"Si antes del 30 de noviembre esta Ley de Víctimas no ha sido publicada, tengan la certeza y el compromiso que habrá de ser promulgada, porque estoy convencido de este instrumento de justicia para México, que además de legal, es de avanzada, moderno, que, sin duda, pone a México a la vanguardia en esta materia..."Enrique Peña Nieto, candidato.
Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación.
Señor Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto; señores Diputados y Senadores del Congreso de la Unión; señor Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos; señor Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; señores dirigentes de los partidos políticos en nuestro país; a los miembros de organizaciones de la sociedad civil y, en especial, del Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad; señoras y señores.
Las víctimas de los delitos no son cifras. Son historias de dolor, familias agraviadas, vidas rotas por la violencia y el crimen.
Hoy, somos testigos del cumplimiento de la palabra empeñada, de la demanda atendida, de la sensibilidad que se expresa en la acción del Estado mexicano.
La Publicación de la Ley General de Víctimas, representa un avance legal y resarce una deuda con quienes fueron presa de la delincuencia o de la mala actuación de la autoridad y sufrieron violación de sus derechos.Para el Gobierno de la República, es prioridad darle atención a quienes, injustamente, han sufrido por la violencia. El mostrarles que no están solos, que el agravio que sufren es, también, de todos nosotros.
Desde candidato, el Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto, nos señaló que el tema de las víctimas de delitos, revestía una singular importancia.
El 28 de mayo del 2012, en una reunión con integrantes del Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad, encabezados por el poeta Javier Sicilia, hizo un compromiso.
Cito textual: Si antes del 30 de noviembre esta Ley de Víctimas no ha sido publicada, tengan la certeza y el compromiso que habrá de ser promulgada, porque estoy convencido de este instrumento de justicia para México, que además de legal, es de avanzada, moderno, que, sin duda, pone a México a la vanguardia en esta materia. Termino la cita.
El 1 de diciembre, en su Mensaje a la Nación, haciendo valer el compromiso adquirido y el acuerdo signado en el Pacto por México, el señor Presidente instruyó a la Consejería Jurídica a desistirse de la controversia constitucional sobre la Ley General de Víctimas, lo cual, se hizo el 5 de diciembre.
Un día después, la Suprema Corte de Justicia de la Nación acordó, favorablemente, el desistimiento y emitió resolución, que fue notificada el mismo 6 de diciembre.
La determinación (¡lease resolución!) causó Estado el 2 de enero, y quedó sin efecto la suspensión de la orden de publicación, por lo que la Secretaría de Gobernación publicó el Decreto el día de hoy, sin necesidad de refrendo.
Se están cumpliendo compromisos. Es una convicción de este Gobierno generar todas las herramientas que sean necesarias para construir un México en paz.
La dinámica del fenómeno delictivo derivó en resolver el problema de las víctimas. Muchas veces, las víctimas y sus familias sufrían doble, porque a su demanda de justicia se le sumaba la descalificación, la deshumanización y el maltrato.
Hay un profundo reclamo. Así lo entendemos y valoramos. Fueron organizaciones de la propia sociedad las que hicieron irrenunciable la solución al problema. A ellas, nuestro respaldo para que su trabajo se realice sin amenazas y sin presiones.
La publicación de la Ley General de Víctimas se inscribe, además, en el marco de un profundo respeto al Congreso, a las decisiones legislativas y al reconocimiento de un trabajo que fue de muchos.
Hay que decirlo claro: La Ley fue aprobada, por unanimidad, en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, demostrando que hay temas que trascienden nuestras diferencias.
Buenas leyes no bastan para generar justicia. Es indispensable que se hagan cumplir. Esta es premisa fundamental. Ganar en eficacia gubernamental, para hacer valer la ley y hacer posible la reparación integral. Las garantías de no repetición dentro de un esquema de responsabilidad y compromiso.
La ley es perfectible, es necesario revisarla para hacerla viable, operativa y, sobre todo, para cumplirle a las víctimas. Con el Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad, y otros actores políticos y sociales, trabajaremos en que la norma no se quede en letra escrita.
Busquemos, entre todos, el acuerdo para construir soluciones que tengan como único fin, contar con una mejor justicia. Ante quienes cometen delitos, que quede claro, aplicaremos la ley con todo el rigor. Y para las víctimas, buscaremos la atención, la reparación y la reconciliación.
Hay que construir, hay que reconstruir el tejido social, y ello empieza con la solidaridad y el respeto con quienes han sufrido la violencia.
Muchas gracias por su atención.
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