"Existen indicios que revelan que el ex secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna García, se reunió con el líder de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, alias ‘La Tuta’, afirmó el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
Mmm.
La nota en los impresos de hoy.
EL
UNIVERSAL:
Demandan
indagar al gobierno de Michoacán
El PAN y el PRD
exigieron al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto que aclare y explique
la situación legal del exsecretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna, detenido el
viernes por presuntos vínculos con el crimen organizado, y se investigue a todo
el gobierno de Fausto Vallejo. El PRI pidió a su vez no sacar conjeturas
prematuras y esperar a conocer el resultado de las investigaciones que lleva a
cabo la PGR en contra de Reyna García, pero de entrada dijo que el
exfuncionario del gobierno de Fausto Vallejo Figueroa enfrenta una
"situación delicada", Reyna García fue detenido el viernes en
Michoacán, derivado de una investigación que se inició tras dos presuntas
reuniones a las que el funcionario asistió en 2011, y en las que presuntamente
estuvieron Servando Gómez Martínez, La Tuta, y Nazario Moreno, El Chayo,
presunto líder de Los Caballeros Templarios.
Columnas:
Frentes
Politicos de Excélsior
I. Punto para Gobernación. El
equipo de Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Segob, llegó a la
detención de Jesús Reyna García, exgobernador interino de
Michoacán, no sólo por las acusaciones en su contra, sino también por el
trabajo de inteligencia. Por lo pronto, está arraigado 40 días por sus posibles
vínculos con la delincuencia organizada. La investigación está dirigida sobre
él; las autoridades nada tienen en contra de Fausto Vallejo, el
gobernador. Las evidencias que tienen en la pared a Reyna estaban en
dispositivos móviles y computadoras portátiles de Enrique El Kike
Plancarte. Irrebatible.
*
Trascendio/Milenio
:Que el operativo de
un grupo especial de la Agencia de Investigación Criminal para trasladar el
viernes pasado al ex secretario de gobierno de Michoacán Jesús Reyna García al
edificio principal de la PGR, obligó a que el subprocurador Rodrigo
Archundia regresara inmediatamente de Tlaxcala para conducirlo
personalmente a las instalaciones de la Seido.
Hoy Reyna se encuentra arraigado en el Centro de Investigaciones
Federales de la colonia Doctores, DF, debido a que un lugarteniente de Los
caballeros templarios tenía consigo la clave del Nextel del ex gobernador
interino.
*
Templo Mayor/ Reforma
AL
GOBERNADOR de Michoacán, Fausto Vallejo, ya le apodan "El Fantasma
que camina".
AHORA que su ex secretario de Gobierno y ex gobernador
interino, Jesús Reyna, fue detenido y arraigado por la PGR el
mandatario sólo atinó a pedir que no se especule sobre el asunto.
ES DECIR,
que ni se deslindó de él, ni lo defendió o siquiera se pronunció sobre las
acusaciones de que su mano derecha tiene ligas con el crimen organizado.
NO ES
POR intrigar, pero en Morelia se da como un hecho que el papel de Vallejo en la
entidad es meramente decorativo.
*
CISEN/Pepe
Grillo/La Crónica
El
Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional tiene el propósito de generar
inteligencia estratégica, táctica y operativa.
Busca
preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano, así
como dar sustento a la gobernabilidad y fortalecer al estado de derecho.
Pretende
ser referente indispensable del Estado mexicano, reconocido por su capacidad de
anticipación, para la toma de decisiones en materia de seguridad nacional.
El
centro está comprometido en fortalecer las instituciones democráticas.
Estupendo
que el Cisen haga todo eso. ¿Y las tarjetas sobre Jesús Reyna y sus amigos
Templarios?
Deben
andar por ahí, en alguna caja de cartón… traspapeladas.
Luisa
María
Nada
cuesta María Calderón lo dijo una y otra vez. Nadie le creyó.
Se
pensó que lo decía al calor de las campañas políticas, con ganas de fastidiar,
no de esclarecer. Se pensó que quería votos, no hacer justicia.
