3 feb 2016

Francisco en Chiapas: reivindicando al Tatic/ Salvador García Soto

 FRANCISCO EN CHIAPAS: REIVINDICANDO AL TATIC/Salvador García Soto
Columna “Serpientes y Escaleras“.
 El Universal, 3 de febrero de 2016
Quien diga que la primera visita del Papa Francisco a México no tendrá connotaciones políticas, por encima de su sentido eminentemente espiritual, se equivoca. El líder religioso del mundo católico llegará a nuestro país en un momento especialmente delicado —entre la aguda problemática social y un incierto panorama económico— y su sola presencia, aunada a sus discursos sensibles y francos, serán seguidos con lupa no sólo por creyentes que se volcarán a verlo, sino por observadores dentro y fuera del país. Sólo hay que ver los lugares que el primer Papa jesuita eligió visitar durante su estancia de seis días en territorio mexicano: a la rigurosa visita al santuario guadalupano, definida como esencia de su viaje, se suma su presencia en tres ciudades y regiones emblemáticas tanto de la pobreza y desigualdad históricas, como Chiapas, como de la violencia de los últimos años en México: Morelia y Ciudad Juárez.

 Si en la capital michoacana y en la frontera juarense está claro que Francisco acude a dos puntos neurálgicos de la descarnada violencia del narcotráfico que padecimos los mexicanos en la última década, en Chiapas, especialmente en San Cristóbal de las Casas, la presencia, por primera vez, de un Papa en esa tierra de marginación y guerrilla zapatista es vista como “una caricia de Dios a los indígenas”, por el obispo del lugar, Felipe Arizmendi. 

Y es que el papa Bergoglio decidió que, durante su estancia en la capital de los rebeldes Altos chiapanecos, hará una visita por demás significativa y cargada de simbolismo dentro y fuera de la iglesia: la tarde del 15 de febrero estará en la tumba de don Samuel Ruiz García, el obispo de San Cristóbal, llamado Tatic por los indígenas de la región y a quien se le vinculara con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que lo nombró su intermediario con el gobierno en el conflicto armado del 94.
La tumba de don Samuel Ruiz García, considerado el último teólogo de la Liberación, impulsor de la Teología India y quien falleciera el 24 de enero de 2011, se encuentra justo detrás de la Catedral de San Cristóbal y hasta ahí llegará el papa Francisco para orar y rendirle un homenaje. El analista en temas religiosos Fred Álvarez define como histórica la presencia del Papa en Chiapas, celebrando una misa indígena y ataviado con indumentaria elaborada por los indios de esta diócesis (que representan 75% de la población) y en especial resalta la presencia de Francisco en el lugar donde yace el obispo Samuel Ruiz: “Idolatrado por muchos y aborrecido por otros… Fue un prelado valeroso cuya opción preferencial por los pobres le costó incluso atentados a su integridad física”, comenta Álvarez en un reciente artículo publicado en el sitio de internet La Silla Rota.
El significado de esa visita es sin duda la reivindicación a la figura de don Samuel y a lo que representó su corriente en la Iglesia mexicana en el contexto social y político de su tiempo. Por algo el obispo Arizmendi, en una entrevista reciente, dijo: “Había personas de México que no estaban de acuerdo en que viniera (el Papa) precisamente a San Cristóbal, porque aún tienen desconfianzas políticas y eclesiales hacia esta región”. ¿Quiénes serían esas personas que no querían a Francisco en la diócesis de don Samuel?, ¿serían del gobierno, de la alta curia mexicana o de ambos? Curiosamente, en los eventos del Papa en Chiapas, incluida su visita a la tumba del Tatic, estarán algunos de los que, durante el conflicto zapatista proponían “echar” al obispo, a quien consideraban “subversivo”.
 El otro punto donde el mensaje de Francisco puede resultar sorpresivo es Ciudad Juárez. La emblemática frontera, que vivió en los últimos diez años la degradación por la violencia del narcotráfico de la que apenas hoy se recupera, fue seleccionada específicamente por el Papa, quien no hace mucho, en una carta privada que se hizo pública, hablaba de la violencia que vive México, con una expresión que hirió la susceptibilidad del gobierno mexicano cuando habló del peligro de la “mexicanización” de su natal Argentina.
 Por lo demás, muchos políticos aprovecharán para acercarse al jerarca católico, que hoy es todo un fenómeno mundial, para tomarse la foto, por más que luego vociferen sobre su laicidad. Pero, de todos los políticos, el que tendrá más oportunidades de aparecer junto al Papa es el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, pues saludará al pontífice al menos tres veces en tres actos distintos en la Ciudad de México: primero en la bienvenida como anfitrión junto con el presidente Peña Nieto, al día siguiente le entregará las Llaves de la Ciudad en el Zócalo, y al final en la despedida al Papa en el aeropuerto capitalino.
sgarciasoto@hotmail.com

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