El libro que hace ha hecho enojar al C. Presidente..
El c. Presidente López Obrador comentó en la mañanera que no existen pruebas en el contenido del libro y afirmó que es un acto de deshonestidad intelectual.
Durante la mañanera, criticó el libro de Elena Chávez, en donde plantea que 'eran insaciables' los funcionarios de la red que entregaba apoyos económicos para que AMLO llegara a la Presidencia y creara Morena.
A López Obrador se le preguntó si le afecta políticamente, a lo que contestó que para nada y que él tiene un escudo protector: "mi honestidad".
"No, no, no, para nada, es que son varios, y los que vienen, es que es así, es un proceso de transformación como ya lo expliqué y esto afecta intereses creados y también se sienten afectados en su pensamiento conservador, los entiendo perfectamente y tienen toda la libertad para expresarse, se han escrito como 10 (libros) ya en contra y van a escribirse pues otros 10 o 20", respondió.
"Nada más, nada más, que yo tengo un escudo protector que es mi honestidad".
-Se afirma que Octavio Romero institucionalizó el moche para los trabajadores, se le cuestionó.
"Es que no tiene caso estar respondiendo, si no hay ninguna prueba, es un acto de libertad aún sin pruebas y de deshonestidad intelectual, dijo.
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'Los Tequileros' se deslindan de la masacre en San Miguel Totolapan
Hay que verificar...
El grupo delictivo conocido como “Los Tequileros” se deslindó de la masacre de 20 personas cometida la semana pasada en San Miguel Totolapan, acusando a José Alfredo Hurtado Olascoaga, alias “El Fresa” de ser el verdadero perpetrador.
El deslinde se dio a conocer por medio de un video de más de dos minutos, en el que aparecen cinco hombre armados y un sexto sentado, en una habitación que tiene rotulado un muro con la leyenda “Tequileros”, escrita con aerosol de color negro.
“Si los Tequileros ya no somos tan chingones como tu dices, tampoco somos tan cobardes para matar a inocentes… ya sabemos que tu mismo reuniste al presidente municipal, Conrado y su gente para tenerlos juntos y matarlos ¿a quién vas a poner ahora?”.
John Ackerman denuncia censura de sus espacios periodísticos tras críticas a Morena
En redes sociales, expuso que tanto su columna en el periódico La Jornada como su programa en Canal Once fueron suspendidos.
Señaló que la cuarta transformación no ha censurado a periodistas ni comunicadores "de derecha", pero sí lo ha hecho con críticos internos. "Estoy acostumbrado a los embates del poder. Durante los sexenios de Calderón y Peña Nieto se me iban eliminando los espacios periodísticos uno a uno con el fin de callarme y excluirme del debate público. Me acosaban en las redes sociales y me amenazaban de muerte", recordó.
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'Era un lavadero de dinero', dice autora del 'Rey del Cash'/
En entrevista, Elena Chávez, autora de 'El Rey del Cash', calificó de insaciables a políticos de red que daba recursos para que AMLO llegara a Presidencia.
En entrevista con Grupo REFORMA sobre el contenido de su libro, afirma que las organizaciones que se crearon para financiar el movimiento identificado como "Honestidad Valiente" se convirtieron en "verdaderos lavaderos" de recursos que provenían de trabajadores públicos, incluyendo las dependencias del Gobierno de la CDMX.
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Las columnas políticas hoy, martes 11 de octubre de 2022
Titular de Senasica con las horas contadas
Bajo Reserva/El Universal
Nos comentan que quien desde ayer ya está haciendo maletas para dejar su oficina como director del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) es Francisco Javier Trujillo Arriaga. Nos detallan que ayer por la mañana, en su conferencia, el presidente López Obrador de plano se fue con todo contra el funcionario a quien señaló de llevar cerca de 30 años en el cargo y a quien, acusó, lo defienden grandes productores. De plano, el Ejecutivo federal estaba tan molesto que hasta lo comparó con el fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa, quien lleva en el cargo casi 14 años, y a quien el presidente López Obrador critica con frecuencia. Así que, nos dicen, muy pronto habrá un nuevo nombramiento para la titularidad de esta dependencia.