Si
hubiera tenido los pelos de la burra en la mano, su hermano, que era Presidente
de la República, tendría que haber actuado en consecuencia.
Vallejo
y Reyna, parece que los panistas ya lo olvidaron, ganaron la elección y asumieron el poder en Michoacán con los
Calderón en Los Pinos.
Luisa
María tenía razón. El primero que debió creerle fue su hermano Felipe.
Las
armas
Las
autodefensas ya le agarraron cariño a las armas. Quieren tenerlas a su lado
todo el tiempo.
Ayer
salieron a las calles en Tierra Caliente para
protestar en contra del desarme. Las fuerzas federales quieren que los
ciudadanos retomen sus actividades normales.
Dos
preguntas recorren Apatzingán: ¿De qué viven? ¿No tienen empleo o cobran por
ser
autodefensas?
El
gobierno federal, ya se vio, no se anda con miramientos. La suerte les puede
cambiar a las milicias michoacanas.
Lo
mejor es que Mireles y Papá Pitufo apacigüen a sus huestes, que no las
alebresten más.
*
EL ASALTO A LA
RAZÓN/Carlos Marín
¿Gobierno
“templario” en Michoacán?
Si
el arraigo ministerial a que está sujeto el ex secretario de Gobierno y ex
gobernador interino de Michoacán José Jesús Reyna García, como afirma uno de
los más visibles dirigentes de las autodefensas, José Manuel Mireles, es
resultado de un “arreglo” entre los grupos de civiles armados y la Federación,
se estaría frente a una escalofriante “estrategia”, mucho más parecida a un
programa de complacencias que a la procuración de justicia en un Estado de
derecho.
Por
fortuna para la PGR, el hombre a quien el gobernador Fausto Vallejo le tenía
más confianza forma parte de una averiguación previa que tiene como sustento no
solamente los dichos de sus detractores libertarios ni los señalamientos que le
hace también la senadora panista Luisa María Calderón, sino los indicios
recabados en los días previos a la detección y abatimiento del templario
Enrique Plancarte.
Quien
le conseguía identificaciones falsas, teléfonos y vehículos, identificado como
Luis Fernando Vázquez Díaz o Manuel Gutiérrez Mecinas, El Many, guardaba no
solo el NIP de Plancarte, sino datos clave (al parecer en una computadora
portátil) que solidificaron las presunciones contra Reyna de tener nexos con
los Templarios.
Por
delincuencia organizada, delitos contra la salud y posesión ilegal de armas, El
Many fue consignado en el Cereso 3 de Matamoros, Tamaulipas, y fue a partir de
sus declaraciones que el MP federal consideró que había elementos para,
primero, citar a declarar a Reyna, y de inmediato solicitar a un juez federal
arraigo por 40 días.
José
Jesús Reyna ya había sido mencionado en algunas indagatorias de la Seido contra
la banda en que devino La Familia michoacana.
Junto
con “el gobernador interino, que es uno de los templarios, muchos de los
presidentes municipales y de la Policía en el estado y los ministerios públicos
son parte del crimen organizado”, afirmó en julio del año pasado el autodefensa
Mireles.
En
el gobierno federal crece la convicción de que, efectivamente, el ex secretario
de Gobierno sostuvo reuniones con Servando Gómez Martínez, La Tuta (prófugo
aún), y Nazario El Chayo Moreno (abatido por la Armada).
No
obstante lo anterior, la presunción de inocencia es derecho de todo probable
delincuente, y en el caso de José Jesús Reyna adquiere una relevancia de primer
orden: casi seis meses fungió como gobernador de Michoacán y sostuvo con la
Federación y los secretarios de Estado una relación institucional y personal
tan explicable como insoslayable.
Asalta
la inquietud: ¿cuánto acuerdo sobre seguridad, inseguridad o combate a la
delincuencia que como secretario de gobierno y gobernador interino suscribió en
ese tiempo, lo hacía del conocimiento de la banda criminal?
El
gobernador Vallejo, al separar a Reyna de su cargo, no resistió reconocer que
su segundo en el mando se venía “desempeñando como un colaborador eficiente…”.
