Revista
Proceso No. 1992, 3 de enero de 2014
La
“grilla” deja a 50 mil niños sin jugar/BEATRIZ
PEREYRA
Los
diferendos entre la Federación Mexicana de Beisbol y el programa Williamsport
–que organiza la Serie Mundial de Ligas Pequeñas– provocaron una fisura en el
deporte infantil que ya afectó a las ligas más importantes del país y la
participación de mexicanos en certámenes de primera magnitud. Las causas están
en la omnipotencia de los federativos y la displicencia de las autoridades,
quienes renuncian a mediar en las pugnas.
El
conflicto entre los representantes del programa Williamsport y la Federación
Mexicana de Beisbol (Femebe) mantiene a alrededor de 50 mil niños y jóvenes
impedidos o amenazados para participar en los torneos nacionales e
internacionales que avala esta institución dirigida por Alonso Pérez desde hace
más de dos décadas.
Sin
importar que el veto sobre los peloteros contravenga el artículo cuarto de la
Constitución –el cual garantiza que “toda persona tiene derecho a la cultura
física y a la práctica del deporte. Corresponde al estado su promoción, fomento
y estímulo conforme a las leyes en la materia”–, desde 2012 Pérez ha sancionado
a quienes participan en los torneos del programa Williamsport.
Uno
de los casos más representativos es el del equipo de la Liga Infantil y Juvenil
Municipal de Tijuana, el cual en agosto de 2013 finalizó en el tercer lugar del
torneo conocido como Serie Mundial de Ligas Pequeñas. Cuando los 25 jugadores
que disputaron dicho certamen se presentaron en las instalaciones de su liga
para la temporada 2014, les informaron que ya no podían entrar.
Fueron
expulsados por órdenes de Pérez, quien mediante el oficio FMB/086/12 determinó
que toda liga, equipo o jugador parte del programa Ligas Pequeñas de México
Williamsport no podrá participar en el beisbol federado, es decir, en la
Olimpiada Nacional y en los torneos regionales, nacionales e internacionales de
las categorías desde los cinco a los 18 años que organizan, sancionan y avalan
la Femebe y la Federación Internacional de Beisbol, organismo del cual Pérez es
vicepresidente.
El
presidente de la Liga, Óscar Zamarrón, y el presidente de la Asociación Estatal
de Beisbol de Baja California, Freddy Lugo Valenzuela, obedecieron ciegamente a
Pérez y castigaron a los niños que apenas unos meses antes presumieron su
tercer lugar en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.
En
noviembre pasado el presidente de la Liga Municipal de Tijuana hizo oficial el
castigo a los jugadores: durante dos años no podrán formar parte de ninguna
selección de la liga, los peloteros deberán participar en un draft para que se
les asignen nuevos equipos, pagarán una multa cuyo monto aún no se ha definido
y lo peor: los padres de los menores entregarán una carta donde pidan perdón
por haber participado en el programa Williamsport, además de presentar un
documento para garantizar que se dieron de baja de Ligas Pequeñas de México.
Hasta
ahora, unos cinco o seis padres de familia aceptaron esas condiciones. El resto
prefirió pedir ayuda al gobierno estatal para que les asigne unos terrenos
donde puedan comenzar a trabajar en una nueva liga.
La
Liga Municipal de Tijuana es una de las más grandes e importantes de México.
Históricamente sus equipos han aportado jugadores a las distintas selecciones
nacionales. Se considera un semillero.
“Lo
que está pasando en Baja California es lo que está ocurriendo en otros estados.
Mire, el gobernador instruyó al director del deporte, Saúl Castro para que
arreglara el problema. El Congreso local modificó la ley estatal del deporte
para eliminar los recovecos que le permitían a la Asociación sancionar niños,
pero sigue haciendo lo que quiere. La CAAD (Comisión de Apelación y Arbitraje
Deportivo) ya suspendió a Freddy Lugo, pero los padres de familia me dijeron
que la comisión reestructuradora la están armando los mismos a quienes la CAAD
está sancionando. Es pura simulación. ¡Cómo es posible que Castro permita que
los niños pidan perdón por haber jugado!”, dice Guillermo Alvarado, presidente
de la región 6 de Ligas Pequeñas de México Williamsport.
La
animadversión de Pérez contra quienes dirigen Williamsport en México se
extendió por varios estados. En este programa de beisbol participan entre 220 y
240 ligas de todo el país. A lo largo del año se realizan distintos torneos
regionales y nacionales. Al final, el equipo ganador es el que viaja a South
Williamsport, Pensilvania, para representar a México –aunque no como selección
nacional, porque se trata de un evento privado en el cual participan equipos de
ligas privadas de Estados Unidos y de todos los continentes.
En
Tamaulipas el presidente de la Asociación de Beisbol, Renán Martínez, se
encargó de repartir oficios en los cuales advertía a todas las ligas del estado
de las sanciones si continuaban participando en los torneos de Williamsport.
Las tres ligas más importantes de este torneo, la Matamoros, la Treviño Kelly
de Reynosa y la de Nuevo Laredo se rehusaron a obedecer. De ahí salen los
jugadores que forman la selección estatal que participa en la Olimpiada
Nacional.
A
Martínez no le quedó más remedio que doblar las manos. Las tres ligas siguen
participando en Williamsport, pero como las ligas del sur del estado son de
bajo nivel y rara vez aportan un pelotero de gran calidad, el federativo sí las
vetó, como a la Liga Huasteca de Tampico.
“Sólo
le toman el pelo a la autoridad. Los niños no les importan. Renán no castiga a
los que le sirven porque se quedaría sin equipo para la Olimpiada Nacional,
pero sí a los que siente que no le aportan nada. El hecho es que no todos los
niños pueden ser seleccionados nacionales o estatales y mientras más torneos
haya, no importa si los organiza la Femebe o nosotros, que haya espacios para
que todos puedan jugar. Alonso Pérez sólo ha sembrado división en el beisbol
mexicano, ya está peleado con la Liga Mexicana. Recordemos qué pésima selección
armó para los Juegos Centroamericanos. ¿Por qué no respeta la ley? ¿Por qué no
deja que cada quien juegue donde quiera?”, cuestiona Alvarado.
La
historia se repite en estados como Yucatán, Quintana Roo, Veracruz, Puebla,
Tlaxcala y Morelos, donde equipos de distintas ligas que habían participado en
las eliminatorias de los torneos de Williamsport cancelaron de última hora su
participación por la amenaza de ser vetados.
“Es
increíble cómo obedecen a Alonso Pérez. Estados como Tlaxcala y Morelos, donde
el beisbol no está tan desarrollado, de todas maneras tienen que llevar a sus
equipos a la Olimpiada Nacional. Van los niños, en dos días juegan cuatro
partidos y les dan cuatro palizas. Se van y no vuelven a jugar todo el año,
pero ellos podrían estar jugando en nuestros torneos, porque este deporte se
trata de eso, de que los niños jueguen. Estados así no aspiran ni a que sus
niños integren una selección, ¿por qué obedecen?”
Historia
de mezquindad
El
origen del problema entre la Femebe y quienes dirigen el programa Ligas
Pequeñas de México Williamsport surgió cuando en 2010 la Femebe sancionó a la
Liga Petrolera del Distrito Federal. Esta organización realizó elecciones
internas para nombrar presidente. Contendió Carlos Buenrostro, quien ya fungía
como presidente de la Asociación de Beisbol Infantil y Juvenil del DF. Como no
ganó, impugnó la elección en la que fue designado Antonio Pagaza.
Entonces
comenzó el veto a la Liga Petrolera. La Femebe ordenó a los dirigentes de
Williamsport que no invitaran a sus torneos a esta liga porque estaba castigada
por, supuestamente, haber hecho trampa en las elecciones.
“Nosotros
investigamos y la elección fue limpia. La presidenta del colegio electoral, que
era gente de Buenrostro, le dio legalidad a la elección. No hubo tal trampa. Yo
como responsable de la región 6 –donde está el DF– no hice caso a los oficios
de Pérez, porque viola los derechos de los niños. Primero recibí una llamada
muy amable de Carlos López Villagrán, vicepresidente de la Femebe, para que no
los dejara jugar. Después ya fueron amenazas. Y de ahí empezó una campaña de
terror. Enrique Mayorga (vicepresidente de la Femebe) va a todas las ligas a
amenazar.
“No
estamos haciendo nada que falte a sus estatutos, pero como ellos ordenaron algo
y no les hicimos caso, toman estas acciones.
“Alonso
le pidió a Pepe Maiz (director de Williamsport México) que nos separara de
nuestros cargos (a él y a los presidentes de las regiones 5 y 10). Pidió en la
oficina principal de Williamsport que nos quitaran, pero no pudo porque no
cometimos ninguna falta.
“Nosotros
primero por solidaridad no vetamos a la Petrolera, pero después la liga se
amparó. Alonso no entiende que uno no puede violar la ley, que hacerle caso era
caer en desacato ante un juez. Y así nos hemos ido, obligaron a la Liga Olmeca
a dejar de ser sede de un torneo que ya estábamos a punto de iniciar. Como la
Liga Maya nos acogió, la castigaron. Y a donde quiera que haya un torneo de
nosotros llegan a castigar, a amenazar, y hemos estado así durante cuatro
años.”
En
este tiempo ha tocado todas las puertas posibles para poner fin a esta
situación, dice Guillermo Alvarado. Ha ido a la CAAD, donde las resoluciones,
asienta, nunca favorecen a los afectados. Asevera que el organismo responsable
de impartir justicia en el deporte (encabezado por Rafael Rodríguez Sánchez) no
tiene voluntad de llamar al orden a Pérez, si bien reconoce que por escrito no
ha iniciado ningún proceso contra el titular de la Femebe, porque lo considera
estéril.
“La
CAAD nunca nos dice que no nos va a ayudar, pero en los hechos no encontramos
respuesta. Alonso Pérez tiene poderes ilimitados. Los casos de Tamaulipas, el
de la Liga Maya y el de la Petrolera sí están en la CAAD, pero les conceden una
suspensión provisional. Dizque ordenan un castigo, pero nunca pasa nada.
Tenemos cuatro años peleándonos en lo deportivo y es una burla. El titular de
la CAAD decía que había toda la intención de resolver el asunto que ya es
grande y añejo, pero no ayuda.”
Alvarado
también mandó una carta a Angélica Rivera –esposa del presidente Peña Nieto–
para solicitar su intervención como presidenta honoraria del DIF, arguyendo que
se están violando los derechos de los niños. No hubo respuesta. Se reunió con
el subdirector general de Calidad para el Deporte de la Comisión Nacional del
Deporte (Conade), Othón Díaz Valenzuela, pero el resultado del encuentro fue
todavía más desalentador.
“No
quiero ofender a nadie, pero me pareció muy tibia y cómoda su postura. Entiendo
que la Femebe es una asociación civil, pero la Conade le da recursos públicos.
Nos dicen que Alonso está mal, que el tipo es de lo peor, que es nefasto, que
ya se tiene que ir porque es lo sano para el beisbol y no aporta nada, pero ‘no
lo podemos quitar, quítenlo ustedes’. Me dijeron: ‘Los invitamos a que vayan
estado por estado a cabildear para que cuando haya elecciones quede gente que
no sea afín a Alonso Pérez’. Oiga, si no somos políticos ni tenemos el tiempo
ni el dinero. Si ellos mismos dicen que está maltratando al deporte y a quienes
lo practican, ¿por qué le siguen dando dinero?”
Así,
ni Alvarado ni nadie que participe en el programa Williamsport seguirán
enfrentando a Pérez. Tomaron la decisión de crear torneos ciudadanos en los que
pueda participar cualquier niño o joven.
Hasta
ahora 22 estados respondieron a la convocatoria: Guanajuato, Michoacán,
Hidalgo, Estado de México, Jalisco, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán,
Campeche, Tabasco, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Tamaulipas, Morelos, Guerrero,
DF, Baja California, Chihuahua, San Luis Potosí y Sinaloa.
Los
participantes no crearán ningún organismo, simplemente realizarán torneos en
las mismas categorías y fechas que la Femebe. En febrero próximo comenzarán los
regionales para que en mayo –cuando se realizará la Olimpiada Nacional– este
grupo lleve a cabo la Serie Nacional de la Amistad.
“Ya
estamos preparando el manual operativo. De entre todos los participantes, vamos
a sacar una selección nacional. Serán los mejores niños por posición, sin
favoritismo, sin ayudar al hijo o nieto de alguien. En mayo organicé una
selección que se fue a Italia. Fueron sólo los niños que pudieron pagar. Hoy
les vamos a dar nosotros el dinero. Somos mucha gente y estamos juntando el
dinero. Los niños van a viajar como seleccionados aunque no nos avale la
Femebe, el gobierno, ni haya protocolo de abanderamiento. No podemos utilizar
el nombre de México, pero iremos a todos los países donde nos invitan. Vamos a
hacer beisbol, que todos los que quieran jueguen.”
El
directivo de Williamsport adelanta que a ningún participante se le cobrará por
jugar y distintos alcaldes ya aceptaron prestar instalaciones para disputar los
partidos. Quienes quieran ser sede de un torneo tendrán que presentar un
proyecto de comercialización para que los eventos sean autofinanciables, y si
hay alguna ganancia se la quedarán los organizadores.
“Esto
no lo hacemos como Ligas Pequeñas. Lo hacemos como ciudadanos. Somos padres de
familia que queremos que nuestros hijos jueguen. Tenemos los espacios que nos
facilitan los gobiernos estatales y municipales y sabemos organizarnos. A los
padres les ofrecemos trabajar, rifar un coche para hacer los viajes al
extranjero. Las ligas que sean sedes deben crear un espacio donde vender comida
para los participantes y de ahí hacerse de recursos, para que con eso se paguen
los gastos el torneo y se haga el fondo para que los chavos viajen o se compren
uniformes. Ya hicimos una prueba piloto en la Petrolera. Fueron casi 100
partidos. Todo se pagó de lo que ellos vendieron.
“No
vamos a crear ninguna asociación civil para no empoderar a nadie, para no convertirnos
en un Alonso Pérez. Vamos a existir sólo para jugar. Que no se desvíen los
propósitos fundamentales y no estemos jodiendo deportistas. Nuestra
organización no será botín de nadie”, sentencia Alvarado.
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