Un minicapo para la misma mafia Arturo Rodríguez García
Revista Proceso # 1781, 19 de diciembre de 2010; El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, sabe combinar sus habilidades de bailarín con la política y concitar el apoyo de la cúpula del PRI; ahora se perfila para sustituir a Beatriz Paredes en la presidencia de ese partido. Lo dejó entrever incluso cuando rindió su quinto informe, a principios de noviembre; desde entonces ha estado en todos los actos de sus pares y aun en la toma de posesión de sus correligionarios en otras entidades. Además, varios aspirantes le allanaron el camino recientemente al anunciar que no competirían por ese cargo.
SALTILLO, COAH.- La cita fue el 4 de noviembre en el Coliseo Centenario, construido recientemente en Torreón e inspirado en la monumental obra de Roma. Ese día la clase política priista y otros personajes acudieron al quinto informe de gobierno de Humberto Moreira Valdés.
Y aun cuando no se presentó ahí ningún gladiador, el acto fue una apoteósica cargada, como en los tiempos en los que el PRI era el partido hegemónico. Ahí estaban los sectores de ese partido, sus organizaciones, así como empresarios y miembros de la farándula. Los militantes llegaban en oleadas y poco a poco llenaron las gradas.
Según los cálculos, acudieron al llamado alrededor de 7 mil personas. Aguantaron todo: el espectáculo político, empezando por el discurso del anfitrión, para después relajarse con las canciones vernáculas interpretadas por Joan Sebastian.
El gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto compartió el espacio con el senador Manlio Fabio Beltrones; la dirigente de su partido, Beatriz Paredes, y los aún gobernadores Mario Marín, de Puebla, y Ulises Ruiz, de Oaxaca.
También estuvieron el dirigente de la CNOP, Emilio Gamboa Patrón, y el tabasqueño Roberto Madrazo… En fin, fueron 23 los gobernadores, así como 140 diputados federales y senadores los que acompañaron a su correligionario Humberto Moreira. Junto a ellos se vio a directivos de medios, como Juan Francisco Ealy Ortiz, de El Universal, y a magnates, como Ramón Iriarte, fundador de Grupo Lala.
El acto político-musical fue el marco propicio para que la cúpula priista comenzara a hablar del relevo en el partido; algunos comentaron incluso que el mandatario coahuilense dejará el cargo la primera semana de enero. Además, el veracruzano Fidel Herrera y el hidalguense Miguel Osorio Chong, quienes habían manifestado su interés por suceder a Beatriz Paredes, declinaron, con lo que le allanaron el camino a Moreira.
Los Moreira Valdés
Un mes después, el sábado 4, Humberto Moreira dejó entrever que anticipará su renuncia al gobierno de Coahuila, la cual legalmente concluye el 30 de noviembre de 2011; dio a entender que lo hará entre el 4 y el 6 de enero.
La convocatoria para la elección del nuevo presidente del PRI, prevista para el miércoles 22, se adelantó para el viernes 17. Hasta ahora todo parece indicar que Moreira, ungido entre otros por el mexiquense Peña Nieto y amigo de la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo desde hace muchos años, será el sustituto de Paredes. De ser así, recibirá su constancia de mayoría el 14 de enero y el 4 de marzo asumiría como dirigente nacional del PRI, precisamente el día en que el partido cumple 81 años.
En el gobierno estatal algunos empleados aseguran al corresponsal que Jorge Torres López, quien hoy dirige la Secretaría de Desarrollo Social, será el sustituto de Moreira. Según los priistas consultados, Rubén Moreira, hermano del actual gobernador y presidente del PRI en Coahuila, aprovechará para postularse como candidato a la gubernatura en las elecciones de septiembre de 2011.
De ganar la contienda, Rubén recibiría el gobierno estatal de manos de Torres López, no de su hermano Humberto, como el mes pasado observó Miguel Ángel Granados Chapa (Proceso 1775). De hecho, el jueves 2 Rubén Moreira pidió licencia como diputado ante la LXI Legislatura federal, en la que se desempeña como presidente de la Comisión de Derechos Humanos desde septiembre de 2009.
