- Solidaridad con Ana Lilia Pérez
Revista
Proceso
No. 1899, 24 de marzo de 2013
PALABRA
DE LECTOR
Señor
director:
En
referencia a la carta de la periodista Ana Lilia Pérez que publicó el semanario
Proceso en su edición 1898, respecto a que por su labor ha sido “objeto de
amenazas de muerte, acoso judicial, agresiones, persecución, vigilancia,
intervención telefónica, bloqueo informativo y de un recurrente abuso de poder”,
le solicito de la manera más atenta publicar la siguiente reflexión a la que me
obligó el caso.
Dos
ejemplos de destacadas periodistas escritoras que en los últimos años han
sufrido amenazas y hostigamiento por atreverse a publicar asuntos impublicables:
Ana Lilia con Camisas azules manos
negras: el saqueo de Pemex desde Los Pinos y Anabel Hernández con Los señores del narco, entre otras obras
igualmente reveladoras. Resulta que en la lógica de la clase política, bajo
cualquier circunstancia, el culpable por las malas noticias siempre es el
mensajero, y por tanto hay que castigarlo.
¿Cuál
es, entonces, el futuro del periodismo de investigación en México? ¿Está
condenado a desaparecer bajo la amenaza de que quien publique algo “incómodo”
para algún funcionario público será demandado, acosado, hostigado, perseguido,
sancionado… asesinado?
Como
trabajador del gremio deseo, en primer lugar, que exista entera libertad para
ejercer la profesión aunque sé (o sabemos) que aquélla no es ni será nunca una
graciosa concesión del gobierno; y en segundo lugar, que nuestra profesión deje
de ser tan profundamente solitaria y desvinculada entre sí.
Atentamente
David
Juárez
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