24 nov 2013

El negocio de la Fe en La Plaza Mariana; reportaje de Rodrigo Vera

El Grupo Carso –de Carlos Slim– ya terminó la Plaza Mariana;  ¿de quien es el negocio?  ¿de Norberto Rivera? ¿de Slim? ¿de Chico Pardo?
  • AMLO donó a nombre del gobierno las 30 hectáreas; en 2012 el GDF le quitó a la Fundación Plaza Mariana el predio donado.
  • Hay 120 mil criptas, cada una se estaba vendiendo por anticipado en 25 mil pesos
  • Carlos Slim le encargó a su yerno, el arquitecto Fernando Romero, ese nuevo proyecto arquitectónico; Romero, esposo de Soumaya
Guerra comercial a costa de la Guadalupana/Rodrigo Vera
Revista Proceso # 1934, 23 de noviembre de 2013;
 La Plaza Mariana ya fue levantada y sólo se está a la espera de la adjudicación de los espacios –que incluyen un centro comercial y un columbario– desde los cuales habrá quienes se enriquezcan a costa de la fe en la Virgen de Guadalupe. Los perdedores son hasta el momento los comerciantes en pequeño, pues se les despojó violentamente de sus locales para abrirle espacio a la plaza. Con el apoyo absoluto del gobierno capitalino, el ganador será Carlos Slim, dueño del proyecto y del columbario. La Iglesia guarda prudente distancia, luego de haberle pedido dinero a los fieles para la construcción de ese mall guadalupano.
Queremos que Carlos Slim y las autoridades capitalinas nos den abiertamente la cara y nos precisen el grado de injerencia que va a tener el empresario en el jugoso negocio de la Plaza Mariana”, dice Francisco Rivas, abogado de la Agrupación de Comerciantes Emiliano Zapata, la cual aglutina a 250 vendedores ­desalojados de la Villa de Guadalupe.
Desde principios de noviembre estos comerciantes han realizado plantones en la Villa y frente a las oficinas del Gobierno del Distrito Federal (GDF) en demanda de esa información. No han tenido respuesta.
El Grupo Carso –de Carlos Slim– ya terminó de edificar el complejo religioso-comercial Plaza Mariana, a un costado del atrio de la Basílica de Guadalupe, en el área de 30 mil metros cuadrados donde tenían sus locales estos comerciantes expulsados de ahí por la fuerza pública para dar paso a la construcción.
“Desde hace años, mucho antes de iniciarse la construcción, ya veníamos denunciando que nos arrebataron nuestros terrenos para dárselos a Slim. La Plaza Mariana ya quedó concluida, por lo que de un momento a otro entrará Slim a hacer negocio con el culto guadalupano, pero de manera semiencubierta. Por eso pedimos claridad”, agrega Rivas.
–¿Qué negocios abrirá Slim en la Plaza Mariana?
–Una de las construcciones de la Plaza Mariana es un centro comercial. Ya está completamente terminado, incluso en sus acabados. Ese centro será manejado por Slim. Gente que participó en la construcción nos ha dicho confidencialmente que ahí se instalará un Sanborns completo con restaurante, área de libros y revistas y todo lo demás. También habrá oficinas de Telmex y otros negocios. El conjunto será, suponemos, una plaza comercial semejante a otras de Slim.
La Plaza Mariana también cuenta con un columbario de 120 mil criptas para que los fieles depositen ahí las cenizas de sus difuntos. Se dice que puede ampliarse a 600 mil criptas. Cada una se estaba vendiendo por anticipado en 25 mil pesos. Ahorita se suspendió la venta, mientras formalmente se le entrega ese negocio a Carlos Slim. Sí. Él se hará cargo del columbario. De ahí sacará ganancias multimillonarias.”
 –¿Cómo saben que Carlos Slim manejará el columbario?
 –Desde noviembre del año pasado lo anunció la entonces consejera jurídica del Gobierno del Distrito Federal, Leticia Bonifaz. Y en estos momentos está por definirse legalmente la adjudicación que le harán tanto del centro comercial como del columbario. Suponemos que será a través de un permiso administrativo temporal revocable.
Arquitecto de cabecera
Es tanto el control de Carlos Slim sobre la Plaza Mariana, abunda el abogado, que llegó al extremo de cambiar el proyecto arquitectónico original para imponer uno nuevo y después construirlo a través del Grupo Carso.
Agrega: “Por si fuera poco Carlos Slim le encargó a su yerno, el arquitecto Fernando Romero, ese nuevo proyecto arquitectónico. Y así se hizo. La Plaza Mariana se construyó al gusto de Slim y de su yerno”.
Romero, esposo de Soumaya Slim, es un joven arquitecto que también le construyó a su suegro el museo Soumaya, la colosal mole metálica de estilo vanguardista en la Plaza Carso, donde el empresario tiene expuesta su vasta colección de arte.
 A la Plaza Mariana, de 68 mil metros cuadrados de construcción, Slim y su yerno la dividieron en cuatro cuerpos principales delimitados por una cruz de cristal: el Centro de Evangelización, el columbario, un mercado público y el museo Guadalupano. Tiene además locales comerciales, área para peregrinos, estacionamientos, enfermería y una amplia plaza pública de más de 10 mil metros cuadrados.
 Nunca se explicó cómo se desechó el proyecto arquitectónico original de la Plaza Mariana, elaborado por Javier Sordo Madaleno. Con base en ese proyecto se hicieron todos los trámites legales, se sacaron permisos, se empezaron a vender las criptas y se calcularon los costos de la obra, como lo dio a conocer este semanario en diciembre de 2006 (Proceso 1571).
 Rivas comenta: “Todos los permisos de construcción se sacaron con base en el proyecto de Sordo Madaleno. Esa iba a ser la obra a construir, con características muy precisas. Pero de pronto llega Slim presentándose falsamente como el gran benefactor, anuncia que construirá gratuitamente la Plaza Mariana, no respeta el proyecto y mete a su yerno arbitrariamente.
 “Hay una ilegalidad en el fondo de todo esto pues el proyecto reconocido oficialmente es el de Sordo Madaleno, no el del yerno de Slim. Pese a esto el Gobierno del Distrito Federal y la delegación Gustavo A. Madero no hicieron absolutamente nada. Permitieron esta grave anomalía al consentir los caprichos del empresario.”
 Así, dice, el segundo hombre más rico del mundo –según la revista Forbes– construyó a su gusto la Plaza Mariana para competir arquitectónicamente con los dos templos del centro mariano más visitados del mundo: la antigua basílica, erigida durante la Colonia, y la nueva, obra de Pedro Ramírez Vázquez.
 Cesión de AMLO
 La Plaza Mariana ha levantado polémica desde el 8 de abril de 2003, cuando el entonces jefe de gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador expidió un decreto mediante el cual le donaba el terreno de 30 mil metros cuadrados a la Fundación Plaza Mariana, presidida entonces y ahora por el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, y cuyo tesorero era y sigue siendo Fernando Chico Pardo, uno de los principales operadores de Carlos Slim.
 Sin embargo, en el predio donado por López Obrador había varios comercios establecidos cuyos locatarios eran dueños de los terrenos. Algunos aceptaron salirse con la promesa de que se les daría cabida en la Plaza Mariana. Es el caso de los comerciantes del mercado Villa Zona, que fue demolido.
 Pero otros no aceptaron abandonar sus locales, como los integrantes de la Agrupación de Comerciantes Emiliano Zapata.
 El 4 de enero de 2006 más de mil policías los desalojaron con violencia. Ese día a la fuerza pública la acompañaban grúas y retroexcavadoras que demolieron los locales. Fue un desalojo brutal. De un día para otro los comerciantes se vieron en la calle, por lo cual interpusieron amparos y emprendieron un litigio que aún continúa.
 Y a fin de allegarse recursos para la obra, la Fundación Plaza Mariana comenzó a prevender los nichos del columbario, abrió cuentas bancarias para recibir donativos de los guadalupanos de todo el mundo, e incluso en Estados Unidos puso a la venta la “tarjeta telefónica guadalupana”, con el apoyo de la empresa de telecomunicaciones Starcom (Proceso 1571).
 Pero el 31 de agosto de 2010 Slim anunció que la construcción de la Plaza Mariana correría por su cuenta. “La vamos a donar”, dijo, proclamándose gran benefactor. Y el Grupo Carso empezó la construcción basado en el proyecto del yerno de Slim. Sobre el dinero donado por los fieles para levantar la obra nunca se supo cuánto fue ni en manos de quién quedó (Proceso 1769).
 Más de dos años después, en decreto publicado el 9 de noviembre de 2012, el GDF le quitó a la Fundación Plaza Mariana el predio donado. Con esto revocó la cesión hecha por López Obrador y se adueñó de las instalaciones de la Plaza Mariana, que para entonces ya habían sido levantadas por Slim en ese predio.
 Ese mismo día Leticia Bonifaz explicó que el objetivo de la medida era dar “certidumbre jurídica” a los futuros propietarios de cada una de las construcciones de la Plaza Mariana y adelantó que el columbario pasaría a manos de Slim, dejándole así uno de los negocios más redituables de la plaza.
 Algunas instalaciones, añadió Bonifaz, serían adjudicadas a la Fundación Plaza Mariana y otras al GDF. Fue todo lo que dijo. Se supone que a la primera le darán el Centro de Evangelización y el museo Guadalupano, mientras al gobierno le entregarán formalmente el mercado público; éste, a su vez, se lo dará a los comerciantes del demolido mercado Villa Zona, quienes sí aceptaron ser desalojados.
 Por lo que respecta a la Iglesia, Hugo Valdemar, vocero de la arquidiócesis de México, en declaraciones al semanario católico Desde la Fe publicadas el 18 de noviembre del año pasado indicó que sólo se trata de una “revocación temporal” para “corregir errores” y precisar quiénes serán los propietarios de cada inmueble.
Sin dueño fijo
Lo cierto es que hasta el momento el GDF es el dueño de la Plaza Mariana pues aún no se hace el deslinde de los futuros propietarios.
“Muy probablemente cada parte interesada podrá manejar sus inmuebles valiéndose de un permiso administrativo temporal revocable que les será otorgado a título gratuito por determinada cantidad de años”, comenta Rivas y asegura que actualmente la venta de nichos quedó suspendida mientras se le entrega el columbario a Slim. Pero esta medida, añade, deja en la incertidumbre jurídica a quienes ya habían comprado.
“Hasta hace un año la Fundación Plaza Mariana era la encargada de vender las criptas, por ser la dueña. Ahora mucha gente ha querido meter las cenizas de sus difuntos, pero no puede porque el columbario aún no opera. Y además el actual propietario es el Gobierno del Distrito Federal. Luego será Slim. De manera que estos compradores no tienen a quién reclamarle, quedaron en la incertidumbre jurídica total”, dice el abogado.
Indica que ya empezó a funcionar el Centro de Evangelización, aunque lo hace esporádicamente con algún concierto o acto religioso.
“Estos eventos los organiza la Iglesia católica, que ya está administrando el Centro de Evangelización. No debe hacerlo pues el inmueble todavía pertenece al gobierno capitalino. Ahí se está cometiendo una ilegalidad.”
–¿Quién se encarga de la vigilancia de la Plaza Mariana?
–Guardias privados, no sabemos si contratados por Slim o por la Iglesia. Pero deberían ser policías del Distrito Federal porque, repito, el actual dueño es el gobierno de la capital. Hay una simulación en el fondo de todas estas maniobras para favorecer a Slim.
Indica que hasta el mercado público de la Plaza Mariana, el área destinada a los locatarios desalojados voluntariamente, ya empezó a funcionar de manera irregular pues la delegación Gustavo A. Madero lo entregó a algunos comerciantes antes de que el GDF –por conducto de sus oficinas de Patrimonio Inmobiliario– hiciera la adjudicación legal.
Lo que tampoco queda claro, dice el abogado, es lo relativo al centro comercial de la Plaza Mariana, pues no se sabe cuántos locales tendrá ni cuáles manejará directamente Slim.
“Todo indica que será una especie de Plaza Cuicuilco, Plaza Carso o Plaza Loreto, los centros comerciales donde tiene injerencia el empresario. Pero de aquí sacará muchísimo más dinero porque tendrá una clientela cautiva de alrededor de 20 millones de peregrinos y turistas que cada año vienen a ver a la Virgen de Guadalupe”, detalla.
A fin de que se les diera información, el lunes 4 y el viernes 22 los miembros de la Agrupación de Comerciantes Emiliano Zapata se manifestaron en el Zócalo frente a las oficinas del GDF. Llevaban pancartas y altavoces y pedían audiencia con el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
“Los comerciantes exigimos justicia”, “Carlos Slim y Norberto Rivera negocian con la fe de los mexicanos”, “Alto al fraude con los nichos”, “Señor Carlos Slim, usted que tiene tanto dinero se quedó con nuestro patrimonio”, decían algunas pancartas.
Otra manifestación tuvo lugar el viernes 15 en el atrio de la Basílica de Guadalupe, interfiriendo en los preparativos de un congreso internacional guadalupano que arrancó un día después y en el cual participaron obispos y cardenales de todo el mundo, así como funcionarios del Vaticano.
Adelanta Rivas: “Continuaremos con nuestras protestas públicas hasta que nos precisen, entre otras cosas, en qué consistirán los negocios de Carlos Slim en la Plaza Mariana. El Gobierno del Distrito Federal actúa como si fuera el apoderado legal del empresario, lo está apoyando para que, en perjuicio nuestro, tenga el monopolio comercial de la Villa”.
–¿Han podido reunirse con Mancera?
–No. El jefe de Gobierno se niega a darnos la cara. De continuar así lo seguiremos a todos sus actos públicos hasta que hable con nosotros y nos explique.

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