Magistrados electorales, por fin, regresan a la normalidad
Nos comentan que luego de más de dos años, el Tribunal Electoral reanudará las sesiones presenciales que se suspendieron por la pandemia de Covid-19. Los primeros en regresar a esta modalidad serán las y los magistrados de la Sala Superior este miércoles, y sólo podrán volver a las sesiones remotas si así lo requieren las condiciones de la pandemia en el país. Nos recuerdan que una semana antes de la entrada en vigor del acuerdo, el magistrado presidente Reyes Rodríguez Mondragón tomó unas vacaciones. Ahora, todos deberán estar presentes en la Ciudad de México si desean participar en las sesiones. Como que ya se habían tardado los magistrados en perder el miedo a los contagios, nos hacen ver.
¿Pronto se designará al embajador Fayad?
Nos comentan que quien estuvo ayer de visita en Palacio Nacional, y no precisamente para conocer la riqueza cultural que alberga el recinto histórico, fue el priista Omar Fayad, exgobernador Hidalgo. Funcionarios de Palacio nos aseguran que el exmandatario se reunió con el presidente Andrés Manuel López Obrador por cerca de una hora. A las 12:11 horas se le vio salir del edificio con una gran sonrisa, abordar su camioneta negra y retirarse. ¿Será que ya hubo un ofrecimiento del Ejecutivo federal para sumarse a su equipo y seguir la lista de varios priistas que se han unido a la llamada cuarta transformación en cargos diplomáticos? Hay que recordar que don Omar dijo aún como gobernador que él no estaba buscando ser designado embajador. Sin embargo, sin buscarlo, quizá aparezca en su camino alguna misión diplomática. Ya se verá.
Suspensión de corridas de toros, otro intento
Nos platican que está previsto que hoy suba al pleno una iniciativa para prohibir las corridas de toros. Se trata de una iniciativa del PVEM, pero al mismo tiempo de una lucha que ha dado por varios años el coordinador del PRI en San Lázaro, Rubén Moreira, quien también impulsó dos propuestas en la materia en los años 2018 y 2019 de la 64 legislatura. Al interior de la Cámara se preguntan si con ello, Morena busca consentir al diputado Moreira, quien ha defendido a capa y espada la reforma para ampliar la presencia de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública. Amor, con amor se paga, dicen por ahí.
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Acusan a Cuauhtémoc de pactar con el crimen/ Héctor de Mauléon..
El Universal,
Un reporte enviado al área de inteligencia de la Sedena el 14 de mayo de 2019 bajo el número de asunto 2090514, y que forma parte del cuerpo de documentos hackeados por el colectivo Guacamaya, señala que el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, “estableció acuerdos” con el líder de Guerreros Unidos, Raymundo Isidro Castro Salgado, conocido como El Ray.
El acuerdo, según el documento, consistió en que El Ray podría operar con “absoluta impunidad” en Morelos a cambio de apoyar a Blanco “en su campaña proselitista” y de que “no ‘calentara la plaza’”.
El Ray es el mismo personaje con el que Cuauhtémoc Blanco apareció retratado a principios de este año en una polémica fotografía que obligó al presidente López Obrador a salir a darle al gobernador un espaldarazo: “No está solo para enfrentar a los grupos de interés”, dijo AMLO.
El Ray fue detenido en Puebla precisamente el mes en que el reporte arriba citado llegó a inteligencia de la Sedena. Lo asesinaron dos meses más tarde durante un falso motín, orquestado en el penal de Atlacholoaya con el único fin de privarlo de la vida. Un grupo de reos fingió una pelea, fue por él y lo dejó salvajemente mutilado.
Antes de que esto ocurriera, inteligencia de la Sedena recibió el reporte señalado. Contenía información aportada de manera privada por otro de los jefes de Guerreros Unidos: Irvin Solano Vera, alias El Profe: otro de los personajes retratados al lado de Cuauhtémoc Blanco en las explosivas fotos dadas a conocer en enero de 2022.
Según el documento, El Profe entregó detalles de la masacre perpetrada en el restaurante Los Estanques el 13 de abril de 2019, en la que tres adultos y tres niños perdieron la vida. Dijo que el objetivo era El Ray y el autor del ataque un ex elemento de la Policía Municipal que llegó a convertirse en uno de los líderes de Los Rojos: Miguel Ángel Sosa Silva.
