Revista
Proceso
# 2072, 17 de julio de 2016..
Ochoa
Reza dejó inermes a las plantas de la CFE/JESUSA
CERVANTES
En
sus prisas por ser ungido presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza
abandonó súbitamente la dirección de la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
dejando inermes las instalaciones de una de las principales empresas
estratégicas del país.
Entre
abril y mayo, cuando aún era director de esa dependencia, Ochoa Reza recibió
vía correo electrónico un documento de cinco cuartillas en el que le advertían
sobre el peligro que enfrentaba la CFE en materia de seguridad. Lejos de tomar
acciones correctivas, autorizó la liquidación del personal calificado que
durante más de siete años se coordinó con la Secretaría de la Defensa Nacional
(Sedena) para evitar ataques terroristas o sabotajes a las instalaciones
estratégicas.
El
remitente –el capitán Benjamín Salvador Jiménez, comandante de la región XIX de
los Cuerpos de Seguridad Auxiliares del Estado de México (Cusaem)– detalló que el
desplazamiento de su comando de 800 personas, la mayoría exmilitares, se hizo
con la anuencia del capitán de Caballería Gustavo Cuevas Gutiérrez, otrora jefe
de seguridad de Ernesto Zedillo durante su gestión en Los Pinos y jefe de
seguridad de Enrique Peña Nieto durante su campaña presidencial.
El
correo también le llegó al gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila
Villegas, pues los Cusaem dependen de la Comisión Estatal de Seguridad
Ciudadana; asimismo, al comisionado estatal se le advirtió que se deslindan de
cualquier responsabilidad o hecho irregular que ocurra en las instalaciones de
la CFE de Hidalgo, Morelos, Puebla, la Ciudad de México y el Estado de México.
El
remitente notifica también sobre los riesgos latentes al delegado de la Policía
Federal, a la Dirección de Armas de Fuego y Explosivos de la Sedena y al propio
titular de la dependencia, general Salvador Cienfuegos.
Desprovista
del personal capacitado y armamento necesario para brindar seguridad a las
instalaciones de la CFE, la región XIX de los Cusaem se hace a un lado,
advirtió el capitán Jiménez a Ochoa Reza el 24 de abril y el 15 de mayo de este
año.
Hombres
de la Presidencia
Después
del levantamiento del EZLN en 1994, la Presidencia creó el Departamento de
Seguridad Física de la CFE y de Petróleos Mexicanos, a fin de proteger las
instalaciones más importantes del país.
Al
frente de esa instancia quedaron varios generales en retiro, entre ellos
Espiridión Mora Pérez, Sergio Adolfo Pérez Ramírez, Rodolfo Reta Trigo, así
como el capitán de apellido Buentello, recomendado por el entonces director de
la CFE, Alfredo Elías Ayub.
A
partir del 11 de octubre de 2009, cuando el entonces presidente Felipe Calderón
Hinojosa desapareció por decreto la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, sus
subestaciones, plantas termoeléctricas e instalaciones aeroportuarias, como la
de Toluca, quedaron bajo la tutela de la CFE.
Lo
mismo sucedió con las subestaciones de Naucalpan y Tlalnepantla, la
termoeléctrica Jorge Luque, en Cuautitlán Izcalli, y la de Venta de Carpio, en
Ecatepec; así como el aeropuerto de Toluca. La central hidroeléctrica de
Necaxa, en Puebla, formada por tres plantas, cuya producción es de 210
megavatios para la zona del Valle de México, y todas las instalaciones de
Puebla, Morelos y Distrito Federal quedaron bajo la vigilancia de los Cusaem
región XIX, la cual se coordinaba con Sedena.
Según
Alejandro Yagüe Nieto, abogado defensor de la región XIX de los Cusaem, cuando
el capitán de Caballería Gustavo Cuevas Gutiérrez –un guardia de seguridad del
Estado Mayor Presidencial de Enrique Peña Nieto, sin experiencia en protección
de áreas estratégicas del país– fue nombrado subdirector de Seguridad Física de
la CFE, desplazó a aquellos cuerpos de la seguridad de las instalaciones de la
comisión en todo el país.
