En medio del
caos, emerge Josefina/ÁLVARO DELGADO
Revista
Proceso
No. 1899, 24 de marzo de 2013
El
pasado fin de semana las estructuras del Partido Acción Nacional se cimbraron:
Los delegados a su Asamblea Nacional Extraordinaria decidieron que la
dirigencia partidista sea electa por los votos de toda la militancia. Algo
inédito. A los grupos internos de poder les asusta esta especie de
democratización del PAN y ya hay voces que piden que la medida aprobada se
anule como sea. Y en medio del alboroto emerge la figura de Josefina Vázquez
Mota, la excandidata presidencial que se perfila ahora para presidir al
blanquiazul a partir de diciembre, cuando concluye la gestión de Gustavo
Madero.
En
medio del júbilo de miles de panistas que aprobaron por aplastante mayoría el
derecho de elegir con su voto a sus dirigentes –privilegio que durante casi 74
años fue exclusivo de un grupo de notables del Partido Acción Nacional (PAN)–,
se escuchó un exabrupto: “¡Nos vamos a convertir en el PRD!”.
Era
el senador Héctor Larios Córdova, quien, pese a presidir los debates, no dominó
su enfado por la reforma que recibía el “sí” de la mayoría de los 9 mil 338
delegados a la 17 Asamblea Nacional Extraordinaria del PAN, el sábado 16 en la
Arena Ciudad de México.
–Quienes
estén por el no, sírvanse manifestarlo –pidió enseguida Larios a los delegados
sólo para completar el trámite, ya con el rostro descompuesto, como lo tenían
también Gustavo Madero, Cecilia Romero, Ernesto Cordero y otros jefes de los
grupos hegemónicos.
No
era para menos: La reforma rompe no sólo el diseño institucional y la vida
interna del PAN desde su fundación, en 1939, sino las estrategias de los grupos
que, tras esta asamblea, han escalado la confrontación hasta niveles de
descalificación personal por la “degradación” partidaria.
Con
esta rebelión de la militancia, que sin embargo había aprobado en lo general
los nuevos estatutos –calificados de antidemocráticos y “estructuralmente
tramposos”–, se temía que podían echarse abajo otras facultades que para sí
querían Madero y su grupo.
Fue
entonces cuando, mientras se discutían otros artículos, comenzó a vaciarse el
aforo y para las cinco de la tarde era evidente que ya no había quórum; una
maniobra para “reventar” la sesión que los afines a Felipe Calderón atribuyen a
Madero, identificado también como el gran derrotado.
Madero
había diseñado un proyecto para reelegirse con una propuesta “federalista”: Que
el Consejo Nacional, que elige al presidente, se integre con 270 miembros
electos en asambleas estatales y otros 30 por el Comité Ejecutivo Nacional
(CEN), que si bien se aprobó, ya no le sirve tras el aval del voto directo de
la militancia.
Es
esta reforma lo que tiene entrampado al PAN en un episodio más de la peor
crisis de su historia, en la que paradójicamente emerge la figura de Josefina
Vázquez Mota, la excandidata presidencial que se perfila ahora para presidir
ese partido.
Y
es que el PAN de Madero fue incapaz de aprobar completos sus estatutos y no sabe
cómo procesar que los 368 mil militantes elijan de manera directa a sus
dirigentes y, menos aún, si se aplicará en la elección de diciembre, cuando
concluye su periodo.
Peor
todavía: Esta histórica reforma implica también numerosos riesgos, como el poder
del dinero para conquistar las dirigencias y la infiltración de intereses
ajenos en sus procesos de elección de presidente nacional y de los estatales y
municipales.
“Está
bien que la militancia elija, pero hay que ver todo el sistema. Y mi
preocupación es que vaya a gobernar el dinero, que es el problema del país”,
razonaba Santiago Creel con el reportero en medio del estupor por la rebelión.
El
exsenador Marko Cortés reveló que platicó con Madero, de quien es afín, y le
dijo que era una reforma positiva para el PAN. “No es una derrota para él. Los
que pierden son otros: los calderones, los yunques”.
Para
el exlegislador Juan José Rodríguez Prats, peleado con “calderones” y
“maderos”, el derecho de la militancia para elegir con su voto a sus dirigentes
sí rompe con el poder de los grupos.
“Sucedió
un milagro, porque había planes para manipular al Consejo Nacional a favor de
un grupo u otro y se desplomaron. Sí hay riesgos con este método, pero fracasó
la onda grupera”, subraya.
