Revista
Proceso
# 2065, 29 de mayo de 2016..
Triángulo
Dorado: el crimen manda/Patricia Dávila
En
muchas comunidades de Durango, Chihuahua y Sinaloa –entidades que forman el
Triángulo Dorado del narcotráfico– las elecciones se convierten cada tres años
en un círculo perverso que sólo exacerba la violencia y la inseguridad,
comentan a Proceso dirigentes políticos y representantes electorales. En esos
territorios inhóspitos, la delincuencia organizada hace huir a los lugareños de
sus comunidades e impone o quita a candidatos.
Gran
parte de los estados de Durango, Chihuahua y Sinaloa –que forman parte del
Triángulo Dorado del narcotráfico– están bajo el control del crimen organizado.
Su influencia es inocultable.
Ahí,
en ese inhóspito territorio las decisiones las toman los líderes de los grupos
criminales, sostienen los representantes locales de PAN y PRD. Tanto, que en
este proceso comicial el Instituto Nacional Electoral (INE) tuvo que eliminar
casillas electorales en comunidades, pues los votantes huyeron de la violencia.
En
pasadas elecciones la intervención del crimen organizado en la imposición de
candidatos, el control de las casillas y la expulsión de sus habitantes fue
evidente en estas tres entidades.
Desde
que Felipe Calderón inició su guerra contra el narcotráfico, más de 1 millón de
mexicanos han abandonado sus comunidades. “La evidencia del desplazamiento en
México es clara. El problema es que el Estado mexicano no admite la dimensión
del problema, que ha generado una crisis humanitaria”, afirma Leonel Aguirre
Meza, expresidente de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa,
A. C. (CDDHS).
Aguirre
Meza, hoy candidato a diputado local por el Partido Sinaloense, apoya a los
desplazados de Sinaloa y Durango desde que se generalizó la violencia.
Ante
el alarmante crecimiento del ese fenómeno, el 19 de octubre de 2015, durante
una visita oficial a México, la subsecretaria general adjunta para Asistencia
Humanitaria y subcoordinadora de Alivio de Emergencia para la Coordinación de
Asuntos Humanitarios, Catherine Bragg, declaró:
“Estamos
monitoreando la situación de los desplazados por efecto de las actividades del
crimen organizado, y es preocupante el impacto que tiene sobre las víctimas.
Nos hemos acercado a las autoridades mexicanas para promover el cese de la
violencia en el territorio nacional. La ONU está lista para intervenir y
proporcionar ayuda humanitaria en caso de que el Estado mexicano lo solicite.”
De
acuerdo con la recomendación 01/2012 de la CDDHS, “desde 2007 al menos 1 millón
de mexicanos fueron obligados a dejar su hogar a consecuencia de los
enfrentamientos armados. La mitad cruzó a Estados Unidos. El resto se movió
internamente en Nuevo León, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Michoacán, Coahuila,
Veracruz, Tamaulipas, y en 2013 se sumaron Guerrero y el Estado de México. Este
país destacó entre los cinco con más desplazados por violencia en América
Latina en 2010, cuando al menos 120 mil personas abandonaron su lugar de
origen”.
En
Sinaloa, elecciones acotadas
El
actual proceso electoral en los estados del Triángulo Dorado del narcotráfico
también se vio afectado por el desplazamiento de pobladores: Josué Cervantes,
titular de la Junta Local del INE en Sinaloa, el 2 de febrero de este año
anunció que al menos 10 casillas no serían instaladas en la zona serrana de
Sinaloa, como en municipios de Choix, Sinaloa de Leyva, San Ignacio, Concordia,
e incluso Mazatlán: “Tenemos información de que pudiera haber violencia o
presencia de personas armadas”.
El
pasado 26 de mayo, en entrevista con Proceso, Josué Cervantes explicó que son
92 casillas las que no se van a instalar debido a que existen menos de 100
electores en cada una de ellas.
“En
la última elección federal de 2012, conforme al Código Federal de Instituciones
y Procedimientos Electorales, se instalaban casillas hasta con 50 electores
como mínimo, a partir de la reforma de 2014, la nueva Ley General de
Instituciones y Procedimientos Electorales ordena que para el proceso federal
de 2015 sean mínimo 100 electores por casilla”, explicó.
