"Nunca temas a las sombras. Sólo significan que hay una luz brillando cerca” Ruth E. Renkel
La reportera Doris Gómora pubica hoy en primera plana de El Universal que se prevén ataques narcoterroristas a civiles este fin de año. Sus fuentes un informe de la DEA que supuestamente está ya en manos del gobierno de México.
Dice la nota que "los ataques, según la DEA, pueden suceder en los estados de México, Michoacán, Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Zacatecas e incluso el DF."
Agrega que su fuente es un miembro del "Departamento de Justicia, que no puede ser identificada por no estar autorizada para hablar sobre el tema.
La nota señala "De acuerdo con un informe interno de la DEA, los cárteles mexicanos planean ataques a objetivos como plazas comerciales, puentes y estaciones de transporte público, como el Metro, y terminales de autobuses, así como en actos masivos por las fiestas de la época, pero no se precisa si las organizaciones criminales tienen motivos en particular para ejecutarlos."
¡Sinceramente no le creo a la reportera ni a su fuente! y no porque no exista esa posibilidad y el riesgo este latente.
¡Eso -y más- puede suceder!, sino porque la reportera ha publicado varias notas en ese sentido sin ningún sustento, unicamente por información de agentes de la DEA que "pidene no ser identificados".
¡Eso -y más- puede suceder!, sino porque la reportera ha publicado varias notas en ese sentido sin ningún sustento, unicamente por información de agentes de la DEA que "pidene no ser identificados".
Por ejemplo hace año - el 17 de julio de 2008-, dijo que había una relación de El Pasdarán y los narcos de México y que sicarios "de élite" del narco estaban siendo enviados a Irán, vía Venezuela, para entrenarse en uso de armamento y explosivos y operaciones de comando. E incluso afirmó que el adiestramiento era impartido por Guardias de la Revolución iraní. "En algunos casos, los sicarios utilizan pasaportes venezolanos para viajar a Teherán", agregó.
Su fuente un informante "anonimo" de la DEA.
En esa ocasión la página on line del periódico El País reprodujo la nota; un día después la información fue desmentida por la embajada de Irán en México y por las autoridades mexicanas. Al día siguiente El Universal señaló: "La Procuraduría General de la República informó que el gobierno de Estados Unidos rechazó tener algún reporte sobre entrenamiento de sicarios de cárteles mexicanos en Irán. La Procuraduría General de la República informó que el gobierno de Estados Unidos rechazó tener algún reporte sobre entrenamiento de sicarios de cárteles mexicanos en Irán. En una carta enviada a este periódico, la dependencia afirmó que consultó sobre el particular a las áreas competentes en Washington, que “niegan la existencia de algún documento con esa información”.
He leido los "reportajes" de Doris Gómora no tienen muchos sustento, sus fuentes son sólo una, y en muchos casos gente de la DEA; ah! y en los casos que ha sido desmentida no replica.
Recuerdo -y eso fue un acierto como reportera- que formó parte del equipo de investigación que descubrió a Miguel Cavallo, entonces director del Registro Federal de Vehículos (Renave) era en realidad un militar argentino que formó parte de la Escuela Militar naval durante la dictadura argentina.
***
Editorial EL UNIVERSAL, 30 de diciembre de 2009;
El narco se quita la máscara
El asesinato que cometió un grupo de sicarios —contra la familia indefensa del marino caído en la persecución de Arturo Beltrán Leyva— es un mensaje ya no para las autoridades, el gobierno de Felipe Calderón, las Fuerzas Armadas o rivales de otras organizaciones. Es un mensaje para todos los mexicanos, desde madres hasta hermanos, que dice lo siguiente: cualquiera que se atreva a oponerse a “nosotros” —los cárteles— ya sea por acción, palabra o incluso consanguinidad, terminará muerto junto con todos a quienes ama.
Apenas ayer, en Ciudad Juárez, un comando disparó con ametralladoras contra un camión de la Ruta 1B mientras los pasajeros abordaban la unidad. Fue una represalia porque los camioneros no pagaron las “cuotas” de protección que el crimen organizado les impuso.
Se trata en ambos casos de un escalón más hacia la cúspide de la bestialidad criminal: el narcoterrorismo. Lo que sigue, advierte la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), serán ataques contra civiles en plazas comerciales, puentes, estaciones de transporte público y celebraciones masivas. El objetivo: generar pánico para obligar a la población y a las autoridades a someterse.
La conmoción pública que ocasionó la ejecución de la familia del marino confirma las peores predicciones que se tenían desde hace años sobre la “colombianización” de México, pero lo que todavía no sucede aquí —y que sí ocurrió allá— es la indignación generalizada de la opinión pública en contra de los narcos y su identificación clara, por parte del grueso de la gente, como enemigos del pueblo. ¿Qué desencadenó en el país sudamericano dicha unión ciudadana? El asesinato del periodista Guillermo Cano en 1986, detractor de la corrupción entre la clase política y el narcotráfico, un crimen que estremeció a la sociedad colombiana porque estaba precedido de los homicidios del ministro de Justicia, el presidente de la Corte Suprema de Justicia y el director de la Policía Nacional. ¿Qué hace falta en México para llegar a ese hartazgo, para convencernos de una vez por todas de que los narcos no son hombres de negocios de raigambre popular cuyas hazañas son dignas de admiración, sino mercenarios que están dispuestos a matar a quien sea con tal de conservar su dinero y poder?
Es cierto que el narcotráfico en México es para cientos de miles de personas casa, vestido y comida, pero también lo es que a los líderes de ese negocio sólo les importa el pueblo en la medida en que les sirve como consumidores y carne de cañón. Nada debería tener qué ver en esa convicción la simpatía o la animadversión que tengamos por el gobierno federal y su cruzada antidorgas.
Ojalá no tengan que llegar las bombas a las escuelas y los centros comerciales para que entendamos este problema ya no como una pugna entre gobierno y rebeldes, sino como una lucha entre inocentes y asesinos.
***
Columna Bajo Reserva; 30 de diciembre de 2009
Por ningún motivo
Por ningún motivo las autoridades mexicanas deberán echar en saco roto la advertencia lanzada por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos conocida como DEA, sobre la posibilidad de que objetivos civiles se conviertan en blanco de las acciones criminales del narcotráfico. Saben, y al perecer cuentan con información para sustentar la alerta, que los cárteles de las drogas están dispuestos a todo para no ceder un palmo de sus territorios de operación. Ya se vio con el asesinato a mansalva de familiares del Tercer Maestre de Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina, Melquisedec Angulo Córdova, quien falleció en el enfrentamiento donde fue abatido Arturo Beltrán Leyva. El informe de la DEA revela que días aciagos estarían por venir en México si no se toman las medidas para contrarrestar la acción de los barones del narco. Colombia es un ejemplo claro de lo que pude suceder aquí. La detonación de carros bomba en edificios públicos, escuelas, bancos y hasta en medios de comunicación. En otras palabras, el terrorismo puro en las principales ciudades colombianas, incluso en Bogotá y Medellín. Lo detectado e informado por la DEA a México, pues, debe ser tomado muy en serio para no enfrentar lo que Colombia vivió en los años ochenta.
**
EE UU advierte narcoataques contra civiles
Doris Gómora
El Universal, Miércoles 30 de diciembre de 2009
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) detectó e informó al gobierno de México la posibilidad de que los cárteles del narcotráfico ejecuten actos violentos contra de fuerzas federales, estatales y locales, e incluso contra “blancos civiles”.
De acuerdo con un informe interno de la DEA, los cárteles mexicanos planean ataques a objetivos como plazas comerciales, puentes y estaciones de transporte público, como el Metro, y terminales de autobuses, así como en actos masivos por las fiestas de la época, pero no se precisa si las organizaciones criminales tienen motivos en particular para ejecutarlos.
Los ataques, según la DEA, pueden suceder en los estados de México, Michoacán, Nuevo León, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Zacatecas e incluso el DF.
Una fuente del Departamento de Justicia, que no puede ser identificada por no estar autorizada para hablar sobre el tema, dijo que los embates con granada que han sufrido en los últimos días puestos de policía en algunos estados forman parte de ésta escalada de violencia sobre la que advirtió al gobierno de México.
Desde principios de diciembre, organizaciones como Los Zetas han agredido con disparos y granadas sedes policíacas y lugares relacionados con las fuerzas federales, en Guanajuato, Guerrero, Sonora, Chihuahua y recientemente Michoacán. También se han dado agresiones en comercios y en un autobús de pasajeros.
El pasado 10 de diciembre, en entrevista con EL UNIVERSAL, Antonio L. Mazzitelli, representante regional de la Oficina de las Naciones Unidades contra la Droga y el Delito, afirmó que en México los cárteles del narcotráfico han recurrido al terrorismo como una forma de obligar a la población civil, y en particular a las autoridades, a lograr pactos.
Tras los ataques simultáneos en Sonora a un restaurante, una gasolinera y una sucursal bancaria, el pasado 7 de diciembre, el representante de la ONU señaló que el terrorismo indiscriminado es síntoma de enorme debilidad del crimen organizado. “Eso podría indicar que probablemente se están logrando resultados (en la lucha contra la delincuencia)”, dijo
Restringen a diplomáticos
Al respecto, la agencia antidrogas estadounidense ha pedido al personal de la embajada de Estados Unidos limitar sus movimientos y mantenerse alejados de áreas concurridas, y de otros lugares en Michoacán que han sido atacados anteriormente por narcotraficantes.
La agencia destaca en su informe la amenaza que representan en estos momentos los cárteles de Sinaloa y el Golfo, La Familia Michoacana y Los Zetas, y señala a instalaciones del Ejército y de la policía en Ciudad Juárez, Uruapan, Lázaro Cárdenas, Apatzingán, ciudad de México, Tijuana y otros lugares, donde el crimen organizado tiene bases, como blancos de ataque de los grupos criminales.
El reporte de la DEA alude a una alerta que se hizo al gobierno de México para el 1 de enero, en donde estarían involucrados Los Zetas, y hace referencia de miembros de grupos terroristas relacionados con el cártel del Golfo y Los Zetas entrando por Guatemala hacia Estados Unidos.
Peligro latente
La agencia plantea los posibles ataques e incremento de la violencia de los cárteles durante el lapso de diciembre a febrero de 2010, como parte de una estrategia que busca amenazar a los gobiernos de México y de Estados Unidos.
Durante los tres años del actual gobierno de México han fallecido poco más de 15 mil 500 personas en el marco de la guerra contra el narcotráfico, y se han registrado ataques en contra de militares, agentes federales y policías estatales.
Adicionalmente, desde hace seis meses los narcotraficantes adoptaron una estrategia de contraataque de mayor envergadura, o de “alto impacto”, según la Secretaría de Seguridad Pública Federal y de la Procuraduría General de la República.
El Departamento de Estado mantiene la alerta a los estadounidenses que pretendan viajar o visitar México, sobre la violencia “que afecta muchas partes del país, incluyendo áreas urbanas y rurales”.
El gobierno de Estados Unidos pide a sus ciudadanos mantenerse atentos en lugares como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Nogales, Matamoros, ciudad de México, Acapulco, y en entidades del país como Sinaloa, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Durango.
También previene de los retenes militares como parte de las operaciones de la lucha contra el narco, y pide a sus ciudadanos que cooperen con ellos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario