros y transportes, de acuerdo con un análisis exhaustivo que realizó Proceso a los más de 972 mil contratos registrados en la plataforma Compranet entre enero de 2013 y marzo de 2018, así como a la plataforma que registra los megaproyectos.
Y aun así, la información oficial impide determinar los montos exactos que se embolsó cada empresa, pues algunas dependencias no transparentan sus trabajos. Pese a ser el mayor contratista del gobierno federal, Pemex subió a Compranet contratos por un monto de apenas 46 mil millones de pesos durante todo el sexenio.
El gobierno de Peña Nieto también abrió en grande la puerta de los mercados públicos mexicanos a las empresas de capital trasnacional, como las españolas OHL, Elecnor, Avanzia, Sacyr, Aldesa, Construcciones y Auxiliares de Ferrocarriles (CAF), Isolux, Sener o Infralux, así como la portuguesa Mota-Engil, la brasileña Odebrecht y la francesa Alstom, por citar las más destacadas. En conjunto ganaron contratos por más de 147 mil 322 millones de pesos en los últimos cinco años.
En general, estas empresas extranjeras obtuvieron los contratos públicos en consorcio o asociación con empresas mexicanas.
Mota-Engil, por ejemplo, formó su filial mexicana con Grupo Promotor de Desarrollo e Infraestructura (Prodi), dirigido por José Miguel Bejos, quien suele jugar golf con Peña Nieto y es primo de Francisco Javier García Bejos, influyente subsecretario de Desarrollo Social. La empresa portuguesa ganó contratos por más de 19 mil millones de pesos durante el sexenio actual.
En un testimonio ante la Fiscalía General brasileña, Luis Alberto de Meneses Weyll, exdirector general de Odebrecht en México, aseveró que Emilio Lozoya Austin, entonces director general de Pemex, le “aconsejó” asociarse con la empresa hidalguense Construcciones Industriales Tapia para hacerse cargo de la construcción de la refinería de Tula, en Hidalgo. La brasileña lo hizo y obtuvo la obra, por mil 666 millones de pesos.
La mayor parte del gasto a contratistas se canalizó a través de Pemex, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) –que otorgó obras por 407 mil millones de pesos–, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) –400 mil millones de pesos– y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que, junto con Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y Caminos y Puentes Federales (Capufe), erogó más de 480 mil millones de pesos.
Tres titulares o extitulares de estas dependencias –Enrique Ochoa Reza en la CFE, Gerardo Ruiz Esparza en la SCT y Emilio Lozoya Austin en Pemex– fueron mencionados por directivos de OHL en una serie de pláticas telefónicas intervenidas que se hicieron públicas en YouTube en distintos momentos de 2015.
Los audios sugieren una colusión entre los funcionarios –especialmente Ruiz Esparza– y la empresa española, investigada en España por supuestos casos de corrupción que involucran, entre otros, a su filial en México.
Además, Lozoya, quien fue miembro del Consejo de Administración de OHL antes de incorporarse al equipo de Peña Nieto, fue señalado de manera directa por exdirectivos de Odebrecht, quienes lo acusaron de recibir 10.5 millones de dólares en sobornos a cambio de contratos de obra pública.
De acuerdo con un informe que el Instituto Mexicano para la Competitividad publicó el pasado martes 6, la CFE, el IMSS y la SCT figuran entre las cinco instituciones federales con mayores riesgos de corrupción en los procesos de contratación, pues tienen unidades compradoras que adjudican discrecionalmente las obras, presentan anomalías o carecen de transparencia.
Contratistas del sexenio
Juan Armando Hinojosa Cantú representa quizás la figura más emblemática de los contratistas consentidos de Peña Nieto, pues su fortuna creció a base de los contratos que el mandatario priista otorgó a Grupo Higa tanto en el Estado de México como a nivel federal, cuyo monto se elevó a más de 22 mil millones de pesos (Proceso 1985).
Sin la revelación de que Hinojosa Cantú construyó y financió la Casa Blanca presidencial, el tamaulipeco hubiera continuado su ascenso al amparo del poder, pues su empresa, Constructora Teya, formaba parte del consorcio –encabezado por firmas chinas– al que la SCT de Ruiz Esparza había otorgado el contrato del Tren México-Querétaro, por 50 mil millones de pesos.
Después de la publicación del reportaje por el equipo de Cármen Aristegui y Proceso, la SCT tuvo que cancelar el megaproyecto e Hinojosa Cantú dejó de concursar por obras públicas. Pero la historia no terminó ahí: al poco tiempo la empresa Transportaciones y Construcciones Tamaulipecos (Tracotamsa), de su primo Rolando Cantú Barragán, empezó a obtener contratos de obra federal, como lo documentó el reportero Arturo Rodríguez García (Proceso 2047).
De acuerdo con consultas a las bases de datos públicos, Tracotamsa ganó por lo menos 3 mil 600 millones de pesos en contratos de obra pública durante el sexenio de Peña Nieto.
Olegario Vázquez Raña, dueño del Grupo Empresarial Ángeles y de Grupo Imagen –que opera el periódico Excélsior e Imagen TV–, fue otro de los grandes beneficiarios de la administración peñanietista: sus empresas constructoras, hospitales y medios de comunicación obtuvieron 37 mil 515 millones de pesos del erario federal.
Carlos Ruiz Sacristán, funcionario en la SHCP en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y titular de la SCT en el de Ernesto Zedillo, ganó por su parte contratos federales por 45 mil 525 millones de pesos mediante su empresa IEnova, filial de Sempra Energy; el más importante de ellos prevé la construcción y operación del gasoducto Tuxpan-Texas, por 39 mil 165 millones de pesos.
El sexenio de Peña Nieto representó también una gran oportunidad de negocios para Carlos Hank Rhon y su hijo Carlos Hank González, ambos descendientes de Carlos Hank González, eminente figura priista y fundador del Grupo Atlacomulco.
Las empresas que forman el Grupo Hermes, junto con los bancos Interacciones y Banorte –todos de los Hank– obtuvieron contratos cuyo monto final rebasó los 30 mil millones de pesos, y ello, sin tomar en cuenta que el grupo se encuentra en el consorcio que ganó la licitación de 84 mil millones de pesos para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
Emilio Azcárraga Jean, el presidente del consejo de administración de Grupo Televisa, también apareció entre los más beneficiados, pues las filiales de su grupo –Televisa, Operbes y Corporación Interamericana de Entretenimiento–, recibieron contratos por 20 mil 600 millones de pesos desde 2013, según la base de datos de Compranet.
GIA+A, la constructora de Hipólito Gerard Rivero –cuñado del expresidente Salinas de Gortari–, obtuvo por su parte 5 mil 113 millones de pesos en contratos federales, sin incluir sus participaciones en dos consorcios ganadores de obras en la construcción del NAICM.
Entre 2010 y 2012, los últimos dos años de gobierno de Calderón –y los únicos disponibles en Compranet–, esta empresa había conseguido contratos por apenas 39 millones de pesos.
La constructora Omega, que dirige Jorge Miguel Melgarejo Haddad, también vivió un ascenso espectacular durante el sexenio priista. Participó en algunas de las obras más presumidas por la administración –el NAICM o el Tren Interurbano Toluca-México, entre otras–, y los montos por los que fue contratada rebasaron los 22 mil millones de pesos.
Primer círculo
El mexiquense Roberto Alcántara Rojas –empresario cercano a Peña Nieto–, obtuvo de Capufe tres contratos por 4 mil 39 millones de pesos para operar servicios de telepeaje; además, su empresa Omnitren se asoció con la española CAF para operar el Tren Interurbano México-Toluca, por 13 mil millones de pesos.
Eustaquio Tomás de Nicolás Gutiérrez, quien fue compañero de Peña Nieto en la Universidad Panamericana y es presidente de Desarrolladora Homex, obtuvo contratos por 2 mil 731 millones de pesos para sus empresas Expectras y Propiedades Inmobiliarias de México.
En abril de 2013 Expectras recibió un contrato de 691 millones de pesos del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, en Veracruz, para la construcción de la Ciudad Deportiva Centroamericana –sede de los Juegos Centroamericanos de 2014–, parte de cuyas obras dejó inconclusas.
A lo largo del actual sexenio, Seguritech, la empresa proveedora de material de seguridad de Ariel Zeev Picker Schatz, recibió contratos por 8 mil millones de pesos; Caabsa, constructora de Mauricio Amodio Herrera, ganó 9 mil 161 millones de pesos; mientras Constructora Marhnos, de Nicolás Mariscal Servitje, obtuvo 16 mil millones de pesos, principalmente en la construcción de hospitales.
Carlos Echenique Casanova, dueño de Casanova Rent, se convirtió en el principal arrendador de vehículos para las dependencias federales, un negocio del cual sacó contratos –por adjudicación directa– por más de 9 mil 857 millones de pesos desde 2013.
A estos beneficiados por la administración actual, se deben sumar los empresarios que cada sexenio reciben jugosos contratos, como Carlos Slim, cuyas empresas recibieron por ese concepto alrededor de 123 mil millones de pesos a lo largo de este sexenio.
También fue el caso de Ingenieros Civiles Asociados, de Bernardo Quintana Isaac; Sixsigma Networks, de María Asunción Aramburuzabala Larregui; Coconal, de Héctor Ovalle Favela; Grupo Nacional Provincial, de Alberto Bailleres González; Infra, de Agustín Franco Macías; Grupo Salinas, de Ricardo Salinas Pliego; Pinfra, de David Peñaloza Alanís; e Industrias Unidas, de Carlos Peralta, que en conjunto sumaron contratos por más de 110 mil 645 millones de pesos.
Información hueca
Si bien ofrecen un panorama general sobre el abanico de empresas beneficiarias de contratos de obra pública, las bases de datos de Compranet y del Portal de Obligaciones de Transparencia (POT) tienen huecos y deficiencias que impiden determinar los montos exactos que se embolsó cada empresa.
En Compranet, ni OHL ni Grupo Higa aparecen entre los más beneficiados de Peña Nieto, cuando en realidad obtuvieron contratos federales por montos superiores a 30 mil millones y 10 mil millones de pesos, respectivamente, lo que los colocaría entre los 50 grupos más beneficiados del sexenio.
Ello tiene dos explicaciones. La primera es que algunas dependencias –la CFE, Pemex y la SCT, sobre todo– no publican todos los contratos en el POT ni en Compranet.
