Michoacán sigue
en guerra/JOSÉ GIL OLMOS
Revista
Proceso
# 1961, 31 de mayo de 2014
El
líder de las autodefensas michoacanas, José Manuel Mireles, desmiente
rotundamente al presidente Enrique Peña Nieto, al secretario de Gobernación y
al comisionado Castillo: en Michoacán no hay paz, “seguimos en guerra”. Ante un
público de estudiantes y profesores universitarios y en entrevista con Proceso,
el médico de Tepalcatepec desglosó la situación de una entidad copada por el
crimen organizado, donde las autoridades desarman a los ciudadanos que se
defienden y no a los criminales. Para Mireles, la supuesta pacificación del
estado es una campaña mediática con el fin de apaciguar a los inversionistas
extranjeros que pretenden el petróleo mexicano.
José
Manuel Mireles desmiente al presidente Enrique Peña Nieto y al comisionado
gubernamental Alfredo Castillo, quienes afirman que Michoacán ya está
apaciguado. Sostiene en cambio que en esa entidad hay una guerra en la cual han
muerto 160 templarios y 14 autodefensas, y advierte: el gobierno está creando
una farsa, parte de una estrategia mediática para aparentar paz en el
extranjero y poder vender el petróleo a los inversionistas internacionales.
Consultado
sobre las más recientes declaraciones del gobierno federal, acerca de que
Michoacán ya está tranquilo, Mireles sostiene que al parecer “esa es la
condición obligada para poder vender el petróleo mexicano” en los mercados
internacionales.
“Primero tendrían que pacificar Michoacán. Si
no, no hay trato. Por eso tienen que difundir pública y mediáticamente que ya
pacificaron el estado”, explica a Proceso Mireles, quien aún se dice
coordinador general de las autodefensas en 34 de 36 municipios donde tienen
presencia.
Ante
alrededor de mil estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México (UACM), plantel Iztapalapa, Mireles recordó el jueves 29 la
reunión de Davos a la cual asistió Peña Nieto el 22 de enero, cuya
participación en el tema económico fue opacada por los cuestionamientos de la
violencia e inseguridad en Michoacán.
“Castillo
acabó la guerra mediáticamente porque en Davos estaba ofreciendo Peña Nieto los
recursos minerales y el petróleo al mejor postor. Los compradores le dijeron
que compraban lo que vendía pero que primero pacificara Michoacán.
“Esa
fue la respuesta, (pero) Michoacán no se ha pacificado realmente, sigue siendo
un infierno, anteayer hubo siete ejecutados, ayer un juez libera al caballero
templario llamado H-24; el día en que Castillo dijo ‘tenemos 100 días de que
venimos a pacificar Michoacán y ya lo hemos logrado’, ese día hubo 28
ejecutados. En la prensa dicen que ya pacificaron, pero nosotros seguimos
enterrando a nuestros muertos y a veces ni pedacitos hallamos, eso es todos los
días.”
“Seguimos
en guerra”
Por
primera vez Mireles se presentó públicamente en la Ciudad de México para hablar
con sus simpatizantes. Cientos de personas acudieron a verlo al Polyforum
Cultural Siqueiros –donde anunció la propuesta de formar el Frente Nacional de
Autodefensas– y a la UACM.
En
los dos foros el médico advirtió que la situación en Michoacán no ha cambiado,
pues varios cárteles “se disputan el pastel”; acusó al gobierno de Peña Nieto
de instalar un montaje mediático de supuesta paz en la entidad.
Como
ejemplo del montaje gubernamental citó la visita de Peña Nieto a Tepalcatepec
el pasado 22 de mayo, durante la cual no se permitió la entrada a ninguno de
los miembros de las autodefensas convertidos en policías rurales ni a los
pobladores de la región, quienes al mediodía cerraron la única carretera de
acceso al municipio.
Parte
de la farsa, dijo Mireles, es que llevaron camiones con gente de otros lados y
soldados vestidos de civil para llenar el espacio preparado para Peña Nieto,
quien llegó rodeado de funcionarios estatales, los cuales también fueron
acarreados para ocupar las sillas que dejaron vacías los pocos asistentes,
desilusionados al percatarse del montaje.
En
Tepalcatepec Peña Nieto declaró: “No hemos venido a cantar victoria sino a
acreditar que estamos teniendo resultados… a garantizar la seguridad de
Michoacán”.
Así,
a 104 días del anuncio de rescate de Michoacán, en el mismo acto Castillo dio
cuentas alegres de su gestión como comisionado. “Hoy la gente camina de manera
diferente y más tranquila”, aseguró.
Pero
Mireles dijo que la situación no ha cambiado. “Michoacán sigue siendo un
infierno”, sostuvo en las dos reuniones que tuvo en la Ciudad de México, donde
fue objeto de aclamaciones y aplausos.
