El Presidente Peña Nieto ayer martes 8 de enero de 2013 en la
XXIV Reunión de Embajadores y Cónsules de México/discurso
Muchísimas gracias.Muy buenas tardes a todas y a todos ustedes.
Quiero saludar con agradecimiento y con respeto a quienes nos hacen favor de acompañar, representando al Poder Legislativo y al Poder Judicial.
Al Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Al Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Al Ministro de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Agradecer la presencia de quienes han sido Cancilleres de nuestro país, y que no sólo están presentes en esta comida, sino que, también, han participado en todos los trabajos que la Cancillería organizó con la presencia de nuestros Embajadores y de nuestros Cónsules.
Quiero
saludar, también, la presencia de muy distinguidos Gobernadores de distintas
entidades del país que, también, han participado en estos
trabajos y que gentilmente nos acompañan en esta comida.
Quiero agradecer la participación y presencia de
académicos, intelectuales, empresarios, legisladores, que han participado en
nuestros trabajos realizados, y de los cuales ya ha informado el señor
Canciller.Muchas gracias por enriquecer la visión que, desde su ámbito de actuación y de participación social, tienen de México, y la que expresan a través de ustedes debe enriquecer la posición y trabajo de nuestros representantes en el exterior.
De manera muy particular, quiero saludar a las señoras y señores Embajadores, Cónsules, a quienes por primera ocasión tengo oportunidad de saludar en mi carácter de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
A varios de ustedes, en ocasiones distintas, les pude saludar, contar con su apoyo y respaldo a tareas institucionales que en otros momentos tuve, pero que ahora tengo el privilegio de poderles saludar, y de, con toda claridad, señalarles cuáles son las tareas y la misión que habrán de llevar a cabo como representantes de nuestro país.
Señores representantes de los medios de comunicación:
Me alegra reunirme con el Cuerpo Diplomático de nuestro país, con Embajadores y Cónsules, quienes tienen la elevada responsabilidad de representar a México en el exterior.
Les expreso mi reconocimiento por su compromiso de velar por los intereses de México en el mundo.
Durante décadas, la diplomacia mexicana ha sido reconocida por su contribución a la paz, a la cooperación internacional y a las causas más nobles de la humanidad.
A lo largo de su historia, México ha sido cuna de extraordinarios diplomáticos, como Matías Romero, Isidro Fabela, Genaro Estrada, Ezequiel Padilla o Alfonso García Robles, entre otros. Más recientemente, sus Cancilleres han dirigido con institucionalidad la diplomacia mexicana.
Su presencia en esta reunión es símbolo del momento de concordia, madurez y acuerdo político que vive nuestra Nación.
Celebro que en esta reunión estén presentes los señores representantes, también, de los Poderes de la Unión y Gobernadores de las entidades. Ello refleja que la política exterior del Estado mexicano es un factor de unidad y de corresponsabilidad.
Esta reunión anual del Cuerpo Diplomático, que tengo oportunidad de encabezar, es propicia para compartirles las grandes metas nacionales que esta Administración se ha fijado y por las que habrá de trabajar durante los siguientes, ya menos, pero casi seis años.
Quiero empezar detallándoles el contexto en el que comienza esta Administración.
Primero. Hay que decir, México atraviesa por una condición muy positiva. Coyuntural y estructuralmente están dadas las condiciones para que México pueda detonar todo su potencial en los albores del Siglo XXI, que, realmente, tengamos oportunidad de acelerar nuestro paso en la transformación, pero, sobre todo, en el desarrollo y progreso de México.
Tanto al interior, como fuera del país, tenemos una excelente oportunidad para transformar y mover a México. Hay una alentadora perspectiva para el año 2013. México es un país con una sólida estabilidad macroeconómica y un bajo nivel de deuda con relación al tamaño de su economía.
Este año, en adición, el Paquete Económico aprobado por el Congreso de la Unión fue, o contempla, cero déficit fiscal. Mientras que otros países de diversos continentes tienen dificultades financieras e, incluso, en algunos han estado al borde del colapso, México tiene una fortaleza y certidumbre económicas.
Contamos, asimismo, con sólidas instituciones y una democracia electoral que transita hacia lo que queremos promover y consolidar en los próximos años: una democracia que realmente sirva al cumplimiento de mayores resultados y beneficios para todos los mexicanos.