Sosa Silva fue ejecutado en agosto de ese año, a bordo de un auto y al lado de su pareja, en el municipio de Ayala.
El reporte señala también que, durante la detención de El Ray en la ciudad de Puebla, los agentes que lograron su captura se llevaron más de 10 millones de pesos en efectivo, así como “dos kg de joyas de oro y escrituras de inmuebles” que no volvieron a aparecer.
A través de ese documento, la Sedena fue enterada de que días después de la captura del Ray, miembros de Guerreros Unidos se reunieron en el restaurante Garibaldi, de Cuautla, Morelos. Ahí recibieron una llamada de su jefe, quien les marcó desde la cárcel y les instruyó para que un compadre suyo, el expresidente municipal de Yecapixtla, Refugio Amaro Luna, “Cuco”, quedara al frente de las actividades delictivas durante el tiempo en que él estuviera recluido.
Por esos días, El Ray había entregado 700 mil pesos a su abogado y no esperaba pasar más de tres meses en prisión.
Los asistentes a la reunión de Guerreros Unidos quedaron de reunirse días más tarde con “Cuco” y con la esposa del Ray, para conocer la situación prevaleciente en el grupo criminal y hacer una “auditoría” que les permitiera conocer sus finanzas, así como su estado de fuerza.
Hace unas semanas, el 2 de septiembre de 2022, “Cuco” y otras tres personas fueron ejecutadas en Yecapixtla a pocos minutos de terminar un partido de futbol en el que habían participado. Desconocidos a bordo de dos vehículos los acribillaron en plena cancha.
El reporte, armado con la información aportada por El Profe, reveló que el líder de Los Rojos, Santiago Mazari Miranda, El Carrete, se encontraba escondido en la sierra de Guerrero bajo la protección de Onésimo Marquina, líder de Los Tlacos, y “de un sujeto referido como El Teniente”.
Tres meses más tarde el Ejército detuvo al Carrete precisamente en la Sierra de Guerrero (municipio de Leonardo Bravo), tras un enfrentamiento en el que murió acribillado Juan Castillo Gómez, El Teniente. El Carrete acaba de ser sentenciado a 20 años.
El reporte informaba, por último, que el tercer personaje retratado al lado de Cuauhtémoc Blanco en aquellas fotografías, Homero Figueroa Meza, no lleva el sobrenombre de El Tripa, “como lo refieren algunas mantas”. Su verdadero apodo es El Simpson y, según la información entregada por El Profe, se le ha considerado jefe del llamado Comando Tlahuica, una célula delictiva “que no existe en realidad”.
El Profe (otro expolicía ministerial de Morelos) fue detenido en Cuautla el 16 de febrero del año pasado, con mil 110 pastillas de fentanilo. Una denuncia anónima puso a ministeriales y a elementos de la Sedena tras de su pista. Se había aliado con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Mucha de la información que proporcionó en 2019 fue verificada por la propia realidad semanas o meses más tarde.
El gobierno de Cuauhtémoc Blanco ha negado cualquier vínculo con El Ray. “Soy una persona con principios y valores, estoy abierto a cualquier investigación”, dijo.
La revista Proceso reveló, sin embargo, la existencia de una red criminal en el gobierno de Morelos, que vincula a José Manuel Sáenz Rivera y José de Jesús Guízar Nájera, jefe de oficina y subsecretario de Gobierno, respectivamente, con Los Rojos y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
@hdemauleon
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El quiebre con Biden/Raymundo Riva Palacio
El Financiero,
Quien piense que la relación del gobierno de México con el de Estados Unidos marcha por buen camino, no está viendo la realidad. Quien crea al presidente Andrés Manuel López Obrador que su relación con el presidente Joe Biden es buena, cálida y de respeto, es ingenuo. El que no haya gritos destemplados ni manotazos públicos sobre la mesa, no significa que la relación bilateral esté bien. Atraviesa por el peor momento del sexenio y podría equipararse a los momentos más álgidos en la relación de Miguel de la Madrid con Ronald Reagan por la guerra en Centroamérica, y de José López Portillo con James Carter por el gas natural.