Así, el contrato para la construcción de la Central de Ciclo Combinado Empalme I, que la CFE otorgó a las españolas OHL y Senermex en marzo de 2015, no aparece en Compranet ni en el POT, a pesar de que su monto rebasa los 8 mil 773 millones de pesos.
Lo mismo ocurrió con la Central Hidroeléctrica Chicoasén II –cuya construcción fue adjudicada a un consorcio encabezado por Omega, por un monto de 7 mil 110 millones de pesos–, o la elaboración de un tramo de la autopista Monterrey-Nuevo Laredo, otorgada por la SCT a Pinfra en mayo de 2017 por 3 mil millones de pesos.
La segunda razón por la cual la información pública oficial es incompleta es porque muchos de los contratos relativos a los megaproyectos del sexenio fueron ganados por conglomerados de empresas que se distribuyen las obras y el dinero a su modo. Sin embargo, en Compranet aparece como si una sola de las compañías se llevara el monto total.
Por ejemplo Operadora Cicsa, de Slim, aparece en Compranet como la empresa más beneficiada del sexenio, con 94 mil millones de pesos en contratos federales.
Pero ello no es necesariamente cierto: la plataforma le atribuye la totalidad de los 84 mil millones de pesos del contrato para la construcción de la terminal principal del NAICM, a pesar de que la empresa lo obtuvo en consorcio con otros grupos constructores que también destacaron entre los más consentidos de la administración: GIA+A, Prodemex, Hermes, Acciona, FCC e ICA.
Otro caso: en Compranet, la empresa La Peninsular Compañía Constructora aparece como única beneficiaria de un contrato del Tren Interurbano México-Toluca, cuyo monto se elevó a 10 mil 148 millones de pesos; sin embargo, la empresa de Hank ganó la licitación en consorcio con OHL#
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Revista Proceso #2160, a 25 de marzo de 2018
La lista de “Forbes” ya aburre: los dueños de México son los mismos desde la época de Salinas/MATHIEU TOURLIERE
Desde lo que se conoció como la Salinastroika, los ultrarricos mexicanos enlistados por la revista Forbes –cuyos editores sólo tienen que hacer copy paste con sus apellidos– son los mismos de siempre pero con más millones acumulados. Envejecieron y algunos murieron, pero sus apellidos resuenan en familias y descendientes: Slim, Bailleres, Larrea, Garza Lagüera, Salinas Pliego… ¿faltan algunos? Pues agreguemos a González Barrera, Azcárraga, Harp Helú, Arango, Aramburuzabala. El tiempo pasa, pero los millones no sólo se quedan, sino que se multiplican.
Todos envejecieron –algunos han muerto–, pero sus fortunas permanecen: 14 de los 16 multimillonarios mexicanos que la revista Forbes enlistó en su edición de este año ingresaron al exclusivo club de los ultrarricos del planeta durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Hoy la fortuna de esos 16 personajes –14 hombres y dos mujeres– suma, según la revista, 141 mil millones de dólares (más de 2 billones 636 mil 700 millones de pesos), es decir 14% del PIB nacional. Más que el presupuesto del gobierno federal para desarrollo social en 2018.
Forman parte de dinastías enriquecidas por las privatizaciones que Salinas de Gortari aplicó en los noventa, proceso que Forbes llamó entonces Salinastroika, un guiño a la apertura liberal de la economía soviética, la Perestroika.
Conforme el gobierno de Salinas vendía al por mayor la banca, las minas, las telecomunicaciones y las carreteras, el número de multimillonarios mexicanos se disparó: cuando el priista asumió el poder, en 1988, sólo la familia Garza Sada aparecía en la lista de Forbes; seis años más tarde México se había convertido en el cuarto país con más multimillonarios: sumaba 24.
Entre ellos figuraban Carlos Slim Helú, Jorge Larrea Ortega, Alberto Bailleres González, Eugenio Garza Lagüera, Ricardo Salinas Pliego, Pablo Aramburuzabala Ocaranza, Emilio Azcárraga Milmo, Jerónimo Arango, Roberto González Barrera, Roberto Hernández Ramírez, Alfredo Harp Helú y David Peñaloza Sandoval. Javier Garza Calderón entró en ella el año siguiente, 1995.
Hoy, 23 años después, las fichas son idénticas. Aunque siete de los multimillonarios fallecieron, sus herederos –Germán Larrea Mota Velasco, Eva Gonda de Rivera, María Asunción Aramburuzabala Larregui, Carlos Hank Rhon, David Peñaloza Alanís y los hermanos Javier y Francisco Calderón Rojas– retomaron el timón de los negocios familiares y ocuparon su lugar en la lista publicada el pasado martes 6.
Durante la crisis bancaria de 1995, varios de los multimillonarios actuales fueron salvados de la ruina con dinero de los contribuyentes mexicanos: el gobierno de Ernesto Zedillo hizo pública su deuda mediante el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) –ahora llamado Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB) por un monto que ahora llega a 1 billón 7 mil millones de pesos.
En estas dos décadas y media no sólo se heredó la riqueza. También lo hizo la miseria: la población pobre por ingreso –es decir, que no tiene dinero para adquirir los bienes de la canasta básica– es prácticamente idéntica hoy a la de 1994: 50.6% de los mexicanos enfrenta esta situación actualmente, contra 52.4%, cuando Salinas acabó su mandato.