La
reacción de los allegados a Calderón, quien se encontraba en México el día de
la asamblea, ha sido violenta contra Madero y su grupo que, según el exvocero
Maximiliano Cortázar, fueron quienes deliberadamente rompieron el quórum.
Pero
el más feroz ha sido Germán Martínez, quien en su artículo del lunes 18 en el
diario Reforma criticó duramente a Madero por la aprobación de la reforma que,
en coincidencia con Larios –miembro de la organización El Yunque–, calificó de
una “vulgar perredización” de ese partido.
“Madero
tiene el deber de corregir ese error y limpiar el tiradero”, acusó Martínez
–primer presidente del PAN impuesto por Calderón–, y planteó convocar a otra
asamblea nacional o que a ésta la anule el Tribunal Electoral. “Detener la
perredización del PAN es la tarea”, decretó.
Josefina
candidata
En
este río revuelto Josefina Vázquez Mota se alista para contender por la
presidencia del PAN, sobre todo porque ahora los militantes elegirán a sus
dirigentes con su voto.
“Con
esta reforma Josefina va a ser la presidenta. ¿Quién lo va a evitar?”, decía el
exdiputado Marco Pérez Esquer, tesorero de la presidencia de Manuel Espino,
expulsado del PAN y miembro del equipo de la campaña presidencial.
De
hecho antes del inicio de la asamblea nacional, Vázquez Mota encabezó una
reunión con un grupo de casi 30 personas, entre ellos varios exdiputados como
ella, para discutir la situación del PAN, la aprobación de los estatutos y para
perfilar su propia candidatura a suceder a Madero.
El
encuentro, iniciado a las 9:30 horas, se realizó en las instalaciones del
Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), cuyos directivos
se lo facilitaron porque ahí estudió, y ubicado no muy lejos de la Arena Ciudad
de México.
A
la reunión se sumaron Creel, secretario técnico de la Comisión Política del
PAN, y Francisco Kiko Vega de Lamadrid, candidato a la gubernatura de Baja
California –donde ese partido ha gobernado desde 1989, hace casi un cuarto de
siglo–, quien pidió apoyo a su campaña.
Esta
es la cuarta reunión que Vázquez Mota tiene con quienes fueron sus compañeros
diputados, pero también ha entrado en contacto con algunos de quienes formaron
parte de su equipo de precampaña, como Jorge Manzanera, a quien marginó al
iniciar su campaña presidencial.
Dedicada
a elaborar un libro de historias de éxito de mexicanos en Estados Unidos, a
donde ha viajado también para aprender inglés, Vázquez Mota ha sido cautelosa
en manifestar sus ambiciones de presidir el PAN.
Al
llegar a la Arena Ciudad de México no descartó que ambicione presidir su
partido: “Quiero ser un factor de unidad en Acción Nacional, porque sin la
unidad del partido lo demás no lo lograremos en los plazos y en la manera en
que queremos”.
Tras
la reforma impulsada por el senador Javier Corral, cuya propuesta ella y varios
de sus acompañantes en la reunión del IPADE sabían que sería presentada, sus
posibilidades aumentan.
–¿Josefina
tiene posibilidades? –se le pregunta a Rodríguez Prats.
–Si
se anima, bienvenida, pero no creo. ¿Dónde está? Viene, se asoma y se va. Eso
el panismo lo percibe. Una cosa es haber sido candidata presidencial y otra muy
diferente es la dirigencia del partido.
En
efecto, tras su desplome al tercer lugar en la elección presidencial, Vázquez
Mota prometió encabezar un movimiento ciudadano pero se fue a vacacionar dos
meses a Europa y reapareció en la toma de posesión del priista Enrique Peña
Nieto; y aparece fugazmente en el PAN.
Pero
Rafael Guarneros Saldaña, quien encabeza el Movimiento Nacional del PAN que
propugna por la “regeneración y rescate del partido” y uno de los panistas que
reservó el artículo que presentó Corral, asegura que la reforma beneficia a los
liderazgos nacionales.
–¿Y
favorece en particular a Vázquez Mota?
–Sí,
obviamente, hay un importante sector del panismo y de la población que ve en
Josefina una figura limpia, que incluso fue traicionada por los propios
dirigentes y por el partido o por quienes llevaron la campaña.