Como no se había tenido en décadas, existe, también, un gran consenso político para impulsar cambios de fondo.
El Pacto por México es una muestra clara de la voluntad y amplias coincidencias que existen entre las fuerzas políticas nacionales, legisladores y el Gobierno de la República para transformar a nuestro país. Hay visión y, también, hay rumbo claro.
Trabajaremos arduamente para alcanzar las cinco grandes metas nacionales que postulé desde mi Toma de Posesión, y que hoy quisiera revisar con ustedes, a quienes serán, no sólo portavoz o portavoces de este mensaje, sino quienes desde el exterior y como representantes de México, deseo y les instruyo para que contribuyan a que estos cinco grandes objetivos se puedan cubrir cabalmente.
El primero de ellos. Lograr un México en paz. Donde el ciudadano y su familia estén en el centro de las políticas de seguridad.
Con este propósito, precisamente, en este mismo recinto, hace apenas algunas semanas, anuncié una nueva política de Estado por la seguridad y la justicia de los mexicanos, basada, entre otras acciones, en la planeación, en la prevención, en la protección y el respeto a los derechos humanos; una mayor coordinación real entre los distintos órdenes de Gobierno; una transformación institucional para cambiar aquello que ya no resulta funcional ante, no sólo el escenario que hoy México tiene en cuanto a la aplicación de la justicia, en cuanto a procuración de justicia, sino también en cuanto a la forma en que estamos enfrentando la violencia y el crimen organizado.
Y de igual forma, el compromiso para que esta política tenga una permanente evaluación, que nos permitan reforzar aquellas acciones que realmente estén dando mejores resultados y, de ser necesario, reorientar, también, las políticas o estrategias que se estén siguiendo, que no estén claramente dando los resultados deseados.
Segunda meta, y de mayor prioridad: Alcanzar un México incluyente, que atienda de raíz la pobreza y cierre la brecha de desigualdad que aún, lamentablemente, divide a los mexicanos.
Habremos de poner en práctica políticas sociales de nueva generación, que nos permita no sólo llevar un mínimo de apoyo a quienes más lo necesitan, sino lograr, realmente, que aquellos que son objeto de nuestra atención, o sujetos de nuestra atención, puedan encontrar un entorno y formas de participación en la vida productiva de nuestro país.
Tercer meta. Construir un México con una educación de calidad. Debemos superar rezagos y estar al nivel de las naciones más desarrolladas.
El primer paso que se está dando para alcanzar ese objetivo es la Reforma Educativa, que modifica al Artículo 3° Constitucional, y que actualmente se encuentra en proceso de aprobación por el Constituyente Permanente.
Se trata de una reforma que promueve la calidad de la educación, que incentiva y apoya la profesionalización y el desempeño de los maestros.
Cuarta meta. Trabajar por un México próspero. Nuestro modelo económico será uno de libre mercado, pero con un gran sentido social.
Nuestro país seguirá siendo una economía abierta al mundo, promotora del comercio mundial y garante de la inversión extranjera que confía en nuestro país.
El Gobierno de la República facilitará las inversiones y, ante todo, será respetuoso de la propiedad privada y de la ley.
Habrá certidumbre jurídica para los proyectos de inversión que se realicen en nuestro país.
Parte esencial de nuestra política económica serán las políticas de fomento al desarrollo regional, para aprovechar el valor estratégico de nuestro territorio y que, para tal propósito, se hiciera una Reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que ahora concibe o concibió la creación de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Esta nueva dependencia del Gobierno de la República está diseñada y tiene por tarea y por misión, precisamente, establecer un marco integral para el desarrollo urbano, para la debida planeación territorial de nuestro país. De tal suerte que se puedan aprovechar de mejor manera las vocaciones económicas de las distintas regiones del país y se ponga orden en el crecimiento de las zonas urbanas que esté teniendo nuestro país.
Los avances que logremos concretar en estos ámbitos nos permitirán cumplir con un quinto objetivo que señalé el día 1 de diciembre: Hacer de México un actor con mayor responsabilidad global, que participe propositivamente en el mundo y fomente la cooperación entre las naciones.
Durante los próximos seis años, México basará su política exterior en los principios de Estado contenidos en nuestra Constitución.
