México,
D.F., a 14 de marzo de 2014 Comunicado No. 15
PROTOCOLO
DE SEGURIDAD PARA JUZGADORES DE IBEROAMÉRICA, RESPUESTA A INJERENCIAS DEL CRIMEN
CONTRA JUZGADORES
•
En la Asamblea Plenaria de la XVII Cumbre Judicial Iberoamericana se aprobará
el Protocolo Iberoamericano para Garantizar la Seguridad de las y los
Juzgadores como base de su Independencia
•
El proyecto fue coordinado por México y contó con la participación de diez
países de América Latina
Para
responder a la creciente preocupación de los poderes judiciales
iberoamericanos por las presiones y amenazas que enfrentan sus juzgadores por
parte de la delincuencia transnacional, el Consejo de la Judicatura Federal
(CJF), que encabeza el Ministro Juan Silva Meza, propuso en el seno de los
grupos de trabajo de la XVII Cumbre Judicial Iberoamericana el Protocolo
Iberoamericano para Garantizar la Seguridad de las y los Juzgadores como base
de su Independencia.
Esta
propuesta, que coordina del CJF y que elabora con representantes de 10 poderes
judiciales iberoamericanos, establece líneas generales para que cada país
pueda concretar de acuerdo con sus normas internas, las mejores condiciones de
seguridad, libertad e independencia que garanticen una impartición de justicia
libre de cualquier presión y amenazas.
De
esta manera, el Protocolo constituye una respuesta a la preocupación regional
derivada de las amenazas, extorsiones y aniquilamiento que grupos delictivos
han perpetrado en contra de los representantes de los poderes judiciales de
Iberoamérica.
“Un
elemento a contrarrestar es el fenómeno del crimen organizado que, con el
pertrecho de la ganancia ilícita ha logrado tener la capacidad de desafiar a
los Estados y a sus representantes. Los integrantes de los poderes u órganos judiciales
ocupan una posición muy destacada, pero a la vez de alta exposición, lo que
hace necesario esquemas más efectivos de seguridad y protección”, establece
la justificación de la propuesta del Protocolo.
Hoy
por hoy, los juzgadores, sus familias, el personal administrativo y de apoyo
que coadyuva a la impartición de justicia, están sometidos a situaciones de
riesgo permanentes por la capacidad de desafío del crimen organizado.
A
este respecto, el juez Carlos Manuel Padilla Pérez-Vertti, representante del
CJF en la coordinación de ese grupo de trabajo, explicó que ante esta
realidad, resulta indispensable contar con un instrumento guía que delinee una
serie de reglas o recomendaciones encaminadas a generar condiciones de
seguridad que no se circunscribe solamente a la protección física de las y
los impartidores de justicia, de sus familias y colaboradores, sino que implica
la necesidad de tutelar y fortalecer otras garantías tales como la carrera
judicial, la inamovilidad del cargo, o contar con percepciones adecuadas, por
citar algunas.
En
los trabajos deliberativos para la conformación de este Protocolo se concluyó
que no pueden desvincularse los temas de seguridad e independencia judicial
dada la interrelación que guardan entre sí.
Pérez-Vertti
precisó que la seguridad, como una de las bases de la independencia judicial,
no se puede lograr solo con programas de protección física, sino que se
requiere de medidas tales como blindar las garantías judiciales mediante el
fortalecimiento de la carrera judicial; procurar medidas legislativas y
administrativas a fin de dar seguridad económica, jurídica y social.
El
también secretario ejecutivo de Disciplina del CJF agregó que “el Protocolo
impulsado por el Ministro Presidente Juan Silva Meza, es un esfuerzo para que
se lleve a todos los países iberoamericanos un esquema de seguridad y de
justicia al juzgador, a fin de que este último pueda esta libre de injerencias
ajenas al derecho y que no le permiten lograr sus fines de impartir justicia
con independencia y profesionalismo. Se trata de que dicten libremente sus
resoluciones”.
La
propuesta del Protocolo recomienda tener inmuebles adecuados preferentemente en
lugares céntricos y no alejados de las ciudades, contar con un plan de
protección específico; y proteger la integridad de las y los juzgadores, promoviendo
el respeto irrestricto al criterio jurisdiccional, así como establecer un
sistema de evaluación efectivo.
Pérez-Vertti
indica: “la descomposición social y los problemas de seguridad, los problemas
de delincuencia organizada nos llevan a situaciones que no buscábamos, pero
ante las cuales tenemos que adelantarnos y este Protocolo otorgaría una
seguridad, una tranquilidad a los servidores públicos que imparten justicia.
El objetivo es precisamente que esos factores externos no influyan en la toma
de decisiones”.
Entre
los aspectos no relacionados con la seguridad que contiene esta propuesta,
destacan:
•
Blindar las garantías judiciales mediante el fortalecimiento de la carrera
judicial
•
Procurar con eficacia medidas legislativas y administrativas que otorguen
seguridad económica, jurídica y social a las y los juzgadores, tales como la
dignificación e irreductibilidad del salario y el ejercicio de un presupuesto
autónomo.
•
Proteger la integridad de las y los jueces promoviendo el respeto irrestricto
al criterio jurisdiccional y establecer un sistema de evaluación efectivo.
A
los trabajos del referido Protocolo, se sumaron Argentina, Bolivia, Chile,
Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay y
será aprobado en la próxima Asamblea Plenaria de Presidentes de Cortes
Supremas y Consejos de la Judicatura, en Santiago de Chile a celebrarse los
días 2, 3 y 4 de abril próximo.
Dirección
General de Comunicación Social
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