ALLÁ en Sinaloa, los panistas andan más desconcertados que un aguachile sin camarón ante el panorama que se les presenta en la elección para gobernador.
POR UN LADO, el candidato priista Quirino Ordaz anda firme y más que movido, gracias a que su postulación se dio conservando la unidad tricolor.
EN CAMBIO, en el PAN no sólo no han podido definir candidato sino que, además, podrían terminar postulando a la versión sinaloense de Elba Esther Gordillo.
O AL MENOS así es como ven los panistas tradicionales de aquel estado a Melesio Cuén, amo y señor de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ex alcalde de Culiacán por el PRI; y, por si fuera poco, dueño del Partido Sinaloense, el PAS.
LO QUE más les preocupa a estos albiazules es que no sólo no creen ganar la gubernatura con Cuén sino que, para colmo, creen que con él perderían votos… ¡hasta de panistas!
CUENTAN que Carlos Joaquín González no renunció al PRI para ver si podía, sino porque podía, ¡renunció!
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