Boda real
La boda del hijo de Diana
Guillermo y Kate están preparados para ser reyes en el siglo XXI - Su matrimonio marcará un punto de inflexión para la rígida monarquía de los Windsor
MÁBEL GALAZ - Madrid - El País, 24/04/2011
Los príncipes ya no se casan con jóvenes de sangre azul, no se unen por conveniencia y sí por amor. Ya no importa que sus parejas tengan hijos o estén divorciadas. Y solo dan el paso cuando están convencidos de que ellas o ellos están preparados para afrontar el reto de la convivencia y la exposición pública. Si ha habido un príncipe que ha tenido en cuenta todas estas circunstancias ha sido Guillermo de Inglaterra, que huye del guión que tristemente escribieron sus padres.
La noche antes de su boda, Diana descubrió que Carlos lucía unos gemelos que tenían grabadas dos ces entrelazadas. Eran el regalo de Camila, su amor escondido. Así supo que su novio se casaba con ella por conveniencia, no por amor. El tiempo demostró que en su matrimonio eran multitud. Diana fue la elegida porque pertenecía a una rancia familia de la aristocracia británica y no tenía pasado. Antecedentes que no se dan en la biografía de Kate Middleton. Por eso, aunque muchos intenten buscar parecidos entre ambas de momento no los hay.
Kate es una joven universitaria, hija de un piloto y una azafata que ahora regentan una empresa de fiestas infantiles. Sale desde hace ocho años con Guillermo, con el que lleva viviendo cinco. Su unión es todo menos precipitada, de ahí que la novia del príncipe se haya ganado el apelativo de la paciente Kate. Al ser preguntado por su largo noviazgo, Guillermo bromeó: "Le he dado tiempo para arrepentirse".
Esos ocho años de relación tuvieron una breve interrupción hace tres. Ellos mismos han reconocido que la separación fue determinante para decidir que estaban dispuestos a afrontar juntos el reto de ser reyes en el siglo XXI.
Este largo noviazgo le ha permitido a Kate familiarizarse con las arcaicas costumbres de la familia real británica y formarse para su papel de princesa. Quizá esta es la clave de su, por ahora, éxito. Desde que se hizo público su compromiso solo ha cosechado alabanzas. A los británicos les gusta cómo se viste, cómo sonríe, cómo amadrina barcos y estrecha manos. Porque ese, de momento, ha sido su único papel como princesa en prácticas. Su primera reválida la pasará el día 29 de abril cuando se convierta en la esposa del heredero del heredero. Pero de momento tiene todas las encuestas a su favor. Los británicos ven en ella la perfecta sucesora de Diana, la mujer que acercó la fría monarquía británica al pueblo. Esos valores que Guillermo ha querido mantener vivos y que le han convertido en el preferido para suceder a Isabel II, desbancando a su padre que lleva más de 59 años esperando su momento.
Por eso la cita del próximo viernes reune todos los ingredientes para que sea la boda del siglo. Se casa uno de los miembros de la monarquía más importante del mundo y lo que es más importante para muchos: se casa el hijo de Diana.
Dos mil millones de espectadores seguirán, según el Gobierno británico, la ceremonia por televisión y 1.900 invitados acudirán a la ceremonia, entre ellos representantes de todas las casas reales. En esta pareja de jóvenes treintañeros están depositadas también muchas esperanzas de otras monarquías, preocupadas por encontrar sentido a su existencia en el siglo XXI. Guillermo y Kate saben que se tienen que ganar el puesto. Están preparados para cuando llegue su hora. La espera puede ser muy larga o corta. Todo depende de que Carlos y Camila les dejen paso o decidan seguir su camino al trono. En esta decisión pesará el recuerdo de Diana, que sigue vivo en muchos británicos.
**
Guillermo, la sombra de Carlos
Las voces que exigen que suceda a Isabel II se multiplicarán tras el enlace
WALTER OPPENHEIMER - Londres - 24/04/2011
Cada uno es hijo de su padre y de su madre, pero quizás el príncipe Guillermo lo sea un poco más que la mayoría de los ciudadanos. La tormentosa relación que vivieron Carlos y Diana de Gales desde que se casaron en 1981 marcó su infancia. La trágica muerte de lady Di en 1997 marcó su adolescencia. Y las presiones para que sea él, y no su padre, quien suceda en el trono a Isabel II amenazan con marcar su vida adulta. Aunque, digan lo que digan las encuestas, muy poca gente cree que eso pueda realmente ocurrir.
La sombra de sus padres amenaza con marcar no solo su vida, sino la de su futura mujer, Catalina Middleton. Las comparaciones entre Kate y Diana por un lado y entre Carlos y Guillermo por el otro, van a ser el pan suyo de cada día. Son parejas muy distintas por muchas razones. Entre otras, porque les separan 30 años y una crisis que llegó a hacer temblar los cimientos de la monarquía británica pero que ha acabado por acercarla un poco a la tierra, aunque el carácter estirado de los Windsor ayuda poco. Carlos y Diana se casaron por conveniencia y formaban una pareja desequilibrada: por edad, por formación, por carácter, por objetivos en la vida. Guillermo y Catalina parece que tienen una relación mucho más equilibrada.
Diana llegó virgen al altar de la catedral de San Pablo, como mandaban los cánones de la corte. Kate ha convivido durante ocho años con su pareja, pero a nadie le importa ya la virginidad de la futura princesa.
Guillermo afronta, sin embargo, otra comparación más complicada. No porque salga malparado, sino por lo contrario. Su espejo no es un mito muerto una noche de verano junto al Sena. Su espejo es un hombre vivo, despreciado por la prensa y del que la mayoría de los británicos desconfía. El reto de Guillermo no es superar a su padre: el reto de Guillermo es no hacerle sombra. Porque una vez casado, y sobre todo en cuanto tenga descendencia, se multiplicarán las voces pidiendo que Carlos renuncie a heredar el trono de Isabel II y sea Guillermo el próximo rey. Algo que, si hace unos años parecía un imposible, hoy parece una quimera.
Todo hace pensar que Guillermo se lleva bien con su padre y con su madrastra, Camila. Los agoreros pronósticos de que la muerte de Diana alejarían al padre y al hijo no se han visto confirmados por la realidad. No hay ni un solo indicio de que el joven príncipe tenga ambición de desbancar al padre, que esta semana se ha convertido en el heredero de la corona que lleva más tiempo esperando para alcanzar el trono: casi 60 años.
No es que Guillermo genere un enorme entusiasmo popular, pero tampoco despierta el rechazo que Carlos suscita entre muchos ciudadanos. El príncipe de Gales, sin embargo, ha tenido las cosas más difíciles que su hijo. Las relaciones con su padre, el duque de Edimburgo, han sido siempre tormentosas. Con su madre, la reina, siempre frías. El contraste queda en evidencia viendo las añejas imágenes del niño Carlos saludando a Isabel II con un gélido apretón de manos al volver la reina de un largo viaje. Qué diferencia con los cariñosos abrazos con los que Diana premiaba a Guillermo y a su hermano Enrique en las mismas circunstancias.
La boda en televisión
Los cálculos del Gobierno británico estiman que unos 2.000 millones de espectadores en todo el mundo seguirán la boda, entre ellos muchos españoles. Para que uno de cada cuatro habitantes del planeta puedan ver la boda del año, hay 8.000 periodistas acreditados. Las televisiones españolas ofrecerán amplia cobertura sobre la ceremonia. Todas reforzarán sus magacines de la mañana —la boda comienza a las 11.00 (12.00 en la Península)— y los informativos. También se emitirán series y documentales.
- TVE-1. Reforzará su corresponsalía en Londres, que dirige Anna Bosch, y enviará información a los programas Gente y Corazón. La mañana de La 1 será “prácticamente un monográfico del evento, ya que coincide de pleno con el horario del programa”, según fuentes de la cadena. Tomará la señal de la boda de su homóloga británica, la BBC, aunque no emitirá la ceremonia íntegra en directo, “solo momentos estelares”. La 2 emitirá un documental sobre el enlace.
- Antena 3. Tendrá su fuerte en la emisión de Espejo público, que acabará a las 14.00. Jesús Mariñas narrará todos los detalles en un set instalado en el centro de Londres desde el martes. Los informativos también harán una cobertura especial, y DEC ofrecerá más detalles en su programa de la noche.
En cuanto a otras producciones, Antena 3 emitirá la telemovie William & Kate (sin fecha cerrada), y los documentales William, Kate y ocho bodas reales (el domingo tras la serie Doctor Mateo), y Kate y Letizia, sobre las semejanzas entre las dos princesas.
- Telecinco. El programa de Ana Rosa durará seis horas y contará con los comentarios de Boris Izaguirre y Jaime Peñafiel. Los informativos conectarán con Londres en sus distintas emisiones. El martes ofrecerá el monográfico Princesas plebeyas.
- Divinity. Emitirá media docena de documentales a lo largo de la semana. Nuria Roca conducirá el jueves un especial, William y Kate, la cuenta atrás. También se repondrá la serie Felipe y Letizia.
- Cuatro. Dedicará Las mañanas de Cuatro al enlace con conexiones en directo y comentarios en plató. Y emitirá un especial de Callejeros: Viajeros, sobre los preparativos en Londres.— MARÍA PORCEL
No hay comentarios.:
Publicar un comentario