Michoacán
contagia a Jalisco: borbotón de cadáveres/ALBERTO OSORIO
Revista
Proceso
# 1934, 23 de noviembre de 2013;
La
desaparición de dos agentes de la PGR en Vista Hermosa, Michoacán, detonó un
gran operativo de búsqueda que derivó en un hallazgo estremecedor: una serie de
fosas clandestinas en La Barca, Jalisco, de donde hasta el momento han
desenterrado 37 cadáveres. La violencia criminal ha crecido a lo largo de los
últimos dos años en la región limítrofe entre ambas entidades, pero las autoridades
no atinan a ponerle un alto a esta epidemia de ejecuciones.
LA
BARCA, JAL.- La región limítrofe de Jalisco con Michoacán en las cercanías de
Chapala se contaminó con la violencia del crimen organizado. El hallazgo de 37
cuerpos –hasta el viernes 22– en fosas clandestinas a orillas del río Lerma en
este municipio ha conmocionado a la sociedad jalisciense y hace evidente un
fenómeno que a lo largo de los últimos dos años ha dejado un saldo de al menos
60 ejecutados.
El
recrudecimiento de la violencia en la zona –sobre todo entre esta cabecera y
los municipios michoacanos de Briseñas y Vista Hermosa, separados de Jalisco
por el Lerma– obligó al gobierno del priista Jorge Aristóteles Sandoval a
desplegar un “blindaje” en esta región de La Ciénega de Chapala y la sureste,
que se inicia en Tizapán el Alto y termina en Jilotlán de los Dolores,
colindante con Tepalcatepec, Michoacán.
El
hallazgo de las fosas clandestinas tuvo como detonante la desaparición, el
domingo 3, de los agentes ministeriales René Rojas Márquez y Gabriel Quijadas
Santiago; en su búsqueda –que aún continúa– participan efectivos de la
Procuraduría General de la República (PGR, responsable de la Policía Federal
Ministerial) apoyados por militares, policías estatales y peritos forenses de
Jalisco.
El
jueves 7 fueron detenidos más de 20 policías municipales de Vista Hermosa
presuntamente implicados en la desaparición de Rojas y Quijadas. Esto llevó al
descubrimiento de las primeras 17 fosas.
El
jueves 21 decenas de agentes de la PGR, estatales de Jalisco y peritos del
Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses dirigían las maniobras de la
maquinaria pesada que excavan en lugares donde se sospecha la ubicación de más
cadáveres, mientras los militares hacían labor de vigilancia.
Cerca
de El Rincón, al oriente de La Barca, un vecino recomienda al reportero y al
fotógrafo de Proceso no acercarse a la zona. “Es peligroso. Hay gente extraña,
hay mucho gobierno, mejor no vayan”, dice, pero también da pistas para hallar
del lugar donde están las narcofosas.
La
plática con este hombre tiene lugar en la calle de Los Leones, la cual se
convierte en una brecha que lleva a diferentes ranchos. Hacia el norte conduce
a granjas dedicadas a la crianza de ganado y avestruces. Hacia el sur, a una
ladrillera asegurada por la PGR. A un costado de ésta se ve la tierra removida,
donde han excavado en las últimas horas.
En
ese predio de El Rincón o El Bordo los agentes federales ubicaron un gran árbol
al pie del cual los delincuentes ejecutaban y desmembraban a sus rivales; ya lo
llaman “el árbol de las torturas”. En su tronco había escapularios, rosarios,
crucifijos y otras prendas que los asesinos les quitaban a las víctimas antes
de enterrarlas.
Entre
los 37 cuerpos hasta hora exhumados de las fosas clandestinas –dos mujeres
entre ellos– las autoridades ubicaron a un hombre que tenía una marca roja en
una mano, señal de pertenencia a los Caballeros Templarios, según informaron
agentes de la PGR que pidieron la reserva de sus nombres.
Un
militar accede a dialogar con este semanario y dice que el trabajo de
recuperación de cuerpos “apenas empieza y va a llevar un buen tiempo”; hay
sospechas fundadas de que las márgenes del Lerma, entre Briseñas y La Barca,
están llenas de narcofosas.
Los
habitantes de la zona aseguran no saber qué pasa, pero casi en secreto
reconocen que se trata de un pleito declarado entre integrantes del Cártel de
Jalisco Nueva Generación y los templarios de Michoacán. Además alertan sobre el
presunto surgimiento de grupos de autodefensa en territorio jalisciense.
El
jueves 21 los peritos forenses sacaron de uno de los toldos instalados en el
lugar dos bolsas negras, presumiblemente con otros cuerpos. La escena, en
territorio jalisciense, fue captada por fotógrafos y camarógrafos desde la otra
orilla del río, en Michoacán.
La
desaparición
Rojas
Márquez y Quijadas Santiago fueron secuestrados el domingo 3. El lunes 4 su
vehículo –una camioneta con placas del Distrito Federal– apareció calcinado en
la carretera Sahuayo-Vista Hermosa, cerca de la comunidad michoacana de
Cumuato. Los dos agentes acababan de ser asignados a la Base de Operaciones
Mixtas en Briseñas. La última vez que se comunicaron a su base fue el día de su
desaparición hacia las 19:00 horas.
Luis
Carlos Nájera, fiscal general de Jalisco, confirmó el martes 19 que se habían
recuperado 21 cuerpos. Algunos tenían un avanzado estado de descomposición,
agregó, por lo cual iba a ser difícil identificarlos; incluso habló de la
necesidad de aplicar pruebas de ADN y rechazó que entre los muertos se
encontraran los dos agentes de la PGR.
“Hasta
ahorita creo que son 21 los cadáveres y contrario a lo que han dicho muchos
medios, no hay evidencia de que se hayan encontrado los cuerpos de los policías
federales”.
