24 mar 2013

Monseñor Guiseppe Bertello


Peña Nieto y el “oscuro” Bertello/ALEJANDRO GUTIÉRREZ
Revista Proceso No. 1899, 24 de marzo de 2013
Descrito como uno de los “hombres más oscuros del Vaticano”, Giuseppe Bertello, exnuncio apostólico en México, se reunió con Enrique Peña Nieto durante la visita del presidente mexicano a la sede de la Iglesia católica. No hubo información acerca de los temas que trataron en privado. Sin embargo hay focos de alarma encendidos: A los analistas les preocupa ese acercamiento –evidenciado con éste y otros hechos previos– del PRI con el sector “mafioso” de la curia romana.
 CIUDAD DEL VATICANO.- En su viaje a Italia para participar en la ceremonia de entronización del Papa Francisco, el presidente Enrique Peña Nieto tuvo otras actividades; entre ellas asistió a un almuerzo en su honor ofrecido por el exnuncio apostólico en México, Guiseppe Bertello, en la residencia que el cardenal italiano habita como actual presidente del Governatorato del Vaticano, entidad responsable de la gestión del influyente microestado de 44 hectáreas y unos mil habitantes.­

 En las dos conferencias de prensa que ofreció en Roma, Peña Nieto sólo se refirió a los encuentros que mantuvo con otros jefes de Estado invitados a la ceremonia y a sus reuniones con el presidente de Irlanda, Michael D. Higgins; con el director de la FAO, José Graciano da Silva, y con la directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Ertharin Cousin. El lunes 18 había departido con los cardenales mexicanos Norberto Rivera, Juan Sandoval Íñiguez, Francisco Robles y Javier Lozano Barragán.
 Pero ni una palabra del encuentro y contenido de la reunión con Bertello, a quien el vaticanista Eric Frattini, en entrevista con Proceso, describe como “uno de los hombres más oscuros del Vaticano”.
 El gobierno de Peña Nieto intensificó sus contactos con el ala “mafiosa” del Vaticano, revelaron especialistas a Proceso (edición 1898), tras saberse de la renuncia de Benedicto XVI. Uno de los señalados es el arzobispo de Yucatán, Emilio Berlié Belauzarán, conocido “operador político del PRI” en el pasado, sostiene Iván Franco, autor del libro El PRI y sus obispos.
 El 17 de febrero el arzobispo se reunió en Bucareli con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para hablar de los acontecimientos en el Vaticano.
 El investigador Elio Masferrer, especialista en temas religiosos, sostiene que Berlié pertenece a los sectores mafiosos de la curia vaticana, que encabezan Angelo Sodano y Tarcisio Bertone, secretarios de Estado con Juan Pablo II y Benedicto XVI, respectivamente. Sin embargo en el Vaticano ambos grupos, el de Sodano y el de Bertone, están enfrentados, aunque en el cónclave se aliaron para cerrarle el paso a Angelo Scola, arzobispo de Milán.
 Eric Frattini, autor del libro Los cuervos del Vaticano. Benedicto XVI en la encrucijada, señala que “Bertello es miembro de la guardia pretoriana de Tarcisio Bertone y uno de los jerarcas que más poder concentra dentro de la curia vaticana, desde su cargo en la Gobernación” y cuyo nombre aparece en los llamados Vatileaks.
 Es uno de los cargos que el nuevo Papa ratificó in tempore, es decir, en tanto toma una decisión sobre nuevos nombramientos o ratificaciones. Sin embargo su protector, Bertone, fue duramente cuestionado en el pasado cónclave, donde su gestión recibió las más fuertes críticas por parte de los cardenales brasileños, los estadunidenses y los del bloque austroalemán.
 “Bertello fue una de las cuñas que tuvo Bertone para impedir las reformas que intentó Benedicto XVI para limpiar las finanzas del Instituto para las Obras de Religión (IOR)” o Banco Vaticano, dice.
 El escritor recuerda que luego de la advertencia que la secretaria de Estado estadunidense Hillary Clinton lanzó sobre la inminente decisión de incluir al banco en la lista negra del Departamento del Tesoro de su país, Benedicto XVI emitió el decreto pontificio 127 y nombró a su amigo íntimo Ettore Gotti Tedeschi al frente de la institución, para iniciar la limpia de las finanzas y encabezar la “transición de un banco negro a uno blanco”.
 Este banquero fue quien encontró en las entrañas del IOR las seis cuentas numeradas a nombre de Matteo Messina Denaro, jefe máximo de la Cosa Nostra siciliana, por lo cual pidió al Papa contar con una legislación que estableciera la normativa del Consejo de Europa para contar con un órgano regulador de buena praxis de los órganos financieros vaticanos. El Papa emitió el mencionado decreto pontificio en diciembre de 2010.
 “Pero en abril de 2011 Giuseppe Bertello emitió el decreto 157, en el que prácticamente se opone a la decisión de Benedicto XVI y dice que la reforma sólo será parcial y no como la ordenó el Papa. Es como si un cabo desobedeciera a un comandante en jefe”, dice Frattini sobre la impensable decisión del subalterno de rectificar la decisión del Papa.
 Al final de cuentas, añade, los inspectores del Moneyvall, el organismo del Consejo de Europa de certificar dicha reforma, se negaron a darle la certificación al banco vaticano, sencillamente porque les fue impedido el acceso a las cuentas del IOR.
 Frattini afirma que “fueron Bertone y Bertello quienes se negaron a abrir las cuentas del Vaticano e inició un forcejeo entre el secretario de Estado y Benedicto XVI, que deriva en que el banquero Ettore Gotti Tedeschi es echado de mala manera del banco, al grado que confiesa a la policía italiana que pensaba que los carabinieri eran en realidad sicarios que habían irrumpido en su casa para asesinarlo.
 El entrevistado dice que extrañamente en agosto pasado al banco le fue otorgada la certificación, pese a que de las 46 normas que debían aplicar, 12 de ellas absolutamente obligatorias, solo cumplía con cuatro y ocho en forma parcial. “La certificación se entregó con la promesa del banco de cumplir las 46 normas, lo que no ha hecho hasta el día de hoy”, dice.
 Bertello en “Vatileaks”
 Frattini cuenta en Los cuervos del Vaticano que el 25 de enero de 2012, cuando el programa Los intocables de la 7 de la televisión italiana difundió los documentos secretos de Benedicto XVI, el periodista Gianluigi Nuzzi mostró la carta enviada por el arzobispo Carlo Maria Viganó al Papa, en la que denunciaba “la corrupción y mala gestión” en la Gobernación del Estado Vaticano.
 “Los documentos mostrados en el programa de Nuzzi intentaban presentar a Bertone y a su aliado, el cardenal Giuseppe Bertello, todopoderoso jefe de Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, como enemigos acérrimos de la nueva línea ordenada por Benedicto XVI de cooperación financiera con las autoridades monetarias internacionales, con el objetivo de que el Vaticano entrase en la llamada ‘lista blanca’ del Consejo de Europa, en la que están incluidos todos aquellos estados que combaten el blanqueo de capitales, la evasión fiscal y el financiamiento del terrorismo.”
 Por esa y otras filtraciones subsecuentes es que Benedicto XVI ordenó la creación de la Comisión Cardenalicia de Investigación, cuyo informe de 300 páginas ya está en poder del Papa Francisco.
 En opinión de Frattini, Bertello, Bertone y Sodano “quedarán en el camino” porque “el Papa tendrá que hacerlos a un lado de la curia vaticana por su papel nocivo y haber provocado la renuncia de un Papa”. “En eso le vendrá bien al Papa ser jesuita, porque están preparados intelectualmente pero también se consideran verdaderos soldados de Dios. No creo que se permitan otra renuncia papal. La de Benedicto fue inédita, sorpresiva; pero una nueva renuncia ante ese poder podrido del Vaticano sería un escándalo”.
 El periódico italiano La Repubblica tiene una interpretación diferente: Como Francisco es extranjero, apunta, “en teoría su secretario de Estado debería ser italiano”. Aunque también sostiene que podría cambiar la estructura de dicha secretaría “diluyendo su poder a través de un triunvirato, que haría más colegiado su gobierno, que podrían integrar los cardenales Giuseppe Bertello, Fernando Filón y el actual sustituto de la secretaría, Angelo Becciú”.
 Antes del almuerzo en su honor en la residencia de Bertello, Peña Nieto aprovechó el saludo de las 130 delegaciones de los diferentes países para invitar al nuevo pontífice a que visite México. Lo mismo hicieron la argentina Cristina Fernández de Kirchner –primera en tener una audiencia con Francisco–, el chileno Sebastián Piñera y la brasileña Dilma Roussef.
 Frattini señala que en los pasillos vaticanos se asegura que la gira papal de junio próximo a Brasil, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, incluirá México, Argentina y Chile, “porque son los países donde más católicos hay, pero donde más creyentes están perdiendo”.

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