Pero a diferencia de aquellas experiencias donde la problemática se dio en un solo plano, en la coyuntura actual López Obrador ha abierto tres frentes, fuentes de conflicto, con Biden:
1.- El relevo en la Secretaría de Economía. El presidente sustituyó a Tatiana Clouthier con Raquel Buenrostro, que saltó de la Oficialía Mayor de Hacienda, donde realizó recortes presupuestales para dotar de dinero a manos llenas los programas sociales-electorales, que produjo externalidades como la crisis de medicamentos, y de ahí al SAT, donde elevó la recaudación fiscal con apretones a los deudores y amenazas penales a grandes contribuyentes que se quejaban de cobros ilegales.
Clouthier hizo pública su renuncia el jueves pasado, sin dar mayores razones, pero ayer Enrique Galván, un columnista serio de La Jornada y cercano a López Obrador, narró que le preguntó cuál había sido la gota de agua que derramó su vaso. “No fue una gota, fue el chorro”, le respondió. “Ya no sumaba… Una jauría rodea al presidente y no deja avanzar los proyectos. Le llevaban mentiras. Además, todos están metidos en la sucesión presidencial”.
La exsecretaria fue cáustica, pero se puede inferir que dado que era la cabeza visible en la negociación con Estados Unidos y Canadá, que acusan violaciones al acuerdo comercial en el sector energético, los dardos iban dirigidos a la secretaria de Energía, Rocío Nahle. Nahle y el director de la CFE, Manuel Bartlett, han dicho que la Ley Eléctrica, origen de la queja, no viola el acuerdo, lo que, como señaló Clouthier, es mentira.
Clouthier entendía que México no saldría bien librado de esta demanda, y buscaba ganar tiempo. Sus logros fueron relativos, pero tener una posición discrepante, debió ser crecientemente incómodo. López Obrador la remplazó no con quien más sabe del tema, la subsecretaria Luz María de la Mora, que lleva la negociación, sino con Buenrostro. El mensaje es claro: la mano dura del halcón en el gabinete económico, para hacer frente a los negociadores norteamericanos. Qué equivocado está el presidente si piensa que tendrá éxito. La negociación es técnica, no política, y las amenazas de investigaciones de la Fiscalía General, que tan bien le funcionaron cuando reclamaron los empresarios sus abusos, no tienen extraterritorialidad.
2.- La molestia con el embajador Ken Salazar. Desde que el embajador de Estados Unidos en México se dio cuenta que sus bonos en Washington los había agotado por su cercanía al presidente mexicano, a quien en más de una vez le sirvió de vocero oficioso, ha estado tratando de mostrar a sus jefes que los intereses de Estados Unidos están por encima de los mexicanos. Pero el embajador cruzó la raya una vez más, aunque en sentido contrario al que nos había acostumbrado, al acordar un convenio de cooperación en materia de seguridad entre la DEA y el FBI y el gobernador de Zacatecas, David Monreal.
El presidente lo acusó de injerencista y de haber violado la Constitución. Tiene razón. No obstante, hay una lectura secundaria, la desesperación de Washington con López Obrador por no estar haciendo nada, salvo el caldo gordo, a los cárteles de la droga, que han aumentado sus exportaciones de fentanilo a Estados Unidos, principalmente por el cártel más tolerado en Palacio Nacional, el de Sinaloa. Salazar se congratuló en Zacatecas de que Monreal haya acudido a Estados Unidos, lamentando que otros gobernadores no lo hicieran, en una de las declaraciones más intervencionistas que se recuerdan de un embajador.
Si Salazar es una paloma en el gobierno de Biden, es posible conjeturar sobre la percepción en Washington de lo que sucede en México. Este jueves se realizará en la capital estadounidense una reunión entre los gabinetes de seguridad, y veremos si López Obrador es congruente y México hace un extrañamiento por lo que hizo Salazar o, como pedirán la Casa Blanca, la DEA y el Pentágono, vuelve a dar pasos para atrás y les concede lo que pidan: aumentar el combate al fentanilo.