La
mayoría de los cuerpos fueron trasladados a la Ciudad de México para hacer la
autopsia e intentar su plena identificación. Hasta el cierre de la edición se
desconocían los nombres de las víctimas.
En
el operativo montado por las autoridades para dar con el paradero de los dos
agentes secuestrados, la PRG detuvo a 22 policías de Vista Hermosa y a tres
civiles sospechosos de estar vinculados con una de las bandas del crimen
organizado que se disputan la zona. Poco después dos agentes municipales y los
civiles fueron liberados por falta de elementos para consignarlos.
Los
otros 20 policías quedaron bajo arraigo y sujetos a investigación. Trascendió
que los testimonios de éstos permiten suponer que Rojas y Quijadas fueron
detenidos por los agentes de la Dirección de Seguridad Pública de Vista Hermosa
el domingo 3.
La
acción de la PGR ha provocado el hermetismo de las autoridades de Vista
Hermosa, las cuales se niegan a hablar de lo sucedido. En la Presidencia
Municipal el nerviosismo de los pocos policías que quedan es evidente en cuanto
perciben la presencia de extraños. Para entrar al recinto cualquier persona
tiene que identificarse plenamente en dos filtros distintos; hacia las 15:00
horas se cierra y se atranca el portón de madera, como para evitar una entrada
por la fuerza.
En
los muros de la iglesia hay dos carteles con los rostros de personas
recientemente desaparecidas: Alberto González, joven de 23 años y Federico
López, de más de 60 y oriundo de Cuitzeo, Michoacán.
Desde
2012
En
2012 se desató la ola de asesinatos o incidentes violentos en la franja
fronteriza entre Jalisco y Michoacán.
Por
ejemplo el 21 de agosto de ese año la alcaldía de Vista Hermosa fue atacada por
unos 50 hombres armados que viajaban en 20 vehículos y mataron a cuatro
policías municipales, entre ellos José Luis Flores Martínez, director de la
corporación.
En
ese ataque quedaron averiadas cuatro patrullas. Una más fue calcinada. Además
los agresores robaron un camión de carga y lo atravesaron en la vía de ingreso
a la cabecera municipal al momento de la agresión.
El
15 de septiembre de 2012 en la comunidad de Los Arcos del municipio de Tizapán
el Alto, Jalisco –limítrofe con Cojumatlán, Michoacán– fueron abandonados los
cadáveres de 17 hombres que mostraban huellas de tortura, indicó el entonces
procurador jalisciense Tomás Coronado Olmos.
El
1 de junio de 2012, también en Vista Hermosa se localizaron los cuerpos de tres
socorristas y un comerciante del municipio de Ocotlán, Jalisco, tirados a un
costado de la carretera que va a La Angostura.
El
pasado 29 de marzo bajo un puente vehicular de la carretera México-Guadalajara,
también en Vista Hermosa, fueron descubiertos tres cadáveres. Las tres víctimas
habían sido torturadas y fueron identificadas como Guillermo Cortés Ramírez,
Johan Lara Villegas y Humberto Jiménez López, todos oriundos de Ocotlán,
Jalisco.
Y
apenas el pasado 15 de septiembre, en el mismo municipio fueron hallados los
cadáveres de dos personas también torturadas.
El
número de ejecutados en menos de un año en la franja limítrofe entre Jalisco y
Michoacán, es de unos 60 entre 2012 y 2013.
En
la región sureste de Jalisco, también limítrofe con Michoacán –los municipios
de Jilotlán de los Dolores y Tecalitlán– el fenómeno de la violencia se ha
repetido.
El
hecho más grave ocurrió el 10 de diciembre de 2010 cuando dos comandos rivales
se enfrentaron en la plaza de Tecalitlán. La fuerza pública no se atrevió a
intervenir. El saldo: una docena de muertos.
En
la comunidad de La Loma, en el municipio jalisciense de Jilotlán, hace pocos
días hizo su aparición un grupo de autodefensa que atacó a unos templarios
quienes habían incursionado a la población a bordo de patrullas de la policía
michoacana. Esta información no ha sido confirmada por ninguna autoridad en
Jalisco.
En
octubre de 2010 en este municipio, murieron nueve integrantes de la
desaparecida Secretaría de Seguridad; fueron emboscados por cerca de 80 hombres
armados que se refugiaron en territorio michoacano.
Despliegue
A
raíz del incremento de la violencia el fiscal Nájera dijo en conferencia de
prensa: “Tenemos personal desplegado a lo largo de toda la frontera, tenemos
una coordinación permanente con el Ejército mexicano en las zonas de La Loma,
en Jilotlán de los Dolores, en Santa María del Oro y por el lado de La Barca
tenemos desplegado personal y estamos trabajando en coordinación con las
autoridades federales para que la problemática que se está presentando en
Michoacán no repercuta en forma negativa en Jalisco”.
Y
el jueves 21 el gobernador Sandoval aseguró que la Fiscalía General, el
Ejército y la Marina resguardan la frontera con Michoacán.
Argumentó
que no se pudo confirmar la presencia de un supuesto grupo de autodefensa
detectado en La Loma.
“Todo
lo que hemos sabido ha sido por lo que ha manejado el estado de Michoacán.
Hemos estado platicando con las autoridades de Michoacán, yo acabo de platicar
con el procurador… hice una visita a la zona, no avistamos ningún grupo de
autodefensa; sabemos que los municipios michoacanos si tienen su autodefensa, hay
fotografías y evidencias de que sí están haciendo uso de autodefensas y hasta
ahorita no tenemos ninguna evidencia física de que existan en Jalisco”, dijo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario