- Golpe a Slim, pero ahí viene la legión extranjera/JESUSA CERVANTES
Revista
Proceso
No. 1899, 24 de marzo de 2013
La
reforma en materia de telecomunicaciones aprobada en la Cámara de Diputados
pone al empresario Carlos Slim en un callejón sin salida, al impedirle acceder
de hecho al must carry y must offer. Pero lo verdaderamente importante es que
los cambios constitucionales permitirán que empresas extranjeras invadan el
sector en su totalidad. Pocas voces en el Congreso protestaron. Una de ellas
fue la de Ricardo Monreal, quien les preguntó a los legisladores que aprobaron
los cambios: “¿Con quién negociaron?”.
Atrincherados
durante siete horas en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de
Diputados, los coordinadores parlamentarios del PRI, PAN, PRD y PVEM negociaban
–lo que les permitieron negociar los integrantes del Consejo Rector del Pacto
por México y Aurelio Nuño, jefe de la Oficina de la Presidencia– algunos
cambios a la reforma en materia de telecomunicaciones.
El
PRI demandaba la reciprocidad en la apertura a la inversión extranjera en
radiodifusión de hasta 49%. El PAN aceptaba sin tener claridad de lo que estaba
haciendo –como más tarde en el pleno lo mostró su coordinador, Luis Alberto
Villarreal García–, siempre y cuando se eliminara de la iniciativa la “opinión
no vinculante del Ejecutivo Federal” en el otorgamiento de nuevas concesiones;
a cambio imponía la opinión “técnica” del titular de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes.
Y
en el fondo de la discusión: La intención del PRI de introducir de manera
subrepticia cambios al must carry (la obligación de la televisión satelital de
ofrecer gratis los canales de televisión abierta) y al must offer (obligación
de la televisión abierta de ofrecer gratuitamente sus canales a concesionarios
de televisión restringida).
Purificación
Carpinteyro, diputada por el PRD que participó en las negociaciones y quien se
consideró “parte intrínseca” de las éstas –así lo dijo desde la tribuna la
madrugada del viernes 22–, fue quien evidenció la mañana del miércoles 20 las
intenciones del PRI de darle un nuevo sentido al must carry y must offer.
La
denuncia frenó la discusión de un dictamen avalado en la Comisión de Puntos
Constitucionales por mayoría –sólo una abstención– que ya contaba con las
firmas de 355 diputados.
El
cambio afectaba en dos de sus apartados a la empresa de televisión satelital
Dish, de la que Carlos Slim es socio comercial. Incluso a uno de estos se le
llamó “párrafo Dish”.
Luego
de siete horas la declaratoria explícita contra el hombre más rico del mundo se
eliminó, pero los priistas dejaron –con la anuencia del PAN, PRD y PVEM– otro
párrafo que terminará por poner en una encrucijada a Slim: Pagar por la
retransmisión de los canales de la televisión abierta (cuatro de Televisa y
tres de TV Azteca) o romper el acuerdo de facturación que tiene Dish con
Telmex, eje de atracción para mantener y lograr nuevos suscriptores.
Si
Dish no rompe su acuerdo y se pretende beneficiar de la regla de la gratuidad
de la retransmisión, Slim tendría que ser sancionado y perder tanto la
concesión de Dish como la de Telmex, según el nuevo apartado que el PRI
finalmente introdujo sin que en esta ocasión Carpinteyro chistara.
La
historia de los pocos pero importantes cambios que el Congreso logró imponer a
la iniciativa de modificaciones constitucionales de Enrique Peña Nieto y del
Pacto por México se inició cuando el PRI decidió poner candados a la inversión
extranjera en una industria que vale 3 mil millones de dólares, la de
radiodifusión (televisión abierta y radio), pero dejó suelta la que vale 10 veces
más, la de telecomunicaciones y comunicación vía satélite y que según la
Cofetel alcanza los 30 mil millones de dólares.
Por
esta razón la madrugada del viernes 22 Ricardo Monreal, diputado de Movimiento
Ciudadano, dijo que los cambios son “una reforma engañabobos, entreguista, que
va a saquear al país”.
El
PAN avaló sin saber
En
su artículo quinto transitorio la iniciativa elaborada por el Pacto por México
establecía la apertura del 100% a la inversión extranjera “en
telecomunicaciones y comunicación vía satélite (televisión restringida, cable,
telefonía móvil, fija e internet) y 49% en radiodifusión.
Este
semanario adelantó (Proceso 1898) que el PRI negociaría con el PAN establecer
el candado de reciprocidad en radiodifusión; esto es que si un país sólo
permite invertir 20% en esta materia, entonces México aceptaría la
participación extranjera en la misma proporción.