Pero
Vázquez Mota y Madero no están solos en la búsqueda de encabezar el PAN. Lo
anhelan también Juan Carlos Romero Hicks y Juan Manuel Oliva, ambos
exgobernadores de Guanajuato, y un “tapado” que representará al grupo de
Calderón, que podría ser Ernesto Cordero, crítico del “entreguismo” del actual
presidente.
Los
propios “calderones” descartan a Margarita Zavala, porque su proyecto es que
sea la candidata presidencial en 2018, tal como su propio marido lo reconoció
públicamente antes de dejar el cargo.
Estatutos
tramposos
Pero
antes el PAN debe salir del entrampamiento en que se encuentra, porque los
estatutos fueron aprobados en lo general, pero quedaron pendientes más de 30 de
los 130 artículos que tiene todo el ordenamiento, que para muchos panistas
concentra facultades en el CEN.
Por
ejemplo, Manzanera (operador de Calderón) hizo circular un volante que
censuraba el proyecto de estatutos “porque (es) centralista y antidemocrático,
sólo beneficia a la burocracia del CEN y a estados como el DF, que con las más
bajas votaciones y cantidad de militantes acaparan los puestos de elección y de
dirección del PAN”.
Otro
opositor a los estatutos, que inclusive fue orador en contra, es Juan Marcos
Gutiérrez, exsubsecretario de Gobernación, quien hizo circular un documento en
el que los define como “estructuralmente tramposos” y que, además, premian la
incapacidad: “No podemos ser un partido que choca con su vehículo de manera
estrepitosa y sigue manteniendo al mismo conductor. No podemos ser un partido
que es atropellado y continúa caminando en medio de la carretera en la que ha
sido víctima del atropello.”
Pero
luego de la clausura de la Asamblea Nacional, ni el propio Madero sabía qué
procedía, aunque aseguró que los cambios eran irreversibles. “Eso sí quiero
decirles: Lo aprobado ya está aprobado, esto no es la intención de nadie, no es
posible revertir los artículos que ya fueron aprobados”, insistió.
–¿Pero
no podrían anularse?
–No,
no, no. Aquí ustedes conocen nuestro partido, hay muchas impugnaciones, pero
hasta ahorita esta asamblea, si ustedes saben, tenía tres impugnaciones.
El
lunes 18 Madero generó confusión también cuando, en una entrevista con el
diario Excélsior, adelantó que habrá una nueva Asamblea Nacional
Extraordinaria, la número 18, con la elección de nuevos delegados.
“La
asamblea 17 terminó, tiene que convocarse para seguir el trabajo de reforma
estatutaria, que continúa, esto tiene que procesarse.”
–¿Con
otros delegados electos?
–Sí,
es el mismo universo de panistas, pero se insaculan y en cada asamblea son
distintos.
Esta
conducta de Madero ha generado el temor de panistas de que pueda tratar de
revertirse o aplazarse la conquista de la militancia, aun cuando el CEN, el
martes 19, ratificó que lo aprobado está firme y el próximo 8 de abril se
aprobarán “la ruta legal y el cronograma para culminar el proceso de reforma de
los estatutos asumiendo e instrumentando de la mejor manera las decisiones de
la pasada asamblea”.
Al
respecto Arturo García Portillo, secretario de Elecciones del CEN y uno de los
promotores de los nuevos estatutos, ve irreversible la elección de dirigentes
por voto de la militancia. “A partir de la definición política, lo demás es más
sencillo”.
–¿Operará
la reforma para la elección de diciembre y la gestión será de dos años?
–Eso
es parte de lo que se resolverá en la siguiente (asamblea). Depende de cuándo
se haga la asamblea para aprobar lo que falta y reformas adicionales para hacer
aplicable la elección directa.
Subraya:
“Pudiera ser en septiembre y posponer la elección de consejo y presidente para
que se haga con reforma, o bien hacer reforma, elegir consejo y presidente con
reglas actuales y aplicaría a la siguiente, aprovechando para poner bases para
su implementación. O podría haber otra opción. Eso lo sabremos en la siguiente
reunión del CEN”.
Rafael
Guarneros, el panista autor de dos de las tres impugnaciones de las que habló
Madero –referidas al ocultamiento del proyecto de estatutos–, advierte que éste
y los grupos afectados pueden revertir la reforma.
“Ese
mensaje es el que preocupa, porque quieren una asamblea a modo y se está
sensibilizando, entre comillas, a la militancia sobre los riesgos de que se
pudiera infiltrar el PRI o perredizar, que es el discurso de Germán Martínez”,
subraya.
