Expareja
de Agustín Lara pedirá que la Félix vaya a la Rotonda/INÉS GARCÍA NIETO
Revista
Proceso
# 1961, 31 de mayo de 2014
Vianey
Lárraga, expareja de Agustín Lara, solicitará a las autoridades del Distrito
Federal que los restos de María Félix, la “María Bonita” del músico poeta
fallecida el 8 de abril de 2002 a la edad de 88 años, sean trasladados a la
Rotonda de las Personas Ilustres.
“No es justo que los restos de María Félix
estén arrumbados en el panteón Francés”, dijo quien fuera compañera del
cantautor a finales de los 50.
El
autor de “Veracruz” se casó el 24 de diciembre de 1945 con la Félix, y ayudó a la actriz a recuperar legalmente a su
hijo Enrique Álvarez, quien le había sido arrebatado por el primer esposo de la
sonorense, del mismo nombre.
De
esta unión, se dice en las biografías del llamado El flaco de oro, que por sus
celos excesivos y el coqueteo con una corista del Teatro Lírico, María Félix
optó por el divorcio.
Vianey
Lárraga, candidata a Señorita México en 1957, conoció a Lara cuando trabajaba
como modelo y asistente en el programa de TV Mesa de celebridades, conducido
por el periodista Agustín Barrios Gómez. Apenas de 17 años, aceptó ser pareja
del artista cuando éste la conquistó con atenciones y serenatas a través del
grupo Los violines de Villafontana, y la voz de Amparo Montes acompañada al
piano, instrumento que Lara transportaba en un camión de mudanzas.
Gran
parte de su casa ha sido acondicionada a la manera de un museo para tener
presente la obra del compositor, con fotografías acompañado de personajes como
Nat King Cole y Edith Piaf.
Pero
la meta es más alta: Vianey Lárraga
trabaja en un proyecto al lado de su hijo Agustín Lara, cantante
también, para crear un Museo o Casa-Club de Agustín Lara en su casa en
Coyoacán, donde se expondrán objetos rescatados que tengan que ver con la vida
del compositor, y sobre todo se escuche su música en un ambiente agradable.
Albacea
de la sucesión de la obra de Agustín Lara, trámite llevado por el licenciado
Manuel Millán Campuzano fallecido en 2013, Lárraga menciona que Carmen Zozaya,
la auténtica viuda del artista, dejó como voluntad que las regalías de la obra
del músico-poeta fueran usadas para crear una institución de apoyo a los mexicanos. No sabe si a través de un
Fideicomiso, pero comenta:
“Es
interesante saber qué pasó con ese proyecto plasmado en un testamento. La
herencia de Agustín Lara quedó repartida así: 50 por ciento de las regalías de
la obra artística fueron para Carmen Zozaya, su
primera esposa. El 25% fue
otorgado a mi hijo Agustín Lara junior, y el resto para Gerardo Lara, hijo de
Yolanda Santa Cruz.”
En
las varias biografías escritas sobre Lara se asienta que fue registrado con
ocho nombres, que nació en Tlacotalpan, Veracruz, o en la Ciudad de México, y
que Carmen la Chata Zozaya nunca quiso dar el divorcio al compositor.
Sus
biografías asimismo registran que su primera esposa fue Raquel Díaz de León,
otras que Angelina Brusquetta, hija del dueño del Cabaret Salambó, y que su última esposa fue Rocío Durán
(1963-1967), pero todas coinciden: El amor de su vida fue María Félix, ícono
del cine nacional y actriz galardonada con un Ariel de Oro en 1986.
En
el punto de la herencia, Vianey Lárraga puntualiza:
“Como
albacea que soy, quiero saber qué pasa con el testamento firmado por Zozaya, porque
su idea fue excelente. Es necesario que se haga realidad ya que en México hay
mucha necesidad de ayuda para la población, sobre todo de salud.”
En
entrevista grabada en Coyoacán, tanto Vianey Lárraga como Agustín Lara Jr.
calificaron a Agustín Lara de genio y un clásico del siglo XX. Movidos por el
sentimiento del amor y la gratitud, ambos trabajan para que la música del
cantautor sea conocida y disfrutada por las actuales generaciones. Por ello
aprecian la interpretación que de las canciones de Lara ha hecho el Trío Los
Panchos, Plácido Domingo, Luciano Pavarotti, Andrea Bocelli, Fernando y Rodrigo
de la Mora, y recientemente la veracruzana Natalia Lafourcade.
En
2013, la música de Lara volvió a ser recordada a nivel internacional, debido a
que fue nominada tres veces al Latín Grammy, por el homenaje que le realizó
precisamente la joven Lafourcade.
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