México estará abierto al mundo y a las experiencias de éxito de otros países. Vamos a hacer que la política exterior contribuya al desarrollo interior de nuestro país.
Como parte del Cuerpo Diplomático, su desempeño y compromiso serán cruciales para concretar alianzas estratégicas con otros países y desarrollar proyectos diversos, que puedan apoyar la consolidación de un mayor desarrollo económico de nuestro país.
Queremos, por ejemplo, que haya más mexicanos con oportunidad de estudiar becados en otras partes del mundo, que se puedan especializar en las ramas más innovadoras del conocimiento.
Buscamos, también, concretar y poner en marcha proyectos científicos conjuntos. Nos esforzaremos por generar intercambios tecnológicos, que den mayor valor agregado a los productos que en México se generen.
Trabajaremos con gobiernos de otras latitudes para conocer de sus experiencias y desarrollar políticas públicas acordes a los retos del país. También, lograremos que México tenga un liderazgo mundial y regional, proporcional a su peso económico, demográfico y cultural; que sea referente para otras naciones y un promotor de los mejores valores del hombre.
En su momento, como Presidente Electo, visité varias naciones hermanas. En todas las regiones y países encontré un gran respeto y reconocimiento hacia nuestra Nación y a sus instituciones.
También, escuché grandes coincidencias, respecto a lo que analistas y expertos económicos del mundo ya están anticipando que éste, sin duda, es un momento para México, es un momento de oportunidad, donde desde el exterior, como ustedes seguramente lo están palpando, lo están sintiendo, y bien, lo pueden testimoniar, ven en México un país dentro del orbe con gran potencial de crecimiento, con una prospectiva de desarrollo hacia los próximos años, que despierta confianza y que atrae la atención, y espero que ésta se multiplique, mayor inversión productiva para nuestro país.
Es un momento que nos demandará arduo trabajo y dedicación. Para el Cuerpo Diplomático, estoy convencido, será una gran y espléndida oportunidad de servir a su país.
Ustedes, Embajadores y Cónsules, son la voz de nuestra Nación en el exterior. Ustedes tienen en sus manos la elevada responsabilidad de prestigiar a México en el mundo.
Siéntanse, como seguro estoy, lo están, orgullosos en todo momento de representar a México, de representar a esta gran Nación. A un país con historia, culturas milenarias, recursos extraordinarios, una posición geográfica inmejorable, bellezas naturales únicas, y lo mejor de todo: un país de gente trabajadora, cálida, hospitalaria, y con sentimientos nobles y de compromiso con los valores más altos que la humanidad puede tener.
Ser Embajador o Cónsul de México siempre, estoy seguro, ha sido un enorme privilegio. Pero en este gran momento que está viviendo nuestro país, es y debe ser, creo yo, una gran oportunidad de vida; un privilegio de vida el poder representar a México ante distintos países, para posicionar a México, para hablar bien de México; para que en su testimonio, en su voz, en la experiencia que compartan en esas latitudes, se revalore y se reposicione a México como la gran Nación que es.
Aprovecho esta oportunidad para reconocer al Servicio Exterior Mexicano por el trabajo realizado por muchos años y, sobre todo, por el gran compromiso que tienen por delante.
Estoy consciente de que en ocasiones deben cumplir con su elevada encomienda en condiciones, a veces, de estrechez financiera o de recursos humanos.
A esto, estoy seguro, que estará muy sensible el nuevo Canciller, y que hoy seguro estoy, y que espero que la disposición y apoyo, y respaldo que tenga del Gobierno de la República, a través de la Secretaría de Hacienda, y que nos dé crédito público, sea mayor a la que tuvo con el anterior Secretario de Hacienda.
Sepan que trabajaremos juntos para cambiar estas situaciones adversas y que hoy requieren un fortalecimiento importante para el debido trabajo de quienes nos representan en el exterior.
Hoy, cuando México ha entrado en una etapa de su vida democrática y se dispone a acelerar su desarrollo, ustedes serán un factor clave para construir las relaciones internacionales que ayuden a hacerlo posible.
En lo político, en lo económico, en lo académico, en lo cultural, y en lo social, parte esencial de su tarea es lograr un entorno favorable para que nuestro país desarrolle todas sus capacidades y todas sus potencialidades.