En el México de hoy, 7.5 millones de personas sobreviven con un salario mínimo de 87 pesos diarios, cuyo valor real es incluso inferior al salario mínimo de 1994.
Para alcanzar la fortuna de Alfredo Harp Helú –el mexicano más “pobre” de la lista de Forbes– un hogar promedio tendría que juntar sus 15 mil 507 pesos de ingreso corriente mensual durante 122 mil 525 años.
“Lo que quieren”
“No es que antes no hayan sido supermillonarios, lo que ocurre es que antes no teníamos suficiente información sobre su valor de marcado”, dijo a Proceso Graham Button –entonces editor del informe de Forbes– en 1994, para explicar el incremento brutal del número de ultrarricos mexicanos en la administración de Salinas. Añadió: “Ahora el gobierno no los estorba, sino que los deja hacer lo que quieren”.
Ese año Carlos Slim Helú –quien adquirió Teléfonos de México en diciembre de 1990 y apareció en Forbes en 1992– estaba satisfecho: su fortuna se había incrementado 215%; las utilidades de Telmex alcanzaban 8 mil millones de pesos y las compañías bajo control de Grupo Carso y Grupo Financiero Inbursa representaban 22% de la capitalización mercantil de la bolsa mexicana.
Sentado sobre el monopolio de las telecomunicaciones, durante las siguientes dos décadas Slim cobró a los mexicanos tarifas abusivas en telefonía e hizo internacional su imperio mediante América Móvil. Forbes lo coloca este año en el séptimo lugar de los personajes más ricos del planeta, con una fortuna evaluada en 67 mil 100 millones de pesos.
Su primo, Alfredo Harp Helú, también fue incluido en la lista de Forbes en 1992, junto con Roberto Hernández Ramírez, su socio en la corredora Acciones y Valores de México, que en 1991 adquirió el Banco Nacional de México (Banamex) y formó la holding Banacci. Ambos permanecen entre los personajes más ricos del planeta, con fortunas estimadas por la revista en mil 200 y mil 900 millones de dólares, respectivamente.
“No es casual que muchos de los 24 mexicanos enlistados sean accionistas de Banacci”, dijo Button a este semanario en 1994. Entre estos accionistas se encontraban apellidos familiares, como Aramburuzabala, Hank Rhon o Larrea.
Germán Larrea Mota Velasco heredó la fortuna que hizo su padre, Jorge Larrea Ortega, gracias a la privatización del sector minero: en 1990 el gobierno de Salinas vendió al empresario la paraestatal Minera de Cananea, con la que aquel se convirtió en el dueño de 90% de la producción nacional de cobre –tenía además las cuatro fundiciones en operación– y 6% de la internacional.
Además de sus minas, hoy Grupo México tiene un cuasimonopolio sobre el transporte ferroviario mexicano –en asociación con Inbursa, de Slim– y controla empresas constructoras, energéticas y concesiones de autopistas. Según Forbes, Germán Larrea es el segundo personaje más rico del país, con 17 mil 300 millones de dólares.
“Más horas de programación que la NBC”. Así describió Forbes a Televisa en 1993, para explicar la fortuna de 5 mil 100 millones de dólares de Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre, conocido entonces como el hombre más rico de América Latina, con una fortuna sentada sobre el control de 90% de la audiencia televisiva mexicana.
En 1997, al fallecer El Tigre –asumido “soldado del PRI y del presidente”, y promotor de programas de televisión “para la clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida”–, su hijo Emilio Azcárraga Jean asumió el control de Grupo Televisa y aparece hoy en la lista de Forbes con una fortuna de mil 700 millones de dólares.
En los primeros cinco años de gobierno de Enrique Peña Nieto, sus distintas empresas recibieron contratos del gobierno federal por más de 20 mil 600 millones de pesos; la mayor parte de ellos en publicidad oficial.
Salinas Pliego entró al club de Forbes a los 38 años, en 1994, un año después de comprar la paraestatal Televisión Azteca por 645 millones de dólares. Con ello, el dueño de Grupo Elektra –y ahora presidente del Grupo Salinas– compartió el mercado televisivo con Televisa. La revista lo coloca como el cuarto mexicano más rico, con 7 mil 100 millones de dólares.
También en 1994 incursionó Roberto González Barrera por primera vez en la exclusiva lista. En ese entonces, el fundador del Grupo Industrial Maseca –con el que consiguió un monopolio sobre la harina de maíz industrial– acababa de comprar Banorte y disfrutaba “de una relación cercana con el gobierno”, reportó la revista.
Su yerno, el banquero de Atlacomulco Carlos Hank Rhon –dueño del Grupo Financiero Interacciones e hijo del priista mexiquense Carlos Hank González, secretario de Turismo y de Agricultura de Salinas–, aparece hoy entre los multimillonarios mexicanos con una fortuna estimada en 2 mil millones de dólares.
Hank Rhon y su hijo Carlos Hank González –actual presidente del Grupo Financiero Banorte, que heredó de su abuelo Roberto González Barrera– obtuvieron contratos del gobierno federal por más de 30 mil millones de pesos durante el sexenio de Peña Nieto; además, sus bancos tienen contratos de deuda estatal y municipal vigentes por un monto superior a los 193 mil millones de pesos.
Dulce fortuna
Tres integrantes de la lista actualizada de Forbes heredaron sus fortunas de los fundadores de FEMSA, la principal embotelladora de Coca-Cola de América Latina, dueña de algunas de las marcas de refrescos más vendidas en el país –tiene 853 mil puntos de venta en el territorio– y operadora de 16 mil 526 tiendas Oxxo en México y Colombia, así como gasolinerías y farmacias.
En un país donde siete de cada 10 adultos sufren sobrepeso u obesidad y en el que más de 100 mil personas mueren cada año por diabetes, FEMSA sigue prosperando de la venta de refrescos y de comida chatarra: sus ingresos totales se elevaron a 460 mil 456 millones de pesos en 2017, según su informe financiero anual.
Eva Gonda de Rivera, la cuarta persona más rica de México –7 mil 100 millones de dólares–, es viuda del empresario regiomontano Eugenio Garza Lagüera, a su vez hijo de Eugenio Garza Sada, el fundador de FEMSA. Garza Lagüera fue presidente vitalicio del consejo de administración de la empresa y adquirió en 1991 parte del entonces Grupo Financiero Bancomer, privatizado ese año por Salinas.
Los hermanos José y Francisco Calderón Rojas, por su parte, hicieron su fortuna –2 mil 900 millones de dólares– con base en el 7% de participaciones en FEMSA que obtuvieron de su padre, José Fernando Calderón Ayala, exconsejero de la empresa, quien se incorporó a la lista de Forbes en 1995 y falleció una década después.
Alberto Bailleres González, el tercer hombre más rico de México –con 10 mil 700 millones de dólares–, incursionó por primera vez en Forbes en 1993. La revista lo presentó entonces como dueño de Palacio de Hierro, accionista de FEMSA y, sobre todo, heredero de su padre, Raúl Bailleres, considerado en su tiempo uno de los hombres más ricos del país.
Ese año, la revista acompañó la fotografía del ahora dueño de Industrias Peñoles y Grupo Nacional Provincial con la leyenda: “Dinero viejo, en medio de todo este dinero nuevo”.
David Peñaloza Alanís –dueño de mil 300 millones de dólares– es otro heredero del salinismo. Mediante Triturados Basálticos (Tribasa), su padre, David Peñalosa Sandoval, obtuvo de Salinas concesiones de autopistas –entre ellas la del Sol y la México-Toluca–. Las utilidades de la empresa se dispararon mil 293% entre 1989 y 1993.
A principios de este siglo Tribasa y su fundador se hundieron en escándalos de fraude, y en 2005 Peñaloza Alanís renombró la empresa como Pinfra (Promotora y Operadora de Infraestructura). Ésta tiene actualmente 26 concesiones carreteras –el gobierno de Enrique Peña Nieto le otorgó nueve–, y obtuvo contratos por más de 5 mil 379 millones de pesos el año pasado, para la construcción de un tramo de la autopista Monterrey-Nuevo Laredo y de una terminal del nuevo puerto de Veracruz.
Jerónimo Arango Arias mantuvo un perfil bajo desde su entrada en la exclusiva lista, en 1992, año en que Forbes le atribuyó una fortuna de “por lo menos mil millones de dólares”. Dos años después, el dueño de la cadena Cifra –la primera en instalar una tienda de autoservicio en México– se asoció con Walmart. Actualmente encabeza más de 330 puntos de venta en el país y la revista le calcula una fortuna de 4 mil 300 millones de dólares.
Sólo tres multimillonarios de la lista actual de Forbes no estaban en las listas elaboradas en tiempos de Salinas: Juan Francisco Beckmann Vidal –heredero de la empresa tequilera José Cuervo, con una fortuna estimada en 4 mil 300 millones de dólares–, el jalisciense Rufino Vigil González –con mil 400 millones de dólares– y el banquero Antonio del Valle Ruiz.
Aun así, Del Valle Ruiz fue un beneficiario directo del salinismo. En 1992 compró una participación mayoritaria en el recién privatizado Banco Internacional (Bital, ahora HSBC), que fue rescatado por el Fobaproa dos años más tarde. Al frente de Mexichem, Del Valle consolidó sus relaciones con los gobiernos y Forbes calculó su riqueza actual en 3 mil 400 millones de dólares.
Entremés
En 1993 Forbes reveló el secreto de los multimillonarios mexicanos: “Sus empresas tienden a estar integradas y autofinanciadas, y siempre bien relacionadas con el gobierno”.
Algunos de los enriquecidos de las privatizaciones que perduran hoy en la cumbre de la riqueza del país financiaron la llegada de Salinas a Los Pinos, gracias, entre otros, a la intermediación de Claudio X. González, presidente del consejo de administración de Kimberly Clark y exlíder del Consejo Coordinador Empresarial.
Desde principios de 1988, Claudio X. González reclutó, en nombre de Salinas, a un grupo de poderosos empresarios para apoyar la candidatura del priista. Entre los integrantes de la Comisión de Financiamiento del PRI destacaban Carlos Slim, Roberto González y Carlos Peralta.