¿Puede
un servidor público desempeñarse con eficiencia y al mismo tiempo formar parte
de una pandilla de secuestradores, traficantes, extorsionadores, y
degolladores…?
*
LA
HISTORIA EN BREVE/Ciro Gómez Leyva
Milenio
Si ven la
desgracia de Reyna, pongan sus barbas a remojar
Si
en un punto puede afirmarse que fracasó la estrategia del ex presidente
Calderón contra el crimen fue en la incapacidad para obtener el respaldo de los
gobiernos locales. A una mayoría de gobernadores y autoridades municipales
(priistas, perredistas y panistas) no le interesó encontrar incentivos para
pelear contra narcotraficantes, asesinos, secuestradores, extorsionadores.
Y
no lo hicieron. Calderón no consiguió el apoyo ni pudo imponerlo. De ahí la
relevancia de la caída en desgracia del coordinador de la campaña de Fausto
Vallejo al gobierno de Michoacán, dos veces secretario de Gobierno en esa
administración y gobernador interino por seis meses, Jesús Reyna, hoy bajo
arraigo y ya degradado políticamente por sus presuntos nexos con Los caballeros
templarios.
Se
prueben o no los vínculos (recuerdo las cuatro entregas publicadas aquí entre
el 5 y el 8 de agosto pasado, sobre la forma en que Reyna y los suyos quisieron
negar el secuestro del viejo ganadero Joaquín Ponce de León), el presidente
Peña Nieto parece haber mandado la señal de que quien desobedezca las órdenes
para enfrentar a los criminales no debería dormir tranquilo.
Los
Pinos y Bucareli no tienen incentivos, ni mucha paciencia, para consentir
pretextos o errores flagrantes de gobernadores y alcaldes ineficaces o
descaradamente omisos. Si de aquel lado es plata o plomo, de este será gracia o
desgracia.
La
ruina de Reyna sería también una señal para los gobernantes de Tamaulipas y
Guerrero. Y los de Morelos, Veracruz, el Estado de México.
Resuelven,
o podría caerles la ley a secas.
*
ESTRICTAMENTE
PERSONAL/Raymundo Riva Palacio
El
Financiero
Los pecados de
Reyna
Lo
más sorprendente de la detención el viernes pasado de Jesús Reyna, secretario
de gobierno de Michoacán y ex gobernador interino, es que no hubiera sido
antes. Por largo tiempo dijo que la situación en Michoacán estaba en paz, con
lo que evitó una temprana intervención federal en el estado que provocó el
surgimiento de las autodefensas. Durante meses operó desde las sombras en
contra del comisionado federal Alfredo Castillo y sometió al Congreso local
para impedir el restablecimiento del
orden político. Acusado por la ex candidata a gobernadora, Luisa María
Calderón, de estar vinculado a Los Caballeros Templarios, nadie lo tocó hasta
hace unos días, cuando el lugarteniente de un jefe del cártel lo señaló.
Es
inusual que cuando un delincuente señala a un político, este sea detenido por
la autoridad federal, interrogado y, para profundizar la investigación, que lo
arraiguen durante 40 días, como procedió la PGR en contra de Reyna este fin de
semana. Lo normal es que cuando un delincuente nombra a un alto funcionario,
las autoridades federales lo investigan con sigilo, sin lanzarlo a la hoguera
por haber sido indiciado.
La PGR
sentenció políticamente a Reyna, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, sin cuidado del Pacto Federal lo convirtió en “ex secretario” de
gobierno. Si las formas se violaron y los tiempos se alteraron, la pregunta es
porqué.
En
todo caso, Reyna es la llave a una puerta que puede develar detalles de la
protección institucional a Los Caballeros Templarios. Dentro del gobierno
federal se sabía de sus oscuras vinculaciones con el bajo mundo criminal pero,
como otros políticos en el pasado, sus nexos fueron funcionales para el nuevo
gobierno. “Reyna se maneja en las cañerías, pero es necesario para ir
resolviendo los problemas de seguridad”, dijo un alto funcionario federal el
año pasado, cuando no se esperaba que Fausto Vallejo, tras una crisis de salud,
regresara al gobierno michoacano.
Osorio
Chong trabajó con él para buscar restaurar el orden en Michoacán, pero lo que
hizo Reyna fue mantener el status quo que favorecía a Los Caballeros
Templarios. La PGR deberá determinar si las consecuencias de su política fueron
deliberadas o circunstanciales, pero el hecho concreto es que así sucedió. El
ejemplo más claro fue el del ex alcalde de Tepalcaltepec, Guillermo Valencia,
quien solicitó licencia definitiva en febrero después de nueve meses, afirmó,
de ser hostigado por los hermanos Juan José y Uriel Farías, señalados en
expedientes judiciales como jefes de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Valencia
es una hechura de Reyna, y durante 10 meses despachó como alcalde desde
Morelia. El cabildo de Tepalcaltepec pidió al Congreso local que nombrara un
nuevo alcalde, pero por presiones de Reyna, respondió que no tenía facultades
para hacerlo, congeló la petición, y exacerbó el conflicto en esa zona. Cuando
Reyna perdió poder, el Congreso agilizó el trámite y Valencia se convirtió en
su instrumento para atacar al comisionado Castillo.
Los
dos fueron señalados públicamente de tener vínculos con el fallecido líder de
La Familia Michoacana/Los Caballeros Templarios, Nazario Moreno, “El Chayo”, y
Servando Gómez, “La Tuta”, que es una de las razones por las que Reyna está
arraigado. Es el primer hilo de una madeja que llega al corazón del gobierno de
Leonel Godoy, que por su intermediación se convirtió en aliado político de
Vallejo. La extraña alianza del priista Vallejo con su predecesor perredista
–que dejó una deuda galopante y un estado gobernado parcialmente por el
narcotráfico-, provocó la profunda crisis política en Michoacán y profundizó la
de seguridad.
Si
el fenómeno del narcotráfico creció durante el gobierno de Lázaro Cárdenas
Batel en el primer lustro de este siglo, se entreveró sólidamente con el poder
durante el de Godoy, amigo de Reyna desde la juventud. La alianza permitió
mantener, por omisión o comisión, el apoyo al cártel templario, roto por la
ofensiva paramilitar de las autodefensas y su alianza con el gobierno federal.
Cuando Vallejo regresó a la gubernatura en octubre, Reyna se rebeló y quiso
sabotearlo. No pudo y comenzó su propia batalla de desgaste y descrédito contra
Castillo y la intervención federal. El forcejeo terminó este fin de semana,
donde el velo de protección de Los Caballeros Templarios –una vez más, por
omisión o comisión- va a la par del descabezamiento del cártel. Líderes,
finanzas, milicias, negocios han sido afectados en los últimos meses. Faltaba
golpear al corazón de la protección institucional, que todo indica ha empezado.
**
La última
llamada de Plancarte, a Reyna/ Jorge Fernández Menéndez
Columna
Razones de Excelsior 07/04/2014 01:57
Lo que detonó
la presentación y arraigo del secretario de Gobierno y exgobernador interino de
Michoacán, Jesús Reyna, fue, nos dicen, una llamada telefónica: la última que
realizó Enrique Kike Plancarte, el líder de Los Templarios, antes de ser
abatido. Plancarte estaba rodeado y se había refugiado en el monte, fuera del
pueblo de Colón, en Querétaro, a donde había llegado un mes atrás. Cuando las
fuerzas federales rodearon la zona, huyó, pero después de toda una noche en el
monte, no tuvo más opción que regresar al pueblo. Hizo varias llamadas, pero su
teléfono se quedó sin batería, le quiso comprar un celular a un vecino, pero no
se lo vendieron, minutos después fue interceptado, se resistió y fue abatido.
Una de sus últimas llamadas fue a Reyna, quien ya estaba acusado, desde
noviembre pasado, entre otros, por Luisa María Calderón, de haber mantenido
reuniones con el propio Plancarte y con Servando Gómez, La Tuta, para arreglar
los apoyos económicos y políticos que permitieron el triunfo de Fausto Vallejo.
