Canonización de Juan Pablo II, sólo falta la firma del papa
La fecha más probable para la ceremonia en la que Roncalli y Wojtyla podrían ser santificados es diciembre de 2013, inmediatamente después de que termine el Año de la Fe,
La reunión plenaria de los cardenales y obispos de la Congregación de la Causa de los Santos ha aprobado -por fin- el segundo milagro de Juan Pablo II, el que abre la puerta a su canonización, o sea la proclamación oficial que lo nombrará santo. Ahora solamente falta la firma del papa Francisco.
En abril de este año la comisión médica consideró por unanimidad la curación realizada por el beato como inexplicable para la ciencia. En junio la comisión de teólogos aceptó el segundo milagro, y este dos de julio la comisión de cardenales y obispos de la Congregación certificaron que la curación ha sido por intercesión del papa polaco.
El milagro fue cumplido por el Wojtyla el mismo día de la canonización, el 1° de mayo de 2011; no ha sido difundida aún la naturaleza del milagro, aunque transcendidos publicados por el diario italiano Il Giornale, hablan que se trata de una curación inexplicable de una mujer de Costa Rica afectada por una grave lesión cerebral.
Entretanto el milagro sería doble, puesto que la familia de la enferma había perdido la fe debido al dolor de la desgracia, y la habría recuperado al ver la curación inexplicable.
La aprobación s la última etapa antes de la firma del decreto del papa Francisco, que deberá convocar un concistorio en el que se anunciará oficialmente la fecha de la canonización.
Por lo que se refiere a la fecha de la canonización, los cardenales y obispos de la Congregación durante la reunión hodierna habrían mostrado preferencia por el mes de diciembre, tras la conclusión del Año de la Fe. Y hay que tener presente que está pendiente también la fecha de la canonización de Juan XXIII.
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El
Papa bueno será santo este año/ANDREA
TORNIELLI
CIUDAD
DEL VATICANO
Wojtyla
“santo subito”, pero junto a Juan XXIII, el “Papa bueno”. Esta mañana en el
Vaticano se reunieron los cardenales y obispos miembros de la “ordinaria” de la
Congregación para las causas de los santos, para examinar diferentes casos
antes de que comience el verano. Entre estos, destacan el milagro atribuido a
la intercesión del beato Juan Pablo II. El último paso decisivo antes de la
firma final de Francisco, que llevará a la canonización récord del Pontífice
polaco, que fue beatificado hace dos años.
Pero,
inesperadamente, los cardenales y obispos también tendrán que discutir sobre
otro caso, que se ha añadido en estos
últimos días: el de la canonización de Juan XXIII, el Papa que convocó al
Concilio Vaticano II, que murió en junio de hace 50 años y que fue beatificado
en el año 2000. Un cambio no previsto que demuestra la voluntad para celebrar
juntas las dos santificaciones, llevando a los altares y al culto universal
tanto al Pontífice de Bérgamo, como al Pontífice polaco.
La
fecha más probable para la ceremonia en la que Roncalli y Wojtyla podrían ser
santificados es diciembre de 2013, inmediatamente después de que termine el Año
de la Fe, dado que la hipótesis inicial de octubre parece cada vez menos
plausible por la falta de tiempo y por problemas de organización. El cardenal
Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las causas de los santos,
después de la decisión que tomaron los cardenales y obispos esta mañana, se
reunirá con Francisco y, pocos días después, la noticia de los dos Papa santos
podría hacerse oficial definitivamente.
Había
sido el mismo Wojtyla, en septiembre de 2000, durante el Jubileo, quien
proclamó beato a Juan XXIII, en la misma celebración de la beatificación de Pío
IX, el último Papa rey. En aquella ocasión, lo que llevó hacia el primer
“grado” de los altares a Roncali fue el milagro de la curación (de 1966) de sor
Caterina Capitani.
Como
se sabe, según las normas para la canonización es necesario que se reconozca un
segundo milagro, que se haya verificado después de la beatificación. Durante
los últimos 13 años ha habido diferentes indicaciones de gracias y de presuntos
milagros atribuidos a la intercesión de Roncalli, pero hasta hace algún tiempo
ninguno de estos había pasado los exámenes de las comisiones médica y de
teólogos de la “fábrica de santos” del Vaticano. Así pues, será posible que se
reduzcan los tiempos. El Papa, de hecho, puede, si así lo pretnede, derogar
incluso el reconocimiento del milagro y proceder, después de haber esuchado el
parecer de los cardenales de la congregación, con una canonización.
Eran
las 19.49 del 3 de junio de 1963 cuando la multitud que se encontraba en la
Plaza San Pedro vio que se encendían las luces de la habitación del apartamento
papal. Era la señal que indicaba la muerte de Juan XXIII. En menos de 5 años,
el anciano prelado de Bérgamo, elegido como Papa “de transición”, había llegado
al corazón de todo el mundo, debido a la sencillez de sus gestos y de sus
palabras. Las visitas a la cárcel Regina Coeli y a los pequeños enfermos del
hospital romano Bambin Gesù, las salidas a las parroquias, hicieron de él un
obispo muy popular. La histórica decisión de convocar a un Concilio ecuménico
cambió el rostro de la Iglesia, aunque Roncalli no llegó a ver su conclusión.
Justamente,
mientras el Concilio seguía su curso, muchos obispos propusieron proclamar a
Juan XXIII santo por aclamación. Su sucesor, Pablo VI, prefirió seguir las vías
canónicas, por lo que se puso en marcha un proceso canónico y se unió a
Roncalli con su predecesor Pío XII.
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