Columna Estrictamente Personal/ Raymundo Riva Palacio
La tramposa, entrampada
Ejecentral.com, 10 de marzo de 2010;
Su soberbia y prepotencia finalmente tocaron fondo. Beatriz Paredes, la líder nacional del PRI, quiso engañar al PRI, ponerle una trampa al gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, y seguirle haciendo favores al presidente Felipe Calderón, pero el cóctel molotov le estalló en las manos. La revelación de que firmó un acuerdo con el dirigente del PAN César Nava para que ese partido no buscara alianzas electorales acabó con sus aspiraciones presidenciales para 2012 y le dio un golpe a su interlocución dentro del partido y a su capacidad de liderazgo. Está muerta, dijo -con palabras altisonantes- Peña Nieto, el artífice de su caída, reflejando lo que algunos líderes piensan en el PRI.
Paredes se ha encerrado en ella misma, desarrollando numerosas variaciones sobre el mismo tema. El martes en el Congreso abrió un largo y agrio debate al volver a decir lo que señaló desde la semana pasada, que el acuerdo no significaba un trueque por la aprobación de la Ley de Egresos, como denunció Nava. Desde un punto rigorista es cierto, pues ese intercambio no se incluyó en el documento que firmaron. Pero las dirigencias priistas saben que Nava no mintió. Y la revelación de la existencia del pacto, inclusive, le da sentido a varios incidentes que se dieron durante la negociación de la Ley de Egresos. Por ejemplo:
* El hecho de que contra toda práctica parlamentaria, la bancada del PRI no estableciera un diálogo con su contraparte en el Senado para discutir la Ley de Egresos. “Todo lo mantuvieron en secreto”, dijo una fuente priista en el Senado. Los senadores Francisco Labastida, Jesús Murillo -secretario general del PRI-, y Rogelio Rueda, miembros del grupo de enlace con los diputados, fueron mantenidos en la sombra de lo que estaban realizando en el Congreso por parte del presidente de la Comisión de Presupuesto, Luis Videgaray, quien los convocaba a reuniones donde no llegaba pues al mismo tiempo negociaba bilateralmente con gobernadores. Llegó al extremo Videgaray de excluir por completo al diputado sonorense Jesús Cano Vélez, muy cercano al líder de los priistas en el Senado, Manlio Fabio Beltrones.
La minuta de la Cámara de Diputados llegó con la propuesta del incremento del IVA en dos por ciento, lo que motivó un rechazo automático del PRD y una oposición del PRI y del PAN. Con los panistas se hizo un trabajo de presión política sobre la mayoría que se oponía, encabezada por Santiago Creel. Ante los priistas, Hacienda dijo que había un boquete fiscal por 380 mil millones de pesos, y que si no se les daban esos fondos adicionales la economía se hundiría. Los gobernadores priistas se asustaron y celebraron un cónclave con los líderes del PRI en Metepec. En esa reunión, Beltrones preguntó tres veces: ”Díganme si hay algún acuerdo que hayan convenido”. Tres veces respondió Paredes que no había nada.
Los senadores, ante la petición de los gobernadores de que no tenían dinero para acabar el año -por falta de recursos ya habían suspendido los programas del Seguro Popular y Oportunidades-, optaron por apoyar un incremento de uno por ciento en impuestos, con modificaciones. Cuando se presentó la contrapropuesta, sucedió otro hecho que hoy cobra sentido:
* El líder de los panistas, Gustavo Madero, le exigió a Beltrones que el PRI votara los impuestos y que cumplieran con su palabra. En aquél momento Beltrones pensó que Madero actuaba con candidez, toda vez que quería que el PRI votara un paquete que ni el PAN estaba dispuesto a apoyar. La decisión priista de que 28 senadores se abstuvieran y sólo votaran los cinco restantes que eran suficientes para aprobar esos incrementos, es lo que argumenta Nava fue la ruptura del convenio de colaboración política firmado con Paredes.
* Todavía con desconocimiento del acuerdo, Paredes se presentó a mediados de enero en la plenaria de los senadores priistas, admitió que “los habían chamaqueado” y que tenían razón cuando alegaban que no había que creer en la palabra del gobierno. No entendieron, hasta recientemente, que la líder estaba realizando un control de daños, y que ese discurso probablemente fue motivado porque al ver que avanzaba la alianza electoral en Oaxaca, se dio cuenta que el acuerdo estaba roto.
En esos momentos, sugieren priistas, comenzó su operación de salvamento personal. En el equipo de Peña Nieto descubrieron que varias copias del documento firmado en Gobernación estaban siendo distribuidas a algunos periodistas y políticos. Quien primero lo señaló contundentemente fue Carlos Loret de Mola, el 25 de febrero en la parte final de su columna en El Universal. Pero una semana antes, en una entrevista de radio, Joaquín López Dóriga le preguntó insistentemente a Peña Nieto sobre el documento, y nunca negó su existencia. Hasta la semana pasada Peña Nieto decidió hacer público el pacto secreto en una entrevista de televisión programada hacía un mes con Adela Micha. La pregunta del porqué hizo estallar el escándalo, a sabiendas que también lo afectaría, fue respondida por uno de los cercanos a los líderes del PRI: “Entró en pánico al creer que Beatriz le iba a poner una trampa”.
No hay confirmación de que ello haya motivado en efecto a Peña Nieto a destapar el acuerdo, pero sí hay indicios de que Paredes ya venía trabajando en su contra. En una plática con el ex presidente Carlos Salinas sobre Peña Nieto, Paredes le dijo que no veía que tenía suficiente fuerza para llegar a la candidatura. Pero al mismo tiempo, declaró a la prensa que Peña Nieto era el único candidato que tenía el PRI para 2012, lo que obligó al gobernador y a Beltrones a mandar a Emilio Gamboa a declarar que había más aspirantes del PRI a la candidatura para evitar que se concentraran los ataques en el mexiquense.
Los priistas se han venido quejando que Paredes está jugando las cartas a favor del Presidente, no del PRI. De hecho, Calderón decidió remplazar la interlocución con el PRI que tenía con Beltrones desde octubre pasado, cuando optó por Paredes. A través de Paredes buscó la aprobación presupuestal y esta realiza el trabajo sucio de la casa presidencial contra Peña Nieto, a quien ven como el único adversario para 2012 y quieren descarrilarlo. La bomba que explotó Peña Nieto al revelar el pacto lo golpeó a él y a Nava, pero sobretodo a Paredes, a quien le cortó las alas, las pretensiones y los sueños de grandeza para 2012. Dentro del PRI no hay quien pida su cabeza. No hace falta; ya la perdió.
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