En marzo de 1988, cuatro meses antes de las elecciones que catapultaron a Salinas a la Presidencia, Hank González organizó una cena en su casa para apoyar al candidato. Acudieron Slim, Azcárraga, Hank Rhon, Roberto Hernández, Arango y Claudio X. González, entre otros.
Este pequeño grupo no se separó con el tiempo. Los multimillonarios suelen participar en los consejos de administración de los grupos presididos por sus pares: en Banamex están Hernández, Harp, Aramburuzabala, Azcárraga, Beckmann y Larrea; en Grupo Televisa se reúnen Azcárraga, Bailleres, Hank y Hernández.
Claudio X. González Laporte, por su parte, permanece en los consejos de administración de Grupo Carso y Grupo México. Fue además la cara más visible del Consejo Mexicano de Negocios (CMN), el grupo elitista de los 50 mexicanos más adinerados, que en conjunto representan 30% del PIB nacional.
En voz de González Laporte, el CMN respalda la candidatura de José Antonio Meade Kuribreña, candidato de la coalición PRI-PVEM-Nueva Alianza a la Presidencia de la República.
Meade tiene con qué caerle bien a la casta multimillonaria: promueve activamente las reformas neoliberales emprendidas en el gobierno de Peña Nieto, se presenta como aliado del sector bancario y su padre –el priista Dionisio Meade y García de León– fue uno de los arquitectos del Fobaproa y del IPAB.
Aplica para Meade una observación que hizo la revista Business Week sobre Salinas de Gortari en 1991: “Está bien claro: no se propone destruir a la élite de poder en México; es parte de ella”.
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Llegó la hora de desconfiar de Facebook/JENARO VILLAMIL
Revista Proceso #2160, a 25 de marzo de 2018
De manera soterrada, la consultora Cambridge Analytica –especializada en manejo de datos personales y en la elaboración de perfiles psicográficos– llegó a México desde finales de 2016. Los directivos de esa empresa, que logró posicionar a Donald Trump como presidente de Estados Unidos e influyó en los resultados del Brexit, están inmersos en el escándalo. Y ahora, ante la presunción de que están almacenando detalles acerca de electores mexicanos, la organización SonTusDatos interpuso en Gran Bretaña una solicitud de información para despejar la incógnita.
El escándalo de la consultora Cambridge Analytica –creada por el multimillonario Robert Mercer y con presencia en México desde 2017– ya cruzó el Atlántico.
El jueves 22 la representación mexicana de la organización SonTusDatos gestionó en Gran Bretaña una solicitud dirigida a la compañía para saber “si tratan los datos personales de uno de nuestros colaboradores en sus bases de datos en el Reino Unido”; también le pidió “la información completa sobre sus fuentes, las finalidades, la ‘lógica’ y la base legal de su tratamiento y una copia de todos estos datos”.
Cédric Laurant, presidente ejecutivo de SonTusDatos, advierte que, además de buscar la información en Gran Bretaña al amparo de la Ley de Protección de Datos del Reino Unido de 1998, promoverá en los próximos días un recurso ante el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) de México.
“Es muy importante que los ciudadanos estén conscientes de que al descargar una aplicación en las redes sociales pueden acceder a sus perfiles psicográficos y darles un uso no sólo mercantil sino electoral”, comenta Laurant a Proceso.
En cuanto al reciente affaire político en torno a Facebook y la estrategia que llevó al poder a Donald Trump, comenta: “Seguramente vamos a ver acciones colectivas (class action) en Estados Unidos por las violaciones a varias leyes de protección de datos electorales” y que el gigante de las redes sociales, en el epicentro del escándalo, tendrá que implementar nuevas medidas de control con los desarrolladores de las aplicaciones.
El propósito de la solicitud de información de SonTusDatos ante Cambridge Analytica es “saber si la compañía británica podría estar almacenando datos de electores mexicanos, información que hubiera extraído anteriormente de sus perfiles de usuarios en Facebook”, dice Laurant.
Y puntualiza: “Nuestra preocupación surge a raíz de que se descubriera que en 2016 Cambridge Analytica fue pieza fundamental para que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales en Estados Unidos, por lo que, de cara al proceso electoral que se lleva a cabo este año en México, es probable que la firma esté asesorando a uno o varios partidos políticos”.
Cofundador de la organización mexicana Artículo 12, creador del proyecto SonTusDatos –que comenzó a operar en México en 2015– y con 20 años de experiencia como consultor, abogado e investigador en proyectos internacionales sobre protección de datos, Laurant indica que su agrupación no ha encontrado nada en concreto sobre la participación de Cambridge Analytica en las elecciones de 2017 en el Estado de México, aunque dice tener la certeza de que esa compañía se asentó en el país desde julio pasado en la colonia Anzures, en la Ciudad de México.
El especialista considera que el salto cualitativo de lo realizado por consultoras como Cambridge Analytica es una “ampliación de la manipulación” que ya se realiza con los datos personales para la venta de productos a través de las redes sociales, y “en este caso les permite obtener datos y seguimiento de los usuarios para utilizarlos en contra de los propios ciudadanos, sin que ellos sepan y con una falta de transparencia total”.
En su solicitud, cuya copia tiene Proceso, SonTusDatos expuso: “Cambridge Analytica pudo haber obtenido datos de usuarios de Facebook en México a través de los likes que dan a contenido publicado en esta red social o a través de aplicaciones como Pig.gi, información con la que la empresa podría haber creado perfiles psicográficos de esos usuarios y haberlos utilizado para fines de publicidad individualizada con el objetivo principal de tratar de manipular sus votos y, así, el resultado de las próximas elecciones en México”.
Aun cuando la agrupación de Laurant ha tenido una “experiencia lamentable” con el INAI en tres quejas previas sobre manipulación y robo de datos personales de grandes compañías, como Citibank o el canal de noticias UnoTV, él subraya que acudirá a este instituto porque al mismo le corresponde determinar la protección de datos personales.
El escándalo de Cambridge Analytica “pone en juego a toda la infraestructura de monitoreo en redes sociales” y “lo que hicieron en Facebook puede estar siendo utilizado en contra de los propios ciudadanos”.
El “salto cualitativo” en la
desinformación
El consultor Óscar Mondragón, socio director de la compañía Aurea Code, refiere que el caso Cambridge Analytica significa un “salto cualitativo” en la estrategia de las campañas en redes sociales, porque “tiende a lanzar dardos de muy alta precisión” y a utilizar “no sólo los perfiles sociodemográficos, sino también los llamados perfiles psicográficos que determinan tus gustos, tus miedos, tus aspiraciones, tus tendencias políticas”.
En entrevista con Proceso, Mondragón comenta que el caso de Cambridge Analytica es distinto al hackeo, porque aquí voluntariamente mucha gente aportó sus datos psicográficos a través de test psicológicos, de aparentes encuestas ingenuas o de juegos en redes sociales, lo que les permite a este tipo de consultoras “tener hasta un 90% de precisión” al perfilar a los ciudadanos.
Mondragón, asesor del PRD para uso de redes sociales en la elección presidencial de 2012, explica que el nuevo fenómeno surgió con las aplicaciones que utilizan Facebook Connect y con el programa conocido como Aplication Programming Interfaz (API) de la plataforma con más de 2 mil 200 millones de usuarios en el mundo.
“Es una nueva forma de acceder a las bases de datos de Facebook, a partir de juegos aparentemente inocentes como son ‘la granja’ o estas preguntas de ‘¿a qué héroe de la historia te pareces?’ –dice–. No hay ninguna ley que prohíba hacer esto. Nosotros mismos andamos regando nuestros datos personales por todos lados sin tener conciencia de ello.”
–¿Es un caso de espionaje nuevo?
–Lo que pasa es que la gente no sabe a lo que se expone. Cambridge Analytica, al final del día, es un engaño porque no te dice que quiere tus datos para un uso electoral. Hace lo que todas las compañías grandes como Coca Cola o las marcas de coches: pautan publicidad con Facebook, pero buscan que tenga un alcance muy preciso, de acuerdo al perfil del usuario, y luego distribuyen noticias falsas en contra de algún candidato.
“No se habían dado cuenta que en Facebook existe una puerta trasera para acceder a tus datos y no sabían ni para qué se utilizaban.”
–¿A quién le corresponde regular esto en México: al INE o al INAI?
–Evidentemente es el INAI el que debe exigirle a Facebook que cualquier aplicación tenga una clara declaración de protección de datos personales.
Mondragón subraya que de nada sirven convenios como el del INE y Facebook para combatir las fake news o las “noticias falsas”, porque “de lo que se trata es de diseminar desinformación para hacerla veraz, de acuerdo a tu perfil psicográfico y a la influencia que tengas con tus contactos”.
Según información del corresponsal de Proceso en Londres, Leonardo Boix, Cambridge Analytica se asoció con Pig.gi una aplicación telefónica en México y Colombia que otorga a unos 200 mil usuarios activos el servicio gratuito, a cambio de mirar publicidad, leer notas y participar en sondeos, de los cuales obtiene información de potenciales electores y puede influir sobre ellos.
El exasesor de Donald Trump y exvicepresidente de Cambridge Analytica, Steve Bannon ,le declaró el año pasado a la agencia Bloomberg que ese vínculo entre la consultora y Pig.gi fue creado para “influenciar” a votantes jóvenes mexicanos, para “bombardear” y “moldear” la opinión pública de nuevos electores en Colombia y México.
Alexander Nix, el depuesto director de Cambridge Analytica, quien admitió ante las cámaras del Channel Four de Gran Bretaña que las campañas de desinformación de la consultora fueron claves en la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, sostiene que “Pig.gi ha sido muy exitosa en México y Colombia”.
También lo fue en el referéndum del Brexit en Gran Bretaña, las elecciones presidenciales de Kenia de 2017 y ahora ya está en México.
“Estamos encantados de asociarnos con la aplicación telefónica Pig.gi para que sus clientes obtengan los mensajes adecuados en el momento adecuado”, manifestó Nix en un comunicado de prensa distribuido el año pasado por la consultora.
El escándalo global que llegó
a México
Desde finales de 2016, tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se supo que la empresa Cambridge Analytica, clave para manipular el algoritmo de Facebook e incidir en más de 50 millones de cuentas a favor de Donald Trump, buscaban un socio en México para elecciones estatales y para los comicios presidenciales de 2018.
