- Juramentos y estufas listas.
El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, anunció este sábado los horarios que han decidido los Cardenales, en la novena Congregación General, para el Cónclave que comenzará el martes 12 de marzo.
Martes
12 de marzo:
A
las 4:45 p.m. los Cardenales pronunciarán el juramento solemne de secreto, tras
el cual se pronunciará el “extra omnes” (“fuera todos”) y se cerrará la Capilla
Sixtina, quedando solamente los Cardenales electores al interior.
Escucharán
la meditación del Cardenal Prosper Grech, tras lo cual procederán a la primera
meditación.
A
las 19 00 horas los Cardenales rezarán las vísperas y media hora después regresarán
a la Casa de Santa Marta.
a
partir del miércoles 13 de marzo, los cardenales se trasladarán de la Casa de
Santa Marta a la Capilla Paolina a las 7:45 a.m., donde a las 8:15 a.m. celebrarán
Misa.
Ingresarán
a la Capilla Sixtina a las 9:30 horas,
donde rezarán la Hora Media, antes de proceder a la votación.
Entre
12 y 12:30, retornarán a la Casa de Santa Marta, para regresar a la Capilla
Sixtina tras el almuerzo, a las 16 horas
En
la Capilla Sixtina rezarán brevemente, para reanudar la votación a las cinco de
la tarde
Federico
Lombardi explicó a la prensa que “las fumatas”, se producen con la quema de las
papeletas de la votación final de la mañana o de la tarde. Esto será, indicó,
alrededor de las 12 horas en el primer caso y de las 19 horas en el segundo.
“Si la elección se produjese en una votación
intermedia, la ‘fumata’ saldría a mitad de la mañana o de la tarde”, dijo.
Lombardi
ha dicho que si no se llegase a elegir al Papa durante los primeros cuatro días
de votación, en el quinto se producirá una pausa de oración y libre coloquio de
los Cardenales.
Los
escrutinios se reanudarán en los mismos horarios durante los dos días
siguientes, intercalando siempre una pausa para la oración, hasta llegar al undécimo día y el 34 escrutinio.
En
ese caso se aplica el nuevo art. 75 de la Constitución Apostólica “Universi
Dominici Gregis”, modificado por Benedicto XVI con el reciente “Motu Proprio”,
que establece que “también en estas votaciones para la validez de la elección
se requiere la mayoría cualificada de al menos dos tercios de los sufragios de
los Cardenales presentes y votantes”.
“En estas votaciones, los dos nombres que tienen
voz pasiva carecen de voz activa”, lo que significa que los dos candidatos con
el mayor número de votos tienen que ser votados, pero no pueden votar.
Lombardi
indicó que los otros temas tratados la mañana de este sábado por los Cardenales
“han sido las expectativas sobre el nuevo Papa, las actividades de la Santa
Sede, sus dicasterios y la mejora de la Curia”. “También se ha hablado de la
situación de la Iglesia en las grandes áreas del mundo. En total las
intervenciones hasta ahora han sido 133 y, teniendo en cuenta que el lunes
habrá también congregación general, probablemente lleguen a 150”, indicó.
**
Este sábado 9 de marzo se realizó la instalación de la chimenea sobre el techo de la Capilla
Sixtina, la cual, tras las votaciones del Cónclave, anunciará con “fumata
bianca” (humo blanco) la elección del nuevo Papa.
Las
obras se realizaron mientras los Cardenales participaban en la novena
Congregación General, en el Aula del Sínodo.
Con
la instalación de ambas estufas se busca evitar la confusión que ocurrió en
1978, durante la elección de Juan Pablo I, cuando el humo que salió era de
color gris, y en las elecciones de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que al
principio salió gris y tardó en hacerse totalmente blanco.
***
Funcionarios del Vaticano jurarán guardar “secreto absoluto” sobre Cónclave
El lunes 11 de marzo, por la tarde, los funcionarios y empleados de la Santa Sede que por diversos motivos estarán relacionados al Cónclave, jurarán guardar “secreto absoluto”, ante el Cardenal Camarlengo Tarcisio Bertone y, como testigos, dos Protonotarios Apostólicos.
Funcionarios del Vaticano jurarán guardar “secreto absoluto” sobre Cónclave
El lunes 11 de marzo, por la tarde, los funcionarios y empleados de la Santa Sede que por diversos motivos estarán relacionados al Cónclave, jurarán guardar “secreto absoluto”, ante el Cardenal Camarlengo Tarcisio Bertone y, como testigos, dos Protonotarios Apostólicos.
El
juramento a realizarse en la Capilla Paulina, de acuerdo a los numerales 46 y
47 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, será prestado por el
Secretario del Colegio Cardenalicio, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas
Pontificias, los Maestros de Ceremonias Pontificias y un eclesiástico elegido
por el Cardenal que preside el Cónclave para que le ayude en sus labores.
También
serán juramentados los religiosos hombres y mujeres de la Sacristía Pontificia,
sacerdotes de varias lenguas para las confesiones, médicos y enfermeras, así
como las personas responsables de los ascensores del Palacio Pontificio.
Además,
el personal de servicios del comedor y de limpieza, los encargados del
transporte de los Cardenales electores de la Casa de Santa Marta al Palacio
Apostólico, el coronel y un comandante de la Guardia Suiza y el director de los
Servicios de Seguridad y Protección Civil, junto a algunos de sus
colaboradores, pronunciarán el juramento.
El
juramento que pronunciarán se encuentra en el numeral 48 de la Universi
Dominici Gregis, en que se lee lo siguiente:
“Yo
(nombre) prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del
Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que no
reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo Pontífice elegido
o por sus Sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las
votaciones y a los escrutinios para la elección del Sumo Pontífice.
Prometo
igualmente y juro que me abstendré de hacer uso de cualquier instrumento de
grabación, audición o visión de cuanto, durante el período de la elección, se
desarrolla dentro del ámbito de la Ciudad del Vaticano, y particularmente de lo
que directa o indirectamente de algún modo tiene que ver con las operaciones
relacionadas con la elección misma. Declaro emitir este juramento consciente de
que una infracción del mismo comportaría para mí aquellas penas espirituales y
canónicas que el futuro Sumo Pontífice (cf. can. 1399 del C.I.C.) determine
adoptar.
Así
Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”.
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