Casa Editorial EL TIEMPO anuncia cambios en dos de sus medios de comunicación
Revista Cambio se convertirá en mensual y el diario HOY saldrá de circulación.
La Casa Editorial El Tiempo agradece muy especialmente al equipo periodístico encabezado por Rodrigo Pardo y María Elvira Samper por la dedicación y entrega con la que se desempeñaron al frente de la revista durante la etapa que ahora se cierra.
Réquiem por una revista
Revista Semana, 6 de febrero de 2010;
Con la desaparición de 'Cambio' como medio de opinión todo el mundo perdió.
El final llegó en forma abrupta y escueta. El miércoles al mediodía, Luis Fernando Santos citó a su despacho al director de la revista Cambio, Rodrigo Pardo, y lo mismo hizo el vicepresidente de la Casa Editorial El Tiempo, Guillermo Villaveces, con la editora, María Elvira Samper. El motivo era comunicarles una decisión ya tomada: Cambio pasaría a ser una revista mensual y en su nueva reestructuración no se requerirían sus servicios. Posteriormente Villaveces se reunió con la redacción para transmitirles la noticia.
El shock no pudo haber sido más grande. Los periodistas habían escuchado rumores de que el Grupo Planeta podía tener algunas preocupaciones en relación con la rentabilidad y el enfoque editorial de la revista, pero nadie anticipó que ese proceso fuera a desembocar en el fin de Cambio como revista de opinión. La versión mensual que anunciaron sus propietarios que mantendrían será una revista con temas de interés general como viajes, salud, medio ambiente y tendencias. Con esta decisión se cierra un capítulo muy importante en la historia del periodismo colombiano.
Pocas publicaciones habían generado tanta expectativa como la que tuvo Cambio en el momento de su nacimiento. En esa época, 1993, representaba la llegada a Latinoamérica y a Colombia de Cambio 16 España, la revista que fue considerada el gran fenómeno periodístico en ese país durante la transición de la dictadura a la democracia. Su fundador, Juan Tomás de Salas, se convirtió a través de este medio en uno de los protagonistas de la vida nacional en el posfranquismo.
El primer país escogido para la conquista del mercado latinoamericano fue Colombia. Esta decisión obedeció a dos razones: por una parte, era el lugar donde había vivido su exilio Salas durante el gobierno de Franco. Por otra, la publicación española tenía en su equipo a dos de los pesos pesados del periodismo nacional, Daniel Samper Pizano y Antonio Caballero, quienes se trasladaron a Colombia para iniciar el proyecto.
En una primera etapa la revista fue propiedad exclusiva de los españoles, quienes nombraron como su director a Darío Restrepo y como presidenta a Patricia Lara. La revista fue un éxito automático desde su lanzamiento, con golpes periodísticos como la carátula de Carlos Ossa Escobar cuando fue detenido en la aduana con una dosis de marihuana en el bolsillo y que se tituló ‘Mi nombre me sabe a hierba’. Noticias originales de esta naturaleza, así como importantes investigaciones y denuncias sobre politiquería y corrupción hicieron de Cambio una publicación de lectura obligatoria en la clase dirigente.
Sin embargo, a pesar de ese prestigio, las cifras no daban. En prensa escrita es muy difícil llegar al punto de equilibrio y cuando no se alcanza, las pérdidas pueden ser cuantiosas y crónicas. Eso le estaba sucediendo a la revista. Y a todas estas, el imperio de Juan Tomás de Salas en España se estaba viniendo abajo. Su casa editorial, Grupo 16, había hecho varias apuestas arriesgadas como la creación de Diario 16 para competirle al periódico El País, de Prisa, que no dieron resultado. La situación se volvió insostenible, el grupo se declaró en quiebra y fue vendido por la simbólica cifra de una peseta.
En ese contexto un equipo de periodistas encabezado por Patricia Lara compró la edición colombiana, y al nombre de la revista se le quitó el número 16 y quedó solamente Cambio.
Durante ese período, en el que Eduardo Arias y la propia Patricia fueron directores, se mantuvo la calidad periodística con importantes primicias como la que dio inicio al proceso 8.000, cuando la periodista María Cristina Caballero denunció que los Rodríguez Orejuela habían donado unas camisetas para la campaña de Ernesto Samper, o de la participación de varios oficiales del Ejército en la masacre de Mapiripán. Sin embargo, al igual que en los primeros años, el hueco financiero no se pudo solucionar y Patricia terminó vendiéndoles la publicación a Gabriel García Márquez y a un grupo de periodistas. Esa transacción acabó generando aun más expectativa que el nacimiento. No sólo estaba el enorme prestigio del Nobel colombiano, sino que entraron como socios varias de las plumas más influyentes del país en lo que fue denominado el ‘Dream Team’. En este equipo estaban Mauricio Vargas, Roberto Pombo, María Elvira Samper, Ricardo Ávila, Édgar Téllez y Pilar Calderón.
Con la calidad y el prestigio de este equipo la revista aumentó rápidamente su circulación y llegó a adquirir renombre incluso más allá de las fronteras colombianas. Sin embargo, se trataba de puro talento sin músculo financiero y cada integrante del grupo se estaba jugando su propio patrimonio en esa aventura.
Las pérdidas de siempre hicieron que la apuesta no durara sino hasta 2006, cuando la Casa Editorial El Tiempo adquirió la revista. La expectativa era que con el soporte del primer conglomerado de medios del país se generarían sinergias que rápidamente le darían la vuelta al balance. Además se consideró que una revista de opinión sería un valor agregado al grupo editorial de los Santos en su proceso de búsqueda de un socio estratégico.
Durante la negociación entre la Casa Editorial El Tiempo y el Grupo Planeta, Cambio fue parte importante del abanico de publicaciones que adquirían los españoles. Lo que nadie previó es que el mundo editorial cambiaría en ese momento por la doble circunstancia de una profunda recesión económica y la penetración de Internet como alternativa de lectura gratis.
Paradójicamente, en medio de esta crisis, la revista vivió un excelente momento periodístico. En 2009 tuvo varias de las denuncias y chivas más importantes del año, como la revelación del acuerdo para instalar las bases militares de Estados Unidos; las narcograbaciones del director de Fiscalías de Medellín, Guillermo León Valencia Cossio, y sobre todo, el escándalo de Agro Ingreso Seguro. El periodismo que estaba haciendo Cambio no era de oposición rabiosa ni sesgada, sino independiente y crítico del nivel que todo el mundo reconoce.
Aunque desde su inicio Cambio siempre fue una revista muy influyente, no es exagerado afirmar que el año pasado alcanzó uno de los puntos más altos de su historia. Por eso resultó tan desconcertante su cierre.
Como era de esperarse ante un episodio que es tan significativo para el mundo de los medios de comunicación, hay versiones encontradas sobre las verdaderas razones que llevaron a ese desenlace. Los actuales propietarios y directivos de la Casa Editorial El Tiempo invocan razones económicas. Los periodistas, en cabeza del director Rodrigo Pardo y la editora María Elvira Samper, creen que primaron consideraciones editoriales.
De lo que no hay duda es de que con el cierre de la revista todo el mundo perdió: algunos periodistas, sus puestos; Planeta, algo de imagen, y el periodismo colombiano, uno de los medios más respetados de los últimos años.
Semana.com ©2008.
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