3 feb 2009

Lucía Morett: Indiciada en Ecuador




Lucia Morett Álvarez: Indiciada en Ecuador/
Publicado en Código Topo de Excélsior (http://www.exonline.com.mx/), 2 de febrero de 2009:
Lucía Morett al regresar a México dio las gracias por traerla de vuelta "esta es mi patria y en la cual tengo absoluto derecho de permanecer, de conservar mi vida y mi libertad, no tengo nada en mi contra, ninguna orden de aprehensión, tengo los mismos derechos que tiene cualquier ciudadano mexicano y es por eso que estoy ejerciendo mi total derecho a permanecer en mi patria y a no seguir en un exilio injusto”.
La primera semana de diciembre de 2008 y luego de meses de investigaciones el Juzgado Tercero de lo Penal de la Provincia de Sucumbíos, Ecuador, dictó un acto de llamamiento a juicio en contra de Lucía Morett, Doris Bohórquez y Martha Pérez, sobrevivientes al bombardeo del campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarías de Colombia (FARC) aquel sábado 1º de marzo de 2008. El fiscal del caso Wirmar Gonzabay -según la averiguación 029-2009-, encontró pruebas suficientes que inculpan a las sobrevivientes como autoras del delito de atentado en contra de la seguridad interna del Estado ecuatoriano, por lo que tienen orden de ser capturadas y ser puestas en prisión preventiva. Dice el periódico El Comercio de Quito (10/12/2008) que “en 16 cuerpos y 1 457 fojas que reposan en la secretaría, constan las versiones militares, policiales y las diligencias ordenadas por la Fiscalía; así como los mapas y fotografías de las evidencias encontradas en Angostura.”
El artículo 147 del Código Penal de ese país sanciona con reclusión de cuatro a ocho años al que “promoviere, dirigiere o participare en organizaciones de guerrillas, grupos de combate o grupos o células terroristas (...)”. La pena será de 12 años si éstas actividades se ejecutan con armas u obedeciendo instrucciones foráneas. Pocos sabíamos en México que el 2 de marzo un fiscal inicio una indagación previa en contra de tres mujeres heridas de esquirlas quienes fueron llevadas al Hospital Militar de Quito para que recibirán atención médica.

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La madrugada del 1 de marzo dos aviones Supertucano, cuatro helicópteros Blackhawk con tropa de élite y por lo menos 44 militares penetran en territorio ecuatoriano justamente en las coordenadas N 00º23'10.66'', W076º20'59.88'' para realizar un operativo –denominado Fénix- en contra de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Varios medios comentaron que se uso tecnología norteamericana del Comando Sur; los Supertucano colombianos traían bombas GBU 12 Paveway II de 500 libras, guiadas por láser, GPS o tecnología intersensorial. Los cráteres de 2.40 metros de diámetro por 1.80 metros de profundidad lo demuestran. Fue el golpe más severo dado a esa organización armada, no sólo porque en la acción murieron 26 personas, entre ellas Luis Edgar Decia Silva, -el denominado comandante Raúl Reyes y uno de los siete miembros del Secretariado de las FARC, sino porque sino porque en el campamento fueron decomisados tres computadoras y dos discos duros. Realmente esa fue el objetivo del ataque debido a la información encontrada que ha permitido conocer las redes de las FARC. Desafortunadamente en la acción murieron cuatro jóvenes mexicanos estudiantes egresados de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional; a saber: Juan González del Castillo, Soren Ulises Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado y Verónica Natalia Velásquez Ramírez. También falleció el ecuatoriano Franklin Aisalla.
Las primeras informaciones de agencias internacionales señalaron que aquella operación se había dado bajo el visto bueno del gobierno ecuatoriano. Horas después supimos que no hubo tal consentimiento, lo que llevó a Colombia a presentar excusas a Ecuador por el ingreso al territorio de ese país de efectivos de sus Fuerzas Militares y de helicópteros. “El Gobierno de la República de Colombia desea presentar al Ilustrado Gobierno de la República del Ecuador sus excusas por la acción que se vio obligado a adelantar en la zona de frontera, consistente en el ingreso de helicópteros colombianos con personal de las Fuerzas Armadas a territorio ecuatoriano", dijo un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores a cargo de Fernando Araujo. Dicho boletín agregaba que: "En esta acción se rescató el cadáver de Raúl Reyes, de otro guerrillero y algunos elementos personales, al igual que abundante documentación y correspondencia del terrorista, y tres computadores". No se dijo nada de los mexicanos muertos, aunque ya había información al respecto.
La respuesta del presidente ecuatoriano, Rafael Correa fue dura, dijo que el ataque es, “la peor agresión que ha sufrido Ecuador por parte de Colombia en contra de su soberanía e integridad territorial.” Exigió no sólo disculpas sino "compromisos firmados de respeto”, e incluso expulsó al embajador colombiano de Quito. La tensión duro varios días tuvo que intervenir la Organización de Estados Americanos (OEA) y se tuvo que emitir una declaración condenando los hechos.
Hasta ese momento en México desconocíamos el deceso de los jóvenes mexicanos. El presidente Calderón incluso sostuvo el domingo 2 de enero conversaciones telefónicas con sus homólogos de Ecuador y Colombia en donde se les exhortaba al diálogo en búsqueda de los mecanismos pertinentes para destrabar el conflicto. Dicho comunicado concluyó que, “el gobierno mexicano mantendría un seguimiento puntual a la situación”. Nada se decía de los mexicanos muertos.
De hecho las primeras imágenes del operativo filmadas por el ejército colombiano, las conocimos en México el viernes 7 de marzo a través del Canal del Congreso, simultáneamente fueron transmitidas en la televisión colombiana. Allí se mostraba como soldados colombianos llegaban al campamento bombardeado, encontrando a Lucía Moret (a quien llamaban Karla). En el sonido se escucha unos disparos que rompen el silencio. Comienza el combate con el anillo de seguridad de la guerrilla. Los soldados invitan a la mujer, a quien llaman, Karla a desistir: "¡El barbuchas que queríamos ya lo tenemos, hermano! ¡Entréguense, no se hagan matar chimbamente!". En la imagen se mira a la mujer que se encuentra atada de manos y pies y está tirada en el piso.
Un reportaje de Maite Rico (El País, 9 de marzo de 2008) relata cómo encontraron a las sobrevivientes: “Los soldados se abren camino con los visores nocturnos hasta el campamento. Uno de ellos lleva una cámara en el fusil. Entre los escombros, encuentran el cadáver de un hombre con barba y gruesa barriga (Raúl Reyes). Objetivo logrado. Un poco más adelante, la cámara enfoca el rostro asustado de una mujer (se trata de Lucia Morett). Está amarrada, como suelen tener las FARC a sus secuestrados. Le curan un brazo y colocan junto a ella una bandera blanca. Hacen lo mismo con dos guerrilleras heridas (las colombianas). La filmación muestra un campamento estable, con infraestructuras, desde camas hasta material de intendencia. Los comandos encuentran tres ordenadores portátiles y dos discos duros externos.”
Agrega el reportaje de El País: “los atacantes se esfuman. Los helicópteros levantan vuelo con el cuerpo de Raúl Reyes, para evitar que las FARC desmintieran su muerte. Los agentes policiales se quedan resguardando el campamento.”
Ese día un cable de Quito firmado por Gonzalo Solano de la agencia The Associated Press decía en exclusiva que: “un funcionario del gobierno identificó el viernes a cinco mexicanos desaparecidos en Ecuador y que podrían estar entre los muertos en el ataque de militares colombianos en suelo ecuatoriano.”
El mismo viernes 7 de marzo el Presidente Felipe Calderón se encontraba en la XX Cumbre del Grupo de Río realizada en Santo Domingo, República Dominicana. Allí dejaba notar que hasta en ese momento no sabía con exactitud cuántos eran los ciudadanos mexicanos que habían perdido en el campamento de las FARC, por lo cual exigió la inmediata investigación correspondiente al gobierno de los países involucrados. Y claro, también la Cumbre sirvió para pedirse disculpas y volver a estabilizar las relaciones diplomáticas entre Colombia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua, que habían roto desde poco iniciado el conflicto. La diplomacia se imponía. Sin embargo, debido al no esclarecimiento de las muertes de nuestros connacionales la situación en el país comenzaba a hacer ruido mediático. Varios analistas nos preguntábamos ¿Qué diablos andaban haciendo estudiantes mexicanos en un campamento, en un santuario guerrillero de las FARC?
En efecto, todos lamentamos la muerte de los jóvenes estudiantes, aunque no obstante esa pregunta permeo en la sociedad.
Para esos días, varios medios impresos -tanto nacionales como de todo el mundo-, habían enviado reporteros para hacer periodismo de investigación. Sin embargo, “la nota” más que los mexicanos muertos era la muerte del número dos de las FARC y las computadoras encontradas.
Pasaron varios días y no fue sino hasta el viernes 14 de marzo, es decir, dos semanas después del atentado, que la Cancillería mexicana emitiría los siguientes puntos contenidos en el comunicado número 059:
“1. Sobre la posición de México y el apoyo humanitario
Desde el primer momento en que tuvo conocimiento del hecho, el Gobierno de México deploró los acontecimientos y condenó la intervención militar de Colombia en territorio extranjero; asimismo expresó que la gravedad de los mismos exigía una investigación puntual sobre la pérdida de la vida de los ciudadanos mexicanos y las razones que motivaron su presencia en un campamento armado.
La Secretaría de Relaciones Exteriores ha mantenido un estrecho contacto con las autoridades del Ecuador y de Colombia, y ha prestado todo el apoyo consular a Lucía Morett y a los familiares de los connacionales involucrados. La Cancillería continuará ofreciendo el apoyo pertinente y facilitará, de ser el caso, la repatriación de los cuerpos de los nacionales que hubieren perecido.
2. Sobre los mexicanos y las FARC
Es preocupación del gobierno federal que ciudadanos mexicanos estén relacionados con una organización como las FARC, conocida por su ilegalidad y naturaleza violenta; por ser autora de múltiples secuestros, actos de sabotaje, extorsiones y actividades de narcotráfico. Al respecto, cabe recordar que tanto la Organización de Estados Americanos (OEA), con el consenso de todos sus miembros, como el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), han condenado en varias ocasiones actos cometidos por las FARC y los han calificado como acciones terroristas.
Para precisar tanto lo ocurrido el 1 de marzo, como el tipo de vínculos entre los mexicanos y las FARC, el Gobierno mexicano le ha solicitado al Gobierno de Colombia que proporcione a nuestro país cualquier información derivada de las investigaciones que en relación con estos hechos se llevan a cabo. Además, mantiene contacto con las autoridades del Gobierno del Ecuador, a quienes ha solicitado que se lleven a cabo las investigaciones del caso para esclarecer detalladamente los hechos y determinar la situación jurídica de los nacionales involucrados.
Por su parte, el Gobierno de Colombia ha solicitado a México, con base en los instrumentos bilaterales y multilaterales pertinentes, que se investiguen los presuntos vínculos de nacionales mexicanos que se encontraban en el campamento de las FARC.
Por otro lado, la Procuraduría General de la República inició el pasado 4 de marzo averiguación previa en relación con estos hechos, con base en el artículo 4 del Código Penal Federal relativo a delitos cometidos por o en contra de ciudadanos mexicanos en el extranjero, así como por delincuencia organizada, y determinará en su oportunidad y en su caso si hay hechos constitutivos de delito.”
Hasta ahí el texto. Era la primera vez que se hacía y también la primera vez que la Cancillería emitía un posicionamiento con respecto a las FARC a las que califica de terroristas.
Y como era de esperarse las reacciones fueron duras. Por primera vez se hablaba en México e las FARC como grupo terrorista y de la posibilidad de vínculos de un grupo jóvenes mexicanos con terroristas: “para esclarecer detalladamente los hechos y determinar la situación jurídica de los nacionales involucrados.”
Las cosas en lugar de calmarse empeoraron. Los familiares de los mexicanos se movilizaron y con las cenizas de sus familiares convocaron a una conferencia de prensa el jueves 20 de marzo en donde señalaron que el gobierno de México no había querido tener ningún compromiso de apoyo hacia ellos. Los padres enviaron oficialmente esa solicitud al gobierno mexicano a través de la embajada de México en Ecuador. Reiteraron que recurrirían, de ser necesario, a instancias internacionales para que el asesinato de los mexicanos no quede impune y se castigue a los culpables.
Un día después –el 21 de marzo, y debido a la fuerte presión ejercida - el gobierno mexicano emitió, a través de la Cancillería un segundo comunicado (064), en el cual señala que “desde que se obtuvo información de que una ciudadana mexicana había resultado herida en el ataque, la Embajada de México en Ecuador realizó múltiples gestiones para asegurar que la C. Lucía Andrea Morett, tuviera en todo momento la atención médica requerida, al igual que el apoyo para que estableciera contacto con sus familiares” Se subraya que se le facilitó a los familiares el traslado a Ecuador y que: “ante la gravedad del incidente el Gobierno de México solicitó tanto al Gobierno de Ecuador como al de Colombia, que se realizaran las investigaciones del caso para contar con todos los elementos de información sobre estos acontecimientos, y sobre la situación de nuestra connacional.”
Días después, se habló la posibilidad de pagara reparación del daño por parte del gobierno colombiano. Una declaración del Canciller Fernando Araujo de la mañana del 28 de marzo dejaba entrever esa posibilidad. El canciller confirmó que México formalizó ante la Embajada colombiana una reclamación por los cuatro mexicanos muertos. "La Cancillería de México sabe que nosotros estamos dispuestos a reconocer el pago de indemnización, cuando haya una decisión judicial, o se llegue a una conciliación administrativa", sostuvo Araújo. Pero, horas después, el mismo presidente Uribe, dijo desautorizando a su canciller que no había razón para que el país deba pagar indemnizaciones por "acciones legítimas" de sus autoridades contra grupos terroristas. La advertencia apareció en un escueto comunicado oficial.
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Semanas después, el 15 de abril se reunieron en Cancún, Q Roo. Los presidentes de México y Colombia en el marco del III Foro para América Latina y el Caribe del Foro Económico Mundial. En ese momento Uribe presentó a su homólogo de México documentos (fotografías, videos y escritos) sobre la presencia de los cinco ciudadanos mexicanos que murieron durante el bombardeo del 1 de marzo. En ese contexto Álvaro Uribe llamó una y otra vez a los mexicanos caídos: terroristas. En su turno, el Presidente Calderón lo atajó, le pidió prudencia y demandó no calificar ni prejuzgar las actividades de los jóvenes. Llamó a esperar resultados de indagaciones. “Tenemos cada quien hipótesis, pero el dolor de los padres y la memoria de sus hijos merecen el beneficio de la duda”, señaló.
En la las preguntas y respuestas en la Sesión Plenaria de Clausura del Foro el Presidente Calderón dijo: “es mi deber como Presidente de México, y lo hago con plena convicción, defender los intereses de los mexicanos y responder a una sensibilidad, a un agravio, a un dolor de los padres que perdieron a sus hijos en los hechos que lamentamos y, desde luego, rechazamos, ocurridos el 1 de marzo.” Agregó “El Presidente Uribe y yo hemos coincidido, yo he aceptado las explicaciones del Presidente en el sentido de que no se tenía conocimiento de la presencia de mexicanos ahí, que se trataba de un campamento que estaba distante a cualquier población civil. Pero también hemos coincidido en hacer una investigación que nos lleve a conclusiones más contundentes y, precisamente, el mérito de, si se hace una investigación que hemos acordado y con la cual colaboraremos, precisamente, en mérito de ello, me parece que lo prudente es no calificar, ni prejuzgar, en un sentido o en otro, las características o las actividades de estos jóvenes, sino una vez que los resultados de la investigación así lo arrojen, entonces, cada quien sacar sus conclusiones.”
Agregó el Presidente: “Comparto la idea de que los actos que realizan las FARC son actos terroristas, no se le podrá dejar de llamar terrorista a quien pone una bomba o a quien realiza un secuestro o a quien mata a sus víctimas, en eso coincido plenamente, pero yo no quiero ni creo que debamos anticipar conclusiones respecto de la naturaleza o de la identidad de estos jóvenes. Tenemos, por supuesto, cada quien nuestras propias hipótesis, pero creo que los padres, el dolor de los padres y la memoria de sus hijos merecen el beneficio de la duda hasta que estas investigaciones se realicen.” Hasta ahí la declaración del Presidente mexicano.
El comúnicado conjunto CGCS-077, reitera lo dicho por el presidente Calderón, en tanto, “el Presidente Uribe señaló que su gobierno, junto con otras instancias internacionales, considera a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como un grupo terrorista, que es responsable de numerosos crímenes en contra de la población civil de Colombia, los cuales han sido condenados por la comunidad internacional, incluida la propia Organización de Estados Americanos.”
Después Uribe Vélez le echo más polvora al fuego se dedico a dar entrevistas a varios medios lo que generó una serie de reacciones de líderes de opinión, de editoriales y un comunicado especial de la UNAM que rechazó tajantemente las declaraciones de Uribe por “imprudentes, irresponsables, carecer de fundamento y estar llenas de rencor”.
En una de ellas, por cierto a Pascal Beltrán Del Río, director de Excélsior (Excélsior, 17/04/2008) le dijo que lamentaba la muerte de los mexicanos, pero lo justificaba: “nosotros tuvimos que bombardear en la selva ecuatoriana un campamento de las FARC. Tuvimos el cuidado de que allí no hubiera campesinos, comunidades urbanas (¿acaso sabía que había estudiantes mexicanos?). Ahí había, simplemente, un campamento terrorista. “Y estaban estos jóvenes mexicanos, cuya muerte deploramos. ¿Pero qué estaban haciendo? No eran rehenes de las FARC, no estaban en una misión humanitaria autorizada. Los videos que dieron a conocer las propias autoridades ecuatorianas muestran que estaban en unas relaciones de familiaridad con las FARC que prueban complicidad, que prueban integración a ese grupo terrorista.”
Pregunta el reportero sobre Lucía Morett quien la vispéra declaró a la televisión ecuatoriana que el gobierno de Colombia quería silenciarla porque había presenciado el asesinato de heridos y que ella misma había sido víctima de hostigamiento sexual por parte de soldados colombianos: -¿Qué le diría usted a ella?
Uribe, responde -Colombia nunca ha silenciado (…) “Esta señora tiene que tener en cualquier país las garantías del debido proceso. Nosotros sí creemos que se le debe juzgar su conducta, por estar en un campamento terrorista y esas relaciones de familiaridad con los terroristas, pero por supuesto con el debido proceso.”
Esas declaraciones de Uribe y los comunicados de gobierno mexicano llevaron a Lucía Morett a pedir asilo político al gobierno del presidente Daniel Ortega; también solicitaron asilo a Nicaragua las colombianas Martha Pérez Gutiérrez y Doris Torres; las tres abandonaron Ecuador a pesar de estar abierta una indagación en su contra. Obviamente con el visto bueno de Ecuador.
De hecho la salida de Morett de Ecuador se da el día 16 de abril, un día después de la reunión en Cancún, Q Roo. El miércoles 16 de abril abordo un vuelo comercial de la compañía COPA con rumbo a Managua; en tanto, las colombianas Pérez y Torres, quienes también recibieron protección de ese país, fueron dadas de alta la tarde del sábado 12. El domingo 13 de abril abordaron el avión Antonov An-26, número 160, perteneciente a la Fuerza Aérea Nicaragüense, y, según el registro de la Dirección de Aviación Civil, salieron del aeropuerto de Quito a las 18:19 horas.
En junio de 2008 hubo un intento del gobierno colombiano de solicitar la extradición de las dos colombianas. La respuesta del presidente Daniel Ortega rechazó toda posibilidad. En un discurso durante un acto oficial dijo que el presidente Uribe "decía que va a solicitar la extradición, que nosotros le mandemos a las muchachas (Pérez y Torres) a Colombia, y yo le respondo ya que bajo ningún punto de vista Nicaragua le va a entregar a estas muchachas (que) están protegidas en nuestro país", sentenció.
Meses después el miércoles 3 de diciembre Morett regresa a México. Es recibida como una triunfadora en la terminal 1 del aeropuerto internacional Benito Juárez de la Ciudad de México, por varias gentes y una comisión de legisladores.. Un día después hubo un acto de bienvenida en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Washington Pesántez Fiscal General del Ecuador declaro el 5 de enero que se habían iniciado ya “los trámites de extradición”. Empero, un día después, el gobierno de México informó “que hasta el momento no se ha recibido la solicitud de extradición referida.” Agrega el comunicado número 003 que “la Cancillería se mantiene atenta a cualquier solicitud formal por parte de las autoridades ecuatorianas. En todos los casos en que se le ha solicitado la extradición de una persona, el Gobierno de México ha actuado con estricto apego a derecho, respetando las garantías que nuestra Constitución establece, por lo que actuará de la misma forma de solicitar el Gobierno del Ecuador la extradición de Lucia Morett.” Cada quien juzgue.
Al margen:
Interpretando el comunicado de la Cancillería es claro que no habrá extradición, por lo que el proceso penal se suspenderá en Ecuador debido a que no puede ser juzgada en ausencia. Como diría el Presidente Calderón en la reunión del 15 de abril en Cancún, Quintana Roo “es un asunto de sensibilidad”. Sin embargo, Lucia Morett no podrán salir del país debido a que en cualquier momento pudieran ser detenida, en caso de que entrará las fichas rojas de interpol. Y la pregunta sigue ¿qué carambas andaban haciendo estudiantes mexicanos en un campamento madre de las FARC? Y la otra ¿Quién es realmente Lucía Morett?
Por último, el asunto de los mexicanos en el campamento de las FARC obligaron al gobierno mexicano a calificar abiertamente al grupo armado como terrorista. Todavía en 2003 el entonces, embajador de ese país Luis Ignacio Guzmán solicitaba abiertamente al gobierno del presidente Fox “tome la determinación, como otros Gobiernos del área que lo han venido haciendo, de declarar como narcoterroristas a las FARC y a los paramilitares.” Entonces no hubo tal posicionamiento, lo que ya se había conseguido era sólo quitar las oficinas de las FARC en México.
Para la embajadora Olga Pellicer (Proceso, 1637, 16/03/2008) “ “las FARC pertenecen a la categoría de terroristas, con todas las implicaciones jurídicas y políticas que esto conlleva; así lo piensan Estados Unidos, Colombia y la Unión Europea. Para otros, como Brasil, Argentina, Chile, México, las FARC no son terroristas, lo que no significa avalar su asociación con el narcotráfico o la práctica de los secuestros." Coincido con ella.
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Lo último que se hizo público en México sobre el caso fue el posicionamiento que hizo el procurador Eduardo Medina Mora el miércoles 24 de septiembre de 2008 en una reunión con senadores de la República. Allí , el procurador informó a los senadores que Morett tenía dos averiguaciones previas una “abierta de oficio en los términos del artículo 4º de nuestra legislación penal, que se refiere a delitos cometidos por o contra mexicanos en el extranjero” (se refiere a la averiguación de Sucumbíos, donde dijo entonces que no tenía “carácter de indiciada”) y otra que está pendiente en Colombia. Mencionó de paso la presentada en abril de 2008 por los señores Guillermo Velazco Arzac y Antonio Sánchez Ortega por su participación en temas de terrorismo internacional. “No se ha acreditado la pertenencia de esta muchacha (Lucía) con respecto al grupo correspondiente a las FARC”., dijo Medina Mora. Punto. El caso al parecer va quedar ahí. No conviene hacer ruido ya sobre el tema, sobretodo en año electoral.

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