Hasta el momento los estudios de opinión le otorgan a Rubén Moreira un amplio margen de ventaja entre los aspirantes de su propio partido y frente a los de las otras organizaciones políticas.
En marzo pasado Rubén atrajo los reflectores, luego del pacto entre el PRI y el PAN para subir impuestos a cambio de que este último partido no se aliara con el PRD en las elecciones de 2011 en el Estado de México. En esa ocasión Rubén subió a la tribuna y calificó de espurio a Felipe Calderón porque, dijo, no ganó los comicios presidenciales de 2006, por lo que su gestión no era legítima.
Uno de los pocos que cuestionan a Rubén Moreira por sus afanes de convertirse en gobernador de Coahuila es Andrés Manuel López Obrador, quien el pasado 24 de noviembre dijo durante su visita a Saltillo: “La gente está harta del PRI y del PAN, y ya ven ustedes lo que sucede aquí en Coahuila, donde el gobernador que se va quiere dejar a su hermano, algo que nunca ha pasado en la historia de nuestro país”.
Otro de los Moreira Valdés, Carlos, es un activo líder magisterial. De 2004 al 17 de diciembre, por ejemplo, estuvo al frente de la Sección 5 del SNTE. Al día siguiente tomó protesta como dirigente de la Sección 38 del SNTE. Y Álvaro, otro de los hermanos de Humberto, se desempeña como director de Desarrollo Social en el ayuntamiento de Saltillo.
Familia magisterial
En los ochenta, Humberto Moreira comenzó a destacar en la política como dirigente estudiantil en la Normal de Saltillo, donde cursó la carrera magisterial. Hijo de una familia de maestros, sus padres, Rubén Moreira Flores y Evangelina Valdés, también fueron normalistas; ella es una de las precursoras de la educación preescolar en Coahuila.
En 1988 ocurrió uno de los conflictos más famosos en la historia de la Sección 38 del SNTE. Humberto jugó un papel relevante en el llamado Movimiento Reivindicador, que abogaba por una elección democrática dentro del gremio magisterial.
Surgido tras el deceso de su dirigente Eliseo Lorea, los integrantes de ese movimiento debían nombrar al sucesor mediante el procedimiento estatutario, pero las reglas no se respetaron. Finalmente se impuso a Antonio Chaires Costilla, tutor político de Humberto Moreira, fallecido en diciembre de 1989 en un accidente automovilístico aún no aclarado.
Tras la muerte de Chaires el movimiento se disolvió y sus simpatizantes fueron expulsados del SNTE. Humberto Moreira decidió trasladarse a la Ciudad de México, donde ocupó diversos cargos en el sector educativo hasta convertirse en secretario particular de Gilberto Guevara Niebla, subsecretario de Educación durante la administración de Ernesto Zedillo.
Moreira regresó a Coahuila 10 años después como delegado del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), de donde saltó al Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA).
En esa dependencia Moreira diseñó una estructura electoral a partir de los círculos de estudios en barrios populares. En 1999 apoyó la postulación de Enrique Martínez y Martínez, quien ganó la gubernatura de Coahuila. En reciprocidad, el mandatario lo designó secretario de Educación.
En 2002 Moreira declinó competir por la alcaldía de Saltillo. Tres años después se postuló para la gubernatura y derrotó con amplio margen a su rival más cercano, el panista Jorge Zermeño Infante, actual embajador en España. Desde entonces el grupo de Zermeño mantiene una abierta confrontación con el mandatario.
Los panistas conocen los devaneos de Moreira. Uno de ellos es su simpatía hacia el sandinismo. Según ellos, cuando Daniel Ortega llegó al poder en Nicaragua en 2006, el mandatario publicó un desplegado en varios periódicos de ese país centroamericano para felicitarlo.
Además, Moreira tiene en sus oficinas de gobierno fotos en las que aparece con el líder cubano Fidel Castro y suele jactarse del intercambio de programas de educación y salud con la isla caribeña; su castrofilia da pie a sus rivales para comparar a Humberto y Rubén con los hermanos Fidel y Raúl Castro.
Los amigos del gobernador
A lo largo de la gestión de Humberto Moreira en Coahuila, Proceso ha documentado la forma en que el mandatario ha beneficiado al sector empresarial de la entidad. La mayor parte del acero para la construcción de puentes y obras viales, por ejemplo, proviene de Altos Hornos de México, que preside Alonso Ancira Elizondo. Hoy, el empresario es uno de hombres de negocios más prósperos y también uno de los amigos más cercanos del mandatario.
Al sector automotriz, en plena crisis económica en 2008, Moreira le regaló recursos para el pago de nómina durante los paros técnicos; además, el 5 de febrero de 2009 anunció que su gobierno aportaría 1 millón y medio de dólares a la empresa General Motors y que reclamaría al jefe del Ejecutivo federal un apoyo semejante para las tres plantas de esa firma trasnacional instaladas en la zona (Proceso 1684).
La administración de Moreira también le otorgó 80 millones de pesos al Grupo Modelo para que instalara una planta en Nava. Además aportó 140 millones de pesos para el estadio Territorio Santos Modelo en Torreón, de los cuales 100 fueron para la construcción y 40 para obra complementaria (Proceso 1665 y 1723).
Sin embargo, aun cuando sus detractores del PAN acusan a Moreira por el despilfarro y califican su política social de populista, clientelar y electorera, militantes panistas de prosapia en La Laguna, como Luis Gurza, han respaldado al gobernador.
A principios de noviembre el Comité Directivo Estatal del PAN, encabezado por Carlos Ulises Orta Canales, denunció que la administración de Moreira tiene una deuda de 7 mil 700 millones de pesos. El mandatario respondió que en realidad es de 3 mil 500 millones de pesos; el resto, 3 mil 700 millones de pesos más, dijo, son avales para los municipios.
Dichos programas van desde la introducción de servicios básicos hasta la Tarjeta de la Gente –donde se deposita dinero a familias de escasos recursos–, la instauración de seguro de gastos médicos a todos los estudiantes o, más recientemente, el anuncio, aún no cumplido, de regalar computadoras portátiles a 30 mil universitarios.
La oposición a los Moreira –que apenas tiene siete diputados del PAN y uno del PRD, frente a 21 del PRI, que además gobierna en 33 de 38 ayuntamientos– se ha mostrado ineficaz para frenar los desplantes del mandatario. Y él se ha esmerado por enquistar a sus incondicionales en la administración coahuilense.
En febrero de 2010, por ejemplo, el Congreso estatal aprobó la desaparición de la Secretaría de Finanzas para crear la Tesorería del estado y el Sistema de Administración Tributaria del Estado de Coahuila (SATEC), este último es el responsable de las tareas fiscales en la entidad.
El mandatario pretendía que el titular del SATEC durara 12 años, pero en junio los panistas protestaron y lograron que el periodo se redujera a seis, aun cuando lo consideran demasiado largo. El titular de la dependencia es Javier Villarreal, quien dejó la Secretaría de Finanzas para asumir su nueva encomienda, que terminará en 2016.
Otro caso es el de los magistrados del Tribunal Superior de Justicia que asumieron en noviembre de 2008. Su cargo será de 15 años, luego de una reforma legal aprobada sin demasiada oposición.
Por esas fechas también se aprobaron varias reformas, entre ellas las que permitieron la fusión de la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Procuraduría General de Justicia para crear la Fiscalía General del Estado (FGE). El entonces procurador, Jesús Torres Charles, se convirtió en fiscal general en marzo de 2009 y, conforme a las reformas, durará en el cargo hasta 2017.
La diputada panista Esther Quintana, quien se opuso a la creación de la FGE, asegura que la dependencia es ineficaz a pesar de todas las facultades que tiene.
Pero el mandatario se defiende. Responsabiliza al gobierno federal de la violencia desatada en el país, en especial la de la comarca lagunera. Dice que el presidente Felipe Calderón lanzó “su guerra” sin convocar a los gobernadores y luego los dejó solos (Proceso 1757).
Desde 2006 la inseguridad en esta región lagunera se caracteriza por dos factores: los vínculos de policías municipales con los cárteles y la impunidad en cientos de homicidios, secuestros y extorsiones. Hoy, funcionarios cercanos a Jesús Torres Charles, como el exdelegado de la fiscalía Carlos Centeno, son sospechosos por los presuntos nexos con las organizaciones criminales.
A los coahuilenses les pesa que las autoridades no capturen a los delincuentes. Y enumeran los que consideran los hechos de mayor impacto en la entidad durante la administración de Moreira: los ataques a bares de Torreón, la desaparición del jefe antisecuestros, Enrique Ruiz Arévalo, en 2007; del estadunidense Félix Batista, negociador de secuestros, ocurrida en diciembre de 2008; del periodista Rafael Ortiz, en julio de 2006, y el asesinato del periodista Valentín Valdez en enero pasado.
En contraste, la Coparmex difundió el martes 7 un estudio en el que expone que Coahuila es el estado fronterizo más seguro. Y Moreira ha sabido sacar ventaja de la situación.
A principios de 2006 cobró relevancia nacional tras la tragedia en la mina Pasta de Conchos, al mostrarse solidario con los deudos de los mineros. Sin embargo, su figura se opacó en junio pasado cuando la policía estatal se lanzó contra deudos y activistas en la mina.
Pese a las descalificaciones, Moreira ve hacia delante. Sus críticas a los presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, así como su estilo desenfadado y frontal, lo han posicionado en el PRI, a cuya presidencia aspira.
También sabe explotar su amistad con los cubanos Fidel y Raúl Castro; con el expresidente Carlos Salinas de Gortari, de quien ha sido anfitrión, y de recibir en fastos magisteriales a Elba Esther Gordillo, quien suele elogiarlo a la menor provocación.
El 4 de noviembre Moreira fue el campeón del Coliseo Centenario, pues en su afán por convertirse en dirigente nacional de unidad reunió a los priistas más influyentes del país.
Y aun desde antes de que se emitiera la convocatoria, Moreira había asumido un papel protagónico. En las últimas semanas ha asistido a todos los informes de gobierno en las entidades priistas.
El nuevo dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, al referirse al gobernador coahuilense por su conocido estilo de baile cholo-colombiano, dijo que aun cuando a Moreira le guste bailar, “tendrá que hacerlo también con la más fea”.
Y el mandatario le contestó, el jueves 9, en el sexto informe de su correligionario Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas (a quien Moreira intentará colocar en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI): “Sí, me gusta bailar… y me lo voy a bailar a él y a su partido”. l
La socia
José Gil Olmos
José Gil Olmos
Cuatro años y medio después de ser expulsada del PRI, Elba Esther Gordillo está preparando una nueva ofensiva política. No se trata de su retorno como militante de su antiguo partido, sino de su transformación en pieza clave en la lucha por la dirigencia priista y en la elección presidencial de 2012, para lo cual apoya a dos de sus principales socios políticos: los gobernadores Humberto Moreira y Enrique Peña Nieto.
La expresidenta nacional del PRI Dulce María Sauri Riancho precisa que Gordillo nunca ha dejado de estar presente en el partido y, ahora que vuelve a tener fuerza el PRI y probabilidades de ganar en 2012, será un factor en la toma de decisiones, aunque supone que no buscará recuperar su militancia.
“Es una mujer de poder y si algo sabe es otear, sabe oler en el ambiente político hacia dónde van las corrientes de poder. Tuve ocasión de observarla en 2000 y en 2006 y ahora no me parece equivocada la observación de que estará nuevamente presente en el PRI a través de las alianzas que, por cierto, nunca se rompieron”, sostiene la exgobernadora de Yucatán.
Dirigente nacional priista en 2000, cuando su partido perdió la Presidencia de la República y Gordillo participaba en la campaña a través de su hija Maricruz Montelongo en la Red de Mujeres por Francisco Labastida, Sauri precisa que con la líder vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) tuvo un trato político “de respeto mutuo”.
