3 jul 2013

Cambios en el "Banco" vaticano


Banco" del Vaticano: renuncian el director general y el subdirector
La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó recientemente de la renuncia de Paolo Cipriani, director general del llamado "Banco" del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), y del subdirector Massimo Tulli, quienes tras años de servicio han tomado esta decisión en vistas a los "mejores intereses del Instituto mismo y de la Santa Sede".
 El comunicado del Vaticano señala que la renuncia ha sido aceptada por la Comisión de cardenales y el directorio de superintendencia. Mientras tanto y de inmediato, las funciones de director general las asume interinamente -'ad interim'- el presidente del IOR, el alemán Ernst von Freyberg.
Las motivaciones indicadas son darle un nuevo impulso a la adaptación de la normativa del IOR a las reglas internacionales. 
Hace unos días -26 de junio- el papa Francisco instituyó una comisión pontificia para conocer mejor la posición jurídica y las actividades del IIOR para lograr una mejor armonización con la misión de la Iglesia universal y de la Sede Apostólica. 

La decisión también ha sido hecha llegar a la Autoridad de Información Financiera (AIF) creada por Benedicto XVI, así como a la reciente Comisión Especial del IOR que creó el 26 de junio el papa Francisco.
Ernst von Freyberg será ayudado por Rolando Marranci en calidad de vicerrector y por Antonio Montaresi en la nueva posición de Chief Risk Officer con la responsabilidad de conformidad y proyectos especiales. Marranci ha trabajado como Chief Operating Officer en un banco italiano con sucursal en Londres mientras que Montaresi ha sido Chief Risk Officer y Chief Compliance Officer en varios bancos de EU.
"Desde el 2010 el IOR y su dirección han trabajado muy seriamente para hacer que las estructuras y sus procedimientos estén en línea con los estándares internacionales de lucha contra el lavado de dinero. Si bien nos complacen los resultados obtenidos, hoy es claro que necesitamos una nueva dirección para acelerar el ritmo de este proceso de transformación. Los progresos logrados se deben en gran parte al apoyo sostenido de los organismos de gobierno del Instituto y de su personal", dijo.
“A nombre del Consejo de sobreintendencia agradezco a los señores Cipriani y Tulli por la dedicación personal manifestada durante los años” declaró el presidente Ernes Von Freyber. Y añadió: “Estoy satisfecho del nombramiento de Rolando Marracini y Antonio Montaresi, en cuanto son excelentes profesionales”. Precisó que “desde el 2012 el IOR y su dirección han trabajado seriamente para llevar las estructuras y los procedimientos en línea con los standard internacionales de lucha al reciclado de dinero. Si bien les agradecemos por los resultados obtenidos, hoy es claro que necesitamos una nueva dirección para acelerar el ritmo de este proceso de transformación. Los progresos hechos se deben en gran parte al apoyo continuo de los organismos de gobierno del Instituto y de su personal”.

El consejo de sobreintendencia ha iniciado un procedimiento de selección para nombrar un nuevo director general y un vice director en un futuro próximo.
 En mayo, el Promontory Financial Group, dirigido por Elizabeth McCaul -(Partner-in-charge (Socio director) del New York Office y Chief Executive Officer (Director ejecutivo) de Promontory Europe)- y Raffaele Cosimo -(Chief Operating Officer (Director de Operaciones) de Promontory Europe)- ha recibido el encargo del presidente del Consejo de Superintendencia de potenciar el programa anti-reciclaje del Instituto con siete líneas de trabajo, efectuando una “forensic review” (supervisión) y un control de las relaciones con los clientes.

