¿1914
= 2014?/Walter Laqueur, consejero del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington.
Traducción: José María Puig de la Bellacasa.
Publicado en La
Vanguardia |5 de enero de 2014
El
verano que viene se cumplirán cien años de la Primera Guerra Mundial, hecho
recordado no sólo por los historiadores. Se publican a raudales nuevos libros
sobre el acontecimiento: ¿cómo pudo ocurrir? No se revelarán grandes secretos,
pues los hechos se conocen. El vizconde de Grey (18621933), ministro de Asuntos
Exteriores británico (apellido asociado a una excelente variedad de té, el Earl
Grey Tea), al mirar por la ventana de su despacho en el West End londinense,
pronunció las famosas palabras: “Las luces se apagan en toda Europa y no
volverán a encenderse mientras nosotros sigamos vivos”. Estrictamente hablando,
se equivocaba, pues vivió durante otros veinte años, periodo en cuyo transcurso
las luces volvieron a encenderse. Pero una cosa es cierta: toda clase de hechos
y episodios desagradables tuvieron lugar como consecuencia de la fecha de 1914.
Y, hasta cierto punto, sufrimos todavía sus consecuencias hasta el día de hoy.
Cabe
aún preguntarse por el ruido de tambores de guerra en el Lejano y Mediano
Oriente. Podemos preguntarnos por el verano fatídico de 1914, pues también
circulan hoy especulaciones sobre la probabilidad de una guerra, cien años
después de aquella… Pero es altamente improbable, aunque sólo sea por que los
grandes ejércitos y flotas de antaño han dejado de existir. Nunca como ahora en
la historia han sido tan exiguos los presupuestos militares (1,5% del PIB) y
siguen con recortes. ¿Quién libraría hoy otra gran guerra?
Volvamos
al ruido de tambores de guerra procedentes del Lejano y del Medio Oriente.
China, por lo que se ve, quiere demostrar que no sólo se ha convertido en una
superpotencia económica, sino que es un elemento político y militar que hay que
tener en cuenta. Algunos sostienen que China parece repetir los errores del
emperador alemán Guillermo II y su gobierno que, sin buen motivo para ello, se
involucró en una agresiva política exterior en el periodo anterior a 1914. No
obstante, el valor de tales comparaciones es limitado. Se ha producido un gran
renacimiento del nacionalismo chino, pero no hay razón para creer que China
quiera expandirse hasta el punto de fundar un nuevo imperio colonial. Si
necesita materias primas para su desarrollo económico, puede adquirirlas en
África y en otros lugares.
¿Qué
puede decirse de Oriente Medio? Resulta improbable que Irán se le paren los
pies en su avance hacia la posesión de armamento nuclear. Aunque la posesión de
armas nucleares, como mostró la Guerra Fría, no condujo automáticamente a la
guerra, ¿puede asegurarse que una disuasión de esta naturaleza vaya a funcionar
en una región plena de radicalismo, imbuida del sentimiento de una misión
religiosa y de una guerra santa? La guerra y su propagación en Oriente Medio
es, de hecho, posible, pero no una guerra mundial. Estados Unidos se retirará
de Iraq y de Afganistán y, por otra parte, una intervención en Oriente Medio es
lo último que quisieran Moscú y Pekín. Casi con seguridad surgirán conflictos
locales, se reunirán los ministros de Asuntos Exteriores y tal vez incluso los
presidentes. Habrá fuertes tensiones, pero parece altamente improbable la
posibilidad de una guerra a gran escala en la que se mezclen las principales
potencias en una situación fuera de control. En estas circunstancias, la
economía mundial figurará probablemente en los primeros lugares de la agenda política
mundial.
La
recuperación, probablemente, continuará, aunque a ritmo lento. Habrá
elecciones, factor de menor importancia para la Unión Europea. La participación
no será elevada dado el moderado grado de interés por Europa, que además
muestra tendencia a disminuir. Las elecciones de mayor interés podrían ser las
de India en el mes de mayo. El partido del Congreso ha ocupado el poder durante
mucho tiempo, pero no ha sido muy eficaz. Los nacionalistas hindúes tienen
mejor oportunidad de ganar, lo que podría favorecer las perspectivas de la
economía india. Pero los nacionalistas hindúes no han mostrado excesivo interés
en formar parte de la importante minoría musulmana. Los indios musulmanes se
han comportado de manera mucho menos agresiva (y, menos aún, terrorista) que en
Oriente Medio. Sin embargo, hay que constatar la existencia de conflictos
aparte de las acciones de la guerrilla maoísta y, a menos que Nueva Delhi
impulse una política cautelosa, las tensiones internas indias podrían derivar
en un desastre importante.
El
2013 ha sido el año de las espectaculares revelaciones tras la defección de
Snowden, que permitieron que se supiera que los servicios secretos
estadounidenses se hallaran involucrados no sólo en el espionaje contra los
enemigos sino con respecto a sus aliados. Aunque probablemente es cierto que
todos los países se han visto mezclados en un momento u otro en actividades tan
imprudentes e insensatas, Estados Unidos lo ha hecho sin duda alguna de forma
más masiva que otros, lo que significaba que había de contratar más empleados
con riesgo mayor de que llegaran a conocerse tales actividades. A juicio de
algunos, Snowden se convirtió en el héroe del año si no de la década; en el
sentir de otros, es un traidor despreciable. Lo más probable es que se trate de
un hombre sincero pero muy ingenuo porque podría haber caído en la cuenta de
que tales secretos beneficiarían, ante todo, a regímenes políticos menos libres
que Estados Unidos. El caso mostró que la era de la privacidad había llegado a
su fin. Y lo propio pudo aplicarse en el caso de cualquier ciudadano con un
ordenador y ciertos conocimientos técnicos; incluso, para decirlo
prudentemente, en el caso de personas de inferior nivel o exigencia moral que
Snowden.
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