México en Ginebra: el
juego de la simulación/YETLANECI ALCARAZ
Durante
el Examen Periódico Universal –la semana pasada en el Consejo de Derechos
Humanos de la ONU– la comunidad internacional criticó unánimemente a México y
le hizo apremiantes recomendaciones. Los abusos de las fuerzas militares, la
inoperancia del sistema de procuración de justicia, las agresiones contra
migrantes, defensores de derechos humanos y periodistas, entre otras prácticas,
fueron censuradas una y otra vez por representantes de naciones de todo el
mundo. Un dato indica cómo ha retrocedido México en esta materia: le hicieron
176 recomendaciones, casi el doble que en el primer examen, en 2009, cuando
fueron 93.
GINEBRA.-
Kirstine Vangkilde Berner, representante de Dinamarca, fue la novena oradora
luego del mensaje inicial del secretario mexicano de Relaciones Exteriores,
José Antonio Meade. Sus palabras de reconocimiento a México se transformaron en
severas críticas:
“Dinamarca
agradece sinceramente a la delegación de México por su exhaustiva presentación.
Elogiamos a México por sus reformas constitucionales en materia de justicia
penal, aprobadas en 2008. Sin embargo, nos preocupa que la demora en la
aplicación de esas reformas incremente el riesgo de violaciones de los derechos
humanos. En el sistema tradicional de justicia penal de México persisten graves
problemas, como la impunidad y el acceso efectivo a la justicia en forma de
juicios libres y justos”, dijo.
“Por
lo tanto –continuó–, Dinamarca recomienda que la reforma del sistema de
justicia penal sea aplicada plenamente en todos los estados mexicanos tan
pronto sea posible”.
La
Sala XX de los Derechos Humanos del Palacio de las Naciones de la ONU, en
Ginebra, estaba repleta. Acudieron representantes de los 193 integrantes del
organismo, quienes seguían con atención la evaluación al Estado mexicano. Se
trató de la segunda ronda para México del Examen Periódico Universal (EPU),
mecanismo creado en 2008 para evaluar el compromiso de sus miembros en la
materia.
Meade
–al frente de la delegación mexicana, una de las más grandes, con 40
integrantes– no perdía de vista las hojas de su informe. A su derecha estaba el
subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Juan Manuel Gómez
Robledo; a su izquierda, la subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría
de Gobernación, Lía Limón.
La
representante danesa siguió: “México ha aceptado encomiablemente una serie de
recomendaciones del EPU para combatir la violencia de género. No obstante, ha
habido un progreso muy limitado cuando se trata de la impunidad de los
transgresores y tampoco ha habido una reducción en los elevados niveles de
violencia. Algunas leyes de delitos sexuales son supeditadas al estilo de vida
de la víctima, lo que no es conforme a las leyes internacionales.
“Por
lo tanto, Dinamarca recomienda que se adopten medidas concretas para prevenir y
sancionar la violencia contra las mujeres en los 31 estados mexicanos,
especialmente en aquellos con altos niveles de asesinatos y ataques contra
mujeres y niñas.”
Después
vendrían los representantes de Finlandia, Francia, Alemania, Hungría, Japón,
Lituania, Suecia, Nicaragua, Chile, los Países Bajos, Noruega, Polonia,
Eslovenia, Bélgica… todos, sin excepción, reconocían diplomáticamente a México
por las diversas reformas constitucionales aprobadas en los últimos años, pero
después vertían fuertes críticas.
Un
dato fue indicativo: le hicieron a México 176 recomendaciones en materia de
derechos humanos, casi el doble que en el primer examen, el de 2009, cuando
fueron 93… y el país tiene un plazo hasta marzo de 2014 para decidir si las
acepta o no.
“Impunidad”
En
su intervención Meade destacó la convicción y responsabilidad del gobierno
mexicano. Refirió que las complejas circunstancias de inseguridad y violencia
del país en 2009 obligaron al gobierno y a la sociedad a plantear una nueva
política de seguridad y procuración de justicia que atendiera de manera
integral las causas y no sólo los efectos.
Al
referirse al marco legal para el uso de la fuerza, subrayó: “Las instituciones
del gobierno federal que hacen uso de la fuerza pública cuentan con protocolos
para regular y delimitar su actuación, en un marco de pleno respeto a los
derechos humanos. Los niveles de violencia han disminuido y hemos identificado
una baja importante en las quejas recibidas por la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos contra miembros de las Fuerzas Armadas”.