Y
expone: “Esto es contradictorio con el discurso con que nos vendieron la
reforma, porque decían que se acaba la afiliación corporativa, elimina la
posibilidad de que entre gente con otras finalidades, pero cuando rebaten a
Corral plantean los riesgos de esto. Son incongruentes”.
El
“gol”
Guarneros,
Corral y otro delegado se reservaron el artículo 11 y, tras una breve charla,
pactaron que el senador presentara la propuesta a la asamblea. “Es muy buen
orador, tiene trayectoria y presencia nacional. Podría haber sido cualquiera de
los dos, pero se trataba de dar el golpe fuerte”.
Pero
además, recuerda Guarneros, Corral “había hablado a favor de la reforma en lo
general y la gente lo identificaba como parte del esquema institucional de
Madero”, quien en el discurso inaugural también se pronunció por darle más
facultad a los militantes.
“Por
eso hago votos porque seamos capaces de discutir y aprobar los mejores
estatutos. Tenemos que confiar en el voto de nuestros militantes para elegir a
nuestros candidatos. Esa ha sido y esa seguirá siendo la mayor fortaleza de
nuestro partido.”
–¿Qué
le dijo Corral cuando se aprobó?
–Estaba
muy satisfecho. Los otros caminaban de un lado para otro, no sabían por dónde
les habíamos metido el gol. Ellos tenían todo el procedimiento para que los
panistas no nos pudiéramos poner de acuerdo. Por ejemplo, entregan el proyecto
de estatutos tres días antes y por internet, que muy poca gente tiene. Yo lo
impugné ante el tribunal.
Guarneros
advierte que es inaceptable revertir la conquista de la militancia.
–¿Y
si dicen que no hay tiempo, porque se deben crear muchos reglamentos?
–Debe
ser en diciembre. Sería una burla a la militancia no hacerlo.
El
colectivo Panistas en Causa, integrado sobre todo por militantes capitalinos,
también manifestó su rechazo a que se pretenda revertir el voto directo y
afirma que la 17 Asamblea Nacional Extraordinaria no ha concluido.
“Ante
ello manifestamos nuestra preocupación por que la indefinición en la misma
derive en tentaciones autoritarias de la cúpula que siente amenazados sus
privilegios”, alerta en un comunicado y llamó a Madero a desistir de reelegirse
por “ser incapaz.”
En
sentido contrario, Germán Martínez emplazó a Madero a que se anule lo aprobado
en la asamblea nacional y lo culpa de “la ruina interna en la que quedó el PAN”
tras la misma.
Y,
en su embate contra Madero, sobre la suspensión deliberada de la asamblea,
introdujo la acusación de que apoya a Óscar Sánchez Juárez, un confeso
admirador de Hitler, impugnado por haber ganado la Presidencia del PAN en el
Estado de México de manera fraudulenta, en noviembre (Proceso 1883).
“La
vergüenza de abortar el quórum de esa reunión aumenta la sospecha de que
también, un mal día, el Comité Nacional sin quórum orquestado dejó pasar al
mexiquense admirador de Hitler como jefe estatal.”
Así
fue: Madero y sus allegados prorrogaron durante casi tres meses abordar el caso
de Sánchez Juárez, como acusó el excontendiente Jorge Inzunza en una carta
enviada a Madero, el 14 de febrero, luego de que el lunes 11 el CEN rompió el
quórum para no votar el caso Edomex:
“Es
lamentable, señor presidente, que distinguidos miembros del CEN se hayan
retirado de la sesión con el fin de romper el quórum. Pero más lamentable aún
es que dos miembros de la Comisión Política del Estado de México, Marko Cortés
y Max Cortázar, quienes debieran permanecer en la discusión y el análisis del
caso, se hayan prestado a este tipo de acciones y también se hayan retirado.”
Lo
que Martínez ocultó es que Cortázar es de su grupo y, sobre todo, que Sánchez
Juárez es un protegido del diputado Ulises Ramírez, cuyo control del panismo
local fue clave para que Calderón ganara la candidatura presidencial. Sólo que
ahora apoya a Madero.
El
martes 20, en la reunión del CEN, por fin hubo quórum para votar y el
simpatizante de Hitler fue destituido, tres semanas después de que Madero le
dio posesión, algo que no había ocurrido nunca en la historia del PAN.
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