22 jul 2012

¿Qué lección deja el fraude que se descubrió en Melate...


La raya de agua/
Eduardo Caccia
Reforma, 22 Jul. 12
¿Qué lección deja el fraude que se descubrió en Melate, de Pronósticos Deportivos, donde varios empleados y un proveedor simularon un resultado para quedarse con el premio de 160 millones de pesos? Mi abordaje intenta explorar qué motiva psicológicamente a una persona para cruzar la línea entre el bien y el mal. ¿Qué hace que la gente buena haga cosas malas?
La mayoría de nosotros hemos sido víctimas de fraude. Mis primeros recuerdos apuntan a La Merced, mercado popular del DF, cuando me compraron una bolsa rebosante de cacahuates que resultó ilusión óptica: el vendedor doblaba por dentro el fondo de la bolsa de papel, hacia la superficie y lo que parecían 5 centímetros eran en realidad uno. Por cierto, muchos empaques hoy en día hacen lo mismo, simulan una impresión de tamaño que no concuerda con el contenido, los motiva una decisión de negocios, no una decisión ética.
La diferencia entre visualizar un tema como de negocios o de ética ha demostrado tener profundas implicaciones en la forma como tomamos decisiones.
La historia de Toby Groves, sintetizada en Psicología del fraude: ¿por qué gente buena hace cosas malas?, de Joffe-Walt y Spiegel, es profundamente aleccionadora. En 1986, cuando Toby tenía 20 años, encuentra a su padre en el suelo. No era un infarto sino un evento devastador: el padre sostenía un periódico donde otro de sus hijos había sido capturado por fraude a un banco. En ese momento el padre de Toby le hizo prometer que nunca haría algo igual. Veintidós años después, y pese a su promesa, fue Toby quien apareció en la prensa, por el mismo delito.
¿Es la conducta delictiva genéticamente heredable? Los científicos no han encontrado tal gen, pero los investigadores sociales han descubierto que la propensión al mal es contagiable, entre otras cosas, por una razón asombrosa: nos gusta ayudar a las personas.
Groves urdió un gran fraude financiero simulando ingresos y propiedades, con la ayuda de colegas. ¿Por qué le ayudaron a mentir? La hipótesis apunta a que los que participaron en el fraude no vieron el contexto ético, los motivó hacer un favor personal. El escándalo de lavado de dinero en el banco HSBC comparte el mismo razonamiento.
Se asume que la gente es capaz de discernir entre el bien y el mal, y que existe una gran muralla entre los dos territorios, la realidad es que los divide una raya de agua, frágil, fácilmente vulnerable, si se presentan las condiciones adecuadas: el poder del contexto. Uno de estos elementos es la forma en como se presenta la disyuntiva entre hacer o no hacer algo.
En un experimento se influenció a un grupo bajo temas de negocio, a otro bajo temas éticos. Se les hicieron las mismas preguntas. Cuando se les pidió justificar sus decisiones, el primero argumentó cosas como "¿qué podría ganar?, ¿cómo afectará el futuro?", mientas que el segundo "¿es esto justo?, ¿afectaré a otra gente?". Las improntas condicionan decisiones.
El vendedor de cacahuates claramente ve una situación de negocio, ganará más simulando que la bolsa contiene más producto. Los defraudadores del Melate obraron con la misma lógica. En ambos casos opera una especie de ceguera ética, lo que presupone modificar el enfoque sobre cómo prevenir el fraude y aceptar algo que suena incómodo y hasta podría provocar acaloradas discusiones: la mayoría de los fraudes son no intencionales (aunque sí conscientes).
Se sabe que muchos empresarios gasolineros comenten fraude al vender pseudolitros. Claramente lo ven como una decisión de negocios, quienes deciden no hacerlo, por verlo del lado de la ética, son atacados por el gremio, amenazan la sobrevivencia del sistema.
Reconocer las debilidades humanas, la raya de agua, debería ser un principio preventivo de fraudes. También es sugerente sembrar y fortalecer principios de ética en las nuevas generaciones.
La mente es una máquina de asociaciones: el vendedor de cacahuates sabe que nunca se ganará el Melate porque "está arreglado". El funcionario de Melate sabe que en aquella estación de gasolina lo engañan con litros-ficción. Muchos servidores públicos ven su posición en términos de rentabilidad financiera. Somos el país de los negocios, donde la ética escurre por la coladera.
ecaccia@mindcode.com

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