Después
de unos 15 minutos de lectura concluyó: “Reconocemos, sin embargo, que aún
enfrentamos retos. Atendimos las recomendaciones formuladas durante el primer
ciclo del EPU. En México, la defensa y protección de los derechos humanos es
una tarea indeclinable. Ello forma parte de la consolidación de nuestra
democracia. Nuestro marco constitucional obliga a todas las autoridades a
proteger los derechos fundamentales promoviendo una transformación cultural y
jurídica”.
Pero
las observaciones críticas siguieron. Mención especial tuvieron los comentarios
y recomendaciones para vigilar y garantizar el cumplimiento del Mecanismo de
Protección a Defensores de Derechos Humanos y Periodistas. Más de una docena de
países se manifestaron con firmeza al respecto.
Por
ejemplo, Breda Lee, representante de Irlanda, dijo: “Acogemos con satisfacción
la Ley de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas. Sin
embargo, los reportes sobre continuos asesinatos, ataques y amenazas a la
seguridad de periodistas y mujeres defensoras de derechos humanos muestran que
aún existen significativos retos. Por ello Irlanda recomienda que México
desarrolle un protocolo de investigación con perspectiva de género susceptible
de ser utilizado por las procuradurías estatales”.
La
sueca Sara Stina Bergstedt fue más allá e incluyó entre las potenciales
víctimas a usuarios de la red y blogueros:
“La
impunidad en los crímenes contra periodistas sigue siendo un serio problema que
limita la libertad de expresión afectando incluso a usuarios de la red y a
blogueros en algunos estados de la República. Suecia recomienda fortalecer a la
Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE)
y asegurar la reparación de daños a las víctimas.”
En
su oportunidad Limón dio cifras: del 1 de enero de 2009 al 30 de septiembre de
2013 la FEADLE inició 458 averiguaciones previas. Se abrieron 374 expedientes y
se ordenaron 172 medidas cautelares de protección y auxilio a periodistas en
situación de riesgo.
Además
refirió que desde la puesta en marcha del Mecanismo de Protección para
Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, la coordinación ejecutiva de éste
ha recibido 98 solicitudes de incorporación.
Agregó
que el mecanismo cuenta con suficientes recursos para operar, pues su
fideicomiso tiene en la actualidad un fondo acumulado de 13 millones de dólares
y se prevé que el próximo año cuente con una cantidad similar.
El
fuero castrense
Hubo
una reiterada solicitud de que se elimine el fuero militar. Como hace cuatro
años, países miembros de la ONU alertaron acerca de los abusos de las Fuerzas
Armadas contra la población, calificaron de inaceptable la práctica del arraigo
e incluso el representante de Estonia, Mai Hion, insinuó que México debe
reconocer que vive una situación de guerra civil.
“Estonia
recomendaría al gobierno de México sumarse al Protocolo Adicional II de las
Convenciones de Ginebra de 1949”, dijo. Éste se refiere específicamente a la
protección de personas afectadas por conflictos armados no internacionales o
guerras civiles.
La
República Checa, en voz de Viktor Velek, también elevó el tono: “Respecto a la
lucha contra el crimen organizado, existen reportes que indican una
generalizada violación a los derechos humanos cometida por las fuerzas de
seguridad del Estado.
“Tanto
los grupos criminales como las fuerzas de seguridad del Estado continúan
amenazando y atacando a defensores de derechos humanos y a periodistas.
“Además
estamos preocupados por el hecho de que las violaciones a los derechos humanos
cometidos por personal militar se continúen procesando en cortes castrenses
pese a que la Suprema Corte lo declaró inconstitucional. Recomendamos que
México apruebe la reforma al Código de Justicia Militar para que los soldados
no puedan tener más jurisdicción en los casos de violaciones a los derechos
humanos”, concluyó.
Alejandro
Ramos, en representación de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena),
respondió: “A partir de los criterios establecidos por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en los hechos la Procuraduría General de Justicia
Militar y los tribunales militares han dejado de conocer todos los casos de
posibles violaciones de derechos humanos” atribuidas a personal castrense. “Del
1 de enero de 2009 a octubre del año en curso se ha declinado a favor del fuero
civil la investigación de 317 casos y, por su parte, los tribunales militares
han declinado 226 procesos penales en favor de la justicia ordinaria”.
No
obstante, organizaciones civiles mexicanas advirtieron en su Informe sobre la
situación de los derechos humanos en México –el cual también sirvió como base
para la segunda evaluación del EPU– que entre 2006 y 2012 la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos (CNDH) emitió 113 recomendaciones a la Sedena.
El
informe recalca que el desempeño de la CNDH es insuficiente ante la magnitud
del problema, pues de 7 mil 441 quejas presentadas ante dicha instancia contra
las Fuerzas Armadas mexicanas, sólo se han emitido recomendaciones en 1.5% de
los casos.
Stina,
representante de Suecia, planteó otra de sus preocupaciones: “En México se
sigue aplicando la tortura como método de investigación. Por eso, Suecia
recomienda seguir las recomendaciones del Comité contra la Tortura, así como la
promoción del uso del Protocolo de Estambul para determinar los casos de la
misma y educar a los expertos forenses.
“También
recomendamos que las investigaciones sobre presuntas torturas no sean
realizadas por las mismas autoridades acusadas de cometerlas.”
Falta
voluntad
Como
parte de la delegación oficial también participaron 10 legisladores, entre
ellos la perredista Amalia García y la petista Loretta Ortiz. En entrevista con
este semanario ambas hicieron una evaluación del EPU:
“El
reconocimiento de los distintos países a los avances legislativos en México es
muy importante. El problema es cuando vienen las preguntas sobre lo que se ha
hecho en la práctica. Y encontramos entonces que lo que hay son sólo compromisos,
pero falta concretar resultados”, dice Amalia García.
–¿Qué
falta para que se aterricen todos esos compromisos?
–Voluntad
expresa. No sólo a través de leyes y reformas constitucionales, sino con
acciones específicas, como la simple autorización de presupuestos. Pero sobre
todo falta voluntad política, y ésta es fundamental porque en muchos ámbitos se
requiere remontar prácticas culturales que tienen que ver con ineficacia,
corrupción, complicidad de los servidores públicos con la delincuencia. Falta
una determinación política muy fuerte.
Ortiz
es mucho más severa: “México juega un juego en el que dice respetar los
derechos humanos pero en realidad no lo hace, y esto es muy del país: dar una
imagen internacional de que celebramos tratados y los cumplimos, pero
internamente no es así. Vivimos en una simulación”.
Pone
como ejemplo la reforma al artículo 57 del Código de Justicia Militar. “Ya
presentamos la iniciativa para eliminarlo (el fuero castrense), pero como no
hay voluntad política, las propuestas están guardadas en el cajón de las
iniciativas”.
–¿No
está programada para salir en el corto plazo?
–No.
Y como no está incluida en el Pacto por México, no saldrá. Simplemente no hay
voluntad y por eso señalo que el del gobierno es un discurso esquizofrénico,
porque le puedo asegurar que en este sexenio no hay intenciones de aprobar esa
reforma.
El
país desaprovechó “la oportunidad que presenta el EPU para fomentar un espacio
real de consulta con organizaciones de la sociedad civil e identificar los
temas que más requieren atención y deben trabajarse en conjunto”, dice por su
parte Daniel Joloy, director del Área Internacional de la Comisión Mexicana de
Defensa y Promoción de los Derechos Humanos.
–El
gobierno dijo que el informe final presentado ante la ONU fue resultado de un
diálogo con la sociedad civil –se le comenta.
–El
gobierno organizó tres foros públicos que no pueden ser considerados consulta
puesto que fueron más bien paneles de gente del mismo gobierno y expertos,
quienes expusieron algunas temáticas, pero no hubo un proceso en el que la
sociedad civil se viera reflejada.
Joloy
plantea entonces el verdadero significado del examen: “Se debe entender al EPU
en la dimensión de lo que es: un examen entre pares, en el que son los propios
Estados quienes se evalúan entre sí y emiten las recomendaciones. Pero al mismo
tiempo permite una oportunidad de construir al regreso, junto con la sociedad
civil, el camino para dar cumplimiento a estas recomendaciones”.
Cuestionada
sobre la legitimidad de un examen de este tipo, la subsecretaria de Gobernación
Lía Limón señala a Proceso: “El valor del EPU es que es un ejercicio
participativo y de apertura democrática entre pares. En México nos hemos
encargado de darle la bienvenida a este tipo de mecanismos que nos permitan
hablar de derechos humanos y nos lleven a comprometernos”.
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