“Ahorita
se sigue sufriendo lo mismo que antes en Michoacán, nadie se atreve a poner una
demanda”, señaló en la UACM al recordar que quienes se atreven a denunciar ante
las autoridades los secuestros, extorsiones o amenazas, al poco tiempo son
ejecutados.
En
el plantel universitario y durante más de dos horas el médico desmintió las
declaraciones de Castillo, las del secretario de Gobernación, Miguel Ángel
Osorio Chong, y las de Peña Nieto, acerca de que Michoacán ya está en paz. “Nos
están dando atole con el dedo”, asegura a Proceso luego de su participación
ante los estudiantes.
En
la UACM, Mireles describió el panorama michoacano.
En
Tepalcatepec, dijo, hay 360 niñas violadas que ya tienen hijos; hay 2 mil 500
viudas y 4 mil 800 huérfanos. “Ese dolor no nos lo quitan los discursos que
hacen las autoridades ahora. Ese dolor no nos lo va a quitar nadie jamás”,
soltó al recordar que su madre murió cuando secuestraron por segunda vez a su
hermana y tras el plagio que también él sufrió en 2011 y por el cual tuvo que
pagar 7 millones de pesos.
“Seguimos
en una guerra”, afirmó el autodefensa, y como ejemplo describió lo que ocurre
una noche en la capital estatal: “Si ustedes ven las noticias hoy en la noche,
en Morelia, con el poder del gobierno y la 21 zona militar con sus 3 mil
soldados, con la delegación de la Procuraduría General de la República, con los
famosos Grupos de Operaciones Especiales de la judicial estatal, hubo cinco
ejecutados, 20 robos de vehículos y cientos de asaltos y extorsiones”.
Mireles
reveló que en su pueblo han tomado medidas drásticas, como la vigilancia
extrema a todos los vehículos, incluida la aplicación de la autojusticia para
los criminales.
“A
cualquier individuo desconocido ya no lo dejamos entrar. Si identificamos a un
sicario que vaya en esos vehículos, ya no lo entregamos, ya no lo detenemos, ya
no vuelven. Ya les hemos dicho a muchos compañeros que les amarren bien las
piedras en la cabeza, porque a los tres días suben y han subido. Es en serio,
no nos dejaron otra opción.”
Mireles
sostiene que si se quejan ante el Ministerio Público federal les mandan a los
sicarios para matarlos o intimidarlos, y que ni siquiera el gobernador Fausto
Vallejo es capaz de darles protección.
“Yo
personalmente le hablé al gobernador en el secuestro de mi hermana la menor. Le
dije: ‘Fausto, tengo este problema’. La respuesta del gobernador fue:
‘Solamente soy un civil ocupando un puesto de gobierno, no te puedo ayudar’
¡Ah, qué a toda madre! ¡Ese es el gobierno! Entonces con quién nos podemos
quejar y que haya respuesta. No la hubo y no la sigue habiendo.”
Tampoco,
advierte, se puede confiar en Castillo. “Ahorita tenemos dizque un comisionado
federal que hizo la peor estupidez del mundo: uniformar templarios de defensas
rurales, darles más armas, más cartuchos y una camioneta del año. Yo
personalmente traje un expediente de uno de los comandantes que uniformó el tal
comisionado, donde revela que secuestró a unos amigos míos, les sacó 10
millones de pesos y les quitó su huerta de 27 hectáreas de aguacate y la puso a
su nombre.
“Cuando
traté de ver al comisionado, su secretario particular me atendió. Le dije:
‘Aquí tengo este expediente. Esos que tu jefe está uniformando secuestraron a
esta familia’. ¿Saben qué dijo el secretario particular? ‘Préstame el
expediente, con eso voy a poder hacer un negociazo’. ¡No señor! No nos
levantamos en armas para hacer negocios, nos levantamos en armas para acabar
con ellos, no para negociar.”
Insiste
en contrastar las afirmaciones del gobierno con lo que ocurre en Michoacán:
“La
realidad que vivimos en Michoacán no está en la Constitución. No pueden ir a un
estado donde no existe el estado de derecho a decir que van a hacer justicia.
¿A quién le van a hacer justicia? El 26 de mayo salió Osorio Chong a decir: ‘Ya
vamos a pacificar Michoacán, ya vamos a desarmar las autodefensas’. ¿Y a los
que nos están matando, cuándo los van a desarmar? La idea de este gobierno es
ir a desarmar a los que nos estamos defendiendo, nunca dicen que van a desarmar
a los que nos están matando y nos secuestran.”
Afirmó
que pese a las acciones del gobierno sigue habiendo crimen organizado en
Michoacán, pero la ambición de otros grupos ya no es el narcotráfico, sino las
ganancias de la explotación de las minas.