Asimismo Ernst von Freyberg ha solicitado a Elizabeth McCaul y a Raffaele Cosimo que actúen como Senior Advisors (Asesores Jefes) en la gestión del Instituto, dada su gran competencia y experiencia.
El Instituto para las Obras de Religión (IOR) fue fundado en 1942 con un decreto papal. Su objetivo es servir a la Santa Sede y a la Iglesia Católica en el mundo entero, como establece su estatuto. El IOR protege el patrimonio de un grupo claramente definido de personas físicas y jurídicas con afiliación a la Iglesia Católica tal y como lo define el derecho canónico o el derecho del Estado de la Ciudad del Vaticano.
La estructura de gobierno del IOR está formada por una Comisión cardenalicia, un prelado, un Consejo de superintendencia y una dirección. El IOR cuenta con 114 empleados y tiene su sede exclusivamente en el territorio soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.
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LAS VENTANILLAS DEL "BANCO VATICANO"/ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO; Vatican Insider.
No hay dos sin tres. Después del nombramiento del nuevo prelado del IOR y de la creación de una comisión de investigación, por voluntad de Francisco, el director general, Paolo Cipriani, y el vicedirector, Massimo Tulli, han renunciado al Instituto para lasa Obras de Religión.
Algo parecido a la medida que hace algunos meses se asumió en relación con monseñor Nunzio Scarano, el prelado contador de la APSA acusado de lavado de dinero y arrestado por corrupción y fraude. Una medida, pues, que no tiene precedentes y que indica claramente el cambio que se está llevando a cabo y la voluntad de no dejar ninguna zona de sombra en la gestión de las finanzas vaticanas.
Ernst von Freyberg recibirá la ayuda de Rolando Marranci, en calidad de vicedirector, y de Antonio Montaresi  en la nueva posición de Chief Risk Officer, con la responsabilidad de compliance y proyectos especiales. Rolando Marranci fue Chief Operating Officer en un conocido banco italiano con sede en Londres. Antonio Montaresi, en cambio, fue Chief Risk Officer y Chief Compliance Officer en varios institutos de los Estados Unidos.
De las interceptaciones del monseñor parecía surgir, efectivamente, la complicidad del “management” del IOR, que habría autorizado sin problemas ingentes movimientos de dinero. Pero es evidente que no habríamos llegado a este paso clamoroso sin el nuevo curso que ha indicado el Pontífice argentino. La magistratura italiana tendrá que verificar las responsabilidades de Scarano, que durante su primer interrogatorio rechazó cualquier acusación, y establecer cómo obtuvo las autorizaciones para operar de esa manera con sus cuentas: ¿los “managers” del IOR creían que actuaba en nombre de la APSA? ¿Cuál era la información que tenían al respecto?
De cualquier manera, lo que ha quedado en evidencia es la falta de funcionamiento del sistema de vigilancia. A pesar de las repetidas y tranqulizadoras declaraciones públicas sobre el «sistema que funciona» por parte del presidente von Freyberg y del director de la AIF (la Autoridad de Información Financiera Vaticana), René Brülhart, en el caso de Scarano los que comenzaron a indagar y dieron los primeros pasos fueron los magistrados italianos.
En junio de 2012, pocos días después del brutal despido del presidente Ettore Gotti Tedeschi, el director general del IOR organizó una visita guiada por el Instituto para unos 50 periodistas. En aquella ocasión, Cipriani, en compañía del vicepresidente Tulli y otros cuatro dirigentes, repetía que el IOR quería «quitar el velo de secreto» que cubre las actividades y las sospechas de que el “banco del Vaticano” podría seguir siendo usado para operaciones poco limpias. Cipriani también subrayó que los servicios que ofrecía el IOR «fueron concebidos en el respeto de los principios éticos fundamentales de la Iglesia católica». El director había afirmado que «desde 1996 existe un sistema informático que no permite operaciones opacas; si en el pasado hubo muchas cuentas extrañas, ahora y ano es posible, no puede salir ni entrar un solo euro sin dejar huellas».
  Hace dos semanas, el mismo Cipriani, en una entrevista con “Il Giornale”, además de haber definido como «esencial» y «necesaria» para la libertad de la Iglesia la existencia de un banco en el Vaticano, tranquilizaba indicando que «he predispuesto medidas para prevenir los riesgos de lavado de dinero».
 Cipriani fue nombrado director en lugar de Lelio Scaletti, que dejó la dirigencia del IOR con más de ochenta años en 2007. El nuevo director, proveniente del mundo bancario italiano, era considerado como un personaje cercano al ex Secretario de Estado Angelo Sodano y al entonces prelado del “banco vaticano”, monseñor Piero Pioppo. Pero instauró también una buena relación con el sucesor de Sodano, el actual Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.
Tanto Cipriani como Tulli, además del entonces presidente Gotti Tedeschi, estuvieron bajo las investigaciones de la procuraduría de Roma por una transferencia anónima de 23 millones del IOR a la JP Morgan de Frankfurt, vía el Credito artigiano (20 millones) y la Banca del Fucino (3 millones). La investigación no ha terminado y la suma volvió al Vaticano. Obviamente, la renuncia no equivale ni a una condena ni al hecho de que haya sido confirmada la responsabilidad de los “managers”. Pero es una señal muy clara, que va no solo al interior de la Curia, sobre la voluntad de poner en marcha verdaderamente la transparencia.
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IOR; Scarano pide arresto domiciliario.
Duró poco más de tres horas el interrogatorio de monseñor Nunzio Scarano, arrestado pasado por corrupción y calumnia en el ámbito de la investigación de la procuraduría de Roma sobre su plan para hacer ingresar a Italia, desde Suiza, 20 millones de euros provenientes de una empresa de armadores.
Los abogados defensores del monseñor, Silverio Sica y Francesco Caroleo Grimaldi, al final del acto instructorio pidieron a la juez Barbara Callari la concesión del arresto domiciliario para su cliente, en una parroquia. De esta manera el sacerdote podría seguir celebrando los sacramentos.
En Nápoles y por rogatoria, compereció ante el juez el “broker” Giovanni Carenzio, a su vez involucrado (junto con el ex miembro de los servicios secretos italianos Giovanni Maria Zito), en la investigación, pero prefirió no responder.
 onseñor Scarano, durante su interrogatorio en la cárcel de Regina Coeli, «reafirmó con fuerza su moralidad, su historia, su apego a los valores religiosos y dijo que lo que le falta más es no poder celebrar la Misa», indicaron sus abogados.
 El acto instructorio ante la juez Callari del tribunal de Roma fue muy «detallado». El religioso «ofreció todas las explicaciones posibles, colaborando en términos de extrema lealtad y honestidad, y reafirmando la buena fe y la disponibilidad para estar a disposición de las autoridades judiciales italianas en cualquier momento».
Los abogados del acusado añadieron que no podían revelar el contenido de lo que dijo en particular su cliente, «porque sería poco correcto». Después añadieron: «podemos decirles que respondió en términos claros y circunstanciales , y con disponibilidad para colaborar».
 Monseñor Scarano, según sus defensores, «se encuentra mal, está muy afectado, duerme mal. Es una persona que no esperaba un resultado de este tipo. Se defendió válidamente». 
La juez está por decidir  sobre la concesión del arresto domiciliario.

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