La
región XIX de los Cusaem comenzó a cuidar las instalaciones de Luz y Fuerza del
Centro cuando ésta desapareció por decreto presidencial. Sin embargo, Cuevas
sacó de la CFE a 872 elementos, pues al exjefe de escoltas de Peña Nieto no le
agradó esa región XIX, al frente de la cual estaba el comandante Benjamín
Salvador Jiménez; incluso pidió, sin éxito, que fuera sustituida por la región
XXXV, a cargo del comandante Mauricio Romano Torres, según consta en el oficio
SSF-553713 del 25 de octubre de 2013.
El
5 de diciembre de 2013 insistió pero volvió a fracasar, asegura Yagüe. Entonces
Cuevas optó por licitar los servicios de seguridad, para deshacerse de la gente
de los Cusaem.
La
primera licitación para brindar seguridad a las instalaciones de la CFE en el
aeropuerto de Toluca se realizó el 16 de junio de 2015. El propósito era
contratar a 72 elementos.
En
esa ocasión sólo participó Grupo Libra, una empresa que, según los datos del
registro ante la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Edomex, sólo tenía cinco
empleados. Sin embargo, el entonces director de la CFE, Enrique Ochoa Reza, la
avaló. Al final, según Yagüe y Jiménez, los directivos de esa empresa
“presentaron jóvenes con tolete y uniforme que apenas superaron los 18 años,
sin portación colectiva de armas y menos individual”.
El
6 de mayo pasado hubo otra licitación para atender el resto de las instalaciones
de la CFE en el Valle de México y zona conurbada de la Ciudad de México, que
incluye los estados de Hidalgo, Morelos y Puebla. Según la convocatoria, se
requerían 800 elementos; pero como los Cusaem están impedidos de participar por
ley, sólo se dedicó a vigilar que se cumplieran las bases de licitación,
comenta Yagüe.
Fueron
cuatro las empresas ganadoras: Protección Canina Internacional; Servicios
Especializados de Investigación y Custodia; Sistemas y Servicios de Seguridad
Privada Inteligente, y Consorcios de Servicios Mexicanos; esta última carece de
experiencia en materia de vigilancia de instalaciones estratégicas.
Antes
de que se lanzara la segunda licitación, Ochoa Reza tuvo conocimiento de las
irregularidades de cada una de las licitaciones que promovió Cuevas. En la
misiva entregada el 15 de mayo pasado al entonces director de la CFE se detalla
la forma en que el exescolta de Peña Nieto dio órdenes para que los Cusaem
salieran de la CFE.
Asimismo
le informan que elementos de las empresas Sistema de Protección Canina
Internacional y Servicios Especializados de Investigación y Custodia llegaron a
la subestación Morelos, delegación Ocotopec, Cuernavaca, diciendo que eran de
seguridad privada, pero al enterarse de cuál era su función se retiraron.
Alegaron
que “eso no era para ellos”. Uno era bolero y el otro era cuidador de autos.
Dijeron que “los habían contratado el día anterior en el mercado municipal
López Mateos de Cuernavaca, Morelos”.
Y
aunque el contrato de los Cusaem con la CFE concluyó en junio pasado, la
dependencia les adeuda 45 millones de pesos. Cada año cobraban 230 millones de
pesos sin IVA. Las nuevas empresas cobran 30% más, además del IVA, comenta
Yagüe.
El
pasado 24 de abril, cuando Ochoa Reza recibió las denuncias por primera vez, no
respondió. Lo único que hizo fue dar instrucciones a la Dirección de
Administración de la CFE para liquidar los pagos atrasados, que en ese momento
ascendían a 80 millones de pesos, añade el abogado.
–¿Qué
dijo Ochoa Reza de las irregularidades en las licitaciones y la inexperiencia
de las empresas en áreas de seguridad nacional? –se le pregunta al abogado.
–El
director de administración nos dijo que la instrucción del director de la CFE
era que nos pagaran los pasivos, nada más. Respecto a la convocatoria, comentó
que eso no nos incumbía.
El
viernes 8, Ochoa Reza dejó la CFE, cuya seguridad ahora está en manos de
empresas inexpertas en la vigilancia de áreas estratégicas para la nación. Es
factible que en los próximos días la Comisión se subdivida en seis empresas,
cada una de las cuales se encargará de contratar los servicios de empresas
privadas para vigilar las áreas sensibles del país.
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