3.- La relación con Vladimir Putin. El presidente López Obrador se quejó ayer, en el contexto del debate sobre el acuerdo espacial con Rusia, cuyo alcance escondió por más de un año su gobierno, que quieren meter a México en la geopolítica del conflicto por Ucrania. Pero fue el propio López Obrador quien se metió en él al no condenar rápido y explícitamente la invasión rusa y proponer una tregua de cinco años al conflicto, donde reconocía tácitamente la ocupación de casi el 50% del territorio ucraniano.
López Obrador tiene una debilidad con Putin. El año pasado lo invitó a México y quería que co-presidiera el desfile del bicentenario de la Independencia. El discurso que dice neutral en el caso de la guerra en Ucrania, siempre cae del lado de Moscú al criticar a la OTAN, y por ende Estados Unidos y Europa, de alimentar el conflicto en beneficio de su complejo militar-industrial.
En Washington han tomado nota de sus acciones e inacciones de su socio comercial, así también de sus silencios, como el de ayer, donde no dijo nada sobre el ataque masivo ruso a población civil en 10 ciudades ucranianas, mientras la cancillería presentó una nueva demanda en Arizona contra distribuidores y traficantes de armas a México. México optó por el eje ruso de América Latina, hasta que demuestre en los hechos, aquí y allá, lo contrario.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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Fin de sexenio, riesgos de la impaciencia/JORGE ZEPEDA PATTERSON
Milenio.
Se entiende que el presidente Andrés Manuel López Obrador experimente impaciencia y le entren sensaciones de urgencia a 23 meses de terminar su sexenio. Es mucho lo que ha intentado, y no poco lo que ha conseguido, pero también sabe que parte de ello está pegado con alfileres, por no hablar de lo que queda inconcluso. No es para menos, a su administración le tocó bregar con una pandemia planetaria y con la peor crisis mundial en varias décadas, más allá de los muchos obstáculos que encuentra toda propuesta de un cambio de rumbo, como la que él propuso.
La sensación de urgencia está provocando una profundización de las prioridades y una concentración de la atención y los recursos en todo aquello y solo aquello que importa al Presidente. Es explicable, y en algunos casos deseable, pero también entraña riesgos. Es decir, hay una versión virtuosa y una perversa en el apresuramiento de acciones frente a la cuenta regresiva en la que vive el gobierno.
La parte positiva tendría que ver con la ventaja de concentrar esfuerzos y no dispersarse en acciones que quedarán más en intención que en realidad; iniciativas, por ejemplo, como la de una distribuidora de gas del Estado que se inició tardíamente en el sexenio y que, lejos de convertirse en una alternativa de solución a un problema, quedará más bien como un pendiente incómodo a resolver por su sucesor. Asumir solo aquello que pueda terminarse o pueda consolidarse parece ser la sana consigna de las últimas semanas.
La parte negativa de este “sprint” final es que los colaboradores del Presidente interpreten las prioridades de Palacio como tablas de la ley y se decidan a realizarlas a cualquier costo político, jurídico, económico o social. Podría traducirse en una factura demasiado alta para la congruencia de las propias banderas de López Obrador y su legado histórico. Ya lo vimos con las penosas negociaciones entabladas con Alejandro Moreno, el líder del PRI, cuyos expedientes desaparecieron de la esfera pública, o la emigración a Morena de un senador panista impresentable y que aspira a la gubernatura de Yucatán, a cambio del apoyo de ambos al decreto para extender la presencia del Ejército durante varios años. “Sacar las cosas a cualquier costo” suele ser una consigna que en raras ocasiones concluye bien. Actuar como si no hubiese mañana genera soluciones apresuradas y en ocasiones forzadas, por no decir antinaturales. ¿A qué me refiero?
El Presidente ha dicho con frecuencia que prefiere dejar la operación del Tren Maya al Ejército porque si queda sin candados terminará en manos de empresarios abusivos. Y desde luego el riesgo al que apunta es real, pero la solución al problema se antoja absurda. ¿No sería mejor establecer reglas de competencia para que el empresariado se viese obligado a operar de manera más sana? Eso resolvería no solo lo del futuro del Tren Maya, y estaría en la senda del cambio de país al que se ha comprometido la Cuarta Transformación. Vivimos en un mundo en el que predomina la sociedad de mercado y México no puede sustraerse a ello; entregar al Ejército espacios económicos con el propósito de que no caigan en manos de una iniciativa privada expoliadora, supone renunciar a la posibilidad de transformar a la sociedad y, en su lugar, meterla en fajas y corsés para maniatarla.
En cuatro años el gobierno ha conseguido pequeños milagros: que los empresarios paguen impuestos, un mejoramientos sustancial del salario mínimo, eliminación de los vicios del outsourcing; y aunque con mayor dificultad, sigue intentando limpiar la podredumbre instalada en el sector parasitario que vive de las prebendas y ganancias extraordinarias de los contratos públicos. No es poca cosa en cuatro años; podría conseguirse mucho más de aquí al 2030, cuando termine el próximo sexenio. Apostar a conseguir prácticas empresariales responsables y razonablemente equilibradas, es una aspiración legítima del obradorismo; algo que resolvería no solo el tema de la operación del Tren Maya sino el resto de la economía. Renunciar a ello solo porque le quedan dos años al Presidente es empobrecer los alcances de sus propios ideales.
En los últimos días se ha filtrado la idea de que las Fuerzas Armadas podrían fundar una línea aérea comercial con sus propias aeronaves e incluso con la operación del avión presidencial, que sigue sin ser vendido. Una vez más, es una idea que parte de la premisa de que el Ejército hace una explotación económica más sana que el empresariado. Se trata de un supuesto absurdo. Los militares sirven para muchas cosas, pero no para desempeñar actividades empresariales competitivas en una sociedad de mercado. No tienen la experiencia, la vocación o los recursos; o mejor dicho, tienen otros recursos que, en caso de ser empleados para conseguir imponerse a sus competidores, pueden ser terribles para la actividad en la que operen. Controlar aeropuertos, por ejemplo, y al mismo tiempo competir con su propia aerolínea en contra de sus rivales generará situaciones claramente indeseables.
No quiero convertir esta columna en un alegato sobre los riesgos de entregar al Ejército áreas que escapan a sus funciones (ya lo he hecho en otras oportunidades); solo pretendo ilustrar las opciones precipitadas e indeseables a las que conduce la errónea actitud de resolver problemas a cualquier costo en los dos años que quedan de sexenio.
A ratos el Presidente parece operar como si los adversarios estuvieran a punto de tomar Palacio, lo cual llevaría a medidas desesperadas para salvar lo salvable o forzar lo que haya que forzar para hacerlo irreversible. Creo que AMLO tendría que tener más confianza en lo que ha fundado y, sobre todo, en la certeza de que lo que ha construido seguirá desarrollándose al menos seis años después de que se retire. Eso es parte también de lo que sembró: una intención de voto a favor de Morena que hace muy improbable la derrota de su proyecto político en las próximas elecciones. Algunas de sus iniciativas se consolidarán, otras se profundizarán y algunas más se adecuarán a nuevas circunstancias. Hay urgencias, desde luego, pero ninguna necesidad de resolver a machetazos lo que puede solucionarse con una adecuada selección de su sucesor.
@jorgezepedap
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Esquer: corrupción, dinero ilegal y la riña con Yáñez/Mario Maldonado
El Universal,
En los albores del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando su más fiel escudero, confidente y asistente César Yáñez había sido destronado del gabinete tras la publicación de su boda en la revista ¡Hola!, su lugar fue tomado por Alejandro Esquer, quien se convirtió en el secretario particular del presidente y en su nuevo colaborador más cercano.
Esquer Verdugo, un sonorense que incursionó en la política con José López Portillo, también llevaba muchos años al lado de AMLO: en 1996 fue su secretario particular cuando era presidente del PRD y más tarde fue su asistente personal como jefe de Gobierno de la capital. A la par se convirtió en su operador financiero, encargado de recibir y gestionar los “moches” y “aportaciones”, crear empresas fantasma y participar directamente en lo que se conoció públicamente como el “carrusel del cash”, donde además quedó videograbado.
La ascendencia de Esquer sobre el amigo de todas las batallas de López Obrador derivó en una pelea. Yáñez acusa a Esquer de haberlo “grillado” con el presidente y echarlo de su primer círculo, por lo que un día, a las afueras de la oficina de AMLO en Palacio Nacional, Yáñez se le fue a los golpes al secretario particular, con groserías. “Hijo de la chingada”, le lanzó Yáñez a Esquer mientras le tiraba puñetazos. La rabia del exvocero y amigo de López Obrador era porque se había enterado de lo que hablaba sobre él con el presidente.
Por esta y otras razones, a Esquer Verdugo le tienen entre horror y desconfianza varios integrantes del gabinete y del primer círculo presidencial. En el libro “El rey del cash”, publicado por la expareja de Yáñez, la periodista Elena Chávez, lo describe como una persona sin escrúpulos, de mirada escudriñadora, quien efectivamente se encargaba de toda ingeniería financiera y los recursos para mantener a AMLO, a su familia, a sus operadores y al movimiento.
Si bien el texto de Chávez es más de anécdotas y relatos contados de primera mano, se complementa con el libro publicado también hace poco por el periodista Raúl Olmos, uno de los que destapó el escándalo de la “Casa Gris”, de José Ramón López Beltrán. En su texto se revela, con documentos, el modus operandi de cómo Alejandro Esquer gestionaba el dinero de las aportaciones, legales e ilegales, de López Obrador, así como de triangular, por ejemplo, los fondos del fideicomiso para damnificados del sismo de septiembre del 2017 y de la contratación de empresas fantasma para desviar recursos que terminaron en los actos de campaña de 2018. “Como jefe de oficina gestionaba todas las reuniones de AMLO y tomaba decisiones por él. Es el supersecretario”, expuso en su libro Olmos.
El punto de partida de la investigación del libro “La casa gris: todo lo que revela el mayor escándalo obradorista”, es precisamente un correo anónimo, presuntamente enviado por alguien de Palacio Nacional con el mensaje: “Investiguen a Esquer”.
Abonando al tema, en octubre del 2020 publicamos en esta columna el texto “El secretario ‘oscuro’ y su premio en Pemex”, donde se daba cuenta de que su hija, Carmelina Esquer Camacho, como directora de una de las subsidiarias de Petróleos Mexicanos con mayor poder económico: Pemex Procurement International (PPI), era encargada de otorgar los contratos de la totalidad de productos de importación que requiere la petrolera.
Así, con un salario mensual superior a los 20 mil dólares, Esquer Camacho es la encargada de ejercer un presupuesto anual en compras que promedia el medio billón de dólares al año.
La currícula de Carmelina Esquer no tiene referencias al sector petrolero, y se limita a posiciones comerciales en las trasnacionales IBM y DHL desde su titulación en 2005 y hasta el 2016. En los tiempos de Felipe Calderón, la joven Esquer Camacho fue representante de la compañía de mensajería en licitaciones del sector público.
La investigación periodística, las historias de primera mano de quienes fueron protagonistas o las vivieron de cerca, y los documentos que dan cuenta de actos ilegales e inmorales del actual secretario particular del presidente revelan también al hombre que para llegar a la Presidencia de la República juró no traicionar sus propios principios ni a quienes votaron por él. Hoy la historia lo pone en el lugar donde nunca quiso estar.
Posdata 1
El primer titular del llamado Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep), Jaime Cárdenas, salió del gobierno de AMLO echando rayos. Acusó a Alejandro Esquer de solapar actos de corrupción en el instituto, dentro del cual se documentaron robos y negocios fuera de la ley.
Posdata 2
En la Sala Civil Sexta del Tribunal Superior de Justicia de la CDMX, cosas incomprensibles están pasando, las cuales llamaron la atención de bancos extranjeros y del Consejo de la Judicatura Federal. Resulta que se están desconociendo pagarés y poniendo en duda todos los títulos ejecutivos mercantiles en México. El trasfondo de la historia apunta hacia el empresario Jacobo Martínez, quien está denunciado penalmente por el gobierno de Puebla por diferentes ilícitos. Hoy el magistrado Francisco Huber deberá pronunciarse sobre el tema, el cual, se asegura, tiene potencial para escalar a nivel internacional.
@MarioMal
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