Reyna
es un político con una larga carrera en el priismo local y federal, había sido
el contendiente, por el PRI, de Leonel Godoy en 2007, pero quedó en tercer
lugar. Vallejo lo incorporó a su equipo y luego lo hizo su secretario de Gobierno.
Cuando por enfermedad, Fausto dejó durante varios meses el cargo, Reyna lo
reemplazó como gobernador interino, y cuando Vallejo regresó, luego del
transplante de hígado que sufrió, Reyna estuvo durante unos días fuera del
gabinete pero, sorpresivamente, el gobernador lo volvió a ratificar como
secretario de Gobierno, pese a las denuncias que ya existían en su contra.
Desde
entonces, en el gobierno federal existía desconfianza sobre Reyna, sobre los
funcionarios que él había designado y eso se extendía a buena parte del
gobierno estatal. Cuando se dio la intervención federal, el propio comisionado
Alfredo Castillo designó a un nuevo procurador y un nuevo secretario de
Seguridad Pública, ambos, sin lazos con la clase política local. Se quiso
reemplazar a Reyna, pero Vallejo siempre se opuso.
La
investigación sobre las relaciones de Reyna con grupos criminales había
comenzado, como dijimos, desde noviembre pasado, por las reiteradas denuncias
de sus relaciones con figuras de Los Templarios, pero habría sido la última
llamada de Plancarte la que detonó la decisión de detenerlo.
Es
muy acertada: como hemos dicho muchas veces, a los éxitos que se han dado en la
persecución de los grupos criminales y el descabezamiento de esas
organizaciones, se debe sumar una política social que comienza a rendir frutos
(ya están instalados en Tierra Caliente más de dos terceras partes de los
comedores populares a los que se comprometió Rosario Robles hace poco más de un
mes) y las autodefensas tendrán que comenzar el proceso de desmovilización.
Todo eso ha estado muy bien, pero faltaba un componente clave para avanzar en
la pacificación de Michoacán: había que limpiar una clase política que,
evidentemente, estuvo coludida con los criminales y, en ese sentido, el caso de
Reyna, como el de varios presidentes municipales, era evidente. No se podía
llegar al proceso electoral del año próximo con la posibilidad de que se
repitiera la asociación entre criminales y políticos que vimos en los dos
últimos comicios en esa entidad.
Michoacán
necesitaba otros michoacanazo: el primero se frustró, precisamente, por los
acuerdos entre grupos políticos, incluyendo el del gobernador Leonel Godoy con
jueces (hoy perseguidos por la justicia por haberse corrompido en ese y otros
casos), tratando de dar impunidad a los detenidos. También por fallas en el
proceso y, algunos aseguran, para permitir transitar las alianzas PAN-PRD que
se dieron entonces en varios estados. Este nuevo golpe es producto de un
trabajo mucho mejor organizado, que ha incluido la articulación de aspectos
policiales, de seguridad, la persecución a las actividades económicas de los
cárteles y las alianzas de criminales con políticos, comenzando con algunos
presidentes municipales, con la detención del exsecretario de Finanzas de Godoy
y ha llegado al nivel más alto del gobierno, con el arraigo de Reyna. De una u
otra forma, esa limpieza tendrá que continuar, porque Reyna no pudo haber
actuado solo.
Texcoco,
doble vara
Hace
unas semanas, se prohibió en Texcoco, en el Estado de México, un festival donde
tocarían varios grupos de heavy metal y otros géneros del rock. Se dijo que era
por seguridad, por la situación que se podía crear, etc. Llegó la tradicional
Feria del Caballo y, apenas comenzando, hubo dos muertos, en un ambiente de
tanta apología del crimen, en el que se pueden disfrutar cervezas en El Chapo
Beer o se puede escuchar a El Komander cantar las glorias del propio Chapo y de
El Mayo Zambada. Pero ahora, las autoridades consideran que eso es una
demostración de apertura y libertad. El rock no tiene la culpa.
*
COLUMNAS del
domingo 6 de abril
FRENTES
POLÍTICOS/Exelsior
I. El acabose. Todos pensarán cómo fue
posible que Jesús Reyna García, a quien investigan como un Templario, se
haya metido hasta el despacho de la más alta investidura del estado. Así que el
exgobernador interino, y exsecretario de gobierno de Michoacán, está en
arraigo. El círculo de la seguridad no se cierra teniendo al enemigo en casa.
Muchas cosas se comienzan a conocer sobre Jesús Reyna. Que desatendió dos
órdenes de presentación; sus reuniones con Servando Gómez Martínez, La Tuta;
que sus vínculos con el narco eran inocultables y ya lo habían acusado. La PGR
se refirió a Reyna como exgobernador de Michoacán, pero su cargo actual era el
de secretario de Gobierno. ¿Cuánto sabe?
II.
Energía. Nadie podrá negar que la mancuerna que hacen Miguel Ángel Osorio
Chong, titular de Gobernación, y Alfredo Castillo, comisionado presidencial en
Michoacán, es perfecta. Han ido, como lo
ofreció Peña Nieto, a fondo. No sólo han detenido o abatido a los principales
líderes de Los Templarios, sino que demostraron las ligas de las autodefensas
con el crimen organizado y abrieron la puerta para desmantelar la red de
corrupción e impunidad creada por narcopolíticos. La ley es capaz de indagar en
la política. Tendrán que mantener esa vía y acabar con ese peligroso vínculo.
Osorio dijo que “quien por sus propios actos y decisiones comete ilegalidades,
tiene que someterse al imperio de la ley”. Dejó en claro que el Presidente, el
gobierno o el PRI “no van a cuidar absolutamente a nadie que haya cometido
actos al margen de su responsabilidad”.
III.
Le llegó el día. Tanto Luisa María Calderón, hermana del expresidente Calderón,
como Juan Manuel Mireles, uno de los líderes de las autodefensas, acusaron
previamente que Jesús Reyna tiene, incluso, nexos familiares con grupos delictivos.
Documentos periodísticos ya daban cuenta de su cercanía con La Tuta y El Chayo.
Apenas el viernes, previo a presentarse ante la dependencia federal, Reyna
encabezó, junto con Fausto Vallejo, gobernador de Michoacán, un acto al que
asistieron ediles de diversos partidos, en la Casa de Gobierno en Morelia. Una
pregunta sería, ¿y don Fausto Vallejo?, ¿Lo sabía o cojea del mismo pie?
IV.
Sobre ellos. De inmediato hubo reacciones. La detención de Jesús Reyna
demuestra la realidad institucional del gobierno michoacano y su nivel de
descomposición, acusó Miguel Ángel Chávez, dirigente estatal del PAN. Exigió
claridad en las investigaciones y evitar toda suspicacia de un trasfondo
político. Que Fausto Vallejo debe una explicación sobre por qué mantuvo como
secretario de Gobierno a alguien que estaba señalado de vínculos con el crimen
organizado. Vallejo, dijo, debió nombrar de inmediato a un nuevo secretario,
más allá de la responsabilidad o no, que tenga Reyna. Y que los azules no
olviden el tropiezo calderonista llamado el michoacanazo. No pudieron amarrar
lo que era un hecho, que había alcaldes coludidos con el narco o, aún más, que
eran parte de él.
*
PAPA
CALIENTE/Pepe Grillo
Para
proceder como lo hizo con Jesús Reyna, el gobierno federal debe tener un caso
sólido. No se puede equivocar.
Se
trata del secretario general de Gobierno de Michoacán, lo que ya es grave, pero
durante varios meses fue gobernador, lo que es inadmisible.
El
caso tiene dos frentes: el jurídico y el comunicacional.
El
ministerio público tiene que avanzar rápido y de manera convincente. Además
debe fluir información oficial para evitar vacíos que suelen llenarse con
disparates, como ocurrió ayer.
Si
Reyna protegía grupos criminales que se atenga a las consecuencias. Los
michoacanos tienen derecho a saber la verdad. Nada más que la verdad.
**
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