“La reconozco como una mujer que cumple sus compromisos y eso en la política es muy valioso –comenta Sauri–. Lo que está pasando es absolutamente explicable: es una mujer con un enorme instinto de poder y el hecho de que haya abandonado al partido no significa que hayan terminado las relaciones establecidas a partir de su larga estancia partidista. Las rupturas nunca se dan del todo: muchos militantes priistas se han ido a otros partidos y esas relaciones nunca se rompen por el cambio de militancia partidista. Y menos cuando las relaciones están basadas en el poder.”
Para el senador potosino Carlos Jiménez Macías es muy difícil que Gordillo pueda retornar al partido en el que hizo su carrera política, porque ya tiene muchos enemigos ahí. No obstante, considera que tratará de hacer sentir su presencia mediante dirigentes con quienes mantiene buena relación política y amistosa, como Humberto Moreira, que salió de las filas del SNTE y aspira a dirigir el PRI, y con Peña Nieto, a quien considera el candidato presidencial.
“Lo que ella está buscando es ser un factor de negociación en el futuro”, precisa Jiménez Macías, uno de los diputados que actuaron contra Elba Esther cuando coordinaba la fracción parlamentaria del PRI hasta lograr que fuera relevada en 2004.
De acuerdo con varios integrantes de la dirigencia priista, Gordillo ya empezó a construir puentes con distintos políticos priistas a los que se había enfrentado, entre ellos Manlio Fabio Beltrones, a quien en 2005 declaró públicamente como su “enemigo número uno” cuando se inició su proceso de expulsión del partido por apoyar a Felipe Calderón.
Las fuentes consultadas afirman que Gordillo tomó distancia del gobierno calderonista y principalmente del secretario de Educación, Alonso Lujambio, a quien el 3 de septiembre acusó de estar más preocupado por la candidatura presidencial que por la educación. Atribuyen este deslinde a que le ve pocas posibilidades al PAN de conservar la Presidencia.
Igualmente, señalan los priistas consultados, ella se dio cuenta de que el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, tiene escasas oportunidades de ser el candidato presidencial de la izquierda ante Andrés Manuel López Obrador.
Rafael Olvera, profesor normalista desde hace 36 años, miembro de la disidencia del SNTE en Baja California y uno de los críticos más agudos de la iniciativa de reformar la ley del ISSSTE, dice que en el proyecto político de Gordillo es importante convertirse en un factor principal en la disputa de la dirigencia nacional del PRI y la candidatura presidencial de 2012.
“Ahora está sacando toda su experiencia para mover sus piezas políticas clave. En los hechos, con el gobernador (de Coahuila) Humberto Moreira la maestra Gordillo regresa al PRI porque es su alumno; lo hizo dentro del SNTE, lo mismo que a su hermano Carlos Moreira, que se quedará a cargo del sindicato de maestros en la entidad, y a su otro hermano Rubén, quien es el aspirante más fuerte a la candidatura a gobernador de la entidad”, señala Olvera.
Recalca que Moreira es parte del proyecto político de Elba Esther Gordillo y del expresidente Carlos Salinas de Gortari, quienes están detrás de la campaña permanente de Enrique Peña Nieto.
La amistad con Moreira
La relación entre Moreira y Gordillo es vieja. Desde que estaba en el SNTE el gobernador de Coahuila siempre tuvo afinidad con la dirigente del sindicato y a través de ella escaló en el Congreso de la Unión hasta llegar al Ejecutivo estatal.
En su quinto informe de gobierno, que se llevó a cabo el pasado 4 de noviembre en Torreón, Moreira rechazó que la maestra esté detrás de su aspiración de dirigir el PRI, pero adelantó que si consigue su objetivo buscará una alianza con el Panal.
“Yo no sé si algún gobernador no es amigo de Elba Esther. Es amiga del presidente, (de) gobernadores… Es cierto, somos maestros, nos conocemos, somos amigos, como es amiga del resto de los gobernadores y de muchos miembros del gabinete federal, y de Marcelo Ebrard también”, dijo en entrevista.
Como su relación es inocultable, el mandatario coahuilense intentó delimitar su territorio: “No tendría por qué consultarle a ella; cuando platicamos lo hacemos de otras cosas: yo no me meto en las cosas del SNTE y ella no se mete en cuestiones de mi gobierno; ni yo me meto a hablar del Panal ni ella del PRI”.
En esa ocasión Moreira lució poder de convocatoria: asistieron a su informe 21 gobernadores electos o en funciones y exgobernadores priistas. Acudieron también Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Francisco Rojas y Emilio Gamboa.
Al más viejo estilo, Moreira reunió en el Coliseo a más de 6 mil priistas y, en medio de la algarabía, Enrique Peña Nieto y Roberto Madrazo le manifestaron su apoyo para que sustituya a la diputada Beatriz Paredes como presidente nacional de su partido.
Red de alianzas
El 13 de julio de 2006 la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI notificó que Elba Esther Gordillo quedaba expulsada por apoyar a Felipe Calderón y crear al Partido Nueva Alianza (Panal) como un instituto antagónico al priismo.
La comunicación le fue entregada a la maestra a las 17 horas y en su casa por el secretario de acuerdos de dicha comisión, José Antonio Pérez Parra, pero la recibió el portero del edificio.
Sin embargo, técnicamente la maestra no fue expulsada del partido porque no se cumplió el procedimiento reglamentario, que consiste en una especie de juicio en el cual ella se defendería. Antes que eso, decidió renunciar y a partir de entonces comenzó a jugar por su cuenta. Como lo hizo en el gobierno foxista, colocó a sus principales colaboradores en la administración de Felipe Calderón, a quien le levantó la mano como presidente electo.
Algunas de sus piezas siguen actuando en el gobierno calderonista, como Alejandro Poiré, quien fue el responsable de la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y Partidos en el Instituto Federal Electoral (IFE) de 2003 a 2005 y ahora es el secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), que antes ocupó otro elbista, Roberto Campa.
Asimismo, su yerno Fernando González es subsecretario de Educación Pública; Benjamín González Roaro sigue a la cabeza de la Lotería Nacional, y hasta hace unos meses Miguel Ángel Yunes Linares era director general del ISSSTE.
Al mismo tiempo, la dirigente magisterial comenzó a preparar el terreno para las alianzas con el PRI desde mediados de 2008, cuando tuvo encuentros con la presidenta del partido, Beatriz Paredes. Con ella acordó mantener dentro del priismo la fuerza del magisterio.
Noé Rivera, exoperador político de Gordillo y fundador de la Asociación Ciudadana del Magisterio, reveló en entrevista que Paredes y la maestra negociaron también algunas candidaturas a diputaciones federales y decidieron colaborar para frenar las aspiraciones presidenciales de Manlio Fabio Beltrones (Proceso 1644).
Dos años más tarde, en el ocaso del gobierno calderonista, la maestra vuelve a colocar sus piezas, en esta ocasión dentro del PRI. Se espera que la dirigencia de éste se renueve en marzo próximo y hasta hace poco los más claros aspirantes al cargo eran Emilio Gamboa y Humberto Moreira. Sin embargo, Gamboa, dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), rechazó pelear por la dirigencia, previendo que la lucha interna desgaste a los grupos de poder.
Ante esta circunstancia, Gordillo manifestó su apoyo irrestricto a Moreira para que encabece el PRI, pero también promueve para la secretaría general a su paisana, la senadora chiapaneca María Elena Orantes.
Al mismo tiempo fortaleció sus relaciones con los gobernadores priistas de Nayarit, Ney González; de Hidalgo, Miguel Osorio Chong; de Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre; de Veracruz, Javier Duarte; igual que con los de la alianza PAN-PRD en Oaxaca, Gabino Cué, y en Puebla, Rafael Moreno Valle.
En el caso de Nayarit, la maestra tiene a su hija Maricruz Montelongo en la representación de ese estado en el Distrito Federal; y en Oaxaca logró colocar en la Secretaría General de Gobierno a Irma Piñeiro, quien fue candidata a gobernadora por el Panal y que al final de la campaña declinó a favor de Gabino Cué. l
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