29 ago 2012

El Dr. Alejandro Poiré Romero, en el Foro Nacional: Sumemos..

El Dr. Alejandro Poiré Romero, Secretario de Gobernación, en el Foro Nacional: Sumemos
Causas, Ciudadanos + Policías
México DF; a 28 de agosto de 2012
Muy buenos días a todas y a todos.

Señor licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos; maestra Marisela Morales Ibáñez, Procuradora General de la República; Excelentísimo señor Anthony Wayne, Embajador de los Estados Unidos de América en México; doctora María Elena Morera de Galindo, Presidenta de Causa en Común, Asociación Civil; contador público Miguel Ángel Dávila Guzmán, Consejero de Causa en Común, Asociación Civil.
Doctor Marco Antonio Adame Castillo, Gobernador Constitucional del Estado de Morelos; maestra Sara Irene Herrerías Guerra, Procuradora Social de Atención de Víctimas de los Delitos; amigas y amigos de las asociaciones de la sociedad civil que hoy nos acompañan.

Colegas, servidores públicos de los tres órdenes de Gobierno y de los tres Poderes de la Unión; muy estimados amigos de los medios de comunicación; amigas y amigos policías que hoy nos acompañan.
Para mí, es un honor, verdaderamente, estar aquí, acompañando al señor Presidente de la República, en la Inauguración de este Foro Nacional: Sumemos Causas, Ciudadanos + Policías.
Este foro nos permitirá, como sociedad, reflexionar y discutir en torno a un elemento fundamental en materia de seguridad pública, que es el fortalecimiento de las instituciones de seguridad y de justicia, particularmente, de las instituciones policiacas, ministeriales, de investigación, desde luego, en el ámbito Federal, pero, particularmente, en el ámbito estatal y municipal, que es en donde es indispensable el poder tener un mayor contacto, una mayor densidad, desde el punto de vista de la prevención y el combate al delito en nuestro país.
Me parece particularmente relevante que estemos reflexionando juntos en este foro, en este sitio, sobre este tema. El hecho de que estemos aquí, representantes del Gobierno Federal, de los Poderes de la Unión, policías de los distintos ámbitos y órdenes de nuestra República, y representantes de la sociedad civil, es testimonio no solamente de este seguimiento ciudadano que ya se nos señala, es indispensable, que ha tenido un avance significativo, pero es indispensable que se consolide y se profundice.
Es testimonio, también, de la relevancia social ineludible de este tema y de la necesidad de que sea la participación conjunta de ciudadanos y autoridades, la que siga monitoreando y la que siga discutiendo y definiendo el futuro de nuestro país en materia de consolidación institucional, de consolidación de las policías.
Para todos los que estamos aquí, es una verdad evidente que la principal, sino es que la primordial, inicial responsabilidad del Estado, es garantizar la seguridad y la libertad de sus habitantes. Y que ésta es una tarea compartida de los tres órdenes de Gobierno y de los tres Poderes de la Unión.
Sabemos, también, que nuestro país debido a diversos problemas y situaciones estructurales, y factores históricos acumulados, dicha obligación estatal, la de garantizar la seguridad y la libertad de sus habitantes, había corrido muchos riesgos y no se cumplía a su cabalidad.
Esta condición llevó a que el crimen pudiera crecer a costa de instituciones obsoletas y débiles, incapaces de poder hacer frente a retos de seguridad que, también, por circunstancias estructurales, fueron incrementándose.
Una parte muy importante de la crisis en materia de seguridad se debió, precisamente, a un debilitamiento sistemático de las instituciones de seguridad y de justicia.
Y ante dicha situación, el Gobierno del Presidente Calderón, desde el inicio de su Administración, ha actuado para garantizar la seguridad de las familias mexicanas.
Para lograrlo, se ha puesto en marcha la Estrategia Nacional de Seguridad, que reconoce como uno de sus ejes primordiales, el fortalecimiento y la transformación institucional.
Identifica, también, esta estrategia, que una de las principales tareas consistía en hacer que los policías fuesen parte de una solución efectiva al problema de seguridad, y no, parte del problema.
Hoy, como lo decía, este evento es testimonio, también, no solamente del avance que se ha tenido en esa materia y de los retos que todavía tenemos por delante, sino, me atrevo a decir, de un cambio en nuestra cultura respecto al tema de la seguridad.
Hemos pasado de la angustia a la acción, de la indignación a la responsabilidad y al compromiso.
Es por ello, que en este sexenio se ha impulsado la transformación de los policías en servidores públicos confiables, eficaces, profesionales, debidamente equipados y capacitados, con las perspectivas de desarrollo profesional indispensables para poder garantizar que cumplan, verdaderamente, con el servicio que le deben a los ciudadanos.
Para conseguirlo, la certificación y los controles de confianza han sido un primer paso, necesario, en un proceso gradual de la profesionalización de los cuerpos policiales.
El Gobierno de la República reconoce que el esfuerzo en certificación y profesionalización debe ser una tarea compartida entre los órdenes de Gobierno, particularmente, de quienes son responsables de la gestión y administración de las fuerzas policiacas. Y éste debe de ser un énfasis especial en aquellos policías que están sistemáticamente en contacto con la ciudadanía.
Hoy, con el liderazgo del Gobierno Federal y con el compromiso de los gobiernos estatales, hemos construido una red de Centros de Control de Confianza, que es asesorada por el Centro Nacional de Certificación y Acreditación, y que funciona con esquemas y procesos claros y homologados a estándares nacionales acordados por los distintos órdenes de Gobierno, en el Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Desde el inicio de esta Administración, el Gobierno Federal ha brindado todo el apoyo a las entidades federativas en la consolidación de los Centros de Evaluación de Control de Confianza.
Como ya se ha mencionado, prueba de ello son los dos mil millones de pesos destinados, precisamente, para fortalecer las capacidades de Evaluación de Control de Confianza en las entidades federativas, que tan sólo en el 2012, se van a ejercer.
Ésta es una cifra equivalente al 12 por ciento de la totalidad de los fondos y subsidios para la seguridad, en las entidades federativas y de los municipios.
También, vale la pena reconocer que, en el marco de la Iniciativa Mérida, se entregaron a los centros estatales 120 equipos de poligrafía, para poder acelerar este proceso de controles de confianza.
Con estas acciones, indudablemente, estamos contribuyendo a un cimiento sólido que nunca habíamos tenido. Una fuerza policial al servicio de los ciudadanos. Y por ello, es clave, como ya se ha señalado aquí, que se avance, también, además de en el proceso de identificación por controles de confianza de cuáles son los policías aptos, en la depuración de aquellos que no lo son.
Está muy claro que en manos de los gobiernos, muchas veces, es imposible poder prevenir el delito. Muchas veces, es imposible el poder responder con anticipación a una situación en la que la criminalidad le hace daño a la ciudadanía.
Pero lo que sí está cabalmente en manos de las autoridades, es separar de su cargo, quitarle la placa, la pistola, la patrulla, a un policía que tenemos identificación clara que no es apto para el servicio. Por eso, es que tenemos que acelerar el paso.
Tal como lo ha mencionado el señor Presidente, el día en que tengamos policías honestos y capaces, debidamente capacitados y entrenados, habremos dado el gran paso, el paso fundamental en la lucha por la seguridad.
Señor Presidente.
Señoras y señores:
El único camino para una verdadera profesionalización de las policías, es que todos sus elementos sean declarados  e identificados como aptos por los procesos de certificación y control de confianza.
Es por ello, preciso, redoblar el paso para certificar más rápidamente a los policías, definir mecanismos claros de depuración de los cuerpos policiales y garantizar que esto sea parte integral de un proceso de capacitación y profesionalización.
Sólo mediante la certificación y la capacitación aplicadas de manera paralela, se conseguirá que las fuerzas policiales sean, verdaderamente, profesionales y confiables para todos y que se restablezca el orgullo merecido de ser un servidor público dedicado a la seguridad de los ciudadanos en nuestro país.
Ya se han dado los primeros pasos, pero es preciso seguir adelante en la transformación de nuestras instituciones y construyendo el México seguro, justo y próspero que merecen todos los mexicanos.
Muchas gracias.

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