12 dic 2009

Testigos protegidos

Columna Serpientes y Escaleras/SAlvador Garcia Soto
El Universal, 12 de diciembre de 2009
Algo huele mal aquí y en Londres
En las muertes recientes del narcotraficante Jesús Zambada Reyes, alias El mayito, y del ex policia Edgar Bayardo, quienes oficialmente estaban bajo la figura legal de “testigos colaboradores” y fallecieron, el primero de “suicidio” y el segundo ejecutado a plena luz del día en céntrica cafeteria del DF, salen a la luz inconsistencias e irregularidades graves de la PGR que exhiben un manejo burdo e ilegal de las leyes, en el mejor de los casos, o la existencia de una red de corrupción e infiltración del narco a los más altos niveles en la PGR
Bayardo terminó libre y privilegiado con la protección federal, cuando en averiguaciones previas se le ubica como colaborador del narco
Los extraños asesinatos de testigos protegidos o “testigos colaboradores” en México han puesto en evidencia que la procuración de justicia en el país, concretamente en la PGR, no sólo no ha cambiado de las épocas del PRI a los gobiernos del PAN, sino que avanza la infestación e infiltración del crimen organizado en las instituciones.
En las muertes recientes del narcotraficante Jesús Zambada Reyes, alias El mayito, y del ex policia Edgar Bayardo, quienes oficialmente estaban bajo la figura legal de “testigos colaboradores” y fallecieron, el primero de “suicidio” y el segundo ejecutado a plena luz del día en céntrica cafeteria del DF, salen a la luz inconsistencias e irregularidades graves de la PGR que exhiben un manejo burdo e ilegal de las leyes, en el mejor de los casos, o la existencia de una red de corrupción e infiltración del narco a los más altos niveles en la PGR.
Los dos presuntos delincuentes, el narco del Cártel de Sinaloa y el ex directivo de la Policía Federal, fueron acusados, detenidos y procesados en la gestión de Eduardo Medina Mora al frente de la PGR, y fue el actual embajador de México en el Reino Unido quien acepta acogerlos a la figura de “testigos colaboradores” que prevé la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, con lo que ambos evitaron ser procesados por delitos contra la salud. Extrañamente a ambos se les concedió convertirse en “protegidos” cuando sus nombres aparecen en la Averiguación Previa PGR/SIEDO/UEDICS/350/08, y sin haber pasado antes por un proceso penal en el que un juez determinara si eran o no sujetos de los beneficios de volverse “colaboradores” de las autoridades.
A El mayito Zambada lo detuvieron en octubre del 2008, luego de un tiroteo en una casa en el norte de la Ciudad de México, en la zona de Zacatenco. Junto con su padre, Jesus El Rey Zambada y 16 narcos más El Mayito fue capturado luego de que agentes federales y policías del DF llegaran por accidente a la residencia que era centro de operaciones del Cártel de Sinaloa en el DF. Tras su detención, Zambada Reyes fue convertido, en sólo dos días, y sin resolución de un juez, en “testigo colaborador”, en cuya calidad declaró el 22 de octubre. Con el nombre de Rambo III el testigo aporto nombres y funciones sobre los 16 detenidos en aquel operativo y mencionó al policia Edgar Enrique Bayardo como “protector” de las actividades de su padre en el DF.
El Mayito narró cómo, cuando los policías inician el tiroteo y asedio sobre la casa de seguridad donde los capturaron, su padre llamó varias veces por teléfono a Bayardo y le decía: “Qué paso ahijado, por favor, mándeme a la pitufada (policia del DF) porque no se si son contras o es gobierno”. A lo que Bayardo respondía: “Ya voy padrino, ya llego, ya llego”.
Ya convertido en “testigo colaborador”, Zambada Reyes vivía en una casa de la PGR, ubicada en Santa Ursula Xitla, donde era vigilado las 24 horas por varios guardias. Misteriosamente apareció ahorcado el 21 de noviembre pasado, colgado de la litera donde dormía con una cinta; las autoridades, tanto federales como de la procuraduría del DF validaron de inmediato la hipótesis de un “suicidio”. Pero esta columna tuvo acceso a la necropsia de Zambada Reyes y en ella se refieren datos de los foreneses que examinaron el cuerpo que no coinciden con un “suicidio”. El cuerpo presenta una lesión alrededor de todo el cuello, con señales de presión y evidencias de rasguños que no pueden producirse, a decir de expertos a los que se preguntó, cuando alguien se cuelga solo.
En un suicidio de ese tipo, aseguran peritos consultados, la lesión se registra sólo en la parte frontal del cuello, donde se produce el golpe y el ahorcamiento al momento que el sujeto se lanza al vacío; difícilmente puede haber lesiones alrededor de todo el cuello. La necropsia refiere claramente una lesión y marcas alrededor de todo el cuello. ¿Alguien ayudó al hijo de El Rey a “suicidarse”? ¿Cómo pudo hacerlo si era vigilado constantemente? ¿lo quisieron silenciar?
A Bayardo lo pusieron
Y si el caso de El mayito deja muchas dudas y huele primero a protección irregular y luego a ejecución auspiciada por las autoridades que lo custodiaban, el de Edgar Bayardo es aun más turbio. Pese a estar imputado e indiciado en la AP PGR/SIEDO/UEDICS/350/08, y de haber sido señalado como colaborador directo de los Zambada desde hace al menos 15 años, el inspector de la PFP fue también exonerado de la consignación penal y, otra vez, sin que un juez decidiera si procedía acción penal o si era sujeto de ese beneficio, fue hecho “testido colaborador” de la PGR.
Es decir, Bayardo pasó de indiciado a “protegido” aunque nunca hubo proceso legal en su contra y a pesar de estar claramente señalado en la Averiguación Previa referida. En su caso, como en el de Zambada Reyes, la PGR desestimó la acción penal sin consultar a un juez, y de hecho, de más de 16 personas que aparecen imputadas e involucradas en esa AP, Bayardo y Zambada, los dos “testigos” hoy muertos, son los únicos que no pisaron nunca la prisión. ¿Por qué les dieron ese trato privilegiado?
Si de Zambada Reyes se sabe que declaró contra Bayardo y dio datos sobre las actividades de su padre y de otros miembros del Cártel de Sinaloa en el DF, de Bayardo nunca se supo que información privilegiada dio o a qué narcos ayudó a detener, requisito que marca la LFDO para dar protección. Lo único que se supo que “aportó” como testigo federal fue datos para la detención de Víctor Gerardo Garay, comisionado de la PFP, curiosamente el mismo que lo había detenido y desarmado a él.
Finalmente Bayardo terminó libre y privilegiado con la protección federal, cuando en las averiguaciones previas se le ubica como colaborador del narco desde hace mas de una década. En 2006 Edgar Bayardo fue asesor de Eduardo Medina Mora, entonces titular de la SSP federal, a quien le hacia “análisis de información codificada” según tres contratos de servicios que firmo con la dependencia, y a los que tuvo acceso este columnista. En ellos se consiga que Bayardo entregaba información y sus análisis a funcionarios allegados “a la oficina del secretario”. Por los tres contratos le pagaron, en apenas unos meses de colaboración, 700 mil pesos.
Después seria la PGR, dirigida por Medina Mora la que lo convirito en “testigo colaborador” sin cumplir con todos los ordenamientos legales. El día que mataron a Edgar Bayardo a las 10 de la mañana en un Starbucks en la Colonia del Valle del DF, muchos se preguntaron qué hacia en ese lugar donde lo ejecutaron. Fuentes de primer nivel en el caso afirman que había sido citado ahí por el “padrino” de la PGR que le entregaría su asignación mensual de 50 mil pesos. ¿Entonces quién puso a Bayardo? ¿Y porqué lo quisieron eliminar?

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