“Ese
es el pastel. Ya no es por la producción de mariguana, porque ya no es
productivo. Los chinos le pagan a La Tuta con armas y con anfetaminas. Todos
los grandes cargamentos de anfetaminas que se han decomisado vienen de China.
Por eso cuando Castillo dijo: ‘Vamos a empezar el desarme’, a las dos horas
nosotros agarramos dos camionetas de gente armada del Cártel del Golfo, otras
dos de Los Zetas. Miren nomás a estos cabrones, nada más lo dijo Castillo y ya
estaban invadiendo Michoacán otra vez.”
Infiltrados
Un
día, recuerda Mireles sin especificar la fecha, un grupo de mineros chinos le
ofreció 1 millón de dólares para apoyar su movimiento y continuar el negocio
ilegal que hacía con Los Caballeros Templarios. “Lo rechacé y les dije que
mejor me dieran una ambulancia y con eso me ayudaban más”.
A
raíz de eso y otros ofrecimientos, asegura, se distanció con sus compañeros,
sobre todo de quien fue su amigo y guardaespaldas, Estanislao Beltrán, a quien
ahora acusa de haberse asociado con miembros del grupo criminal.
“Por
eso algunos de mis compañeros me odian, de mis excompañeros, de los criminales
infiltrados que fueron perdonados por alguien, pero no fue gratis el perdón,
porque les sacaron de 3 a 4 millones de pesos para poderlos perdonar y hasta
los nombraron comandantes de algunas barricadas”, afirmó Mireles.
Alberto
Gutiérrez, quien durante meses no quería que se revelara su nombre y sólo se
identificaba como Comandante Cinco, es parte de un grupo comandado por los
hermanos Rodolfo, Nicolás, Valentín, Severino, Beatriz, Bernabé, Mariano y
Carlos Sierra, este último apodado El Viagra.
Dice
Mireles: “El Comandante Cinco es de Tepalcatepec pero fue expulsado hace seis
meses por asociarse con un grupo criminal que se llama Los Viagras. El otro
grupo lo trae el Papá Pitufo, que era mi guardia personal. Cuando tuve el
accidente aéreo quedé en coma y él me ayudó a juntar el dinero para pagar los
hospitales. Al salir de terapia un enviado del Cisen me pidió que nombrara un
interlocutor mientras sanaba. Le dije que el único era Papá Pitufo. Se fue a
Tepalcatepec y rehizo al grupo”.
Denuncia
a Beltrán, quien en algún momento fue su compañero más confiable. “Castillo,
sin hacer consulta con el Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de
Michoacán, hizo una supuesta asamblea donde me destituyen. Le dije a Papá
Pitufo que se pusiera trucha porque Castillo sólo iba a dividir. Pero no lo
hizo y desde entonces no nos hablamos.
“Él
es uno de los que trabajaba cortando limón y ahora tiene cuatro huertas de
aguacate, siete huertas de limón y como 500 cabezas de ganado. Trae una Hummer
y estrena vehículo cada mes. Papá Pitufo fue de los que perdonaron Los
Templarios, les puso camiseta de comunitario y ahora Castillo les puso uniforme
y los anuncia como el nuevo gobierno.”
Mireles
reveló las traiciones internas de los autodefensas. “No hablo mal de Castillo porque
me caiga mal, sino porque ya se asoció con los criminales. Por eso la lucha va
a seguir. En esta guerra ha habido más de 160 muertos de Los Caballeros
Templarios y de los autodefensas sólo 14. Las cosas no son como las pintan
desde acá, uno las vive de manera distinta”.
Sostuvo
que la estrategia del gobierno ha sido dividir a los autodefensas, armar a
quienes han sido templarios y dejar a un lado a los verdaderos comunitarios
para que luego se enfrenten y se eliminen solos.
“Cuando
empezamos la guerra creíamos que sólo iba a ser contra los criminales, los
cárteles y el gobierno de Michoacán, que ya sabíamos que estaba asociados con
ellos, pero ahora vemos que también lo tenemos que hacer contra una parte del
gobierno federal que está también contaminada”, advirtió.
El
30 de mayo se anunció que el gobernador michoacano Fausto Vallejo se retirará
por segunda ocasión del cargo para una revisión médica. Mireles señala que la
situación en el estado ha empeorado y la lucha de las autodefensas sigue en 34
de los 36 municipios donde operan.
Pero
el horizonte que planteó ante los universitarios fue de mayor conflicto. “Hay
una situación política, se está armando a un grupo de criminales y también a
otro donde ya no los hay. ¿Con qué fin creen? Para que se destruyan entre
ellos”.
Remata:
“Cuando Peña Nieto fue a Tepalcatepec llevó a su propio público del Estado de
México. ¿Con esto se atreve a decir que apaciguó Michoacán, con teatro? El
juego que hace Castillo es decir también que ya pacificamos Michoacán, pero no
es así. Seguimos en guerra”.
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