–¿Debido
a la delincuencia organizada estas secciones quedaron solas?
–No
lo puedo afirmar, porque el INE no hace un estudio sociológico o
sociodemográfico, para determinar qué fenómeno provocó la movilidad
poblacional. Lo que sí sabemos es que tienen menos de 100 electores. De esas
92, hay 11 que tienen incluso más de 100 electores en la lista nominal, pero no
viven allí, por lo tanto no se instalará la casilla.
El
candidato que resulte electo gobernador en Sinaloa estará en el cargo sólo
cuatro años 10 meses, por las modificaciones a la ley electoral. Son ocho los
contrincantes: Martín Heredia, del PAN; Quirino Ordaz Coppel, de la alianza
PRI-PVEM; Mariano Gómez Aguirre, del PRD; Héctor Melesio Cuén Ojeda, de la
alianza Partido Sinaloense-Movimiento Ciudadano; Juan Estrada Ferreiro, del
Movimiento de Regeneración Nacional; Guadalupe Rocha, del Partido Encuentro
Social; Leobardo Alcántara Martínez, del Partido del Trabajo, y Francisco Frías
Castro, quien va como independiente. De los ocho, sólo Ordaz Coppel tiene
escolta.
Francisco
Javier Juárez, representante del PRD ante el Instituto Estatal Electoral (IEE),
habla de la inseguridad derivada de la violencia, pero también de la jurídica,
pues, Ordaz Coppel, dice, fue impuesto desde Los Pinos y el IEE se inclina
hacia los partidos que lo impulsan. A él lo apoyan Juan Manuel Ley López, Jesús
Vizcarra –de Grupo Viz– y (el empresario hotelero) Ernesto Coppel.
Juan
Quiñonez, presidente del Comité Directivo del PAN en Durango, está preocupado
por los desplazados de San José de Los Hornos, municipio del Mezquital, y de
Santa Ana, La Borrega, La Higuera, El Durazno, Las Cazuelas, El Limón, Las
Carretas, La Clera, El Verano, La Iglesia, Colorado, Río de los Barraganes, La
Sierrita, La Piedroza, El Duraznito, Los Jacales, Lagunita y Rancho Viejo, en
Tamazula. Son como mil, dice.
En
este estado Esteban Villegas, del PRI, y José Rosas Aispuro Torres, del PAN, se
disputan la gubernatura.
Negar
que hay delincuencia organizada en el estado de Durango estaría fuera de foco,
dice.
Y
enumera los municipios más críticos: Tamazula, Topia, Canelas, Otaez, Pueblo
Nuevo, San Dimas y Guanaceví. “Queremos que los próximos gobiernos concluyan la
carretera Durango-Culiacán, porque le dará vida a toda esa zona serrana que
conforma el Triángulo Dorado del narcotráfico.
En
su edición del 8 de septiembre de 2015, Proceso informó sobre las denuncias
penales contra el alcalde de Canelas, Santiago Cháidez Jiménez, a quien los
lugareños acusan de mandar asesinar, secuestrar y desaparecer a pobladores de
la región.
Los
municipios de Villa Ocampo, San Bernardo, Indé, El Oro; igual que en Santiago
Papasquiaro, Guanaceví y Tepehuanes, en donde está asentado el crimen
organizado, dice el dirigente panista, forman un corredor para el trasiego de
droga hacia el norte, hacia Chihuahua.
Chihuahua,
la sombra del narco
El
pasado 3 de marzo, Javier Corral Jurado, candidato del PAN al gobierno de
Chihuahua, proporcionó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,
información detallada sobre la postulación de candidatos del PRI infiltrados
por el narcotráfico en municipios de la Sierra Tarahumara y otros ubicados en
conocidos corredores de trasiego de drogas.
Arturo
Quintana, El 80, es famoso en la región noroeste del estado, desde Cuauhtémoc
hasta Buenaventura, pasando por el corredor comercial Álvaro Obregón, Bachíniva,
Namiquipa, Gómez Farías y Riva Palacio. En muchas comunidades aparecen obras
con un letrero donde se consigna que fueron construidas “con 80% de
aportaciones privadas y 20% de fondos públicos”.
Semanas
después, presuntos enviados de El 80 visitaron a los aspirantes a las
presidencias municipales de Bachíniva para advertirles que sería postulada
Silvia Mariscal Estrada, suegra de Quintana, como candidata del PRI y les
pidieron apoyo para la campaña. A finales de marzo, Mariscal declinó.
En
Namiquipa, El 80 aplicó el mismo método para impulsar la candidatura de Ramón
Alonso Enríquez Mendoza. En Buenaventura, uno de los municipios bajo control
del crimen organizado, sus habitantes denunciaron la imposición de Miriam
Caballero Arras, propietaria de huertas nogaleras, aunque muchos aseguran que
es prestanombres de personajes ligados al crimen organizado.
En
Chínipas, municipio de la baja Tarahumara, el PRI registró como precandidato a
Juan Miguel Salazar Ochoa, Juanito. Semanas antes, cuatro de sus adversarios
recibieron mensaje: “Más vale que se calmen, el presidente municipal va a ser
Juanito. Nadie más se apuntó, ni en el PRI ni en el PAN”, decía el mensaje. Los
cuatro se retiraron.
Juanito
es hijo de Joel Salazar Zamorano y sobrino de Crispín Salazar Zamorano, quien
heredó el control del grupo criminal Los Salazar, tras la detención, en
noviembre de 2012, de su hermano Adán Salazar Zamorano y su sobrino Jesús
Alfredo Salazar Ramírez. El primero preso en el penal de Puente Grande; el
segundo en El Altiplano, señala el portal ElNorteDigital, de Ciudad Juárez.
La
incursión del crimen organizado en Chihuahua no es nueva, sostiene el panista
Roberto Andrés Fuentes Rascón: “En 2013, militantes de Balleza y Gómez Farías
denunciaron la presión de estos grupos. Incluso hubo municipios en que fue
imposible postular candidato, como Gómez Farías y Galeana.
“La
gente del PAN tiene miedo a denunciarlos, pues les traería consecuencias muy
graves… En esos municipios ganó el candidato del PRI; ellos lo impusieron. Ahora
estamos a la expectativa de que el Ejército pueda hacer una cobertura sobre
todo de la parte serrana de Guadalupe y Calvo, Guachoci y Balleza.”
En
Guadalupe y Calvo, Chínipas, Bachíniva y Villa Ahumada, la situación es
complicada para el PAN, insiste. En estos municipios hay comunidades de
desplazados por la violencia de los cárteles de la droga. Lo mismo en Uruachi,
en la cabecera, y en Las Tinajas; la cabecera de Maguarichi, así como en las
comunidades de Ocoviachi y San José de las Lajas. En Bachíniva, El Porvenir; la
cabecera de Batopilas, Yokivo y Polanco; en Urique, Tubares y Guagueybo, así
como en El Vergel, perteneciente a Balleza.
En
el valle de Juárez: Guadalupe Distrito Bravos; La Caseta, Barrerales, y
Rinconada del Mimbre y Práxedis G. Guerrero. En el noroeste: Gómez Farías y en
la cabecera municipal de Ignacio Zaragoza.
Ahí,
el IEE va a instalar todas las casillas. La pregunta es si la gente saldrá a
votar, dice Fuentes Rascón.
Sobre
las poblaciones vacías, René Miranda Jaimes, director ejecutivo del Registro
Nacional de Electores (RNE), dice:
“Alrededor
de 20% de los ciudadanos empadronado en el país no actualiza sus datos. Por lo
tanto, el padrón electoral no es un instrumento muy sólido para poder medir
este tipo de migraciones por cuestiones de violencia.”
Sin
embargo, el RNE aporta un dato: el rango más fuerte de desactualización de
domicilios se da en jóvenes de entre 18 y 25 años, edad en que los jóvenes
dejan la casa materna; muchos se van a estudiar fuera de su localidad o migran a
Estados Unidos.
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