15 jun 2007

Amnistía, la Curia vaticana y el aborto


La Curia Vaticana anunció que retirará la ayuda económica que ofrecía a la organización Amnistía Internacional (AI) después de que esta institución haya decidido apoyar el aborto.
El cardenal Renato Raffaele Martino, presidente del Consejo Pontifico para la Justicia y la Paz, dijo en una entrevista concedida al semanario estadounidense “National Catholic Register” que la “Iglesia católica dejará de financiar a Amnistía Internacional debido al cambio de posición decidido”.
Y es que -supuestamente-, en su Conferencia nacional anual, celebrada recientemente en Edimburgo, los cerca de 400 miembros británicos de Amnistía Internacional expresaron con un voto la decisión de comprometerse en la despenalización del aborto, y en la promoción de servicios de apoyo a los programas de control demográfico, que incluyen la legalización y el acceso gratuito al aborto.
El cardenal denunció los “lobbies” internacionales que trabajan a favor del aborto y la propaganda que promueven en el marco de lo que Juan Pablo II llamaba “la cultura de la muerte”.
“Es sumamente grave que una organización tan valiente como Amnistía Internacional ceda a las presiones de estos “lobbies””, lamentó el purpurado italiano.
En 1996, la Santa Sede tomó una medida similar contra UNICEF, el fondo de Naciones Unidas para la Infancia, después de que también adoptara la decisión de promover el aborto en ciertas circunstancias.

Por su parte la sección italiana de AI rebatió las críticas de Martino alegando que la organización "no ha recibido nunca financiación del Vaticano o de organizaciones que dependan de la Iglesia Católica".
AI a través de un comunicado, recordó que en su estatuto internacional se declara "independiente de gobiernos, partidos políticos, iglesias, confesiones religiosas, organizaciones, entes y grupos de cualquier género".
Asimismo, señaló que la política de AI en materia de aborto tiene su origen en la campaña contra la violencia hacia las mujeres. Entre otras cosas, define que reclamará a los Estados "garantizar el acceso a los servicios legales y seguros para el aborto a todas aquellas mujeres cuyo embarazo se deba a una violencia sexual o a incesto, o en caso de que conlleve un riesgo para su vida o su salud". No obstante, señala el comunicado que AI "no llevará a cabo ninguna campaña general en favor del aborto o de su legalización general" ni tampoco juzgará "si el aborto es justo o injusto".
AI precisa que "en abril de 2007 la organización adoptó una política propia acerca de algunos aspectos específicos relacionados con el aborto". AI realizó una amplia consulta entre sus secciones en diferentes países y concluyó que, como organización humanitaria, deberá ocuparse del aborto, fenómeno frecuentemente relacionado con la violencia contra las mujeres.
Si bien AI no fomenta campañas a favor del aborto, sí solicita a los Estados que garanticen la posibilidad de recurrir a esta practica cuando la salud de la mujer es en peligro o en casos de violencia e incesto. Además, pedirá que sea "despenalizado" en aquellos países en los que se aplican penas de cárcel por haber abortado o haber intentado abortar.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen unos 45 millones de embarazos no deseados y unas 70,000 mujeres mueren al abortar en condiciones poco seguras.
La Iglesia católica, por su parte, considera el aborto como un "asesinato" aun en el caso de que se practique tras una violación. El aborto supone considerar como enemigo "al bebé que está en el vientre de su madre, como algo que se puede destruir", afirma el cardenal Martino.
Para el Vaticano hay cuestiones absolutamente innegociables. La condena del aborto sin paliativos es una de ellas. Y sobre eso no hay posibilidad ni de diálogo ni de tolerancia.

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