Aparecen neonazis
Realizan 300 personas concierto clandestino en CDMX. Permiten entrada con un código QR y mostrando una credencial
REFORMA / STAFF, 9 de noviembre
Un concierto clandestino que reunió a más de 300 neonazis se llevó a cabo en la Ciudad de México bajo el nombre El Imperio Contraataca, de acuerdo con información de El País.
Los neonazis se dieron cita en el Salón Pentatlón, en la colonia Santa María la Ribera, y para ingresar al encuentro era necesario atravesar un estricto filtro de seguridad, pues la identidad era verificada con un código QR y la identificación oficial, según una publicación del diario.
En el concierto, que se realizó el pasado 29 de octubre, se presentaron dos bandas españolas y tres mexicanas. Los neofascistas, la mayoría hombres con cabeza rapada, tatuados con esvásticas, frases en alemán y hasta el retrato de Adolfo Hitler, corearon consignas de odio e hicieron apología del nazismo, se reveló.
En el reporte se indicó que las bandas mexicanas que subieron al escenario fueron SunCity Skins, Last Chance y Royal Aces Convicted, las cuales interpretaron canciones con letras en las que criticaban el mundo actual y otras discriminatorias hacia ciertos colectivos: "Putos maricones que ensucian mi ciudad, ¡cuélgenlos y quémenlos!".
Estas tres bandas integran el movimiento RAC (siglas en inglés de Rock Against Communism o en español rock contra el comunismo) en México, se precisó.
Los neofascistas, de acuerdo con El País, corearon: "¡Al arma! ¡Al arma! ¡Al arma soy fascista, terror del comunista!," letra de una de las canciones contra anarquistas, independentistas y comunistas.
Durante la noche también replicaron el saludo nazi y la expresión alemana "Sieg Heil", la cual era usada en los encuentros políticos del Tercer Reich, y que se puede traducir como "salve, viva, eterna victoria", se señaló.
La publicación aseguró que todo lo relativo a este concierto se difundió con hermetismo entre grupos y páginas en redes sociales pertenecientes a colectivos de extrema derecha. El cartel se compartió de tal manera que únicamente llegó a aquellos con afinidad al neonazismo.
Se mencionó que las entradas únicamente se podían adquirir a través de la página en internet de la Editorial Heidelberg, una librería independiente con sede en Monterrey, Nuevo León, que se dedica a publicar y distribuir lo que denominan títulos de difícil acceso; de autores perseguidos, malditos o prohibidos.
La empresa Desperados División fue la encargada de la organización del concierto. Sus colaboradores se dedicaron a contactar por WhatsApp a cada una de las personas que pagaron mil 580 pesos por entrada, quienes recibieron la ubicación y un código QR un día antes de la cita.
Inicialmente habían previsto recibir a 150 personas. Sin embargo, ante la alta demanda y una petición expresa de Eduardo Clavero, líder de Batallón de Castigo, la banda que encabezó el cartel, Desperados División buscó un espacio para duplicar el número de asistentes.
Se puntualizó que Batallón de Castigo es un grupo que se formó a principios de los 90 en la prisión de Alcalá-Meco, en la Comunidad de Madrid. Su cantante, guitarrista y único miembro original en activo, Eduardo Clavero, estaba encarcelado por asesinar a un joven.
La banda ofrece conciertos desde 1997 en España. Clavero, quien también es delegado del partido neonazi Alianza Nacional en Málaga (España), tuvo de nuevo que cumplir condena en 2018, tras un concierto en Sabadell en el que se despreciaba de manera explícita "a cualquier otro colectivo que no sea el hombre blanco español", estableció la sentencia.
Según El País, la fecha elegida para realizar el concierto en la Ciudad de México no fue una casualidad.
El 29 de octubre, los fascistas conmemoran la culminación de la Marcha sobre Roma, que en 1922 marcó el inicio del régimen de Benito Mussolini en Italia.
##
Concierto neonazi en la CDMX
La Jornada, viernes 11 de noviembre de 2022;
Juan José Olivares
Ciudad de México. El fantasma del nazismo se apareció en México el pasado 29 de octubre en un salón de la colonia Santa María la Ribera de la capital, donde grupos españoles y mexicanos del género punk y hardcore, que ellos definen como “rock duro nacionalista”, convocaron en un concierto a unas 300 personas que, rapadas y ataviadas con suásticas y tatuajes nazis, corearon consignas hitlerianas y fascistas, en una noche de alabanzas al odio.