La empresa que ahora está suspendida por Facebook –y que le acarreó pérdidas ya por 36 mil millones de dólares en tan sólo dos días de jornada bursátil– fue contratada por el equipo de Trump gracias a la recomendación de Jared Kushner, yerno del actual mandatario, y de Stephen Bannon, quien entonces estaba en la junta directiva de Cambridge Analytica.
El responsable del contacto entre la consultora y la campaña de Trump fue Brad Parscale, el director digital de la campaña del empresario y recién nombrado encargado de la campaña de reelección del magante para 2020.
La amistad ampliamente confirmada entre Kushner y el exsecretario de Hacienda peñanietista y actual canciller, Luis Videgaray, facilitó las cosas para que Cambridge Analytica aterrizara en México y pretendiera hacer negocio electoral con el PRI, utilizando la misma fórmula que ahora la tiene en la mira del propio Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés): utilizar sin autorización millones de cuentas en Facebook para robar sus datos, sus contactos y promover información falsa (fake news) a favor de un candidato.
El sitio www.campaignsandelectionsla.com, especializado en mercadotecnia electoral, publicó el martes 20 la siguiente información:
“El PRI estuvo a punto de meterse en un nuevo problema global –similar al que ocurre en Estados Unidos y Gran Bretaña– por la contratación de la empresa Cambridge Analytica para buscar el voto por medio de la red social Facebook, y es que a pesar de que hace casi seis meses dicha empresa se estableció en México con la finalidad de trabajar de la mano del tricolor, esta tuvo que retirar sus oficinas en México ante la falta de un acuerdo económico.
“De acuerdo con algunas fuentes, Cambridge Analytica llegó al país por recomendación de Jared Kushner e instaló sus oficinas en la colonia Polanco de la Ciudad de México, donde la inglesa Brittany Kaiser fungió como directora.
“Durante meses estuvieron en pláticas con la campaña de José Antonio Meade (sic) y buscando también colaborar en proyectos de elecciones estatales, sin embargo, no llegaron a acuerdo alguno.”
El mismo sitio indicó que “un alto integrante de la campaña (de Meade) dio a Cambridge Analytica un adelanto, más a manera de apartado que como pago real”. Sin embargo, no logró acceder del todo a la campaña del tricolor ante la negativa de Alejandra Lagunes, responsable de la estrategia digital de Peña Nieto y ahora de Meade.
“Lagunes los bloqueó más por lo profesional que por algún problema estratégico. Ella no ha dejado que nadie se meta a pesar de los malos resultados que están teniendo en la web con Meade”, reveló la fuente citada por www.campaignsandelectionsla.com.
Otra información que circula en las redes y entre especialistas en marketing electoral señala a Liébano Sáenz y a su socio Federico Berrueto, del Gabinete de Comunicación Estratégica, como los intermediarios con Cambridge Analytica.
Sáenz fue secretario particular de Ernesto Zedillo cuando este estuvo en Los Pinos y trabajó como responsable de prensa y propaganda en la campaña de Luis Donaldo Colosio, el aspirante presidencial priista asesinado en marzo de 1994.
Desde enero pasado, el periódico El Financiero publicó que Cambridge Analytica aterrizó en México a finales de 2016 y en 2017 buscó contratar personal, a pesar de que Alexander Nix, oficial ejecutivo en jefe de la firma, le negó al periódico que estén dando servicio a algún partido político en México.
Por su parte, el sitio BuzzFeed descubrió en una investigación realizada en octubre de 2017 diversos vínculos entre Cambridge Analytica y el PAN, en específico el expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
El sitio digital informó que Arielle Dale Karro, quien se presentó como jefa de operaciones en México de Cambridge Analytica, lanzó una campaña para reclutar analistas de datos “e iniciar así operaciones de cara a las elecciones de 2018, principalmente en estados donde se disputarían las gubernaturas”.
Según BuzzFeed, Karro fue grabada junto al senador panista Ernesto Cordero en abril de 2017 en la sede del Senado, durante un evento convocado por el secretario de Hacienda del gobierno de Calderón, y también fue fotografiada con el expresidente Vicente Fox, favorable a la candidatura presidencial de José Antonio Meade.
El periódico El Financiero identificó como una de las “empresas fachada” de la consultora británica a la compañía Mowisat, que compartía sus oficinas con ella en la colonia Anzures. Mowisat es una empresa mexicana, con capital mexicano e inglés, con fines altruistas para facilitar la banca electrónica a las comunidades rurales, entre ellas Xochimilco, en la Ciudad de México.
Participantes del sector de información sobre seguridad nacional afirmaron a Proceso que Cambridge Analytica abrió sus oficinas en México y estaba a la caza de contratos, por lo que mantuvo contacto con gente cercana a prácticamente todos los candidatos presidenciales.
Según esta versión, entre sus contactos estuvieron empresarios que respaldan a Ricardo Anaya, candidato de Por México al Frente, y con “gente cercana” a José Antonio Meade, aspirante presidencial de la coalición Juntos por México, pero él no quiso. Ambos candidatos se deslindaron públicamente de Cambridge Analytica.
El candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, pidió desde noviembre de 2017 al INE que investigara el papel de esta consultora y en medio del escándalo señaló directamente al empresario Claudio X. González, fundador de Mexicanos contra la Corrupción, de estar ligado a la consultora. (Con información de Leonardo Boix y de Jorge Carrasco.)
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