A
las 11 de la mañana del jueves 21 los coordinadores parlamentarios del PRI,
PAN, PRD y PVEM se encerraron a negociar siguiendo la línea de los integrantes
del Consejo Rector del Pacto por México y del enviado de Peña Nieto, Aurelio
Nuño.
El
PAN aceptó la reciprocidad. La intercambió por su posición de eliminar la
“opinión no vinculante” del Ejecutivo federal en la entrega, ampliación o
cancelación de concesiones por la de una opinión técnica del secretario de
Comunicaciones y Transportes. Pero ya en el pleno, el coordinador de los
diputados panistas dio un resbalón que evidenció la falta de conocimiento sobre
el valor de lo que estaba en juego respecto a la inversión extranjera.
Desde
la tribuna, cuando Monreal argumentó el voto en contra de su partido se refirió
a la inversión extranjera en telecomunicaciones y vía satélite: “¿Cómo permitir
que el 100% de inversión extranjera pueda aplicarse en telecomunicaciones y vía
satélite? En ningún país del mundo es así. Estados Unidos permite el 19% y
Canadá el 10%”.
Y
lanzó la pregunta: “¿A quién le quieren entregar el país? ¿Por qué el saqueo
tan ramplón? Las telecomunicaciones son de interés nacional”.
Villarreal,
siguiendo la línea de Juan Molinar Horcasitas y Santiago Creel (integrantes del
Consejo Consultor del Pacto y que estuvieron presentes en San Lázaro durante la
jornada ), acusó a Monreal de desvirtuar el documento.
“Lo
que nosotros hemos puesto en el texto de la reforma dista mucho de lo que usted
acaba de mencionar. Hemos puesto una cláusula de reciprocidad… en ningún caso
se podrá invertir más de 49%”, defendió el panista, quien así mostró que
desconocía lo que había firmado, lo que había intercambiado a lo largo de siete
horas de encerrona.
El
diputado panista Juan Bueno Torio, quien estaba a un lado de Villarreal, se
apresuró a explicarle que había caído en un error, que lo firmado por ellos no
establece candado alguno para la inversión extranjera en materia de
telecomunicaciones.
Entonces
Monreal se dio gusto reclamando a los partidos integrantes del Pacto: “En
ninguna parte del mundo se permite una inversión del 100%. Me alegra que al
menos lo hayan puesto en radiodifusión. Es una reforma engañabobos,
entreguista”.
Y
soltó luego: “¿Con quién negociaron? ¿Con quién negociaron la entrega del 100%
en telecomunicaciones? ¿Quién la va comprar? ¿Quién va a invertir? Si ustedes
lo permiten en el sector de telecomunicaciones, es un adelanto para la reforma
energética del 100% de inversión extranjera”.
El
panista Juan Pablo Adame Alemán quiso ayudar a su compañero. Calificó los
argumentos de Monreal de “demagogos” y dijo que el artículo 7, fracción III de
la Ley de Inversión Extranjera “ya permite el 100% de inversión extranjera en
telecomunicaciones, esos argumentos demagogos (son de) personas que no quieren
que lleguen mejores inversiones”.
Pero
el defensor panista también se equivocó. De acuerdo con la ley, en la fracción
III que citó, se establece la inversión extranjera “hasta el 49% en… sociedades
concesionarias en los términos de los artículos 11 y 12 de la Ley Federal de
Telecomunicaciones”. El artículo 12 establece que la participación extranjera
“en ningún caso podrá exceder del 49%. Excepto tratándose de servicio de
telefonía celular”.
Luego
de la impericia de los panistas, Carpinteyro entró al debate. Igualmente
calificó de “falso” que no se permita en otros países la apertura en
telecomunicaciones al 100% como aseguró Monreal: “Se permite en Brasil,
Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, en Estados Unidos y en Canadá”.
“No
podemos irnos con argumentos demagogos, que nos pretendan vender que estamos
regalando la patria. ¡No, señores! Los estamos invitando a que vengan a
fortalecernos. Y no me importa de dónde sea el capital con tal de que México
salga adelante”, dijo quien fue subsecretaria de Comunicaciones y Transportes
en el sexenio de Felipe Calderón.
La
única certeza en el debate es que en la iniciativa de reforma nunca se presentó
lo que por obligación debe llevar todo cambio: El impacto presupuestal, es
decir cuánto costará o le significará al país abrir a 100% las
telecomunicaciones y comunicación vía satélite al extranjero.
Del
Congreso para Slim
a
historia de los pocos cambios a la iniciativa de reforma que inició el PRI en
San Lázaro sucedió después de votada el miércoles 13 en la Comisión de Puntos
Constitucionales.
La
mañana del miércoles 20 Carpinteyro evidenció la maniobra del PRI para
condicionar los términos del must carry y el must offer. La perredista dio a
conocer un documento del PRI fechado el lunes 18 en donde se cambiaba el
artículo octavo transitorio.
La
nueva redacción establecía que sólo la televisión restringida “vía cable” –bajo
el esquema de must carry– está obligada a retransmitir la señal de televisión
abierta. Es decir, eliminaba de este beneficio a la televisión restringida
satelital como Dish. A esto se le llamó “párrafo Dish”.
Además
establecía que tampoco se beneficiarían “los agentes económicos que
comercialicen, ofrezcan o provean servicios de manera conjunta o utilizando,
directa o indirectamente, los servicios o los activos de los agentes económicos
preponderantes o concesionarios que hayan sido declarados con poder sustancial”.
Este
párrafo provocó una denuncia airada de Carpinteyro, quien logró detener la
aprobación ese día; el PRI, por conducto de Héctor Gutiérrez de la Garza, el
operador de los cambios jurídicos, amenazó con llevar la discusión hasta
después de Semana Santa.
La
amenaza preocupó a la diputada, quien alertó que entre más tiempo pase, más
podrán ejercer presión las televisoras para modificar la iniciativa del Pacto
por México y Peña Nieto.
Así
la mañana del jueves 21 llegaron a las instalaciones de la Cámara de Diputados
Aurelio Nuño, de la Presidencia; y por parte del Consejo Consultivo del Pacto
por México el perredista Guadalupe Acosta y los panistas Juan Molinar y
Santiago Creel, para negociar con los coordinadores parlamentarios.
A
las tres de la tarde la negociación se tambaleó pues el PRD insistió en que se
retirara el “párrafo Dish”, ya que ellos no impulsaban la reforma para golpear
a nadie en particular, sino para acabar con los monopolios y lograr la
competencia en beneficio de los usuarios.
Hábiles,
los priistas aceptaron cambiar el “párrafo Dish” eliminando “vía cable” y
dejando sólo el término televisión restringida, la cual abarca la satelital, es
decir, Dish y Sky, para que se beneficien en términos generales del must carry
y must offer.
Sin
embargo hicieron un añadido a la parte que habla del must carry –aunque no se
refiere a él con este anglicismo–: Que “los concesionarios de televisión
restringida vía satélite sólo deberán retransmitir obligatoriamente las señales
radiodifundidas de cobertura del 50% o más del territorio nacional. Todos los
concesionarios de televisión restringida deberán retransmitir las señales
radiodifundidas por instituciones públicas”.
Añadieron
también, por lo que se refiere al must offer, que “el Ifetel sancionará con la
revocación de la concesión a los agentes económicos preponderantes o con poder
sustancial que se beneficien directa o indirectamente de la regla de gratuidad,
a través de otros concesionarios, sin perjuicio del pago de las
contraprestaciones que correspondan. También se revocará la concesión a estos
últimos”.
Y
en la exposición de motivos se indica que “los concesionarios de
telecomunicaciones o de televisión radiodifundida que sean declarados como
agentes económicos preponderantes no se beneficiarán de la regla de gratuidad
de los contenidos de radiodifusión o de la retransmisión gratuita, beneficio
que tampoco se extenderá a los agentes económicos que tengan vínculos
comerciales o de negocios con dichos agentes”, es decir, a Dish quien tiene un
acuerdo de facturación con Telmex, que es un agente dominante.
Así
en caso de que Slim –socio de Dish– quisiera beneficiarse del must offer
tendría que deshacer tal acuerdo de facturación o perdería su concesión. En
caso extremo, para beneficiarse y no perder la concesión tendría que pagar por
la retransmisión de los programas de televisión abierta.
Los
perredistas al parecer no se percataron de que la eliminación del “párrafo
Dish” no bastó para respaldar la reforma contra Slim, pues avalaron los demás
párrafos del octavo transitorio. O quizá sí lo sabían pues cuando el presidente
de la Comisión de Puntos Constitucionales, el perredista Julio César Moreno
Rivera, argumentó el dictamen, expuso:
“Compañeros,
me dirijo a ustedes, y sólo a ustedes, quienes tienen la conciencia de que fue
el pueblo de México quien los eligió (…) y que igualmente saben que en nuestra
nación sólo hay un territorio, y éste no es un territorio ni propiedad de
ninguna empresa telefónica en particular, ni podemos seguir siendo rehenes de
monopolios.”
Desde
su curul le aplaudía un interlocutor con quien conversó antes de subir a
tribuna: Manlio Fabio Beltrones Rivera.
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