En este 2013, y durante todo el sexenio, ustedes tendrán la distinción de representar a un país en transformación, en crecimiento; a un país que estará en ascenso; un país en el que los mexicanos creemos en nosotros mismos y confiamos en nuestra capacidad transformadora.
Que hemos asimilado la transición y el cambio político y democrático que nuestro país ha venido experimentando, y que todos, más allá de lo que puedan ser diferencias entre unos y otros, nos anima a todos, sin duda, el que México transite por la ruta de crecimiento, de desarrollo, de oportunidades, de hacer más efectivos los derechos para todos los mexicanos.
Y que podamos, realmente, combatir de raíz y con mayor eficacia todo aquello que nos deja hoy tener, lamentablemente, escenarios de pobreza, de marginación y de gran desigualdad social en distintas partes de nuestro país.
Vivirán, espero yo, una de las etapas más emocionantes y fructíferas de la diplomacia mexicana. Representarán a un país comprometido con la democracia, la libertad y el desarrollo sustentable.
En el país donde se encuentren, tengan en mente que todo lo que se haga en las relaciones internacionales tendrá un principio rector: contribuir a que estas cinco grandes metas nacionales se puedan alcanzar.
Se dice fácil. Son cinco grandes objetivos. Y mi propósito y mi orientación invariable será alinear los esfuerzos de todo el Gobierno de la República para que cada una de las áreas del Gobierno, de la que ustedes son parte, contribuya en forma alguna, a que se cumplan estas cinco grandes metas nacionales.
Estoy convencido de que ésta es la hora de México; que es la hora, también, para la diplomacia mexicana.
Les pido a todos ustedes, a todas y a todos ustedes, que sean ustedes quienes difundan lo mejor de México. Que sean quienes puedan realmente convertirse en una voz que se escuche fuerte, de lo grande, del gran valor y de la fortaleza que México tiene en el mundo.
Que el mundo sepa que México, también, quiere asumir su responsabilidad global, con una mayor solidaridad con los pueblos hermanos. Que los objetivos que nos trazamos, o que nos estamos trazando en materia de política exterior, será el de tener una mayor cooperación con los países hermanos.
Y que esto nos permita asumir esta responsabilidad de solidaridad global que el mundo demanda de nuestro país.
Los exhorto a impulsar la cooperación internacional en todos los ámbitos para cumplir, insisto, con esta responsabilidad global.
Sean agentes de comercio y las inversiones recíprocas; contribuyan a apuntalar el liderazgo de México en los principales foros internacionales. Personalmente, confío en los diplomáticos mexicanos y sé que cada uno de ustedes será factor de conciliación y de paz entre las naciones de la Tierra.
Yo celebro tener este primer encuentro con todas y todos ustedes, en esta primera oportunidad de acercamiento con quienes habrán de representar al Gobierno de la República, al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, en distintas latitudes.
Yo les pido que asuman con enorme compromiso pero, sobre todo, con una gran pasión, la defensa y el trabajo comprometido en favor de estos cinco grandes objetivos que este Gobierno se ha trazado.
Y lo que deseo se evite durante este tiempo y esta Administración, es que quienes representan a México en otras latitudes estén ajenos, alejados. Y pareciera que siendo parte del Gobierno de la República están, a veces, marginados o alejados de las líneas de acción que este Gobierno habrá de seguir.
Ustedes son parte de este equipo de trabajo. Confío en la tarea que ustedes tienen encomendada. Ésta que les he compartido, ésta que les confío. Y que me permita, cuando esté en oportunidad de visitar varios de los países en donde ustedes estén representando a México, cerrar, todavía, fortalecer la participación y presencia de México en esos países.
Y ahí, o donde, difícilmente, me resulte difícil estar en el corto o mediano plazo, sean ustedes quienes sean portavoz y sean quienes representen esta visión que hoy les comparto, de quien es el Presidente de México.
Yo estoy seguro que su trabajo será fecundo, que los tiempos que esperan a la diplomacia mexicana habrán de darle mayores frutos, mayores beneficios y permitirán que México se reposicione en el contexto internacional.
A todas y a todos ustedes, les deseo lo mejor para este año, 2013, que estamos iniciando; que en lo personal sea un año de logros y realizaciones, para ustedes y para sus familias, pero que en esta misión diplomática que tienen encomendada se cumpla a cabalidad con los objetivos aquí trazados.
Muchísimas felicidades.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario