El
papa recibió a madres que perdieron a sus hijos en atentado antisemita en
Argentina. Lo proponen como Nobel de la Paz
Francisco recibió a un grupo de madres que perdieron en
1994 a sus hijos en el atentado explosivo a la mutual judía AMIA, en la ciudad
de Buenos Aires.
Le propusieron candidarlo como Premio Nobel de la paz. Uno de ellos dijo: “Lo
que más necesitamos es una caricia en el alma”, en el fondo una caricia de Dios
a través de la persona del papa.
"Francisco
nos dio una caricia en el alma
Roma,
06 de julio de 2013 (Zenit.org) H. Sergio Mora |
El
papa Francisco recibió ayer por la tarde a un grupo de madres que perdieron en
1994 a sus hijos en el atentado explosivo a la mutual judía AMIA, en la ciudad
de Buenos Aires. El papa les recibió por una hora y media. Ellos no pidieron
acciones concretas, sino que les acompañe en este camino que están recorriendo.
Le propusieron candidarlo como Premio Nobel de la paz. Uno de ellos dijo: “Lo
que más necesitamos es una caricia en el alma”, en el fondo una caricia de Dios
a través de la persona del papa.
ZENIT
estuvo con ellos, quienes precisaron diversos particulares del encuentro que
trasmitimos a nuestros lectores.
“Vinimos
aquí porque queríamos pedirle al papa que nos acompañe en este camino” le
indicó uno de los delegados. “Estamos muy satisfechos con el encuentro que tuvimos,
nos besó, éramos tres madres, nueve personas en todo” añadió la señora Degtiar.
Entre
los presentes estaba Graciela Furman, que perdió a uno de sus hijos de 30 años
que trabajaban en el edificio, el otro sobrevivió; Rosa de Barreiros, que vio
morir a su niño de cinco años cuando pasaba casualmente por allí; y Olga
Degtiar cuyo hijo de 21 que trabajaba allí murió por el atentado.
“Le
dije al papa que este era uno de los momentos más felices que tuve después del
atentado. Sentí una calidez muy grande y una sencillez que no podría creer de
parte de una persona tan importante” indicó Barreiros. La señora que era la
única católica de la delegación, le regaló al santo padre el primer guardapolvo
de su niño cuando inició el jardín de infantes, “que era el único recuerdo que
me quedaba. El papa se mostró emocionado y se quedó casi sin poder hablar”
dijo.
“El
papa escuchó, estuvo casi siempre en silencio, se lo veía muy emocionado y nos
dijo 'como a no acompañarlos porque lo que ustedes están proponiendo es salvar
al ser humano, hoy tan despreciado' ” indicó otro de los presentes.
Ellos
ya conocían a Bergoglio en Buenos Aires, y recordaban que el “arzobispo de la
capital argentina fue siempre muy conciliador con la comunidad judía”.
“Uno
de los momentos más bonitos fue cuando nosotras como madres judías hemos
propuesto a la máxima autoridad de la Iglesia católica candidarlo como Premio
Nobel de la Paz, porque nos da atención, cuando muchas veces no la hemos tenido
ni siquiera de las comunidades más cercanas a nosotros” indicaron. El papa les
respondió “Nunca acepté premios honoris causa ni nada de eso” pero cuando le
explicaron el valor ecuménico de su actitud les dijo: “no se lo puedo
prohibir”.
Otro
de los delegados, Daniel Comaroski, consideró que el “hecho de ser recibidos
por el papa y con tan buena predisposición demuestra un cambio radical de la
Iglesia hacia el judaísmo y viceversa. Uno piensa que va a tener amigos y
aliados en los lugares más cercanos y no siempre sucede, en cambio aquí hemos
encontrado a alguien que nos acompañó”. Y consideró “un acto importantísimo
para la humanidad que un grupo de personas de otra religión lo pueden proponer
como Noble de la paz. Para que esto evite la confrontación y baje los motivos
de violencia”.
Sergio
Bustei, de la delegación añadió que “la idea fue encontrar en este hombre la
salida que necesitamos ante la abandono y desamparo que teníamos delante de
nuestra comunidad. Ante la necesidad de conocer la verdad verdadera, porque lo
que tanto necesitamos es respeto. Judíos y católicos necesitamos ante todo
respeto, que nos escuchen” aseveró. “Porque sin justicia no vana descansar el
paz ellos ni nosotros.”
“Nosotros
no éramos militantes de nada, hoy somos militantes de la vida, y encontramos
más de lo que nos imaginábamos” recordó uno de los presentes.
Una
de las madres consideró que “nuestro testimonio es el mismo que el de las
madres de las torres gemelas, que de las de Chechenia, porque la bomba es como
si hubiera explotado hoy”.
Recordaron
que las investigaciones sobre el atentado de 1994 fueron despistadas y que “se
sabe con certeza que hay diversos funcionarios de la embajada de Irán
involucrados, tres de los cuales fueron candidatos a la presidencia de Irán y
que uno fue ministro de Defensa”. Pero que el juicio si no están las personas
presentes no se puede realizar.
“Aún
pedimos justicia cuando en realidad deberíamos hacer un acto conmemorativo”.
Indico uno de los allí presentes.
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