La fecha del concierto se eligió en conmemoración de la culminación de la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini, en 1922, así como por la fundación del partido fascista Falange, en España, en 1933. La convocatoria fue casi de manera clandestina, según publicó el diario español El País, que dio a conocer el concierto realizado en el salón Pentatlón, asociación ligada con el entrenamiento militar.
Las entradas estuvieron a la venta en mil 580 pesos en el sitio web de la Editorial Heidelberg, con sede en Monterrey, distribuidora de libros de extrema derecha; hasta ayer permanecía publicado ahí el cartel de invitación, donde se aclara que el acceso estaba limitado a 150 personas. En el escenario estuvieron los españoles Batallón de Castigo, Irreductibles y Last Chance. Por México, Suncity Skins, Royal Aces Convicted y Ejecución 1980, agrupaciones de bajo perfil del movimiento RAC (Rock Against Communism o Rock contra el Comunismo), que tiene sus orígenes en la década de los setenta y en realidad es un eufemismo para referirse a varios tipos de música de odio, como el hatecore.
Pese a su nombre, esa corriente no hace referencias al comunismo, sino que se centra en el racismo y el antisemitismo. Así se llamó también una serie de conciertos organizados en los 70 por el partido fascista británico Frente Nacional. Ahora, quienes que usan el término RAC a menudo lo hacen como una forma de esconder la verdadera naturaleza de la música racista.
Retratos de Hitler
Durante todo el concierto se hizo presente el saludo nazi, que hacían decenas de integrantes del público y las bandas, según la reseña del diario. Abundaron los diseños de suásticas, frases en alemán y alguno que otro retrato de Hitler.
La Jornada buscó un comentario del organizador, el colectivo Desperados División. Su respuesta fue: “ni como grupo ni como individuos estamos interesados en vertir postura alguna o contestar preguntas para la prensa, sin importar el medio de comunicación al que pertenezcan. Cualquier comunicación oficial es y será la que aparece en nuestro perfil”.
Sin embargo, tras la petición de este diario, el grupo publicó lo siguiente: “El día de hoy se publicó una nota alusiva al concierto realizado el pasado 29 de octubre, con tintes tendenciosos y especulativos. No entraremos en dicha polémica; sin embargo, sólo aclararemos que, efectivamente, varios de nosotros fuimos contactados por ellos para preguntarnos nuestra opinión sobre un artículo que nos dedicaría, bajo el título de Ideología supremacista en México. Sobra decir que no estuvimos interesados en ser parte de su noticia y aprovechamos el comunicado para aclarar que no fomentamos el odio ni la discriminación, prueba de ello es que a nadie se le negó el acceso ni se le discriminó por parte de asistentes, organizadores o músicos.
“El concierto se realizó de manera exitosa y efectiva. Aprovechamos este comunicado para condenar la manipulación mediática y manifestamos nuestra repugnancia a las narrativas fantasiosas parecidas a las de las películas, vertidas en el artículo, las cuales no tienen nada que ver con nosotros ni con nuestros principios y objetivos. Confiamos plenamente en el trabajo que realizamos, respaldado por nuestros propios medios, con los que hemos podido crear esta red de comunicación que sigue creciendo cada día y no necesitamos de los medios masivos de comunicación para que viertan su ignorancia sobre nuestras actividades”, es decir, otros tres conciertos clandestinos.
Buscan “cubrir un espacio”
Desperados División dice tener dos años de existencia con la consigna de “cubrir un espacio y realizar conciertos de ciertas bandas que pocos se atreverían a invitar a nuestro país. Si algunas personas han levantado la voz para decir que los precios son elevados, sólo podemos decir que éstos han sido justificados con el nivel de la producción, audio y organización de los mismos… Y estén pendientes a nuestra crónica oficial, la cual será libre de manipulaciones amarillistas y no tergiversará los hechos con relatos ficticios”.
Batallón de Castigo, cabeza del cartel del concierto, es un grupo que se formó a principios de los 90 en la prisión de Alcalá-Meco, en Madrid. Su cantante, guitarrista y único miembro original en activo, Eduardo Clavero, estaba encarcelado por asesinar a un joven de 19 años, según El País. Clavero es también delegado del partido neonazi Alianza Nacional en Málaga (España). Su género es RAC-Trash Metal. El sitio que difunde la música de Royal Aces Convicted dice que la banda es “el verdadero sonido crudo del skinhead rock mexican”.
Un músico mexicano, quien prefirió guardar el anonimato, comentó a La Jornada que estos conciertos “no son hechos aislados, pues en redes sociales los grupos de ultraderecha y organizadores han hecho varias invitaciones, entre las que se incluyen conferencias con miras a la formación de cuadros”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario